No podía negar que mi mamá es una mujer hermosa es estatura promedio, piel canela, cabello castaño oscuro, quebrado y un cuerpo que era muy difícil no ser notado. Lo único que mi madre tenía en contra era ese temperamento tan difícil que no la hacía igual a las demás, la hacía única.
El día que mi papá y ella se vieron por primera vez fue tan especial. Nunca les pasó por la cabeza que el destino los uniría, porque a pesar de ser vecinos, a pesar de que estuvieran tan cerca jamás se habían percatado de la existencia del otro.
Eran tan diferentes, cada quien tenía una vida opuesta al otro. Tenían relaciones antes pero ninguno de ellos eran tan importantes como para formalizar. Mi papá por su parte tuvo muchas novias, un hombre guapo e inteligente como el podía tener a la chica que quisiera, sin embargo ninguna llenaba ese vacío en su corazón. Siempre esperaba a una chica especial, con la que toda su vida cambiara. Pero hasta el momento ninguna era la indicada.
Por su parte mi mama siempre estuvo rodeada de muchos amigos a pesar del carácter tan duro que tenia, y unos cuantos pretendientes, sin embargo a ninguno le dio el si ya que siempre tenía en la cabeza las palabras de mi abuelo " la mujer es para la casa" y ella no estaba dispuesta a ser una ama de casa normal.
Pero la vida les tenia preparado otro camino.
Un día de primavera ella iba llegando a casa, cuando se cruzó con papá pensó para si misma que jamás lo había visto pero se sentía tan bien. Sentía que tenían una conexión más alla de lo que podía entender, cómo si de toda la vida lo estuviera esperando.Cuando el junto el valor para poder hablarle, sintió que el tiempo se detuvo
Para mi papá fue como si ese hueco que sentía se llenará al instante que la vio. No entendía como a pesar de siempre estar tan cerca, jamás se hubieran encontrado ni una sola vez.
Tal vez la diferencia de edad, tal vez el entorno de cada uno no les permitía coincidir.
O solo tal vez fue el destino y el momento indicado para ellos. Pero lo que sabía mi papá era que a partir de ese día cambiaría su vida para siempre.
Se juro que cada día haría todo lo que estuviera en sus manos para verla feliz. Ese juramento no solo fue para el, sinó también para la vida. La amaba desde antes de conocerse y la amaría aún después de la muerte.