Capítulo 4 El Ataque.

Esos meses de invierno fueron extremadamente fríos y nana se nos había puesto muy grave, era una anciana con mas de ochenta años que ya estaba sufriendo demasiado. Yo no podía parar de llorar, el curandero le tomaba el pulso y varias vecinas nos acompañaban... pero tata no se había movido de su lado en mas de tres días apenas podía comer así que yo también deje de hacerlo. Cuando nana comenzó a toser en exceso el curandero saco a todas las señoras para dejarnos a solas con ella.

-Tian ama-do mio de-bes en-tre-gar-la cof cof cof cof... debes dejarnos ir... los amooo... -No puedo mi amor las amo demasiado... tata lloraba desconsoladamente. -Ella no per-te-nece aquí. -No te canses amada mía te prometo que la emparejare con uno de acá... pero ella negaba con la cabeza... pero ya había perdido la capacidad del habla y solo se le salían las lágrimas... hacia el esfuerzo por decirnos algo, pero no le salía sonido... yo le besaba sus manos y tata su rostro... pero nana tan solo dejo de respirar... su mirada quedo perdida entonces le cerre sus ojitos para llenarla de besos -¡Nana! ¡Nana! Nanaaaaaaaa. Todos nuestros vecinos se juntaron afuera venían con velas en sus manos como era costumbre hacían el cantico clásico de los velorios... prepararon a nana para su entierro que sería mañana, pero yo no podía reaccionar y tata me abrazaba totalmente quebrado de dolor. Nos daban las condolencias y las amigas de nana también lloraban su partida. El entierro fue aun mas desgarrador y tata se me desmayo en mis brazos... mientras yo lloraba y seguía el cantico, pero completamente quebrantada. Fue horrible sobre llevar esa perdida, sentíamos tanto dolor que no teníamos consuelo. En las siguientes semanas llegaron mas familias a ofrecer a sus hijos, pero Julius quien notablemente estaba presionado por su hijo seguía insistiendo por una pronta respuesta. Jonás hacia mucho ejercicio con gruesos troncos de madera y había desarrollado un imponente cuerpo lleno de músculos.

Llegue a cumplir mi mayoría de edad, pero nuestra tristeza no nos había permitido celebrar nada Claus y Ronda llegaron con una torta, me deseaban éxitos, amor y prosperidad... era con los únicos que nos sentíamos a gusto y su joven hijo Alix me miraba con una ligera sonrisa, era tan bello, pero yo era como dos años mayor que el... será que algún día podre llegar a sentir amor por el (Vamos Ónix deja de soñar despierta que este no es el momento)... nos sentamos a comer la torta y varios pretendientes me tocaban la puerta para entregarme arreglos de flores y canastas de muchas frutas. Pero lo que si me sorprendió mucho fue encontrar varios conejos muertos en el suelo. Los tome todos para llevarlos a la cocina pero quise salir al patio para poner atención al ambiente y saber de dónde provenían... me sentía observada o mejor dicho asechada... eran sentimientos encontrados y muy confusos... eran dos olores totalmente diferentes... entonces salió Alix a darme un abrazo pero hacia demasiado frio y entramos abrazados para calentarnos dentro de la cabaña... después de comer y conversar, nuestros vecinos se iban para su hogar que estaba justamente ubicado a la par del nuestro. Nos despedimos cariñosamente y después nos fuimos a dormir, ya que como todos los días despertábamos de madrugada yo para irme a los cultivos y tata se iba a cortar troncos para traer la leña a nuestra aldea. No sé porque, pero me sentía muy extraña... la Diosa de la luna me dejaba ver su hermoso brillo y a mi se me erizaba toda la piel hasta la de mi espalda era una sensación rara pero muy satisfactoria. Estaba concentrada sembrando las semillas y dejaba caer el riego por goteo que yo había construido para nana y evitar que cargara los cubos llenos de agua. No se porque presentía que algo estaba por pasar... así que sin querer me levante y me puse alerta... mis reflejos estaban muy sensibles y fue ahí cuando observe a Jonás acercarse con tres chicos mas grandes amigos suyos.

-Así que escogiste a ese niñato de mierda, debiste haber escogido a un hombre completo como yo...

-¿Hombre completo? Sabes que hace años no te rompí el brazo porque me diste lastima, solo eres un cobarde peleonero y llorón. Sus amigos se reían, pero lo incitaban a que me diera una lección y yo la verdad había ansiado ese ataque tenía tanta colera contenida que ya estaba dispuesta a todo.

Pero como eran cobardes los cuatro quisieron atacarme ya que sabían que peleaba mejor que ellos. Sus amigos comenzaron a empujarme, hacia él, pero yo aprovechaba a lanzarle manotadas y puñetazos que gracias a su contextura soportaba muy bien o las esquivaba con rapidez, pero lo que el quería era tocar mi cuerpo, se relamia los labios observando el movimiento de mis grandes senos. Entonces me tomo forzadamente de la cintura para besarme el cuello y la boca mientras yo trataba de soltarme de su agarre.

-¡Ahora sabrás Onix Lee que es estar con un hombre de verdad!

-¡Eso Jonás demuéstrale!

-¡Tómala, Jonás, es tuya!

-¡Cógela! Para que aprenda a respetarte... le alentaban sus amigos. El me fue tirando el peso de su cuerpo encima para acostarme en el suelo, yo ya estaba en peligro y forcejeaba con ese mastodonte que ya estaba sobre mi.

-¡Lárguense imbéciles, déjeme solo con ella!

-¡Pero queremos ver!! -Si déjanos ver... por favor Jonas...

-¡Que se larguen les digo! Los chicos se fueron corriendo y ese maldito comenzó a besarme a la fuerza.

-¡No! He dicho que noooo suéltameeeee ¡Auxilio!! Noooo... el comenzó a rasgar mi bata para tocar mis senos y chupar mi cuello.

-¡Eres mía Ónix Lee! Siempre lo fuiste mmm tu piel es tan dulce, vamos deja de forcejear porque hoy te hare mujer... ¡mi mujer! Comenzó a levantar mi falda y se soltaba el cinto de su pantalón. -NOOO ¡AUXILIOOOOOOO!!! NOOOOOUUUU AUUUUUUUUUUUU. ‹‹no se de donde diablos había salido eso›› pero comencé a cambiar... mis manos se habían vuelto garras y mis dientes filosos colmillos. Así que comencé a desgarrar la espalda de ese maldito.

-¡HAAAAAAGGGG! ¿Ónix que te pasa? ¡Ónix! ¡Ónix! no sé qué fue lo primero que noto en mí, pero se retrocedió muy asustado, cuando el imponente lobo blanco cayo de lo alto para pararse frente a él...

-¡Maldito Monstruo! ¿Qué le hiciste a Ónix? El lobo comenzó a atacarlo, pero cuando estaba a punto de comérselo vivo... yo comencé a quejarme de dolor, el cobarde se aprovechó para zafarse y salió corriendo, gritando despavorido...