Lo vi desearla antes de tenerla, sabía desde el momento en que vi su rostro como quería tenerla y eso fue mi motor para llevarle la contra. Bastián es el tipo de hombre que jamás admite lo que siente, que nunca abandona su orgullo por nadie y esta no fue la excepción.
Mi mayor motivo para pujar por Leila era ver cuanto estaba dispuesto a dar por ella, pero a pesar de ver que la quería tener no fue capaz de ofrecer más y es que los negocios es algo que ese hombre no esta dispuesto a poner en riesgo. Es racional, siempre se va por lo que es seguro y abandona sus emociones con tal de lograr su objetivo, analizarlo desde que solo es un niño tiene sus grandes ventajas.
Bastián es el hermano mayor, ante los ojos de nuestro padre el hijo perfecto y que siempre tiene la razón en todo lo que dice. Nunca vas a ver a mi hermano cometer errores, es por eso que dirige los negocios de la familia y es que desde que nuestro padre le dio el cargo a él siempre demostró que está más que capacitado.
Puede parecer que estoy siendo cruel, pero mi objetivo al comprar a Leila desde un principio es verlo caer y por esa razón me encuentro ahora abrazando a esta chica. Creo que mi hermano no tiene conciencia de lo que son los limites, la abandonó en medio de la carretera a su suerte y todo por que nuestro padre lo llamó para que se hiciera cargo de un asunto.
No puedo decir que esta chica no es hermosa, es como un ángel que cayó del cielo para ser mi salvadora. Unos hermosos ojos avellana, cabello rubio y cuerpo contorneado, cuando la miras lo primero que llama la atención es la belleza de su rostro. Un hoyuelo en su mentón, una bella sonrisa, labios carnosos que provocan deseos de besarlos y una mirada cambiante.
Cuando la ves a los ojos te topas con un mar de emociones, esta mujer puede ser la perdición de cualquier hombre, incluso la mía y si no fuera por que necesito que Bastián caiga a sus pies me la quedaría.
-Iremos a casa, te vas a sentir mejor una vez que estemos allí -impongo distancia y pretendo caminar cuando siento su mano tomada de la manga de mi traje.
-Perdona pero -muerde sus labios con la mirada baja, me hipnotiza el movimiento de su boca al no saber como continuar con lo que tiene que decir y cuando al fin levanta la mirada trato de disimular-. ¿Estará el señor Bastián a donde vamos?
-La razón por la que te compre...
Me detengo en seco por que no se si debería decirle la verdad, quizá quiera negarse a hacer lo que le pido y quiera decirle a Bastián la verdad de mis intenciones. Pero también considero la posibilidad de que si no le digo en lo que va a meterse termine alejándose de él, creo que hasta el momento solo hubo una mujer capaz de aguantarle a mi hermano un par de años.
-Necesito que me ayudes, Leila te compre por que necesito una mujer que seduzca a Bastián -paso saliva y la habitación se vuelve silencio, no mueve ni un musculo.
-Disculpa, ¿Me hablas en serio? -se coloca a pocos pasos de mi y parece estar furiosa.
-Bastián es un tipo muy difícil, tiene un temperamento muy jodido y hasta ahora no hay una mujer que le aguante -me quejo con mis manos enlazadas nervioso.
-Esto tiene que ser una maldita broma -avanza caminando delante y la empiezo a seguir de atrás.
-¿A dónde vas? -se detiene en seco y gira medio rostro, apenas me da tiempo a detenerme sin estamparme contra ella.
-Volveré a mi casa y obligaré a mi nefasto padre que devuelva ese dinero, no voy a seducir a tu hermano -jala un poco mi corbata y me obliga a verla lo suficiente cerca para tener su respiración sobre la mía-. Me educaron para tener valores, para ser una mujer de hogar y un día casarme con un hombre digno. Entonces llegas tú y me compras para tratarme como una prostituta, eso es algo que solo hace un poco hombre.
-No tengo alternativa, mi padre dejó de tomarme en cuenta en los negocios por culpa de mi hermano, si él cometiera algún error entonces tendría oportunidad de tener un lugar ahí -la tomo por los hombros-. Solo vi una vez a Bastián enamorado de una mujer, si se enamora de ti entonces cometerá errores y tu tendrás lo que quieres.
-¿Tendré lo que quiero? -suelta una risita irónica-. Mire señor Milán, debe saber que las posibilidades de que ese bloque de hielo que tiene por hermano se derrita son casi de cero porciento y en el caso de que pudiera derretirse, ya vio lo que pasó hace un rato. Su hermano no es el tipo de hombre que va a casarse y formar una familia, pero en el caso que lo fuera no es el tipo de esposo que espero para formar la mía.
Se dispuso a seguir caminando, siento como la única oportunidad que tengo de salir de este poso se empieza a escapar de mis manos y me invade la desesperación. Si Leila se vuelve a su casa no me importa que me devuelvan el maldito dinero, por que seguirá siendo todo igual en mi vida y eso me preocupa mucho más que la cantidad que di por ella.
-Te daré la libertad -al escuchar mis palabras se detiene en seco y enseguida noto que tengo un poco de esperanza de convencerla-. Si me ayudas a que Bastián se enamore de ti y cometa errores, entonces tendrás tu libertad por completo para empezar una vida lejos de tu familia.
-Mi libertad -titubea mirándome a los ojos-. No puedo confiar en tu palabra.
-Te tengo una mejor propuesta, haremos un contrato hoy mismo y tu quedarás en completa libertad a partir de hoy -me aproximo a donde se encuentra-. Si firmas el contrato solo fingirás ser mi esclava delante de Bastián pero cuando él no esté seguirás siendo mi igual, cuando comience a cometer errores que le cuesten la confianza de mi padre te daré una paga y cuando todo esto termines siempre me tendrás en deuda contigo.
Es lo mejor que puedo ofrecerle en esta situación y si acepta mis condiciones estoy seguro de que ella puede hacerlo caer rendido a sus pies, será la única manera de que mi hermano empiece a ver que también soy un heredero.
-Creo poder hacer el intento, pero no te puedo asegurar de que vaya a lograrlo Milán -sus mejillas se ruborizan al momento que baja la mirada y juega con sus dedos-. Nunca antes tuve contacto con chicos antes, en mi casa estaba prohibido que una mujer tuviera amistad con un hombre.
-¿En que mundo te tuvieron encerrada todo este tiempo? -pregunte ante la sorpresa de sus palabras.
Nunca conocí una chica la cual tuviera prohibido estar cerca de un hombre, que ni siquiera pudiera tener una amistad con uno. Supongo que su familia es tradicionalista, la típica de padres estrictos que cuidan a sus hijas como tesoro y eso es lo que me parece curioso ya que mencionó antes que fue su padre quien la trajo a este lugar.
Me parece bastante insólito un padre que entrega a su hija como un paquete, que la da a cambio de tanto dinero luego de haberla cuidado tanto. Tanto esfuerzo de toda una vida para entregar a tu hija a un par de desconocidos, darle valores, por que se nota que ella los tiene y luego lanzarlos por la borda al venderla.
Mi mente se detiene por un momento al ver como la camioneta se detiene ante nosotros, la puerta se abre y Bastián esta allí sentado con un vaso de whisky cómodo como si nunca nos hubiera dejado en medio de la nada. En mi mente regresa el recuerdo del momento en que nos íbamos, mire a Leila en el medio de la carretera sin saber que hacer y vi el rostro de Bastián que no tenía expresión alguna.
Le rogué que se detuviera, tuvimos una pelea donde me recordó como cada día de mi vida que por ser así mi padre no me da mi lugar y cuando estábamos un poco más alejados tal vez a media hora de donde habíamos dejado a la chica se detuvo. Me quedé mirándolo desde mi asiento inmóvil, se levantó y me tomó de la camiseta para lanzarme al medio de la nada.
Fue su manera de decirme que fuera por ella, que no la dejara sola y que no permitiera que nada malo le pasara. Aun que por supuesto que él jamás va a aceptar que eso es lo que en verdad quería, por el contrario me seguirá tratando como el hermano menor irresponsable y cada vez que tenga la oportunidad de humillarme frente a mi padre lo hará.
Tomé la mano temblorosa de Leila y ella subió primero, cuando subí yo me llevé una gran sorpresa. Al lado de Bastián se encontraba sentado mi padre, con un habano en la boca y nos miraba con gran atención.
-Te lo dije padre, llegaríamos aquí y él estaría al lado de esta mujer que solo es una simple esclava que compramos -soltó una risa de lado antes de beber un gran trago-. No a madurado y tu quieres darle un lugar en nuestro negocio a alguien tan débil como él, alguien que jamás sería capaz de tomar un arma.
-Deja de repetir esa tontearía -mi molestia se siente en mi voz que se vuelve ronca.
Miro a Leila de reojo que tiene las manos apretadas en la falda de su vestido y esta con la mirada baja, no quisiera que escuchara esta discusión que tiene que ver con el negocio familiar, sin embargo a partir de ahora tendrá que acostumbrarse que esta familia no es como lo que ella imagina.
-No estoy diciendo nada que ya mi padre no sepa, no serías capaz de matar y es por eso que aun sigues sin pertenecer al negocio -agrega con una media sonrisa en el rostro arrogante, mientras juega con los hielos del vaso.
-Silencio -anuncia aclarando la voz mi padre-. Ustedes dos llevan años peleando por ver quien es el mejor de mis hijos, eso no puede demostrarse perteneciendo al mismo negocio y lo único que harán será arruinarlo todo. Milán debe demostrarme que creció, pero tu Bastián te volviste un hombre demasiado insensible y eso es algo que en este negocio te puede llegar a hundir.
Ambos cruzamos miradas, expectantes ante las palabras que saldrán de la boca de mi padre y es que por primera vez cuestiona algo de lo que esta haciendo Bastián.
-Abrí una parte externa del negocio que voy a poner en manos de Milán, está desvinculada de nuestro negocio y es por que quiero ver hasta donde eres capaz de llegar -se dirige a mi y al soltar el humo Leila empieza toser-. Bastián tendrá que aprender de sensibilidad si quiere seguir manejando el negocio, para eso quiero que pase tiempo con esa muchacha.
Leila y yo cruzamos miradas, por que justo como se lo dije será libre si me ayuda con lo que quiero. Esta es su oportunidad, la oportunidad perfecta para que se acerque a mi hermano y que él termine enamorándose de ella.
-Es mi esclava -reprocho como si estuviera en contra y Leila mueve los labios como si quisiera decir algo pero solo suelta el aire.
-No tiene que estar todo el tiempo con Bastián, tu tendrás mucho trabajo que hacer para sacar adelante tu negocio y ese tiempo en que estas ocupado tu hermano lo tomará para conocer a la muchacha -sonrió de manera leve y se acarició la barba mirándonos-. La decisión está tomada, ustedes saben que las ordenes no se desobedecen en esta familia.
-No importa lo que diga acerca de pasar tiempo con esta mujer, lo veo en tu mirada que nada de lo que haga va a cambiar tu decisión -recarga sus codos en sus rodillas y mira fijamente a la rubia-. No importa que tenga que pasar mi tiempo contigo, tu vas a seguirme y harás lo que te diga. Nada va a cambiar mis planes y una mujer nunca me hará cambiar mi manera de pensar, mucho menos mis emociones.
Fue entonces que me di cuenta de que aquí comenzaba una guerra, una para demostrar quién podía ser el mejor de los hermanos y por el dolor de los últimos años me juro que no pienso perder. Es mi momento de decirle que no al sufrimiento, de dejar de conformarme con ser la segunda opción y comenzar a ser lo que cada noche sueño.