¡Quise morir en Agosto!
img img ¡Quise morir en Agosto! img Capítulo 8 7
8
Capítulo 11 10 img
Capítulo 12 11 img
Capítulo 13 12 img
Capítulo 14 13 img
Capítulo 15 14 img
Capítulo 16 15 img
Capítulo 17 16 img
Capítulo 18 17 img
Capítulo 19 18 img
Capítulo 20 19 img
Capítulo 21 20 img
Capítulo 22 21 img
Capítulo 23 22 img
Capítulo 24 23 img
Capítulo 25 24 img
Capítulo 26 25 img
Capítulo 27 26 img
Capítulo 28 27 img
Capítulo 29 28 img
Capítulo 30 29 img
Capítulo 31 30 img
Capítulo 32 31 img
Capítulo 33 32 img
Capítulo 34 33 img
Capítulo 35 34 img
Capítulo 36 35 img
Capítulo 37 36 img
Capítulo 38 37 img
Capítulo 39 38 img
Capítulo 40 39 img
Capítulo 41 40 img
Capítulo 42 41 img
Capítulo 43 42 img
Capítulo 44 43 img
Capítulo 45 44 img
Capítulo 46 45 img
Capítulo 47 46 img
Capítulo 48 47 img
Capítulo 49 48 img
Capítulo 50 49 img
Capítulo 51 50 img
Capítulo 52 51 img
Capítulo 53 52 img
Capítulo 54 53 img
Capítulo 55 54 img
Capítulo 56 55 img
Capítulo 57 56 img
Capítulo 58 57 img
Capítulo 59 TODO VA Y VIENE img
img
  /  1
img

Capítulo 8 7

-¿Y se conocen de tiempo? -preguntó Obed.

Estábamos en su cabaña, sentados en unos sillones negros, el televisor de su cuarto si funcionaba, de hecho era una Smart tv. Los chamacos habían puesto unos corridos en YouTube.

-No. Todos nos conocimos aquí -dijo Zuri.

-¿Tú de dónde dices que eres? -preguntó Alfredo.

-Soy de Guerrero, muy cerca de Acapulco.

-¿Podremos ir a visitarte? -le pregunto Anuel.

-Si. Cuando quieran cáiganle a la casa. ¡Son bienvenidos! Vivo a quince minutos de la playa.

Nunca había ido a Acapulco.

-Por supuesto que iremos. Nomás terminamos el campamento.

Yo estaba mordiendo mi taco. Lo había pedido de alambre y el sabor del queso era lo mejor.

-¿De dónde eres Dan? -Obed capturó mi atención.

La verdad es que está noche estaba muy callado. Zuri me lanzó una mirada curiosa. Anuel estaba sentado a mi lado izquierdo y Obed frente a mí con una mirada tierna.

-Soy de Puebla. Igual que estos dos chicos.

Sus cejas se arquearon.

-¿Podre ir a visitarte en las próximas vacaciones?

¿Visitarme? ¡Pero si apenas y nos conocemos! Empecé a toser. Casi me ahogó con la carne. Anuel empezó a darme palmadas en la espalda.

-¡Toma un poco de agua! Ten, pásale mi vaso -sugirió Obed.

Después de unas palmadas más, logré tranquilizarme y evite la muerte por atragantado. Anuel rechazo el vaso de agua.

-Ya estoy bien. ¡Lo siento! Necesito ir a tomar aire.

Me puse de pie, ya no pude terminar de comer mi taco. Afuera estaba fresco, la noche era agradable, los árboles le daban un toque muy padre al campamento. Me senté en los escalones de la entrada.

-¿Estás bien? -Anuel me había seguido.

-Si. Ya estoy bien. Gracias por ayudarme.

-De nada. ¡Casi te mueres! No iba a dejar que eso pasara. Además te la debía. En el colado me ayudaste bastante.

Sonreí de forma tenue. Anuel casi perdía la mano a causa de que la olla de la revolvedora estaba sobrecargada y el peso era bastante que toda la revoltura termino fuera del contenedor. ¡Fue un desastre!

-¿Estás cansado? Trabajaste muy duro.

-¡Tú también trabajaste muy duro! Más que todos los chicos del equipo.

-Ah. Eso no es verdad. Pero bueno, yo sí me siento un poco cansado.

-Yo también estoy agotado. ¿Quieres que nos vayamos a la cabaña? Seguro que no nos extrañaran, parecen divertiste muy bien entre ellos.

La puerta estaba entreabierta, los muchachos estaban en un karaoke improvisado de canciones de Los plebes del rancho.

-¡Esta bien! Vámonos a la cabaña.

Nos pusimos de pie, no hacía frío. Nuestros pasos eran lentos.

-¡Gracias por acompañarme a esta cena! La verdad no sabía que decir o hacer.

Él soltó una risita.

-Si, me di cuenta. No te preocupes.

-Neta no puedo creer que él sienta algo así por mí. ¡Es más grande por algunos años!

-¿Te importa la edad? Dicen que para el amor...

-He escuchado ese dicho muchas veces. ¡No siento que aplique conmigo!

-¿Por qué no?

-Pues porque no estoy enamorado y no siento amor por Obed. ¡Él dice que yo le gusto! No me ama.

-Entiendo -hizo una pausa un poco más larga está vez-. ¿Alguna vez has tenido alguna relación amorosa?

-No. Nunca he tenido una relación. ¡Supongo que tú sí!

-Si. Yo sí me he enamorado locamente. ¡No funcionó!

-¡Lo siento! Creo que esas cosas pasan cuando uno se arriesga a buscar el amor.

-No te preocupes. No es necesario que te disculpes. ¡Ya pasaron algunos meses!

-¡Oh!

-¡Pero la neta, la neta, la extraño un buen! No puedo sacarla de mi cabeza tan fácil. Aún está presente en mis pensamientos, cómo si las huellas que dejó hubiesen sido muy profundas.

El tono de su voz irradiaba mucho dolor.

-Creo que es normal que la extrañes, después de todo fue tu novia y por lo que se ve, eres un tipo que suele entregar todo con las personas cercanas a ti.

-¿Cómo sabes que soy un tipo entregado?

Sonreí.

-Pues es que no hace falta profundizar en ti. Escucharte hablar de tu relación me hizo pensar en lo difícil que debieron haber sido los primeros días.

De pronto él se quedó inmóvil. Se giro a mirarme, sus ojos parecían brillar con la luz de la luna. Puso su mano sobre mi hombro y no podía dejar de mirar sus ojos.

-¡Necesito un poco de alcohol!

-¿Y de dónde lo vamos a sacar!

-Tengo una botella debajo de mí cama. ¿Quieres beber conmigo?

Pues ayer habíamos bebido juntos, pero está vez era diferente. ¡Se trataba de una necesidad!

-Te acompaño a beber. ¡Vamos!

Sus labios se curvaron en una bonita sonrisa nocturna. Empezó a correr a toda velocidad. ¡Pasado de lanza! Me había dejado atrás, comencé a correr, era obvio que yo no iba a ganar aquella carrera. Vi como entraba a toda velocidad a nuestra casa, las luces están apagadas. Tarde un minuto en entrar.

-¿Dónde estás? -le pregunté

No había rastros de él. Comencé a caminar sobre el piso de madera.

-En la cama. ¡Ven! Acuéstate conmigo.

Después de haber dormido dos noches con él, ya no sentía nervios de que compartiéramos la cama. Con un poco de detenimiento y cuidado me subí en la cama. Sus manos ya se estaban empinando la botella de cristal sobre sus labios. Escuché como daba cada trago.

-¿Y por qué te gusta beber?

-El alcohol me ayuda a desahogarme.

-¿Desahogas tus penas con alcohol?

-Si. Es mi mejor terapia. Me ayuda a intentar olvidar.

¿Mejor terapia? ¿Intentar olvidar? ¡Los corazones rotos no se curan con cigarrillos o tequila!

            
            

COPYRIGHT(©) 2022