-Casi lo olvido, a petición del capitán, tu vestuario ha sido configurado para recibir descargas eléctricas cada que el humano te golpee, para que sientas mucha más presión-finaliza y escucho como el transmisor es apagado.
Una puerta casi invisible frente a mí se abre y a su vez noto como el oxigeno sube un poco más, la temperatura baja a unos 25 grados y de las paredes salen las fuentes de energía que me castigarán.
A través de la puerta, un humano sale con pasos lentos mientras yo tomo posición de combate. Nunca había visto un humano y no se parece en nada a los de mis libros, los de allí tienen algún tipo de cabeza redonda y son blancos con cuerpo abolsado. Este humano es más como...nosotros, es completamente con su cuerpo como el de un giboso, solo que su cabello es de color negro y sus de un color que no conozco, lleva una ropa de color blanco y susurra cosas que no comprendo mientras observa todo a nuestro alrededor.
-¿Qué hago aquí? -avanza más pasos y por inercia yo doy tres atrás. Su vista no para en mi en ningún momento, solo mira cada puerta-Debo irme, necesito volver-el humano corre hasta una de las puertas y empieza a golpearlas, gritando por ayuda.
No entiendo que está pasando, ¿por qué pide ayuda en vez de usar su poder asesino para irse?
-Howen, ¿quieres irte? -el comunicador es encendido nuevamente, pero esta vez no se dirige a mí.
-¡Si, quiero volver a casa, no quiero estar en ese manicomio, yo no estoy loco!
-Pues entonces debes cumplir una misión primero-escucho atenta las palabras de la mujer, no sé porque hace esto, no comprendo nada-Mata a la mujer que se encuentra contigo y te dejaremos ir.
Y ahora su mirada si cae en mí y puedo ver la ira a través de sus enormes ojos. A mi cuerpo le cuesta responder, tengo mucho miedo ante ese humano, no sé que sea capaz de hacer. Hace tiempo deseo morir a ver si así al fin soy libre, pero pienso en que aún me falta recorrer el universo de verdad, a pesar de todo lo que he pasado aún merezco un poco vivir. No puedo morir en manos de un monstruoso humano.
Siento un dolor en mi mejilla, fuerte como si hubiese sido un latigazo. Me cuesta unos segundos recomponerme para evitar otro con mi brazo, pero lo que no puedo evitar es la electricidad que chispea a mi cuerpo, haciéndome temblar y estremecer, más de sorpresa que de dolor. El humano me golpeó por primera vez, y tal como dijo la mujer, recibí mi castigo por eso.
-¡Te mataré, perra! - un nuevo golpe intenta llegar a mí, pero logro esquivarlo, golpeando al humano en su rostro por primera vez.
El humano retrocede unos pasos debido a la fuerza del golpe, se le nota aturdido. Por temor no me atrevo a acercarme y golpearlo más, pero no demora mucho tiempo en recomponerse. Un liquido de color rojo sale de su boca, lo cual imagino es sangre, pero lo dudo en el instante que la seca con su dedo pulgar y la unta en sus labios, saboreándola.
-Pagarás por esto-nuevamente arremete contra mí, espero el golpe con sus puños, pero, al contrario, siento como mi cuerpo pierde el equilibrio y cae al piso. Usa su pierna para hacerme caer y luego siento un fuerte golpe en mi abdomen, seguido de esa descarga eléctrica que roba mucho de energía.
¿Qué me pasa? No puedo dejar que el miedo me gane, es un humano, está usando combate cuerpo a cuerpo, se supone que este es mi fuerte. Me he entrenado años en demostrar que no tengo poderes, pero puedo ser muy fuerte si en combate cuerpo a cuerpo se trata, no dejaré perder eso.
Antes de que un nuevo golpe llegue a mi abdomen, ruedo para alejarme y poderme poner de pie. A la mierda el miedo, debo demostrar que soy más que el castigo de Gibosa, debo demostrar mi fortaleza.
Es mi turno de atacar, yendo directamente al hombre. El primer golpe va directo al rostro, pero lo esquiva, aprovecho su distracción para dar una patada en su muslo, veo como hace un gesto de dolor, pero no se cae. Al perder su equilibrio nuevamente actúo de manera rápida y doy un golpe con la mayor fuerza que pueda en su rostro, sintiendo como esta vez mis nudillos pagan el precio. El dolor me distrae un instante que pago con un nuevo golpe en mi abdomen y luego los brazos del humano me envuelven, inmovilizándome, por lo que al luchar caigo de espalda al duro suelo, golpeando mi cabeza y espalda en el proceso, pero a su vez los brazos del humano.
No sé como logra soltar sus brazos de mí, pero antes de lo que logro reaccionar, su cuerpo se encuentra sobre mi abdomen y sus manos se encuentran alrededor de mi cuello, intentando dejarme sin oxígeno. Es el mayor error que el humano ha podido hacer, pero es normal porque hasta donde entendí debe pensar que aún está en la tierra y quiere dejarme sin oxigeno porque los humanos no viven sin este, pero yo no soy humana y mucho menos débil.
Elevo mi pelvis para hacer que mis rodillas rodeen su cabeza y con mucha fuerza aprieto, haciendo que vaya hacia atrás, dejando mi cuerpo. El humano queda con su cabeza entre mis piernas y rápidamente me levanto y es mi turno de envolver mi brazo alrededor de su cuello por la espalda, mientras con mis piernas sujeto sus brazos.
-Por favor...no me mates-entiendo entre sus intentos por tomar aire, pero aún así no lo suelto.
Siento rabia en este instante, ira que no puedo controlar porque por un instante tuve miedo, demostré debilidad. No me gusta demostrar mi debilidad y temor, tengo una ira conmigo misma que solo puedo desquitar con este humano.
-Seis, suéltalo-escucho la voz de mi padre por el comunicador, esta vez no es la de la mujer.
No hago caso a sus palabras, solo puedo sentir como el cuerpo del humano se estremece. No sería capaz de asesinarlo, pero necesito más, un poco más para desquitar esto que siento.
Siento como mi cuerpo arde y se estremece, el dolor se ha apoderado de mí y puedo sentir como esta vez fue una descarga mucho más fuerte y larga que las anteriores. El dolor me obliga a soltar al humano, quién puedo notar que solo queda tendido en el piso, su pecho aún se mueve suavemente por lo que soy consciente que no ha muerto.
Me levanto para mirar a mi padre y en cuanto mis ojos se encuentran con los suyos, puedo ver la chispa de ira. Una nueva descarga como la anterior acierta mis dudas, y sé que esto es porque no hice caso a su orden y lo dejé mal frente a los científicos.
-Hazme caso cuando hablo-agrega con su voz ronca y demandante.
-Si, capitán-respondo con asco.
La puerta por la que entró el humano, se abre nuevamente y dos sujetos mas entran para cargar su cuerpo y sacarlo de la sala. El oxígeno vuelve a bajar, la temperatura a su estado normal y nuevamente mi padre y los científicos se encuentran frente a mí.
-¡Eso fue excelente, Seis! -el hombre aplaude.
-Aceptadas, capitán-la mujer estrecha nuevamente las manos de mi padre y frunzo mi ceño ante sus palabras.
-¿Acep...
La puerta por la que entré hace un rato se abre, dejando entrar a una nueva persona a la sala. Puedo decir que su rostro es el mismo del mío, ambas nos sorprendemos, estoy completamente confundida. Mucho más que antes.
-Mi esposo y yo hemos buscado guerreros poderosos-la mujer habla en dirección a la chica que acaba de entrar a la sala-Y fuertes-ahora se dirige a mí.
-Nuestra familia corre mucho riesgo debido a que nosotros somos los únicos que conocemos la posición de feto-habla Charmond-Nosotros somos lo suficientemente fuertes para cuidarnos y aún así necesitamos ayuda, pero nuestro pequeño hijo no.
-Y es por ello que solicitamos la ayuda del capitán y las recomendó a ustedes, quienes en definitiva son perfectas para esto. Pondremos el cuidado de nuestro niño bajo sus manos, esta será su misión.
En cierto caso me emociona, pero siento que algo no cuadra, mucho más allá de mi compañera, siento que aquí hay algo incompleto. No debieron ponerme a luchar con un humano solo para cuidar a un niño.
-¿Y para que era mi prueba entonces? -no dudo en preguntar.
-Su misión no será en Gibosa-informa mi padre, su tono siendo más suave del usual-Tú y Dacota deben ir a la tierra.