-Hola ¿Leo? - mi celular sonó sin aviso y me asuste un poco, lo tome, tenía el nombre de Leo entre corazones y aunque no quería hablar con él, sabía que no era momento para dejarlo solo al fin y al cabo antes éramos amigos - ¿Estás ahí? - solo escuchaba una corriente de aire.
- ¿Vendrás? - su voz era igual a la de siempre, un poco ronca, pero sin mayor cambio- Lina ¿Te veré hoy? - fue muy difícil aceptar ese pedido, fue increíblemente difícil enterarme que Zoé murió, sin embargo, no me dolió tanto; la impresión fue más; eso me sorprende ya que el hecho de no recordar no significa que dejé de tener sentimientos por aquellos que conocí toda mi vida.
-Claro- frote la parte trasera de mi cuello- iré con mis padres- Leo me era muy familiar, tenía cierto dolor sentimental que me provocaba ira o frustración con él, así que tal vez algo paso con ambos antes de mi accidente lo que me provoco este sentimiento.
-Gracias...- se quedó en silencio por un largo rato hasta que colgó la llamada
-Señorita sus padres la llaman- deje el celular sobre la mesa de noche y cambie mi playera de color rojo, por una negra simple
En la sala ambos tenían una expresión clara de dolor, ojos rojos y miradas perdidas, llevaban ropa negra y sus abrigos en los brazos
-Que rápidos- mi madre me vio sorprendida, se acercó a mi
-Lina en serio te desconozco, era tu amiga y lo único que vas a hacer hoy es ser aún más egocéntrica y decir algo tan fuera de lugar- mire a mi madre desafiándola, estuvo mal mi comentario, eso lo es de sobra, aun así, como quieren que me comporte frente a una situación que para mí es irrelevante, la vi una vez y ya quieren que caiga en depresión.
-Madre... no me obligues a sentirme mal cuando ni siquiera recuerdo quien soy, ella para mí era una desconocida a la que vi una sola pu...- un golpe muy pesado cayó en mi suave mejilla, sentí el sabor a sangre en mi boca seguido del punzante dolor de mi mejilla- ¿Qué...?- me tome la mejilla y en el piso cayeron pequeñas gotas de sangre- Lo siento... pero para mí también es difícil que a la fuerza quieran que socialice o vuelva a ser la misma Lina de antes, no me conocen y yo tampoco los conozco, es demasiada pesada la carga que llevo ya y ustedes solo me complican, por favor dejen de forzarme y recuerden que soy su hija y también necesito de ustedes- levante mi mirada a ambos y salí de casa- llévame a la Casa Smas- el conductor asintió y encendió el auto.
Mire la gran casa; que era más grande que la mía, baje del auto de inmediato vi a Emmet Norfolk bajar de un deportivo negro junto a una mujer, tenía un traje negro y la señora también, seguro sintió mi mirada ya que volteo a mirarme, tenía una mirada muy pesada y profunda.
- ¿Qué hace el aquí? -susurré mientras veía como se alejaban ingresando en la gran casa, yo también seguí mi camino a la casa, sin tener ninguna noción de ella.
En la entrada había varias personas que vestían ropa muy cara de color negro, a ninguna la identifique así que pase de largo para encontrarme con la gran sala donde había muchas más personas, observe y analice muy bien la zona y una vez mas no encontré a nadie familiar.
- ¿Qué le paso a tu mejilla? - gire un poco, era un señor con un corbatín, más bajo que yo y con grave calvicie
- ¿Lo conozco? - me miro de forma indistinta- Lina es triste que esos rumores sean ciertos- toco mi hombro
-Soy tu tío Carl- no le encontré ningún parecido a ninguno de mis padres
-Lo siento no lo conozco y creo que es mejor mantener muestra distancia señor- Mi madre menciono que somos la única familia que tenemos, no puedo fiarme de un desconocido tan raro- permiso- me alejé lo más que pude de ese hombre.
-Lina ¿Vaya has crecido? - me encontré de frente con la misma mujer que Emmet estaba
-Señora...-espere a que respondiera
-No me recuerdas- en realidad no recuerdo a nadie
-Sé que puedo parecer grosera y me disculpo por eso- era algo para Emmet no quería que tuviera una mala impresión- pero tuve un accidente hace muy poco, el resultado fue que perdiera mi memoria- frunció el ceño y seguro pensaba que era una mentirosa de peso.
-Tus padres no me lo mencionaron- parecía muy dolida- Soy Bare Norfolk, una amiga de tus padres a quien tu querías mucho- era muy sonriente y cálida, al ser la madre de Emmet pensé que sería igual a el- hace mucho dejamos de frecuentarnos por problemas, pero siempre te he apreciado mucho
-Siento no recordarla, sería un honor volver a recordarla señora Norfolk- sonrió dulcemente y toco mi mejilla- ¿y esto? - no hice ninguna mueca, aunque su tacto me dolió mucho.
-Un accidente- mire detrás de ella, se acercaba Emmet- Fue un gusto, pero debo irme tengo que encontrar a la familia Smas- tomo mi brazo
-Solo su hijo está aquí, la señora y el señor están en la policía, sabes que este tema es demasiado difícil y el hecho de que la prensa fuera tan amarillista provoco que varias personas dijeran cosas sin nada de sentido o incluso dieran falsos testimonios, es así que los señores decidieron que se quedarían en la fiscalía hasta que por lo menos estos casos tuvieran un poco más de luz, además el cuerpo de la joven aún está en la fiscalía, hoy solo hemos venido en mayoría a darles fuerzas, otros por negocios, o por morbo- me acaricio y Emmet termino de llegar, ni siquiera me vio
-Mamá si quieres ver a León Smas esta allá en la sala pequeña-parecía fastidiado
-Tu gran tamaño me ayuda de mucho- sonrió, pero su hijo se mantuvo serio e indiferente
-Emmet, ¿cómo te ha ido? - no iba a desaprovechar la oportunidad de hablar con él
-Iré al auto- diría que no escucho, que simplemente el ruido de los demás no dejo oír mi saludo, pero decir eso sería engañarme a mí misma.
-Claro- La señora Bare me vio incomoda- lo siento- él se alejó entre la multitud, era imposible perderlo de vista por su gran porte.
-Yo también buscaba a Leo- me acerqué mas a ella- la acompaño- ella asintió y empezamos a caminar entre la gente, el perfume combinado de todos me causaba náuseas, quería salir corriendo
-León- el levanto su cabeza, tenía lágrimas en sus mejillas que estaban comenzando a caer de sus ojos hinchados y rojos
-Señora Norfolk- dirigió su mirada a mí- baya... yo
-No te preocupes, los problemas sobre las empresas ahora no importan, perdiste a alguien importante y aunque las familias no seamos las mejores amigas, no te dejaría solo, yo fui parte de tu infancia y tú de mi vida solitaria, te agradezco todo y hoy vine porque también la conocí y te conocí, gracias a ustedes pude vivir experiencias muy bonitas, tranquilo no te estresare con eso- le tomo ambas manos- lo siento mucho- León la abrazo y empezó a llorar.
Un leve dolor en mi cabeza, hizo que me tambaleara un poco, recordé sombras y a alguien que lloraba mucho, me aturdí un poco, así que me tape los oídos para intentar tranquilizarme. Miré a mi alrededor y no me sentía bien, así que al final salí de la casa al patio trasero, fue algo raro y grosero, eso no me importaba la cabeza me dolía mucho y el ruido me mareaba.
-No debiste, Zoé y yo apenas y nos hablábamos solo quería despedirme de quien me defendió de su hermano- Leah tenía puesto un vestido negro alto muy caro, era obvio que ella no lo compró
-Basta de eso, ninguno de sus padres está aquí así que no hay razón para que entres- Emmet la veía de forma distinta y su voz era incluso una más suave, ni siquiera con su madre se mostraba así.
- ¿León está? - su voz se hizo grave y su timidez la acompaño, mire todo de forma tan conveniente, tenía la constante idea de que ella solo buscaba dinero de Emmet, era una pobre chica y el un millonario, o bueno eso decían las malas lenguas en la universidad.
-Él no te importa- se acercó a ella y le tocó la cabeza
Solo hacía falta unas palomitas para que eso fuera una novela que miraba, estaban en la calle y los arbustos de la casa me cubrían ventajosamente, logrando escuchar y ver todo.
- ¡Basta Emmet, ni siquiera somos novios! - lo empujo, me asuste un poco, Emmet no era alguien con muy buen humor
-Entonces se mi novia- casi muero ahogada con ese pedido y la forma de cómo lo pidió, hice un ruido con mi boca como un quejido, así que me la tapé, para no emitir otro y se dieran cuenta de mi presencia.
- ¿Lo dices enserio? - tenia náuseas y coraje acumulado
- ¿Por qué ella? - lo dije sin pensarlo y de inmediato me arrepentí
- ¿Quién está ahí? - la piel se me erizo, su voz se volvió gruesa, atemorizante como siempre
- ¿Lina? - vi a Leo en la puerta trasera y me asusté aún mas
-Mierda- susurre mientras buscaba una salida y bueno mi imaginación me ayudo- Zoé- intente llorar, pero no me salían las lágrimas así que tire todo mi cabello a mi cara y fingí llorar- ¿Por qué ella?
-Emmet no la molestes- sus pasos se escucharon más cercanos- vamos...- dejo de hablar no sabía lo que pasaba ya que estaba en mi actuación- Le...Le...- la voz de Leah fue perdiendo fuerza
- ¿Qué haces aquí? - levanté mi cabeza y me encontré con la cara de pocos amigos de Leo