Capítulo 2 Lo siento por todo

"Por supuesto, por supuesto", respondió con la misma frialdad y se apartó.

dejándolo solo en la habitación donde estaba terminando de arreglarme.

Eran momentos como este en los que me avergonzaba ser tan parecido

con mi padre. Era un hijo de puta manipulador de grandes marcas.

Y para colmo, mi madre tampoco se quedó atrás. Esta mañana,

dejó muy claro que no esperaría mucho para tener nietos.

Que Bianca era joven y que los dos solo formaríamos una familia más tarde.

que tuvimos a nuestros hijos.

Lo que ella no sabía era que tan pronto como me recuperé del dolor cuando

Perdí a mi primera esposa, elegí hacerme una vasectomía. la idea de

tener hijos con una mujer que no fuera Amanda era inviable y ni un solo

Una vez en todos estos años llegué a arrepentirme de la decisión que tomé.

Aparte de eso, Bianca sola ya estaba poniendo a prueba mi paciencia.

Agregar niños a esta ecuación solo me traería más problemas.

Al verme totalmente solo y listo para la ceremonia, respiré hondo.

varias veces, tratando de recuperar el control, alarmado de que

que en una hora estaría casado.

Pensar en eso me dio náuseas, los recuerdos de mi pasado me enfermaron.

asfxiado y herido. Nunca pensé que me volvería a casar. Cuando

Entré a la iglesia para aceptar a Amanda como mi esposa, te juro que pensé

eso sería para siempre.

Aturdido, le di una última mirada a mi blackberry, pero no había

cualquier cosa. Sin mensajes ni llamadas. mi pensamiento voló

inevitablemente para Helena, y me preguntaba si asistiría

ceremonia.

Esperaba que no, de lo contrario no sé si podría continuar.

adelante con esta farsa.

Escuché dos golpes en la puerta, y una advertencia para que me adelantara, y

Rápidamente escribí algunas palabras...

"Lo siento por todo. DH"

Presioné enviar y listo. Ahora sólo tenía que salir de aquí, ir a la

salón, mira a Bianca y di que sí.

***

ELENA

Después de que Edu se fue a la ceremonia, volví a su habitación y

Traté de concentrarme en el libro sobre cognitivismo. solamente mi

la concentración era una mierda, tanto que no podía salir de ella

página durante al menos veinte minutos.

El libro fue un intento fútil de no pensar en lo que estaba

sucediendo en este mismo momento. Imaginando a David esperando a Bianca

caminando hacia él, vestido como una novia y todo el contenido, fue una escena que

Defnitivamente no quería tenerlo en mi mente.

Para colmo, la culpa amenazó con consumirme, no debería estar triste,

mucho menos devastada por este matrimonio. Eduardo no merecia verme

así y eso lo hizo aún peor.

Incluso distraído por mi centésimo intento de leer el primero

párrafo de mi libro, escuché mi celular vibrar y lo tomé de la mesa

Al lado de la cama.

Al principio, pensé que era una especie de broma.

Eduardo, o incluso Shay, pero en cuanto leí el mensaje me di cuenta de que

solo podía ser una persona.

"Lo siento por todo. DH"

¿Cómo tuvo el coraje de hacerme esto? ¿Sólo hoy? Con los

dedos temblorosos y lágrimas cediendo a mi ira, tiré mi

inocente celular contra la pared, dejándolo abrirse y romperse en varios

pedacitos... Pero ni siquiera eso me trajo el alivio que necesitaba.

***

DAVID

"Y los declaro marido y mujer.

- ¡David! Bianca demandó mi atención mientras el juez de paz

selló mi destino. "Ahora me besas..." murmuró, obligándome

de vuelta a la tierra, y al fnal, hice lo que se esperaba. La besé, pero sin

cualquier encanto o deseo. De hecho, el deseo parecía casi inexistente.

cuando se trataba de nuestra relación.

"Te amo..." la escuché decir y sonreír, mostrándoles a todos a la novia.

feliz y enamorada de lo que estaba.

En poco tiempo nos reencontramos con nuestra familia y amigos,

saludando y agradeciendo a todos por estar presentes. Y cuando

Me encontré huyendo a algún rincón con un vaso de

whisky en mano, deseando la paz.

"Tu felicidad es tan contagiosa que me hace preguntarme si yo

Yo también estaré así el día de mi boda... -Eduardo se burló del

Me acerqué y lo ignoré. En ese momento, hasta el trago amargo que

en mi garganta era más relevante. "Eres un hombre de

mucha suerte, ¿no? - continuó y miré en la misma dirección que la suya,

para entender de lo que estaba hablando. Eduardo vio a Bianca desde

muy lejos y me preguntaba si él podría ver lo mismo que yo cuando

la miró

Era hermosa pero vacía. Hueco por dentro.

"¿No crees que merezco un poco de paz hoy?" no pregunte

queriendo discutir.

"Por supuesto, solo vine a felicitarte por la ceremonia, prima. Tener

para irme a casa, Helena me estaba esperando..." Presioné el vaso

mi mano, sintiendo un dolor absurdo en el pecho. no necesitaba saber

nada de eso.

"¿No has conseguido ya lo que querías?" ¿Por qué no dejas de llenar el

¿mis huevos? Gruñí para que solo él pudiera escuchar.

"Lo único que quería era a Helena, David. y somos muy

bueno, por si quieres saber. Incluso estoy pensando en seguir tus pasos,

casarse y llenar la casa de hijos. ¿Qué piensa usted? - Lo que yo

¿Pensaste? Que él era un hijo de puta tratando de hacerme perder la cabeza

Justo el día de mi boda, eso es lo que pensé.

***

EDUARDO

La ceremonia fue perfecta, la festa genial, pero David fue una mierda.

Cualquiera que no lo conociera no podría notar su mal humor, o el hecho de que

que parecía que se casaba por obligación. pero crecimos

juntos y yo era consciente de lo difícil que era para él.

Y lo que más me sorprendió fue que Bianca actuó como si nada.

estaba pasando. Como si la distancia que impuso entre los dos,

no era tan obvio.

Terminé regresando a casa, un poco más tarde de lo planeado. Mios

los tios no me dejaban salir hasta que me presentaron a unos amigos

de la familia, todos bien nacidos y del mismo nivel social que el nuestro, como

Anita hizo un punto de agregar.

Por supuesto, ninguno de ellos aprobaba mi relación con Helena, solo

Sinceramente, me importaba un carajo. La única persona cuyo

La opinión que me importaba era la de mi padre y él no veía el más mínimo problema en

mi elección.

Al llegar a mi departamento entré a la habitación y la encontré

durmiendo en mi cama. Helena todavía usaba mi camisa y su libro

Estaba abierto a tu lado. Me acerque a taparla con la manta, no

queriendo despertarla y mi corazón se hundió al ver rastros de lágrimas en

su piel, su cara roja y labios húmedos, como si hubiera sido

llorando.