Diario de un guía blanco
img img Diario de un guía blanco img Capítulo 1 Mi historia de
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Capítulo 6 Las puertas de la segunda vida img
Capítulo 7 Mi primer protegido img
Capítulo 8 Uniendo lazos img
Capítulo 9 De regreso al cielo img
Capítulo 10 Enemigos img
Capítulo 11 Como en el Ajedrez, aprende a mover tus puedas para ganar img
Capítulo 12 Un cordero perdido img
Capítulo 13 Enfrentando al enemigo img
Capítulo 14 Abuelos img
Capítulo 15 De regreso al juego img
Capítulo 16 No lo hagas Leah img
Capítulo 17 Un amigo para Leah img
Capítulo 18 Cena con los nonos img
Capítulo 19 Kung fu img
Capítulo 20 Quién esté libre de pecado que arroje la primera piedra img
Capítulo 21 ¡ Hola hermano! img
Capítulo 22 Giró inesperado img
Capítulo 23 ¡No dejaré que pasé img
Capítulo 24 CONSECUENCIAS img
Capítulo 25 DEGRADACIÓN img
Capítulo 26 Mélodi img
Capítulo 27 Hermanas separadas img
Capítulo 28 Realidad img
Capítulo 29 ¡HOLA¡ ME LLAMO LEO img
Capítulo 30 Guardaespaldas img
Capítulo 31 Un enemigo en casa img
Capítulo 32 Como un sueño img
Capítulo 33 Manifiesto img
Capítulo 34 Reencuentro img
Capítulo 35 Historia de amor img
Capítulo 36 Cielo en guerra img
Capítulo 37 Aetos el arcángel guerrero img
Capítulo 38 El final de una historia y el comienzo img
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Diario de un guía blanco

M. GONMAR
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Capítulo 1 Mi historia de

Hola mi nombre es Leo, me convertí en un ángel guardián, o mejor dicho en un guía blanco y he cometido un error me he enamorado de una mortal, ¿Cómo es que sucedió eso?, Pues verán...

Yo era mortal antes de ser un ángel, nací en la ciudad de México, mi madre a los 17 años de edad se embarazo de mi y mi padre al saber que mi madre me esperaba la abandono, mis abuelos al saber esto corrieron a mi madre de la casa, solo nos teníamos el uno al otro, ella fue madre y padre para mí desde el momento en que nací; al cumplir los 2 años de edad mi madre decidió irse de ilegal a los Estados Unidos para poder darme una vida mejor, pero nunca pudo imaginar lo difícil que sería encontrar un trabajo y un techo donde vivir con un hijo en ese lugar. Después de una semana de estar durmiendo en la calle y medio comer de las propinas que la gente le daba a mi madre, enfermé, tuve mucha fiebre y mi madre no sabía que hacer, por suerte ella encontró un asilo para inmigrantes lo cual la ayudaron en mi recuperación, la señora del lugar recomendó a mi madre en un trabajo para limpieza de casas, la pareja de esa casa no pudo tener hijos por lo cual al saber que mi madre necesitaba un trabajo para mantenerme, la pareja que vivía en esa casa no pensó dos veces en ayudar a mi madre.

-¿Señora Annette?

- si

- soy Lucia Martínez y el es mi hijo Leo, vengo de parte de la señora Gregoria, del asilo de inmigrantes, me comentó que buscaba una muchacha para el aseo de su hogar

- ¡claro que sí querida entra!- después nos dejó pasar a su casa mientras le decía a mi madre- La señora Gregoria me comentó tu situación, después te diré en lo que me vas a ayudar pero primero los llevaré a la habitación que ocuparán tu y tu hijo, espero que les guste, lamento no poder tener el cuarto listo para recibirlos, pero como verán Gregoria nos habló de usted ayer en la noche y no tuvimos tiempo de limpiar el cuarto para ustedes. - no se preocupe señora Annette, les agradezco que nos haya recibido en su casa y el trabajo que me ha dado.

- bueno pues, los dejo para que se acomoden, Lucía, después alcanzarme en la cocina para decirte en lo que me ayudaras y tus horarios correspondientes.

- por su puesto señora Annette, muchas gracias.

Desde que llegamos siempre fueron muy buenos con nosotros, me permitían poder jugar por toda la casa, me ayudaron a entrar en las mejores escuelas del país, para la señora Annette y el señor Andréu fui como un nieto y mi madre como una hija para ellos, recuerdo muy bien que al cumplir los 8 años de edad el señor Andréu me mandó a llamar, me mostró un cuadro enorme que colgaba de su pared con muchísimas medallas en su interior.

-Leo, ves estás medallas, gane todas en el ejército por mi valentía

- ¡baya!, Son muchísimas, entonces usted es muy valiente por qué no le tiene miedo a nada ¿Verdad?

- ja ja ja, Leo, ¿ te cuento un secreto?

- ¡Si señor Andréu, porfavor!

-no me dieron esas medallas por no temerle a nada, al decir verdad, moría de miedo en cada una de las batallas en las que estuve, muchas veces quería dar media vuelta y regresar a casa, pero algo dentro de mi me decía que no era bueno dejar a mis compañeros combatir solos, pues ellos también tenían el mismo miedo que yo – miro al piso un momento como si los recuerdos regresará a el, de nuevo volvió a mirarme y dijo - sabes, un hombre valiente no es el que no tiene miedo, si no aquel que conquista ese miedo y entonces puedes hacer cualquier cosa.

- señor Andréu, cuando sea grande quiero ser un gran médico de combate como usted.

- Leo, si de verdad lo quieres lo puedes lograr, solo pídelo y lucha por ello con las fuerzas de tu corazón y se cumplirá.

            
            

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