Syre miró el reloj de pared que colgaba en la oficina.
-Ya puedo irme?- pregunto Syre a Erika.
-Si, puedes Sairi- dijo está voltiando los ojos hacia arriba.
<< Por fin ya es hora de irme>>.Sairi, Syre odiaba que la llamarán así.
Syre al fin podía recoger sus cosas y marcharse. Justo cuando está se puso de pie y recogió sus cosas, él Señor Hendrick salió de su oficina, ambos coincidieron con la mirada y Syre sintió como le temblaban las piernas. Hendrick salió de la vista de está y el corazón le volvió a la normalidad.
Ya en casa, mientras preparaba el almuerzo para el día siguiente, Syre recibió una llamada de su amiga de la infancia.
- A puesto que debo de hacerte mucha falta?- Syre en forma de broma y burla.
- Ay! eres una tarada, nunca te perdonaré el que me hayas dejado.
- No creo que tu madre hubiera estado contenta con que te trajera conmigo.
- Pues a ustedes al parecer de les olvida que soy adulta.
-Y a ti que estás en tu último año de universidad y que venir aquí iba hacer imposible.
-Pues espero que para el año que viene no haya, ni pero, ni excusa.
-Jajaja no los habrá. Para el año que viene estaremos viviendo juntas.
- Ayyy! te amo!- se escucho decir junto con un grito de emoción a Mailin.
Mailen era la mejor amiga de Syre, habían crecido en el mismo barrio y habían ido juntas a la misma escuela.
Mailin era una chica muy alborotada y simpática con aquellos que les caía bien, era alta y flaca, con senos pequeños y poca cadera, de piel blanca y pelo negro, con unos hermosos ojos negros y grandes. Había querido ir a la ciudad con Syre pero no le era posible por sus estudios a pesar de que su madre decía que la ciudad no era lugar para una niña cómo ella.
- Yo también te amo Mailin.
-Y cuéntame cómo fue tu primer día de trabajo?
- Nada fuera de lo normal - Syre no quería contarle sobre el mal trato de sus compañeras de trabajo, ni su atracción por su Jefe.
- Que aburrida eres. Y no hay chicos guapos allí?
> se dijo Syre para si.
- Mailin... no, nadie me pareció guapo y no fui a buscar chicos guapos.
- Ay pero que sangrona!
-Bueno ya te tengo que dejar- Syre bostezo de cansancio - mañana tengo que madrugar y no doy más.
-Bueno está bien, pero no me olvides.
-Esta bien, bey, te amo.
-Igual bey. besos.
Era imposible para Syre no ver a Hendrick cuando está cerraba sus ojos para intentar quedarse dormida, ahí estaba él, mirándole con sus penetrantes ojos azules.
Syre estaba sentada encima del escritorio, llevaba una mini falda, con medias hasta la mitad de los muslos, con una camisa que tenía los primeros botones desabrochados, sus manos estaban sobre la mesa y su cuerpo reclinado hacia atrás, Hendrick estaba de pie frente a ella, en medio de sus piernas, esté también tenía su camisa desabrochada, sus ojos azules se habían vuelto oscuros como la noche y penetrantes. Agarrando a Syre por la cintura, la trajo hacia el, haciendo que está sintiera su erección, la mano derecha de Hendrick bajaba hasta agarrar sus nalgas y apretarla, mientras está gemía de placer, sus bocas se unieron en un profundo y encandesente beso. Luego los labios de aquel hombre bajaron a su cuello y con la mano izquierda agarró uno de sus pechos, mientras Syre bajaba la cremallera del pantalón de él, metiendo su mano y sacando su duro y grande pene, Hendrick la mira a los ojos y empieza a bajar su mano llegando este justo a la mitad de su muslo y empezando a entrar por su mini falda, una vez que su mano llega empieza a dar movimiento circulares con el pulgar de su dedo en el clítoris de ella, haciendo que está se apriete contra él, justo cuando ella está a punto de alcanzar la cima, el se detiene, agarra su miembro erecto y exuberante, habré las piernas de Syre empieza a entrar su pene entre el medio de las piernas....
Ric Ric Ric!
Syre abre los ojos como platos, nota el sudor en su cara y la agitación en en su respiración, siente como por sus piernas corre un líquido.
-No puede ser! Que fue eso?
Así es, todo era parte de un sueño de Syre, maldijo aquella alarma y también se maldijo por haber pecado al soñar esas cosas.
- Ahora como lo miraré a los ojos?
Levantandose de la cama entró de inmediato al baño, abrió el grifo y dejo que el agua fría matará el hambre de su cuerpo.
.........
Hendrick mirando la pantalla de las cámaras de seguridad, se sumergió en sus pensamientos, debía hacer algo para estar a solas con Syre, así que mando a buscarla, con el pretexto de que necesitaba revisar la lista de proveedores con los que se suponía que ya debía haber empezado hacer contacto.
Toc toc!
-Adelante.
-Me mando a llamar?
-Pasa- con una sonrisa en los labios Hendrick señaló uno de los asientos delante del escritorio.- Quiero mostrarte la lista de los proveedores de china, es muy importante que te comuniques ya y te presentes.
-Por supuesto.
-Ven acércate.- dijo Hendrick, señalando su costado.
Syre temblando se colocó a su lado, sintiendo con potencia el olor de su perfume, y recordando aquel sueño que tuvo la noche anterior.
-Acercate más, bájate!
Justo a la altura de su cabeza Syre se agachó mirando la lista de nombres que estaban sobre la mesa, Hendrick empezó a señalar con el lapicero los nombres de los encargados y Syre observaba la lista, luego este giró su cabeza hacia Syre y está hizo lo mismo en dirección a él, su corazón palpitó con locura he inmediatamente esta se incorporó y trago en seco.
-Pasa algo?- dijo Hendrick entre cerrando los ojos.
-N, No, aaah mmm, solo me empezó a molestar la espalda en esa posición.
-Lo siento, toma asiento.
Lo único que Hendrick realmente sentía era el no poder besarla en ese instante, el aroma a rosas frescas que traía Syre lo habían hecho estar a punto de cometer una locura, una locura que el sabía no podía cometer.