Me enamoré de él irrevocablemente
img img Me enamoré de él irrevocablemente img Capítulo 8 Mensaje
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Capítulo 11 Abuela img
Capítulo 12 Cambios img
Capítulo 13 Correo img
Capítulo 14 Pelea img
Capítulo 15 Invitación img
Capítulo 16 Fiesta img
Capítulo 17 Defensa img
Capítulo 18 Salinas img
Capítulo 19 Sospechas img
Capítulo 20 A solas img
Capítulo 21 Merienda img
Capítulo 22 Suero img
Capítulo 23 Día siguiente img
Capítulo 24 Primer contacto img
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Capítulo 8 Mensaje

Intenté dormir, pero los murmullos del otro lado de la llamada no me dejaban. Cogí mi celular, y pude ver que la llamada aún estaba activa. De seguro mis padres me matarán por llamar tanto en menos de un mes. Los sonidos eran irreconocibles y por un momento creí que podrían ser sus padres conversando en el pasillo. A Aarón le encantaba cerrar su cuarto, ya que era amante de la privacidad, y que no lo hiciera me preocupaba aún más. Preferí ignorar e irme al baño. Cuando salí de él, regresé a la cama y noté que mi celular se había apagado. Necesito uno nuevo, a este casi no le dura la batería.

Lo conecté al cargador y al enchufe de mi pared y me dormí de nuevo.

-Hija, es hora de levantarte -dijo mi madre al tocar mi puerta.

-Ya me levanto, mamá.

-Tienes menos de media hora para estar lista antes de que el expreso te recoja.

-No me demoro.

Como nunca me bañé y me vestí en tan poco tiempo. Salí de la casa con mi papá y nos dirigimos a "mi estación". El expreso pasó a los cinco minutos y me embarqué en él, luego pasamos por la casa de Aarón y se sentó a mi lado. Ninguno de los dos tocamos el tema de lo que pasó el día anterior y seguimos con nuestra conversación de siempre.

El recreo transcurrió sin problema, el grupo de Andrew nos evitaba a toda costa no sin antes dedicarnos una de sus miradas despectivas, las cuales nos hacía reír. Estábamos siguiendo el ejemplo de mi mamá y que se lo había compartido a Aarón. Cuando regresamos al salón pude notar que alguien había dejado un pedazo de papel sobre mi pupitre. Esperé hasta que el profesor ingresara al aula y lo abrí. Tenía el mismo dibujo de la otra vez, Andrew no terminaba de sorprenderme, pero en esta ocasión decía otra cosa "No me olvidaré lo que pasó". Mis ojos se abrieron par en par e inconscientemente miré a mi mejor amigo, quien había notado mi incomodidad. Me lanzó un papel con una nota en él.

-¿Estás bien?, ¿necesitas ir a enfermería?

Asenté con la cabeza que me sentía bien. Las clases continuaron su curso sin ningún problema. Tocó el timbre de salida y nos dirigimos al patio del colegio a esperar hasta que nos recogieran. Aarón se sentó a mi lado.

-¿Un admirador secreto del que me deba preocupar? -dijo con tono bromista.

-No -sonreí inconscientemente-. Lo sabrías de primera si fuera así.

-Entonces, ¿puedo ver el papel?

-No. -Aparté mi maleta de él y sonreí.

-Vamos, soy tu mejor amigo, no tenemos secretos entre nosotros.

-Bueno, es un secreto de mujeres.

-Puedo fingir ser tu amiga mujer, si eso te hace sentir más cómoda.

-¿Qué cosas dices? -me reí ante su inesperada respuesta.

-Solo bromeo -apartó un mechón de mi cabello y me cogió de las manos-. Ya sé, puedo llamar a mis padres y pedirles que nos lleve a un centro comercial, ¿qué dices?

-¿Y mis padres?

-Le pediré que hable con ellos.

-¿Estás cómodo con que salgamos con nuestros uniformes?

-Sí, y ¿tú?

-Bueno, soy mujer necesito tomar una ducha.

-Es viernes, vamos, podemos ir al cine o comer, lo que tú quieras.

-¿Me vas a invitar?

-Eso no se pregunta, ¿qué dices?

-Está bien -sonreí.

Aarón se apartó de mí para poder llamar a sus padres y contarles su plan, ellos aceptaron y llamaron a los míos. A los segundos recibí el mensaje de mis padres diciendo que me divirtiera. Él regresó a mi lado y esperamos juntos hasta que los padres de él nos recogieran y trajeran a Policentro. La salida estuvo bien, me dejó elegir que comeríamos y pagó mi parte como lo había prometido, luego nos sentamos junto a la fuente y estuvimos viendo a todas las personas que cruzaban en el camino. Realmente la pasé bien con él y olvidé por completo lo que había pasado hace unas horas en el colegio.

-Quiero ir al baño, ¿me puedes tener mi maleta?

-Sí claro.

Haberle pedido que me ayudara con eso fue uno de los peores errores que pude haber cometido. No noté en que momento ese papel quedó en los laterales de mi mochila y que estaba perfectamente a la vista de él. Cuando salí del baño, su semblante era otro.

-¿Quién te mandó te mandó este papel? -preguntó furioso.

            
            

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