El Ceo que no quería amar
img img El Ceo que no quería amar img Capítulo 2 4 años después
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Capítulo 6 Número desconocido img
Capítulo 7 Volviendo a caer img
Capítulo 8 Un salto de fe img
Capítulo 9 Número Equivocado img
Capítulo 10 Confiar en ella img
Capítulo 11 El amor entra por el estómago img
Capítulo 12 Acercándome un poco mas a ella img
Capítulo 13 Me gusta tu voz img
Capítulo 14 La chica del sombrero rojo img
Capítulo 15 El primer encuentro img
Capítulo 16 La primera nevada img
Capítulo 17 Otra oportunidad img
Capítulo 18 La sorpresa img
Capítulo 19 Croissants con Quentin img
Capítulo 20 La vie en rose img
Capítulo 21 La memoria y los detalles img
Capítulo 22 Perdonarme img
Capítulo 23 Me gustas img
Capítulo 24 No te dejaré caer img
Capítulo 25 Control img
Capítulo 26 Descontrol img
Capítulo 27 Un poquito de destello img
Capítulo 28 La cabaña img
Capítulo 29 Todo img
Capítulo 30 Sentirnos img
Capítulo 31 Expiación img
Capítulo 32 Me gustas y te quiero img
Capítulo 33 ¿Nos vamos de cita img
Capítulo 34 Me gustas, te quiero y te deseo img
Capítulo 35 Dando el paso img
Capítulo 36 Amanecer img
Capítulo 37 Body Wash img
Capítulo 38 A nuestra manera img
Capítulo 39 Cambio de planes img
Capítulo 40 Navidad improvisada img
Capítulo 41 Nuevos inicios (1) img
Capítulo 42 Nuevos Inicios (2) img
Capítulo 43 Cenicienta img
Capítulo 44 Rompiendo el hechizo img
Capítulo 45 Me gustas tal como eres img
Capítulo 46 Planes img
Capítulo 47 Deseos img
Capítulo 48 Ropa Cara img
Capítulo 49 Eres mi todo img
Capítulo 50 Invitaciones img
Capítulo 51 ¡Tú! img
Capítulo 52 ¿Qué pasa aquí img
Capítulo 53 Amenazas img
Capítulo 54 Confiar img
Capítulo 55 Verdades img
Capítulo 56 Todos reunidos img
Capítulo 57 Un cajón lleno de sorpresas img
Capítulo 58 Dies Irae img
Capítulo 59 Tragédie img
Capítulo 60 Después de la tormenta img
Capítulo 61 C'est toi pour moi, moi pour toi img
Capítulo 62 Segundas oportunidades img
Capítulo 63 Aprendiendo de ella img
Capítulo 64 Buenos días img
Capítulo 65 Perfectamente imperfecta img
Capítulo 66 Recuperando lo tuyo img
Capítulo 67 Peticiones img
Capítulo 68 La cena antes de la boda img
Capítulo 69 Un clavel rojo, un clavel blanco img
Capítulo 70 Felices para siempre img
Capítulo 71 Siempre tuya, siempre mío img
Capítulo 72 El Yate img
Capítulo 73 El baño img
Capítulo 74 Amoureux img
Capítulo 75 Empezando la luna de miel img
Capítulo 76 Descubriendo cosas nuevas img
Capítulo 77 Un poco más sobre él img
Capítulo 78 Regalos img
Capítulo 79 Corfú img
Capítulo 80 Regreso a Madrid img
Capítulo 81 Un nuevo hogar img
Capítulo 82 Un cumpleaños inolvidable img
Capítulo 83 La lista de nombres img
Capítulo 84 *De noble linaje img
Capítulo 85 Destino img
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Capítulo 2 4 años después

(Cuatro años después del accidente)

―Quentin Valois, el CEO de la empresa Transnacional dedicada a la exportación de oro, ha sido seleccionado como uno de los solteros más codiciados en el mundo. A sus cuarenta años Quentin no sólo a conquistado el mercado con astucia, si no que su simpatía ha hecho que él conquiste corazones... ¿quién será la afortunada que lo haga? ― Termino de leer la nota de la revista y la dejo sobre la mesa― ¿Sabías de esto? ― Le pregunto a Vivianne mi asistente quién me escucha atenta sentada.

―No lo sé Señor Valois, no tuvimos aviso sobre eso.

―¿Quién es quien dirige esta revista?

―No lo sabemos... además está en FORBES así que parte de su información ya está afuera, no se puede evitar es famoso e importante aunque usted no lo quiera.

―¡Eso no me importa! Lo que me importa es que pongan mi vida personal como si estuviera en una "subasta" quién da más, quién da menos, yo no quiero volver a tener nada que tenga que ver con el amor, no me interesa, no me va... quítalo.

―¿Qué?

―Quita este artículo, dales lo que quieran de dinero pero sáquenlo de ahí.

―Señor Valois.

―¡Haz caso Vivianne! Y cuida que mi información personal no salga de aquí ¿entendido?

Vivianne se pone de pie y luego camina hacia la puerta de mi oficina y sale. Volteo a ver hacia el mi escritorio y veo las infinitas cartas que miles de mujeres me han enviado a lo largo del día.

―Como si yo quisiera que conquistaran mi corazón. Estoy muy viejo para esto.― Murmuro y tomo las cartas y las hecho a la basura, junto con la revista. Volteo a ver por la venta de mi oficina y toda la ciudad se extiende a mis pies. Hoy hace unos años hubiera sido mi aniversario de bodas y en este momento Nadine estuviera esperando por mi sorpresa que siempre incluiría un ramo de dalias de colores, sus favoritas, las que ahora adornan su tumba.

Cierro los ojos, pienso en mis hijos, tan pequeños y en la última frase que les dije antes de no recordar nada "Pronto llegaremos a un lugar más cálido", y bueno, ahora supongo que están ahí en el paraíso.

―¿Señor Valois? ― Escucho la voz de Vivianne.

Me quito las lágrimas.― Dime.

―Recuerde su cena, debe estar ahí dentro de una hora.

―Cierto. ―Tomo mis cosas, el bote de basura y se lo doy.― No más correspondencia como ésta, en cuanto llegue la tiras.

―Sí señor Valois.― Responde Vivianne y luego salgo por la puerta.

Bajo por el ascensor mientras me arreglo el traje reflejándomelos en los espejos de éste mi móvil vibra. Lo saco de la bolsa y leo.

MENSAJE NÚMERO DESCONOCIDO: [¡Hola! No sé si recuerdas pero quedamos de vernos hoy a las cuatro en "La Croix" pero no llegaste ¿hubo algún problema?]

Ignoro completamente el mensaje, lo borro y salgo del elevador para ver a lo lejos a mi nuevo chofer que me espera con la puerta del auto abierta.

―¿Dónde señor?

―Al Four Seasons.― Le comunico sin muchas palabras subiéndome a la camioneta negra mientras reviso mi agenda del día siguiente.

Desde que murió mi Nadine y mis hijos toda mi vida se ha consumido en trabajo y más trabajo. Me he puesto las reglas más severas y los días ocupados para no pensar en lo que pasó, prefiero dormir de cansancio que seguir tomando pastillas para dormir como lo hacía tiempo atrás. A veces el insomnio me gana y me pongo a leer, a revisar las fianzas, salgo a correr, hago ejercicio, todo menos tomar de nuevo esas pastillas que me mantenían adormilado todo el tiempo. Vivianne lo llama "matarme lentamente" yo le llamo "supervivencia".

―Llegamos señor.― Escucho al chofer y veo como abre la puerta para que me baje.

―Cena, que nos tardaremos.― Le indico y luego entro al hotel mientras mi móvil vuelve a vibrar.

MENSAJE NÚMERO DESCONOCIDO: [Mira que si tuviste algo que hacer antes, no hay ningún problema, sólo es cuestión de que me digas y todo queda perdonado... por ahora.]

Vuelvo a ignorar el mensaje, lo borro. Entró al hotel y después de llegar a la salón del evento tomo una copa que el mesero me ofrece al entrar.

―¿Señor Valois? ― Escucho la voz de una chica que se acerca de pronto. Veo que es una reportera así que la ignoro.― Señor, es importante.

―Ahora no, no me interesa.― Contesto educadamente. Camino hacia mis socios y los saludo, me tomo la copa con ellos y mi móvil vuelve a vibrar.

MENSAJE NÚMERO DESCONOCIDO: [Lo siento, ya el último. Sólo quisiera decirte que eres un cabrón bien hecho y que jamás en la vida vuelvas a buscarme ¡Idiota!]

―Si tú lo dices.― Murmuro mientras vuelvo a borrar el mensaje y continuo hablando sobre los negocios que tengo que cerrar pronto.

La velada continúa y las copas corren entre nuestras manos haciendo brindis por doquier, los puros se encienden, las risas ya no se disimulan y yo me encuentro en una esquina observándolos a todos. Hoy debería estar en mi casa cenando con mi Nadine y me encuentro rodeado de los dueños de las empresas más grandes borrachos a mas no poder y riéndose de las anécdotas con la secretaria.

―Me voy.― Les comunico mientras me acerco a ellos y les doy la mano.

―¡Ey! Valois...¿Cómo que te vas? De aquí nos iremos con los coreanos al karaoke, y tal vez... con unas sugar babies.― Y se ríe.

―No gracias, mañana tengo que despertarme temprano. ― Miento y luego salgo del lugar sin prestar atención a todas los ruegos de mis homónimos que sólo quieren seguir la fiesta.

Una tormenta cae afuera, así que uno de los empleados del hotel me escolta con una paraguas hasta la puerta de mi camioneta. Le doy propina y luego me subo con el abrigo ligeramente mojado.

―Vamos a casa.― Le comunico al chofer y él sin pensarlo dos veces maneja hasta mi piso que se encuentra a unas cuadras de ahí.

Antes solía vivir en una casa enorme a las afueras de la ciudad sin embargo, después de que mi familia murió decidí venderla con todo y muebles y refugiarme en un piso más chico, uno que prácticamente sólo fuera para mí. Al llegar me bajo sin esperar al chofer y camino hacia la entrada del edificio para después subir en el elevador y llegar a mi piso que se encuentra hasta arriba, casi tocando el cielo. Me quito el abrigo lo dejo sobre el sofá, tomo la correspondencia que Vivianne fue a dejar como todas las tardes junto con los papeles que debo revisar detenidamente y la pongo sobre la barra de la cocina.

Me dirijo a mi habitación, me quito la ropa para darme un duchaso rápido y quitarme el frío. El agua caliente me reconforta, me hace sentir que estoy vivo mientras ésta quema mi piel. últimamente hago este tipo de cosa para sentirme vivo, sentir el calor en la palma de mi mano, el frío intenso en el invierno, hasta el picante en la comida... y eso que no solía comerlo.

Salgo, me pongo ropa más cómoda, me preparó un té y me siento en la sala para comenzar a revisar todos los papeles, no sé si son las once o las doce de la noche, sólo sé que este día ha terminado y que he sobrevivido como lo hago desde hace cuatro años.

―Feliz aniversario mi vida.― Murmuro y luego me levanto del sofá y me voy a la cama.

            
            

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