Capítulo 7 La Realidad

-¿Qué somos? ¿Qué soy yo? -Hija somos licántropos, lobos que podemos convertirnos en humanos y viceversa. -¿Pero tu te puedes convertir cuando quieras? Y yo no.

-Yo te enseñare como hacerlo, para que aprendas a controlarlo, pero ya viviste muchos años humanos me gustaría que aprendieras a vivir como loba.

-Pero mi tata... él estaba muy asustado... lloraba y me tenía mucho miedo.

-Yo le advertí que saliera de la cabaña, pero él quiso presenciar en vivo lo que ya sabia en su mente.

-¿Como conociste a mama? ¿La amabas? ¿Por qué la abandonaste?

-Fue una fría mañana en el bosque mientras ella recogía leña, Tian había enfermado en esos días y ella vino para llevar troncos secos, me encanto desde el primer momento que la vi, la observe por mucho tiempo hasta que una vez se deslizo en unas hojas húmedas y rodo colina abajo... me trasforme en humano y me fui a su rescate. Desde ese día nos enamoramos fue mi pareja por muchos años, hasta que quedó embarazada y Tian se enojó demasiado, amenazándome de muerte me alejo de ella, yo nunca la abandone, pero no quería que sufriera porque te tenia a ti en su barriga. Tian no la dejaba salir y yo solo podía verla de lejos, pasaba a diario por su cabaña para ver el avance de su embarazo... aprovechaba a dejarle venados, conejos y muchos peces grandes. Tu te pareces mucho a ella, solo es que tienes el color de mis ojos y mi sangre... el paso su lengua por mis orejas... y me dio mucha risa jajajaja.

-¿Por qué se murió mi mama? ¿se llamaba Laila verdad? Sabes a veces sueño que la estoy buscando... -El día del parto mis lobos y yo rodeábamos la cabaña... pero todos los aldeanos la protegían con antorchas de fuego... no nos dejaban entrar... estábamos como fieras salvajes y nos enfrentábamos a matar... pero el llanto del bebe era tan bello que logré identificar que eras una lobita, mi lobita, mi bebe... me sentí desesperado... cuando quise entrar... Clora salió contigo en brazos... ella lloraba desconsoladamente, entonces lo supe... había perdido a Laila.

Tian salió con la antorcha y la lanzo a suelo... ordeno a los aldeanos que las tiraran, ellos le obedecieron, me acerque a Clora, pero tu llorabas mucho... y yo tenia mi corazón destrozado... lamí mucho tu rostro y se detuvo tu llanto y me sonreías... camine adentro de la cabaña, tome forma humana y la vi acostada en aquella cama, la misma donde tu duermes... ella estaba desangrada, bese su mano y sus labios... yo no podía dejar de llorar... Tian entro y me dijo "Dejaras a Ónix con nosotros" porque no permitiré que me arrebates otra hija... el también lloraba muy devastado. Solo le pude responder que nos respetaríamos el luto pero que volvería por mi hija cuando ella estuviera lista. Y pues ya estas lista hija...

-Pero yo no quiero dejar a tata solo... no puedo... me duele mucho el corazón. -Comprendo hija, pero vas a tener que entrenar conmigo para que aprendas a controlarlo, la Diosa de la Luna te llamara y tú te podrías volver salvaje.

-¿Cuándo dices salvaje? Te refieres que puedo atacar a las personas que quiero...

-Así es... Yo me preocupe mucho, pero sentí hambre otra vez, me acerque a la manada para seguir comiendo con ellos, en cuestión de poco tiempo ya solo triturábamos los huesos... me fui a lavar la sangre al rio y también tenía mucha sed entonces aproveche a beber mucha agua... entonces vi mi reflejo en el rio... era una loba blanca gigantesca, mi padre se puso a mi lado y yo hasta era más grande que el... éramos los únicos con los ojos color azul. Las hembras se me acercaron para llenarme de elogios y comenzaron a contarme sobre mi madre... a pesar de que era humana la querían mucho... quise ir a la tumba de mi mama con mi padre y los dos corrimos para ir a sentarnos bajo la luz de la luna llena... la Diosa nos regalaba una hermosa noche... y nosotros colocamos flores silvestres sobre su tumba. El comenzó a explicarme el tipo de respiración que debía hacer cuando el dolor comenzara. Ya era de madrugada y sentía la necesidad de regresar a la cabaña. Tenía que estar con tata y eso me provocaba una gran desesperación.

Mi padre afirmo con su cabeza, pero me advirtió sobre correr con super velocidad así que no lo hice hasta que supiera controlarlo... entonces comencé a correr normal para regresar a casa... esta vez no vomite, la Diosa de la Luna ya estaba por irse a dormir así que comencé a sentir el dolor, entre a la cabaña por la misma ventana que había salido y me puse a respirar como mi padre me había enseñado, lentamente volví a mi forma humana, me vestí y me acosté a dormir. No se cuánto tiempo paso, pero cuando abri mis ojos, tata estaba sentado a mi lado tocando mi frente. -Buenos días Tata.

-Buenos días mi niña ¿Cómo te sientes hoy? Y yo le respondí con una gran sonrisa:

-Me siento de maravilla.