Capítulo 2 Reunión en el parque.

- ¡Bueno chicos, hoy vamos a aprender un poco de fotografía al aire libre, os voy a llevar al parque estatal, entrenaréis vuestras técnicas, y el que me dé la mejor foto ganará una sorpresa! ¿Estás preparado? Entonces, ¡hagámoslo!

Mi profesor se llama Mateus, es alto y un poco delgado, pero muy guapo, y su energía es de otro mundo.

- ¡Mariaaa! - Ana me llamó, nada más subir al autobús, me senté a su lado y hablamos. Es mi mejor amiga desde la escuela primaria, siempre estuvo a mi lado en todas las horas, buenas y malas. Es preciosa, cuerpo perfecto, ojos verdes y grandes, tiene el pelo chanel, todos los chicos que conozco están locos por ella, incluido Luan, pero a mí no me importa, nunca he tenido problemas con ella. ¡Es un sueño de amigo!

- Hola, ¿emocionado por la gira?

- En realidad ni siquiera un poco, ¡sabes que sólo hago este curso por ti! - Como he dicho, ¡un sueño! - Pero no voy a mentir, este profesor me mantiene muy motivado, ¡ya sabes lo que quiero decir!

Casi se me olvida, Ana está enamorada de Mateus, de hecho tiene toda una voltereta lol.

- He pensado en llamar a Luan y a unos amigos para ver una película hoy, ¿qué te parece?

-No me apetece Ana, tengo que descansar porque esta semana doblaré mis días en el bar, el sábado tengo que ir a una fiesta con mi padre en la empresa en la que trabaja, no me apetece ir pero ¿qué más da?

- Qué pena, ¿pero qué te vas a poner?

- ¡QUE ME JODAN! ¡No había pensado en eso!

- Por supuesto que no, sería extraño que lo hicieras.

Llegamos al parque, el lugar es increíble, tiene mucha gente, es alegre y agitado, ¡genial para las fotos!

Hay muchos árboles, hay mesas y bancos de madera repartidos por todo el lugar, hay parejas en toallas sobre la hierba haciendo un picnic, niños jugando sonrientes. Es maravilloso.

Empecé a hacer fotos, en mi opinión todo era perfecto. Entonces sentí algo extraño, sentí un frío en el estómago, mi cuerpo tembló y me sentí mareado, me senté bajo un árbol que estaba cerca y me di cuenta de que me faltaba el aire. - Dios mío, ¿qué es esto? - Me pregunté en voz baja, traté de calmarme, poco a poco mi respiración volvió a la normalidad, miré a mi alrededor y había algo diferente que no había notado antes, había dos perros enormes mirándome, dos Rottweiler negros, ¡ambos me miraban fijamente!

- ¡Oh, Dios mío! - Cuando por fin conseguí hablar vinieron a mi lado, olfateándome y lamiéndome. - ¡Que alguien me ayude!

Cuanto más gritaba, más se abalanzaban sobre mí.

Miré asustada y entonces le vi, tenía los ojos verdes, el pelo rubio, una barba perfecta, era de mi altura, y tenía un cuerpo que hizo que mi corazón diera un par de saltos, era diferente, llevaba una camisa negra, vaqueros, cuturno y un chaleco de cuero como los de los moteros, y lo que me dejó más intrigada, un tatuaje en su brazo derecho, era un motor de moto con un latido. Este hombre me hizo imaginar cosas que nunca había imaginado.

Creo que me quedé mirándolo demasiado tiempo porque no me di cuenta de que me había quitado los perros de encima y me estaba mirando fijamente. No lo sé, pero estoy bastante seguro de que vi algo diferente en sus ojos, algo como lujuria, deseo, parecía estar mirándome con hambre.

- Lo siento, solté la correa para que pudieran jugar, no sabía que vendrían a ti. ¿Estás herido?

-ham, perdona ¿qué has dicho?

- Te pregunté si te hicieron daño. ¿Está todo bien?

- Tata está bien. Dios mío, ¿por qué estoy tartamudeando? No te preocupes, estoy bien.

- De acuerdo, bien si tú lo dices. Me voy, tengo más cosas que hacer. Nos vemos luego.

- ¿Qué quieres decir con "hasta luego"? ¿Nos vemos luego? - Mierda, yo y mi gran boca.

Y entonces sonrió, y joder, qué sonrisa, qué boca, qué hombre.

- No sé por qué, pero supongo que nos veremos pronto.

Luego se fue con los dos perros con la correa, no sé por qué pero mi primer impulso fue fotografiarlo saliendo con los perros.