Encontrado un traje burdeos en el armario, decidí probármelo. Se sentó en mi perfectamente. Parecía una mujer de negocios y eso me dio una gran confianza en mi misma. Los tacones altos negros acentuaban perfectamente en mi look.
Bueno eso es todo. –Anna esta lista para tus nuevos logros -susurre sonriéndome en el espejo, camine con confianza hacia la salida.
Ya en mi propio coche, el Toyota negro que me regalo mi padre para la mayoría de edad era simplemente lujoso. Pocas veces me sentada en el volante, pero hoy era un día tan importante para mi que solo quería que me fuera bien. Sentada cómodamente en el asiento del conductor, encendí el motor y presione el acelerador.
Me asignaron una oficina separada, pequeña, pero muy acogedora. Aparentemente, una mujer trabajo aquí antes que yo. Todo está decorado con gusto. Una mesa pequeña, un sillón cómodo con lapizaría de cuero, una ventana grande y luminosa y una vista maravillosa directamente sobre los edificios de la ciudad.
Me pregunto porque renunció en el trabajo ¿O tal vez fue despedida? Definitivamente tendré que preguntarle a Evelin Torovi al respecto.
Lentamente comencé a volcarme en el trabajo. Me trajeron documentos de Investcapital para su lectura. Estudie concienzudamente sus contratos, declaraciones y demás papeles, que a futuro debo redactar por mi cuenta. Tenía un trabajo de mucha responsabilidad y trataba de ponerme al día lo antes posible. Inversa en mi trabajo ni siquiera me di cuenta cuando llego la hora del almuerzo
El tiempo paso muy rápido. Deseando los papeles a un lado, me levante de la silla y salí al pasillo. Allí me esperaba el jefe Jiménez del departamento, quien al notar mi acercamiento me lanzó una mirada apreciativa que me hizo sonrojar. Se me acercó y me invito a almorzar juntos en un café al otro lado de la calle. No encontré ninguna razón para negarme, más quería aprender algo sobre la empresa y más precisamente sobre el ex empleado.
Elegimos una meza cerca de la ventana. El jefe Jiménez se sentó frente a mi y se ofreció a cambiarte. Me sentí avergonzada, pero apreté.
Parecía tener unos 35 años, un hombre de cabello claro con ojos azules, que vestía un traje de negocios azul oscuro que le quedaba perfecto. Fue agradable y sorprendentemente fácil comunicarse con él. Mientras el se concentraba en el menú, me pregunté de qué manera acercarme y preguntarle por su ex abogado.
Su selección se detiene en bistec de res en salsa de vino y yo elijo ensalada griega y jugo de naranja. Mientras esperamos el pedido me atrevo a preguntar.
–Permítame preguntarle ¿Cuál es el motivo de la destitución del abogado anterior?
Lentamente levanta la cabeza y su atenta mirada recae en mi. Esta pregunta fue inesperada para el pero respondió.
-Su jefe la despidió.
Así que no me equivoque con la mujer, cruzó por mi cabeza.
–Estamos realizando sus funciones temporalmente mientras el jefe está el hospital. Vlad y yo somos viejos amigos, así que me confío la gestión de la empresa durante un tiempo. Y parece que hemos acordado cambiarte..... Comenta Jiménez y parece que ya no lo escucho..
El shock y la sorpresa se congelan en mi rostro.
-¿Gobierno? -preguntó confundida.
-Con Vlad Liveston –agrega y por lo tanto, como si me vertieran un balde agua helada. Me quedo sin palabras por un minuto ¿Cómo esto es posible?
¿Mi jefe el mismo hombre del que estoy locamente enamorada desde hace mucho tiempo? Ahora ya no se si alegremente por mi o empezarme a preocupar.....
Mientras me alejó de la impactante noticia, Jiménez continúa...
-Con el mismo Vlad Liveston, su conocido, a quien vino recientemente al hospital; sin embargo, por razones desconocidas para nosotros, por alguna razón, ella no se atrevió a estar a la sala -su mirada es aguda y penetrante.
Sus palabras me desconciertan y me desarman. Ahora me siento como una cierva acorralada ¿Cómo es que sabe todo esto?
Hay una pausa silenciosa entre nosotros, pero tanto de recomponerme. Jiménez me mira fijamente, esperando mi explicación.
-Vine para asegurarme de que ni estaba herido -había superado mi emoción, empiezo a temblar de nuevo, pero mi voz todavía tiembla. -El sentimiento de culpa de que ese accidente fuera por mi causa era inquietante, así que decidí visitarlo. Y se me hize llamar conocida para saber de su estado. Pero quien te dijo que yo estaba allí es un misterio para mí.
Ahora mire sospechosamente a Jiménez.
-Y aquí todo es simple -dijo, soportando una pausa. –El propio Vlad me pidió que recopilará información de la chica que casi golpeó. Aquí tengo una suerte increíble, porque esta chica es nuestra nueva abogada. Interesante coincidencia ¿No?
-Coincidencia –de nuevo los pensamientos en voz alta. Jiménez noto mi sincera sorpresa.
–Jiménez, realmente no sabía que esta empresa pertenece a Vlad Liveston –empiezo a justificarme. -Es solo una coincidencia.
-Anna estaba bromeando -Jiménez sonrió. -Pero tengo que contarle a Vlad sobre ti.
-Por supuesto -asiento en repuesta y siento como el pulso se me acelera.
Luego termina nuestra conversación, el mesero trae nuestro pedidos y terminamos nuestra porciones en silencio. Jiménez tiene apetito y yo solo estoy tratando de empujar la comida hacia adentro, porque mi apetito a desaparecido por completo.
No se si podré seguir trabajando para esta empresa, ver a Vlad todos los días, hablar con el ¿O tal vez el mismo quiera liberarme? Además nunca supe el despido del abogado anterior. Aunque ahora no es tan importante.
Habiendo recogido mis pensamientos, todavía trato de trabajar más. El tiempo vuela a una velocidad increíble. Sumergiéndome en los periódicos, me olvido de Vlad y del hecho que lo veré muy pronto.
Después del trabajo llamó a Martí para que venga a cas. Tengo muchos pensamientos en mi cabeza y tengo que compartirlos con alguien, antes de que el hecho finalmente se derrame a mi.
Marta parece frente a mi con una botella de vino y de muy buen humor. Ella puede ver mi expresión facial y sabe que la conversación será larga.
Marta y yo somos amigas desde la escuela. Ella es completamente diferente. Alegre, energética, abierta. Su sola presencia agrega colores brillantes incluso a mis dis muy grises y sobrios.
Estoy tan contenta de tenerla. Solo en ella puedo confiar plenamente.
Comparto con ella todo lo que me paso todos estos últimos días. Y también hablo de Vlad, que ha estado en mi corazón desde la escuela. Según la historia, vaciamos la botella de vino y me siento mejor.
–Me parece que el mismo destino lo unió -dijo Marta. –Anna, está es realmente tu oportunidad, tienes que seducirlo.
Empiezo a reír. Aparentemente el alcohol esta haciendo su trabajo.
–¿Te seduzco? Marta, no te rías. Sabes lo galana que soy -suspiro con ironía. -Es tan guapo, exitoso, deliciosamente bello e inteligentemente peligroso. Estoy segura que esos hombres no se ven privados a ña atención femenina. Definitivamente tiene a alguien –una tristeza silenciosa congela mi rostro.
–Ah, no te deprimas. ¿Acaso no te has mirado en espejo durante mucho tiempo? -Marta me recoge y me lleva al pasillo.
-Mira chica joven, hermosa, casi exitosa. Le darás una ventaja inicial a cualquiera de su séquito.
Me miró detenidamente mi reflejo y noto a una chica linda, igual que todas las demás, nada especial. Marta me abraza y empezamos a hacer muecas. Siempre es divertido con ella y no me siento tan sola.
Esta velada casi llega a su fin. Mientras me reía mucho de la última, la acompaño a Marta al taxi, nos despedimos y me dirijo a la puerta principal.
Sin pensar en el mañana, me acuesto y desconecto inmediatamente.