Me gustaría, pero así es como me siento. Odio imaginarme a otra mujer en sus brazos, incluso si está enojada con él y no lo quiere de vuelta.
- No era tan así, siempre jugué así con Bea y Feh porque no les importo, Priscila es otra historia y no miento...
Me río al borde de la psicopatía.
"Mente", grito. - ¿Quieres convencerme?
¿quién no es un sinvergüenza?
"Soy un sinvergüenza y tú siempre supiste
a partir de ese.
- ¿Estás bromeando, verdad?
Me levanto pensando en abrir la puerta y gritarle en la cara, pero me doy por vencido, ya he hecho demasiado espectáculo para un día. Me apoyo contra la puerta sintiendo el frío que hace sin él.
"Sabrina, nunca te engañé.
- Te vas a joder.
- Lo digo en serio. Nunca te traicioné. Yo..." no termina y escucho un golpe en la puerta. - Abre esa puerta, quiero hablar mirándote a los ojos. Quiero oírte decir que ya no me amas.
"Detente", le suplico. "Detente... No me hagas sentir peor... Déjame salir de tu vida de una vez".
"Lo siento, pero soy egoísta. te quiero a ti y
No dejaré mi lugar por nadie más.
Tomo una respiración profunda, hablar con él se va
todo mas dificil. Él niega la traición y dice que me ama, pero vi la foto de él besando a Priscilla y me duele, me duele mucho más cuando llego sola a casa. En nuestra casa donde vivimos tantas cosas.
'¿Y ese beso?' tu beso con
Priscila. ¿Qué era? ¿Demostración de afecto entre colegas?
- La Priscilla que me besó.
- ¿Otra vez esto? Sé original esta vez.
"Estoy siendo honesto, ella me besó, pero
no sabia que tenia novia...
"Todos sabían de nuestro noviazgo.
"Eso es lo que ella me dijo... Tal vez ni siquiera
todos sabían... No tenían nada a lo que fotografiar. Fue alguien de mala fe que lo vio, tomó la foto para intrigar. Eso fue lo que paso.
- No fue.
Todo lo que te han dicho es mentira. Él era
eso es todo lo que paso y esa vez... por cierto, quien te envio la foto? Apuesto a que fue por envidia o por alguien que te gustaba.
Abro la puerta del cubículo del baño y él estaba justo al lado y así sucesivamente. Su olor me invade haciéndome contener la respiración y cruzarme de brazos para calmar los latidos de mi corazón que se agitan con la presencia de sus ojos, su boca y su cuerpo tan cerca. Todos mis sentidos se agitan enojados conmigo por privarlos de su toque.
"Era un número desconocido.
"Maldita sea, pero no pasó nada entre ella y yo. Confía en mí.
"Es difícil... cuando te enfrenté sabiendo todo, me mentiste". Dijo que ni siquiera la había visto. Allí te di la oportunidad y no la aprovechaste.
"Lo sé, pero fue un malentendido y no quería pelear por eso. Pone su mano en mi mejilla y ese gesto me hace cerrar los ojos, casi cediendo.
Su toque, incluso creyendo que era un
gesto inocente, me da escalofríos.
Lo estropeó todo.
- No digas eso. Pega tu frente a la mía.
- Déjame en paz.
"Te dejaré en casa", se aparta, "lo sabía".
que tuvo un despido y está lloviendo mucho afuera.
Lo pienso, mejor no. Yo no sé
si puedo resistir. Paso horas y horas luchando contra las ganas de volver a hacerle el amor. La voluntad de perdonarlo. Borra todo y reinicia nuestra historia de amor.
"Solo acompáñame al taxi," digo, pidiendo un boleto. - Y ni una palabra sobre nosotros, estoy cansado de este tema.
Pasa una cremallera imaginaria por su boca, alejándose para dejarme pasar, pero sus ojos no me dejan y solo entonces recuerdo que estamos juntos en el baño de damas de la empresa después de una pelea tensa y que vamos a ir. salir juntos. Será objeto de un susurro eterno.
Me lavo la cara para estar más presentable
bajo su atenta mirada.
"Te ves hermosa, pelirroja.
-Taylor...
"Puedo hacer qué si te extraño. - Abrázame por detrás. "Vamos a entendernos pronto, vamos". Te lo he explicado todo, si no te quisiera no insistiría tanto en tu perdón.
Peor aún, tiene razón. siento mi cuerpo
ser girado y atrapado entre su cuerpo y el fregadero. Su boca encuentra la mía antes de que siquiera piense en lo que estaba a punto de suceder.
tu cuerpo sobre el mio me marea y me pongo
rendido a tu misericordia, sin resistir, te devuelvo el beso con anhelo, con pasión, con ganas de mucho más. Mis manos bajan de la parte posterior de su cuello y aprietan los tensos músculos de sus brazos y espalda.
Sus manos presionan mi trasero y su cuerpo me hace consciente de su erección. Se frota contra mí y se me escapa un gemido. Me levantan del suelo y me colocan sobre el fregadero.
Sé que está demasiado lejos que en cualquier momento.