No puedo creer que mi papá me ocultara las maldiciones que tenemos y me lo quisiera decir mañana como si fuera algo lindo de escuchar, ahora mi mamá está sufriendo y yo no puedo hacer nada....
No me sorprendió que mi tía sea una bruja porque ya había tenido sospechas de ello, pero ahora que lo pienso, ¿Una bruja puede romper las maldiciones de otra no?, no sé si así funcionan las cosas.
Estoy desesperada y preocupada por mi mamá que ya no sé que es lo que estoy diciendo, solo quiero que seamos la familia feliz de antes y mi mamá no sufra, me duele mucho verla así.
Veo a mi tía acercarse al árbol donde estoy recostada, ¿Nadie puede dejarme un momento a solas? o a esa bruja le gusta hostigarme, suspiro y me levanto, sacudo mi vestido y camino hacia ella.
Nos detenemos unos centímetros una frente a la otra.
-Deberías estar con tu madre en este momento celia, ella te necesita a su lado para poder enfrentar lo que viene-opina
-Lo sé tía, pero necesitaba un tiempo a solas para procesar todo lo que mi papá me dijo-dije
-Entiendo, lamento arruinar tu tiempo a solas, pero tu papá me ordenó cuidarte y no puedo desobedecerlo.
Suspiro-Ya le había dicho a mi papá que puedo cuidarme sola, pero nunca dejará de verme como una niña frágil-dije con fastidio
-Él lo único que hace es protegerte porque ese es su deber como padre-dice
-¿Y cuándo podré tener un poco de libertad?-inquiero
-Cuando tus padres mueran-dice mientras se cruza de brazos.
-Muy graciosa-dije con sarcasmo
Elizabeth
En realidad no es una broma, pero ella aún no sabe que sus padres morirán por la maldición, mejor me quedo callada y que sus padres se lo digan para no meter la pata como el curandero ese.
Ahora que lo pienso, ¿Cómo ella reaccionará si le digo que no puede enamorarse?, de seguro creerá que es una mala broma de mi parte y no me hará caso.
Espero que no sea una niña rebelde y me complique las cosas porque yo no soy de cuidar niños así, por eso nunca me casé ni tuve hijos.
Suena como una triste historia, pero en realidad es lo mejor que puede pasarme, ser una mujer libre y no estar encerrada cuidando niños.
-¡Tía!-grita celia, me saca de mis pensamientos repentinamente.
-No era necesario que gritaras celia-dije con tono serio
-Lo siento, pero no me hacías caso y era la única forma de que bajaras de las nubes.
-Mejor ve con tu madre, celia-ella se burla de mi seriedad y pasa por mi lado.
Me equivoqué en lo que dije porque no soy libre del todo por ofrecerme a cuidar a esta niña, que arrepentida estoy.
Celia
Corro hacia la habitación y me asomo, veo a mi papá y a mi mamá acostados abrazándose mientras están durmiendo, no los quiero despertar, además se ven muy lindos juntos, quiero un hombre así como mi padre en el futuro, que me ame como él ama a mi mamá. No hay muchos hombres así, pero lo buscaré aunque tenga que ir muy lejos y hacer mi vida con esa persona hasta volverlo mi rey.
Muerdo mi labio inferior de solo pensar en mi futuro rey, ¿Cómo se sentirá enamorarse?, tengo mucha curiosidad, pero mi tía me había dicho que enamorarse es lo peor que le puede pasar a una persona y solo me decía cosas negativas sobre ello.
No entiendo que tiene mi tía contra el amor, supongo que tuvo malas experiencias y por eso habla tan mal del amor, pobre de ella, yo le puedo ayudar a conseguir a un hombre que le dé otra perspectiva del amor. Ahora me quiero convertir en cupido sin haber experimentado en el amor, que ironía.
Henry
-¡Deberías ser más agradecido!, yo te cuidé desde que eras un bebé, si tu mamá no te quiso es porque eres un bueno para nada-dice marta con desdén
-Yo siempre te lo he agradecido madrastra pero tu eres la que se hace la sorda-replico
-¡Como te atreves a contestarme de esa manera!, mejor lárgate a conseguir dinero porque no tengo nada que darte a ti, solo a mi hija-espeta
La miro con odio y salgo de la casa sin decir nada, odio esta vida de pobreza, todos me desprecian y tengo que dormir afuera de la casa como si fuera un perro porque nadie tiene lástima de mí....
Llevo una semana sin comer nada, mi madrastra me detesta por culpa de mi mamá y mi hermanastra se aprovecha de mi situación para manipularme porque según ella está enamorada de mí.
¿Qué desgracias más tengo que pasar para ser feliz?, falta que quiera suicidarme y así conseguir la felicidad que tanto deseo; no me parece una mala idea, nadie me va a extrañar y tampoco se van a acordar que alguna vez yo existí, lo haré mañana mismo. Papá voy contigo, espérame.
Camino hasta llegar a una granja, el granjero me mira con molestia y yo me detengo a unos centímetros de él.
-Llegas tarde henry-reprocha
-Lo siento señor, tuve problemas con mi madrastra de nuevo-dije
-Sigo sin creerte esa excusa, como se ve que te gusta inventar mentiras sobre tu bella madrastra-réplica
-No seguiré insistiendo porque nunca me va a creer, voy a ponerme a trabajar mejor.
-Y que sea rápido porque estamos atrasados-ordena
-Esta bien.
Mi trabajo es solo recoger los cultivos, cultivar, alimentar a los animales, ordeñar, etc. Es el único trabajo que pude conseguir porque no hay muchos trabajos disponibles en este pueblo por problemas de dinero, desde que la reina se enfermó y tuvo a su hija no tiene tiempo de ayudarnos.
Todos se quejan de la irresponsabilidad de la reina, pero nadie entiende que ella no siempre nos va a estar ayudando, nosotros debemos ganarnos la vida y no ser mantenidos por la reina siempre, ella nos va a ayudar cuando pueda, pero no tenemos que estar exigiendo siempre.
No vale la pena decírselos porque a algunos no les importa, mejor dejo de pensar tanto en eso y me concentró para terminar rápido antes de que llegue el granjero.
Llega el medio día y mi trabajo termina, dejo todas las herramientas en su garaje, él revisa los cultivos y a sus animales, asiente con una sonrisa y me da una bolsa llena de monedas de oro.
-Hiciste un gran trabajo, te espero mañana, pero no llegues tarde como hoy.
-Lo prometo, gracias, hasta mañana-dije con una sonrisa
Empiezo a correr hacia la casa, pero en el camino encuentro a una anciana tapada con una capucha, muy pálida de sus brazos y piernas, camina sosteniéndose de un bastón mientras cojea, me detengo.
-Señora, ¿Se encuentra bien?, ¿Quiere que la ayude?-inquiero
Ella se detiene y voltea a verme.
-Sí, necesito tu ayuda urgente muchacho-dice con voz atona