Ya faltaba solo media hora para terminar el fatídico día laboral. Pronto Syre se podría marchar, no era fácil para ella lidiar con sus compañeras de trabajo que todo el tiempo la estaban molestando con cosas que no eran parte de su responsabilidad y más que todo, Syre estaba ansiosa de llegar a casa y escuchar la grabación que hizo de su celular a las chicas de la oficina mientras está se fue al baño, pues dejó su celular grabando porque sospechaba que algo tramaban.
Pero antes que todo, Syre debía reunirse nuevamente con Hendrick para darle informe sobre el contacto con los proveedores y eso la tenía muy nervioso.
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- Maravilloso Sairi! sabía que no me había equivocado al darte está responsabilidad - dice Hendrick.
-Le dije que no le voy a defraudar Señor- dijo Syre con una voz Sueve y tímida.
Hendrick mirándola con los ojos entre cortados, visualiza una vez más las hermosas curvas de aquella chica. >. pensó Hendrick, mientras veía a Syre de pie frente a su escritorio.
-En dos semanas tendremos una reunión presencial con unos nuevos prospectos de proveedores, quiero que estés ahí.
-De Verdad - abre los ojos como platos, emocionada y sorprendida.
-Claro, no le veo el porque no deberías estar, si tú eres parte de esto ya.
- Sí Señor, ahí estaré.
La sonrisa de los labios de Syre, causó una sensación extraña en el pecho de Hendrick, una cierta emoción que le dio la esperanza de tener más sonrisas así, solo para él.
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Con él corazón a mil Syre salió de la oficina de Hendrick, pues este se atrevió ha acomodarle un mechón de pelo, fue una escena muy extraña para ella. Luego de el haberle dicho de su participación en la reunión, se puso de pie frente a ella, entregándole unos documentos, para que se pusiera al día, y mirándola fija a los ojos, levantó lentamente su mano, agarró un mechón del pelo de Syre que posaba frente a su cara, y lo puso detrás de la oreja de está.
> pensó Syre una vez fuera de la oficina, pues sin ambos decir una sola palabra ella se había ido.
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Dos lágrimas largas y silenciosas recorrían las mejillas de Syre luego de esta haber escuchado la grabación que les hizo a sus compañeras sin que estás lo supieran:
-Ella se cree que es bonita y por eso se cotiza tanto. - Se le escucha decir a Ana.
-Bonita? quien te dijo que es bonita?- dice una voz masculina que Syre identificaba como el chófer de la familia Comac, pues este siempre iba a conversar con las otras chicas.
-Tranquilos, que esa aquí no dura, me encargaré de hacer algo que Hendrick no tolerará, pero por supuesto culpandola a ella.-dice Erika con cara de burla.
-Jajaja con esa carita de yo no fui que tiene - dice Ana.
Syre no podía creer la maldad y crueldad que caracterizaban a dos de sus compañeras de trabajo.
<< Pero que les hice para que sean así conmigo? >>
Syre tomó el retrato de su madre y le preguntó a esta que debía hacer?
-Claro! hablaré mañana con el Señor Hendrick. No puedo permitir que ellas se salgan con la suya.
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Hendrick estaba lleno de rabia, quería salir de su oficina y acabar con la vida de esas desgracias, ya que por su culpa está viendo a Syre llorar.
Por más que Syre quiso contener las lágrimas, mientras le contaba todo a Hendrick, no pudo, su miedo, su impotencia, hicieron que se fuera poniendo sensible y salieran esas lagrimitas. Y ahí estaba Hendrick, mirando indiferente, no le decía ni una sola palabra solo la miraba, causándole incomodidad.
-Disculpe que vine a contarle todo esto, pero es que no quiero que me metan en problemas.
-Tranquila, a ti no te pasará nada, tú déjalo todo en mis manos- poniéndose Hendrick de pie y llegando hasta donde estaba Syre sentada, este se agachó poniéndose a su nivel y limpiando sus ojos con un pañuelo le dijo- yo confío y creo en ti.
Aquella sonrisa de Hendrick, tranquilizó a Syre, nisiquiera ella se sentía nerviosa, ahora se sentía protegida por el, segura.
- Gracias.
- No hay porque agradecer, recuerda que yo mismo te pedí que cualquier cosa que necesitarás me lo pidieras y ahora yo estaré aquí para cuidarte.
Que palabras más lindas y dulces estaba diciendo ese hombre, que ganas de besarle tenía Syre en ese momento. El recuerdo de ese sueño erótico que tuvo con él, hizo que la magia se acabará, está se puso de pie, asustada y nerviosa, cómo si él pudiera leerle el pensamiento.
-Tengo que irme, olvide que él señor Nayit quiere verme.
- Tranquila, pues ve.
-Otra vez gracias señor.