Después de acercarse, salir conocerse el amor entre ellos creció y todo alrededor desapareció.
No había necesidad de tantas palabras para entenderse, no había nada más que los pudiera separar, su amor era como un hermosos cuento de hadas con el príncipe que anunciaba el final feliz. Pero como todo cuento tenía el villano para esta historia.
La diferencia de edad entre mis padres jamás impidió que ellos estuvieran juntos al contrario mi papá le daba la tranquilidad y el punto estable que mamá necesitaba, y mamá le daba está chispa de algo nuevo, de no quedarse estancados en el mismo lugar.
Ellos tomaron la decisión de casarse, sin la necesidad que que las familias se metieran.
Pero mi papá siempre dejo en claro con la familia de mamá que ella no estaría atada a la casa si no era lo que ella quería. El le daba la libertad para crecer no solo como persona, sino como mujer.
El creía que mamá era fuerte y que no era necesario tenerla en casa para protegerla cuando ella misma se podía cuidar sola.
Para mi mamá fue un cambio de 360° ya que siempre quería ser libre sin nadie que la atara a una casa, y con mi papa en su vida esa no fue una opción. El siempre le dio la libertad, pero ella siempre regresaba a casa o se quedaba por elección.
Al fin entendió lo que decía el abuelo, cuando el le decía que se quedará en casa. Y no porque fuera su obligación, lo hacía por el amos a mi papá. Entendió que mi abuelo no le deseaba ningún mal. Al contrario el quería que fuera feliz. Y por primera vez lo era. Se disfrutaban con la libertad de estar juntos sin precio es.
Al fin el día de la boda llegó, para las dos familias era felicidad si hijos se unían para ser felices. Al fin estarían juntos para ser felices para toda la vida.
Antes de que yo naciera ellos disfrutaron su relación, se disfrutaron ellos, disfrutaron su vida y mi papá le mostró lugares a los que ella no imaginaba ir
Su vida era plena y su felicidad era infinita, se disfrutaron tanto que en el momento que yo llegue no sentía que les faltará nada. Era el siguiente paso para ellos compartir su felicidad esa que nadie creía que les podía quitar.
Quería que su amor trasendiera a sus hijos esos que tanto planearon querían una familia grande y yo era el primer paso para conseguirlo.
Mi papá no tenía un trabajo formal, trabajaba con uno de sus hermanos, la verdad es que no le iba mal. Pero quería que cuando yo naciera el tuviera el dinero suficiente y la estabilidad para que no nos faltará nada a mi mamá y a mi.
Fue cuando conoció a una persona que le ayudo mucho, el era dueño de tiendas de ropa y tenía una marca. Para ese entonces no era conocida pero de muy buena calidad.
A mi papá le ofreció trabajo y ahí comenzó un nuevo capitulo para el y para nuestra familia.