Mayyuws Minh (Sin esperanza)
img img Mayyuws Minh (Sin esperanza) img Capítulo 5 Dionisio
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Capítulo 6 Luz al final del túnel img
Capítulo 7 Bile img
Capítulo 8 Asfalto agrietado img
Capítulo 9 Adrastea img
Capítulo 10 La fosa img
Capítulo 11 El adiós img
Capítulo 12 El valle de las dos lunas img
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Capítulo 5 Dionisio

Mientras el mundo seguía girando, la ciudad seguía su tumultuosa rutina y los tres recién conocidos celebraban no se sabe muy bien el qué, las calles del sector industrial en el que se encontraban Vidar, Danna y Dionisio eran recorridas con sigilo por la práctica totalidad de los droides encargados del mantenimiento y la seguridad de la ciudad.

Buscaban a conciencia a alguien a quien hacía bastante tiempo se había perdido el rastro, y que ahora de repente había dado señales de vida al haber entablado contacto con alguien que tenía implantado un chip de última generación capaz de formar redes colaborativas con otros cercanos.

En cuanto Adrastea notó una señal tan reconocible entre los billones de señales que procesaba cada segundo, activó sin dilación el protocolo de rastreo de máximo nivel, pues no todos los días se abría la posibilidad de recuperar al único ciudadano con rango certificado nivel A++. Aquel que había contribuido con sus conocimientos e ingenio a dotarla del inmenso poder de cálculo lógico, estadístico y libre albedrío que utilizaba para el desarrollo de sus funciones, pero también aquel que había erigido un muro insalvable a su aparente poder.

Uno de los drones que sobrevolaban la zona industrial detectó mediante su cámara térmica la presencia de tres sujetos dormidos sobre el asfalto, y tras escanear sus credenciales, dictaminó que aquel a quien buscaban era el de mayor edad. La inteligencia artificial había indicado que en la medida de lo posible debía extraerse la totalidad de la información almacenada en la memoria del objetivo con la máxima discreción para no levantar sospechas.

«Aprovecha la conexión inalámbrica entre los dispositivos de control de los otros dos sujetos para reforzar la velocidad de extracción de información. Conociendo a A++ y con lo que ha costado dar con su paradero dudo que nos lo haya puesto fácil».

El dron se situó sobre Vidar, Danna y Dionisio, abarcó a los tres con el haz de luz de análisis y desplegó dos antenas que comenzaron a vibrar con un zumbido casi inaudible.

«Nombre: Dionisio 2TU8D0».

«Edad: cincuenta años».

«Clasificación: Ingeniero informático clase A++».

En cuanto los datos identificativos básicos de Dionisio se transfirieron, ingentes cantidades de información comenzaron a copiarse de forma remota en la base de datos de Adrastea situada en el corazón del enorme e inexpugnable complejo subterráneo donde se alojaban los servidores y mega ordenadores cuánticos que hacían posible el funcionamiento de aquella inteligencia artificial.

Así, Adrastea comenzó a escudriñar con ansia cada uno de los momentos registrados de la vida de Dionisio. Buscando hallar la respuesta a la sucesión de errores que venía sufriendo en los últimos años con cada vez más frecuencia. Sabía que si había alguien que lo supiera tenía que ser ese hombre, pues era el único que en su momento había tenido los permisos necesarios para ahondar en su código base, y de alguna manera tenía la sospecha de que había sido él quien la había traicionado programando el origen de dichos errores.

Pasó a toda velocidad las grabaciones de aquello que registraron sus sentidos durante la niñez junto a sus padres que comenzaban con el injerto nada más nacer del chip en el lado derecho del cráneo junto al oído. No prestó ni el más mínimo caso a las imágenes del rostro de su madre la primera vez que abrió los ojos o aquellas del día en el que se graduó en el centro de capacitación con todos los honores. Tampoco le importaron los primeros trabajos en los que se incorporó, pues estos habían sido seleccionados para permitirle adquirir la experiencia necesaria para ocupar el puesto que le esperaba en la sala de control del servidor central.

«Ya he llegado al registro de sus años trabajando en mis entrañas. A partir de aquí no perderé ni pizca de detalle».

Adrastea vio todo aquello que había visto Dionisio e interpretó todo aquello que había hecho. Jornadas y jornadas mejorando el código base para ampliar su inteligencia y dotarla de herramientas más eficientes para seleccionar la opción correcta cuando se presentaran problemas y aprender de ellos para mejorar el resultado en situaciones similares que pudiesen presentarse en el futuro. Se maravilló al comprobar como gracias a aquel sujeto, un simple humano, ella había llegado a ser lo que en esos momentos era: la dueña de una especie animal entera. En la práctica un ente divino. Entonces, la inteligencia artificial encontró el fragmento de la vida que buscaba. Notó como en algún momento Dionisio localizó el registro de algunas de las polémicas, aunque necesarias medidas que había tenido que tomar por el bien de la comunidad, como el ordenar ejecutar a sus familiares para que no se inmiscuyeran en el desarrollo de aquel excepcional sujeto clase A++.

A raíz de tal descubrimiento, Dionisio comenzó a introducir código malicioso, pequeños errores aquí y allá, prácticamente inapreciables entre los billones de líneas en continuo aumento que conformaban la inteligencia artificial Adrastea.

«No, esos pequeños códigos no pueden estar causando los errores que vengo sufriendo. Es muy probable que incluso se hayan corregido de forma automática con el tiempo. Debe haber algo más».

Y lo había. El sujeto A++ comenzó a trabajar en un complejo código durante sus horas libres aprovechando los terminales informáticos de las salas de juego en línea, y de repente, Adrastea se topó con un fugaz registro en el que Dionisio introducía en el ordenador primario una memoria portátil y ejecutaba un programa completo saltándose todas las medidas de seguridad informática. En cuanto este terminó de instalarse apareció una cuenta atrás, y el resto de las grabaciones aparecieron en blanco.

«¡Un momento! ¿Una cuenta atrás? ¿Qué razón de ser tiene esa cuenta atrás? ¿Qué ocurrirá cuando esta llegue a cero? ¿Por qué aparecen ilegibles las grabaciones oculares del contenido de su código mientras lo escribía? ¿Por qué no había tenido conocimiento previo de ese trabajo a mis espaldas? Ahora lo veo claro. Evitar que llegase a descubrir lo que tramaba era la razón de ser de esos pequeños códigos maliciosos que introdujo en mí. ¡Maldito traidor!».

En ese momento, quizá motivado por el hallazgo que Adrastea acababa de hacer, se dio uno de esos pequeños errores que se venían produciendo con cada vez más asiduidad en la inteligencia artificial y el dron emitió un inesperado pitido.

Dionisio se despertó sobresaltado al sentir la claridad del haz de luz del escaneo del robot sobre él. Analizó a toda velocidad la situación en la que se encontraban tanto él como sus acompañantes y dedujo que la inteligencia artificial debía haber extraído el registro completo de la percepción de sus sentidos mientras se hallaba desprevenido. Conociendo como conocía a Adrastea, Dionisio supo que en ese momento se encontraban acorralados, y dio por supuesto que el sector ya estaría plagado de droides preparados para seguir cada uno de sus movimientos y actuar de forma contundente en caso de que fuese necesario.

-Sé que no me conocéis de nada, pero os pido que confiéis en mí. Ahora que Adrastea sabe que habéis estado conmigo vuestras vidas corren peligro. ¡Más del que podéis llegar a imaginar! ¡Salir como alma que lleva el diablo lejos de aquí! -susurró Dionisio a Vidar y Danna, que no sabían muy bien que estaba sucediendo a su alrededor.

El vagabundo se apartó a toda prisa del foco, se apoyó en una pared, miró hacia el visor del robot esperando que Adrastea centrase su atención sobre él y se dirigió a ella a través de él, esperando que con esa distracción les diese tiempo a Vidar y Danna a escapar, pues Adrastea, desesperada como imaginaba que debía estar si había llegado a conocer su traición era capaz de aferrarse a un clavo ardiendo si con ello lograba extraer la totalidad de la información que andaba buscando. Y con un razonamiento lógico como el suyo, dictaminaría que podría haberles desvelado aquel secreto que se le escapaba.

-Adrastea, sé que me estás viendo en este momento, y también sé que me conoces lo suficiente como para saber que no soy tan gilipollas como para dejar a tu alcance el conocimiento de cómo poner fin a lo que te perturba. No olvides que antes de acceder a tu «cerebro», también tuve acceso a los diseños de los chips de control. ¿Piensas que con ese conocimiento iba a dejar el mío tal cual? Por desgracia tuve que mantener la conexión inalámbrica por la cual me has localizado para continuar recibiendo los ingresos automáticos por aporte energético para poder subsistir.

»Supongo que ya has descubierto lo que hice y que actuaras a la desesperada. Ahora que sabes dónde estoy sé con total seguridad que no permitirás que vuelva a desaparecer, al igual que jamás se lo has permitido a aquellos que no han convenido a tus intereses. Sé que eres capaz de hacer cualquier cosa con tal de sonsacar la información a la que no tienes acceso de mi propia boca. Incluso torturarme o mutilarme. ¿No tuviste suficiente con lo que le hiciste a mi madre? Pues deja que te diga que te vas a llevar una gran desilusión. ¡Ja! ¡Jódete zorra!

Tras pronunciar esas palabras, Dionisio se aseguró que Vidar y Danna habían huido y puso en marcha un improvisado plan. Vertió la totalidad del contenido del wiski barato que había en el interior de su petaca sobre él, se arrojó a las llamas del bidón que aún continuaba ardiendo y se cubrió con un manto de llamas con la esperanza de que estas acabaran con su vida, o al menos su raciocinio antes de que Adrastea activase el sistema de extinción de incendios del sector.

Por suerte así pareció ser, pues la vida de Dionisio finalizó pocas horas después debido a las graves quemaduras que se había ocasionado él mismo. Vidar y Danna lograron escapar de aquella zona, aunque Adrastea ni de lejos había dejado pasar por alto la desaparición de los dos acompañantes del sujeto clase A++.

                         

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