Capítulo 4 Obsesión

Hoy es miércoles, ya es el segundo día después de conocer a esa chica en el parque. No puedo sacarla de mis pensamientos, esos ojos, esa mirada inocente, ya me estoy volviendo loco. De lo que más me arrepiento es de haberme ido de allí sin saber su nombre, qué estúpido fui, ahora no habrá forma de encontrarla, sin saber al menos su nombre ¿cómo la voy a buscar? ¿Por el olor?

Haaa me estoy volviendo loco. Oigo un ruido y me doy cuenta de que mi teléfono está sonando, veo el nombre de mi padre y contesto.

- ¿Hola, papá?

- Hola Dani (mi padre siempre me llamaba así, desde pequeño) así que hijo te llamo para recordarte la fiesta del sábado, en esta fiesta te voy a pasar la dirección temporal de la empresa, así que por favor, cómprate un buen esmoquin y prepárate para el discurso, ¿vale?

- De acuerdo papá, si me van a obligar de todas formas entonces voy a ir.

-¡Genial! ¿Viene Paty?

- No lo creo, está demasiado ocupada en el trabajo.

- A veces tengo que estar de acuerdo con tu madre. ¡Esta chica es genial! ¡Y muy bonito!

- ¡Papá! En realidad tengo una pequeña duda sobre Paty.

- ¿Por qué mi hijo? Mira, hagamos esto, no me digas nada todavía porque tengo que entrar en una reunión en unos minutos, ¿qué te parece si salimos hoy? Hay un bar muy bueno aquí en la ciudad y tampoco puedes quedarte encerrado en casa durante toda tu estancia aquí, ¿verdad?

- ¿Sabes qué? Sí, ¡necesito distraerme!

- ¡Genial! ¡Genial! Nos vemos a la salida de la empresa, ¡bien! ¡Te veré allí más tarde, hijo!

- ¡Nos vemos!

¡Necesito sacarme a esta chica de la cabeza, en tanto tiempo con Paty nunca miré a otra mujer y ahora no puedo dejar de pensar en esta chica!

- ¡¡¡Chica!!! - ese es un buen nombre para ella por ahora, le queda tan bien, tan inocente.

El tiempo pasó muy rápido, salí con C ́s, fui al parque con la intención de volver a encontrar a esa chica, pero nada, se estaba convirtiendo en una obsesión muy grande para mí, ¡nunca había pasado por algo así, nunca había sentido esa necesidad de alguien en mi vida! Ni siquiera paty y confieso que cada vez estoy más preocupado por mí. Me senté bajo un árbol, el mismo en el que la vi aquel día. Dios mío, ¿qué estoy haciendo? Le dije que nos veríamos pronto y hasta ahora no hay rastro de ella, ¡ni de su olor! Ahí está ese olor. Me perturba toda la noche, no sé qué pensar ni qué hacer. Mis dos perros se tumbaron a mi lado y se durmieron y yo me quedé allí apoyado en el árbol pensando cómo encontrar a esa chica, cómo encontrar a mi chica. Porque ella será mía y sólo mía.

María.

Hacía dos días que no lo veía, era extraño, no puedo explicarlo.

Ayer fui al parque antes del curso para ver si lo veía, pero nada, ni rastro de él, me sorprendo pensando en él todo el tiempo y no sé qué hacer.

¡Hija, ven a desayunar! - mi madre me llamó, hoy trabajaré en el bar, será bueno porque al menos podré distraerme.

- ¡Ya voy! - Vi la luz de mi teléfono móvil encendida, alguien me estaba llamando pero ¿quién es? ¿Qué? ¿Luan, de verdad? No tengo ganas de hablar con él, después de ver a ese hombre, ya ni siquiera puedo hablarle por teléfono, he evitado contestar sus mensajes porque en mi cabeza es como si lo estuviera engañando, aunque no tenga nada real con él, está mal pensar en otro.

Salgo de mi habitación y veo a mi madre toda emocionada hablando con mi padre, y me alegro de tener unos padres que se quieren tanto, se conocen desde niños, eran vecinos y estudiaban en el mismo colegio desde la primaria. Siempre han estado enamorados el uno del otro, pero no fue fácil para ellos, mi padre acabó liándose con otra chica por miedo a declararse a mi madre, y la chica acabó enamorándose de mi padre, cuando finalmente decidió declararse a mi madre y romper con ella, descubrió que tenía leucemia, en un estado muy avanzado y no había forma de salvarla. Estela era su nombre. ¡Mis padres lo hablaron y decidieron hacer el final de su vida lo mejor posible, se dedicaron y cuando llegó el final realmente fue feliz!

Me siento mucho más orgullosa de ellos.

- ¡Hola, cariño! ¿Qué pasa hija? - ¡¡¡mi madre me sacó de mis pensamientos y sólo entonces me di cuenta de que estaba llorando!!!

- ¡No hay nada! Está bien, me voy al bar, llego un poco tarde. Te quiero mamá, te quiero papá. Besos hasta más tarde.

-¿Vienes muy tarde hoy? Sí.

- De verdad, si está bien ¿puedo ir a casa Ana? Quiero hablar un poco con ella.

-Está bien, puedes irte, pero compórtate. ¿De acuerdo?

- ¡bien, bien, bien! Besos

No me gusta vestirme para trabajar en el bar. Cuando eres camarera no es muy bueno llamar la atención, me puse mi camiseta del uniforme que es negra, un all star negro (los all stars son mi pasión, simplemente tengo varios y no salgo sin ellos), unos vaqueros oscuros y me hice un moño medio suelto en el pelo. Salí de casa, me puse los auriculares y me fui a dar un paseo.

Una sensación de incomodidad se apoderó de mí, espero que esta noche termine pronto.

-Maria, ¡estoy agotada esta noche! - Ana vino a trabajar al bar para quedarse conmigo, no lo necesita, pero vino de todos modos.

- No me digas Aninha, me estoy muriendo, este lugar está realmente lleno hoy. - Era casi el final de la noche, estábamos ordenando y limpiando mientras esperábamos que el resto de los clientes se fueran.

- ¡María, realmente necesito dormir!

- Yo también. Por cierto, esta noche dormiré en tu casa, ¿vale? ¡Ya se lo he dicho a mi madre! Hay algo que quiero contarte, el lunes allí en el parque vi a un tipo, en realidad me atacaron sus monstruos -en ese momento ella abrió los ojos y vi que estaba aterrorizada- ¡Cálmate! Son sus perros, que parecen dos monstruos. Pero de todos modos, ¡no puedo quitármelo de la cabeza!

- ¿Espera un momento? ¿Qué quieres decir? ¿Un tipo?

- Deja que te lo cuente esta noche, ¿vale? ¿Es serio? Qué carajo. Estos despistados creen que todo el mundo tiene buena voluntad.

-¡CHICA! ¡Ya viene, gente!

- Lo he visto: una maravillosa moto negra estaba terminando de aparcar, ¡pero sólo estaba el conductor!

- ¡Parece que está caliente! ¡Vaya, está muy caliente! Ya te contesto yo, vale - dijo y se marchó sonriendo, pero había algo que me preocupaba mucho. El casco también era negro como la moto que me di cuenta que era deportiva y muy cara. Seguí mirando sin saber por qué, hasta que me di cuenta de algo.

- Espera, he visto este chaleco en alguna parte, no, no, ¡no puede ser! ¿O no? - Empecé a hablar conmigo mismo en voz baja, y entonces se quitó el casco, y se dio la vuelta, no sé si me estoy volviendo loco, pero parecía que se movía a cámara lenta, y cuando se giró completamente hacia mi lado, ¡no me lo podía creer! ¡Es él! ¡Oh, Dios mío, es él! - ¡Qué carajo! - ¿Grité? Dios mío, ¿por qué grité? ¿Todo el mundo me está mirando? Me está mirando, qué coño, ¿por qué se ríe?

                         

COPYRIGHT(©) 2022