/0/5486/coverbig.jpg?v=6785886c369cd8833e80f19b04f0586b)
CAPÍTULO 2.
Invasión.
-----
La búsqueda alrededor del lago había sido infructífera y eso tenía algo molesto a Joshua, pues no le gustaba fracasar, es decir, ¿a quien sí?
El equipo de ocho elementos aceleró el paso por el bosque, ya estaban cerca de su territorio y debían trazar un nuevo plan en conjunto, no sin antes informar al círculo íntimo de la manada y del aquelarre.
Nicholas de repente se detuvo, elevando los brazos casi noventa grados para impedir que los que iban cerca suyo siguieran avanzando. Joshua no preguntó, solo agudizó sus sentidos notando el eminente olor a sangre, mucha sangre.
Tras dos segundos el vampiro dio un paso lento al frente, seguido del beta líder.
-Jo, aguarda aquí- demandó Nicholas en voz baja.
-No cuentes con ello.
-Joshua- hizo un esfuerzo por no gruñir.
-¿Qué? Recuerda que yo estoy a cargo- empuñó su arma y con un movimiento de cabeza le indicó a los demás que le siguieran.
El grupo tomó su formación, con Joshua y, por obvias razones, Nicholas al frente; con cautela avanzaron y cuando el vampiro apartó la rama de un arbusto para mirar, se congeló. La luz del sol del atardecer colándose por la alta vegetación aun fue suficiente para poder ver a detalle que lo que estaba allí no era humano, ni siquiera cambiaforma ni vampiro; en realidad parecía una mezcla de todo eso.
En el claro del bosque estaban tendidos dos cuerpos: un lobo joven y un humano, seguramente "secuestrados" del pueblo, abiertos improvisadamente en canal; y sobre ellos había unas criaturas humanoides. No existía otra forma de describirlas: sus brazos eran un poco más largos de lo que deberían, terminaban en garras extensas, huesudas y afiladas; sin duda esas cosas eran altas, pero su pose era encorvada, solo vestían pantaloncillos viejos y desgastados, por lo que los huesos de la columna eran evidentes al sobresalir de manera grotesca. Sus cabezas semicalvas eran espantosas, parecía que sus cabellos hubieran sido arrancados por mechones al azar; parecían animales salvajes, sobre todo mientras devoraban con prisa las entrañas de sus víctimas.
Una de las criaturas olfateó el ambiente y volteó, encontrando sus miradas. Nicholas reconoció el tono rojo en las pupilas de ese ser, esa cosa había sido en algún momento de su vida un vampiro, pero claramente ahora ya no lo era, al menos no uno convencional.
-¡Nick!- escuchó la exclamación de su pareja, entonces fue consciente de que "esa cosa" comenzaba a avanzar lentamente hacia ellos, haciendo que las otras cuatro criaturas repararan también en su presencia. La advertencia de Joshua había sido para sacar de su estupefacción al vampiro, ya que los demás elementos del grupo se habían desplegado y apuntado con sus armas, era evidente que estaban nerviosos, pero habían actuado mejor y más rápido, eso Nicholas lo admitió para sí.
Un equipo de ocho elementos contra cinco "cosas", si se fijaban en la cantidad era seguro que podrían someterlos, pero si se guiaban por la destreza, fuerza y habilidad, no sabían qué esperar.
Nicholas oyó disparos, los deltas y otros betas comenzaron a defenderse, él se movió rápido alejándose del camino del que "antes había sido un vampiro"; sin quitar, claro, un ojo de su pareja, porque no podía perder a Joshua de vista.
Para su sorpresa "la cosa" era tan rápida como él, a simple vista sus extremidades larguruchas y toscas no daban fe de ello, pero lo era. La criatura intentó morderle el brazo, dejando salir un mal olor de su boca y dejando ver sus dientes torcidos y afilados, todos ellos eran como una infinidad de colmillos. Bien, Nicholas decidió que debía acabar con ellos inmediatamente y dejarse de juegos, pues eran muy peligrosos. Sin embargo, lamentó aceptar que iba a ser más difícil de lo que parecía, pues este era prácticamente igual de fuerte y hábil que él.
Por su parte, Joshua forcejeaba con uno cuyos ojos no eran carmesí, pero que gruñía como un lobo rabioso. El beta decidió guardar las balas que le quedaban y hacer uso de su daga, aquella arma larga y afilada; la hoja era de plata así que no cualquiera podía manejarla con la destreza con la que él lo hacía. Logró esquivar la gran mayoría de los ataques, e infringir bastantes cortes, "la cosa" aullaba cada vez que la hoja de plata abría su reseca y grisácea piel, así que Joshua tuvo una idea. En cuanto pudo llegó al pequeño revolver que guardaba en su bota, ese que solo contenía balas de plata y puso una en el centro de la frente de la criatura; esta calló muerta al instante.
Las otras cuatro "cosas" parecieron notarlo y, para la desdicha del grupo, se volvieron más salvajes.
Joshua miró a Nick, pero se decidió por ir a ayudar a uno de sus compañeros de equipo que de alguna manera parecía tener la pierna rota, pues se estaba arrastrando lejos del área de lucha. Joshua sopesó la idea de llamar a su lobo, dos miembros de su equipo ya lo habían hecho, pero Josh sabía que nunca había controlado del todo a su lobo, siempre había sido más hábil luchando cuerpo a cuerpo.
-¡No, cuidado!- gritó el delta que tenía la pierna rota, Joshua miró cómo una de las criaturas estaba empujando un tronco de un árbol, se dio cuenta de la enorme fuerza que esta tenía pues "arrancó" el viejo árbol de su lugar para que este cayera sobre ellos. Joshua tomó al delta por las axilas y tiró de él con fuerza para sacarlos a ambos del camino y caer sobre unos matorrales.
Nicholas abrió los ojos enormemente cuando el tronco cayó, no alcanzó a ver si, efectivamente, Joshua había logrado salir ileso de aquella maniobra, pero de inmediato el vampiro siseó de dolor cuando su oponente desgarró la piel de su abdomen, la criatura había aprovechado su desconcierto para rasguñarle con bastante fuerza. Nick sintió el aroma intenso de su propia sangre y maldijo, la herida era grande, le llevaría algo de tiempo reponerse, tiempo que no tenía. Se abalanzó sobre su oponente teniendo una cosa en mente: debía acabar con él para poder ir por Joshua. ¡Tenía que deshacerse de esa cosa, ya!
Más rasguños y golpes, sangre regada y por fin Nicholas rajó el cuello de la criatura, fue la muerte más grotesca que hubiera visto: la "cosa" cayó de rodillas mientras que su sangre oscura y algo viscosa salía a borbotones de su garganta y boca, dejando escapar de esta un sonido desagradable. Cuando el color rojo de los ojos de la criatura perdió brillo, Nick decidió correr hacia donde Joshua debería estar, así que sorteó a las otras tres "cosas" que aún seguían luchando con los demás del equipo. Exhaló aliviado cuando encontró a Joshua tendido sobre los matorrales, sujetando con firmeza a su compañero herido, pues con la fuerza y rapidez con la que tiró para salir del camino, terminaron cayendo aparatosamente por una pequeña ladera.
-Nick- jadeó Joshua mirándole más asustado que aliviado, -estás herido.
Era cierto, Nicholas lo estaba, pero lo había olvidado hasta que Joshua lo señaló.
Un fuerte aullido hizo eco en el bosque, podría ser un lobo o un coyote, no estuvieron seguros, solo podían afirmar que era escalofriante. Las otras tres criaturas reaccionaron al llamado, aullando también y empujando muy lejos a sus oponentes, luego abandonaron el claro para internarse en el bosque, tomando una ruta en sentido puesto hacia el pueblo.
Pudieron intentar seguirlos, pero Joshua dio la orden de que se quedasen; su unidad estaba cansada y herida, además de que podría haber otros, muchos más seres como esos por allí.
El saldo del enfrentamiento fue: dos criaturas muertas, un delta con la pierna rota y todos los demás con magulladuras y evidentes cortes y raspones; sin embargo, el de Nicholas era el que se veía más grave.
-¿Nicky?- el vampiro abrió sus ojos y miró hacia arriba, se había sentado al pie de un árbol a descansar un poco, manteniéndose algo lejos de los demás, mientras estos evaluaban sus propios daños.
Joshua se acuclilló a su lado y le tocó con suavidad, -¿te duele?
La mirada preocupada del beta fue indiscutible.
-No mucho- mintió; pues la criatura, el ser algo así como un vampiro también, causó que la herida no cerrase con la rapidez que debería, además de producirle bastante dolor.
Los dedos de Joshua acariciaron la mandíbula fuerte de Nicholas.
-Nick, no me mientas.
-Estoy bien.
-No lo estás, déjame ayudarte- Joshua tiró del cuello de su propia camisa para descubrir su yugular, se inclinó hacia él e indicó, -vamos, bebe.
-Jo, en verdad, estoy...-, Nicholas miró de cerca la piel del lobo, se humedeció los labios sintiendo como sus encías picaban por dejar salir más sus colmillos, era tentador.
-Hazlo- insistió Joshua y se pegó más a él.
Nicholas aspiró el aroma que su pareja desprendía, era dulce, como la ciruela más madura y perfecta, luego pasó la lengua por el área en la cual iba a sorber y sintió el estremecimiento de su amante; entonces, el vampiro abrió la boca lentamente, a la misma velocidad que sus colmillos crecían.
Joshua cerró los ojos con fuerza, soportando la sensación punzante y ardiente que causaron los colmillos al enterrarse en su piel; antes Nick había bebido de su sangre, pero había ocurrido durante sus encuentros íntimos, lo que había sido maravilloso, pues el orgasmo combinado con el dolor había hecho maravillosos estragos a sus sentidos. En cambio, ahora, tuvo que sostenerse de los hombros de Nick para no desplomarse cuando comenzó a sentirse débil.
Nicholas se obligó a dejar de beber y sostuvo a Joshua entre sus brazos; pasó la lengua, lamiendo para cerrar la herida que sus dientes habían causado.
-Perdóneme, Jo, debí detenerme antes- exclamó el vampiro, se maldijo por dejarse llevar por su exquisito sabor y por la necesidad de su cuerpo por sangre.
Joshua correspondió al abrazo, refugiándose en su pareja, -Está bien, estoy bien si tú lo estás- dijo.
Nicholas le acarició la espalda y exclamó, -esto no debió de haber sucedido, me descuidé durante el enfrentamiento, tuve miedo de que te hirieran.
Joshua sonrió, -tranquilo, nada va a pasarme.
...
Anthony desvió la mirada de aquél par, tratando de darles su espacio y algo de privacidad, pero su sentido agudo del oído no ayudaba, así que decidió que lo mejor era esperar fuera; el príncipe dio media vuelta y salió de la construcción.
Después de llevar los cuerpos de regreso al pueblo como parte de la evidencia y de rendir un minucioso reporte, el grupo se desintegró, de manera que cada uno se dirigió a descansar o a atender sus heridas; en cambio Joshua no se despegó de Nicholas.
-¿De verdad tienes que irte?- preguntó el beta.
Nick asintió, estaban en el vestíbulo de la casa alfa, Anthony les había dejado a solas.
-¿Me llevarás contigo?
-Jo, si pudiera lo haría, pero es muy peligroso.
El príncipe vampiro había estado presente durante el informe del grupo de ocho que regresó del lago, él nunca había escuchado ni visto antes aquel tipo de criaturas y eso le preocupó, por ello decidió que debía investigar, en otras palabras, marcharse por unos días llevándose a casi todo su aquelarre con él para abarcar mayor área al seguir cualquier pista, Nicholas entre ellos.
-No sé si sentirme ofendido, está claro que sé cuidarme.
-Sí, dulzura, me lo has demostrado- le abrazó, -pero este viaje es diferente, no creo que sea posible que nos sigas el paso, en serio.
Joshua suspiró aferrándose a él, -estoy preocupado, tengo un mal presentimiento- confesó.
Nicholas también lo tenía, pero decidió no decirlo, pensó que no tenía caso asustar a su pareja, -con mayor razón, debo irme, Anthony conoce a varios grupos y aquelarres, puede que alguno sepa quienes o qué eran esas cosas.
-¿Vas a regresar?
-Por supuesto- le soltó para mirarle a los ojos, -no tienes por qué dudarlo.
Los padres de Joshua le habían abandonado cuando era un cachorro, de alguna manera el asunto aún no había quedado zanjado del todo.
El beta asintió y se separó un poco más, de su cinturón tomó la daga de plata con todo y su funda, -toma- se lo ofreció.
-¿Tu arma favorita?- la cejas de Nicholas se elevaron con algo de asombro.
-Aparentemente la plata los lastima, lo noté, así que creo que en eso son similares a nosotros.
Nick miró la daga en su funda que descansaba sobre la palma abierta de su pareja, usualmente los vampiros no empleaban armas, simplemente confiaban en sus habilidades sobrenaturales.
-Vamos, tómalo- insistió Joshua y, como si le leyera la mente agregó con firmeza, -probablemente no lo necesites, pero me sentiré un poco mejor si lo llevas contigo.
-¿Qué hay de ti?
-Estaré bien, no saldré del pueblo, lo prometo, nada va a pasarme.
Nicholas exhalo, no estaba del todo convencido, no cuando tenía que apartarse de su pareja por algunos días; tomó la daga y ató la funda a su propio cinturón.
-Nicky, ten mucho cuidado- dijo Joshua con seriedad.
El vampiro volvió a abrazarle y, muy cerca de su oreja, susurró -te amo, Jo.
Joshua apretó el abrazo fuertemente, -yo también te amo, muchísimo.
---------
ESPACIO PARA CHARLAR: Estamos ya a solo un capítulo de que esta historia termine, además del epílogo, claro está. Espero que esté siendo de su agrado. Nos leemos pronto. [Índigo]