/0/8388/coverbig.jpg?v=367b198260bc70cf7fe68c89b37e0d63)
EZKAR PRICE.
-¿Estás de acuerdo con lo que te digo, Ez? -Miro de reojo a Calum, está sentado en la silla de cuero frente a mí escritorio mientras doy la vuelta por la oficina en busca de cualquier otra cosa que me de una excusa perfecta para huir de aquí lo antes posible.
-Sí, sí, claro. Has eso de la publicidad en Venezuela y el resto del mundo. -Calum bufa, sabe que lo menos que hago es prestarle atención a lo que comenta. Estoy ansioso, no puedo negarlo.
Hace unas horas llegó a mi correo una foto de Ana "mi ex novia" bajando del avión en el aeropuerto de la ciudad, al parecer va a pasar las vacaciones navideñas aquí juntos a la familia de su ahora novio, Hectos... Mi ex mejor amigo de la Universidad y quien, por desgracia de la vida es primo de Calum, el segundo a mando de está empresa de la cual soy el CEO del momento.
-Ya deja los nervios ¿Quieres? No es como si fuera tan importante, -suspira- además, ¿No se supone que dejó en claro que no quería seguir contigo con haberla encontrado en tu cama encima de otro hombre? -Detengo el paso, estaba por llegar a la puerta, Siento el frió del pomo en mi mano, frunzo el ceño y hago una mueca con la boca. Como detesto que viva diciendo lo que Ana hizo con tanta facilidad, si supiera lo mucho que duele de tan solo recordarlo.
-¿Por qué cada vez sientes la necesidad de recordarme lo que esa mujer hizo con alguien que forma parte de tú familia? -Recalco, Calum se mueve incómodo.
-No sabía que Hector iba a hacer algo así, hasta donde a él le gustaba una chica que cursaba economía al otro lado del campus. -Dice, volteo para verlo directo a la cara.
Agacha la mirada, teme de mí y eso es bueno. Porque seguirá respetando mi posición siempre y cuando tenga temor, el día en que deje de hacerlo le valdrá un pepino respetarme y hará lo que le plazca.
-Pues, fijate qué te estuvo mintiendo a ti y a todos... ¿Cuánto llevan juntos? ¿5 años? Puff, ¿Quien lleva la cuenta de eso? -Sangro por la herida, mi compañero frota el tabique de su nariz.
-Ella si te gustaba en serio, -agrega, -para contar cada año que no han estado juntos es por algo. ¿Te has planteado salir con alguien más en plan de relación?
Suelto una sonora carcajada, Calum hace una fina línea con los labios.
-¿Estás bromeando? -Niega, -no volveré a caer en esa tontería del amor. Cualquiera que cae en esa red es fácil de manipular y herir, no estoy para eso ya.
Doy media vuelta y escucho el carraspeo de Calum.
-Tus padres... -Hace una pausa, con eso llama mi atención por completo.
-¿Mis padres qué? -Lo miro por sobre el hombro.
-¿Ellos saben que aún sientes algo por ella? -Chasqueo la lengua, yo no siento nada más que odio por ella, pero a veces siento que expresarlo lo único que logra es que las personas a mí alrededor piensen mal.
-Ellos están claros que lo nuestro es parte del pasado y que deben superarlo, -escucho un "ni tú lo has hecho" alzo una ceja y Calum finge que no dijo nada en absoluto, pero es falso porque lo escuché muy bien. -Yo no voy a soportar que una mujer como Ana venga y pisotee mi vida, quiero que te quede presente a ti y a todos los que creen que sigo enamorado de ella, que lo nuestro ya es parte del pasado. La desprecio porque lo que hizo fue una falta de respeto hacía mí persona, no a cualquiera le daba lo que a ella y aún así se atrevió a arruinarlo. ¿Es que piensan que sería capaz de perdonar algo así? Jamás.
Doy por terminada la conversación, me cansa tener que repetir cada vez lo mismo.
Lo que siento cada que escucho, veo o sé algo de Ana no son celos. No es amor, es un sentimiento más oscuro, son ganas de hacerla pagar y sentir todo el dolor que ocasionó en el momento. Eso es lo que deseo para la mujer que ame más que a nada en este mundo y que terminó traicionando mi confianza.
Camino por los amplios pasillos de la empresa, los empleados que estaban cuchicheando cosas me miran y corren a sus lugares para ponerse a trabajar, sí, es lo mejor porque no tengo humor para soportar a vagos e inútiles justo ahora.
Escucho una voz pausada, suave que se adentra en mi cabeza de pronto que voy pasando por recursos humanos. Detengo el paso para saber quien está haciendo compañía a Bertha, la vieja regordeta que está a nada de jubilarse y que desde que tengo uso de razón odia a todos y todas las personas que no hacen su trabajo a la perfección.
Debo admitir que a pesar de tener una actitud de asco, la mujer se desempeña muy bien en lo que hace. Será una verdadera lástima el día en que se marche de este lugar, porque es una empleada por la que sí daría mi brazo a torcer.
-Entonces, -hace una pausa, abro la puerta sin hacer ruido y reparo en Berta. Quién está limpiando sus lentes con la cabeza agachada, mientras lee unas hojas sobre el escritorio. -Te graduaste con honores, -se coloca los lentes y repara en mí, sus ojos se abren y le hago un movimiento con la mano para que haga silencio. No quiero asustar a la chica a la cual está entrevistando. Carraspea.
El cabello castaño claro de la chica está atado en una cola alta, de caballo.Desde donde estoy puedo ver lo descubierto de sus hombros, tiene la piel de color trigueño así que imagino que es latina. Y al hablar lo confirma por completo, porque también posee ese acento como cantado de un país en específico que no logro recordar.
-Sí, soy muy buena con los números. Recién me gradué hace poco pero hice mis pasantías en una pequeña tienda cerca del campus debido a que no contaba con los recursos necesarios para trasladarme hasta la parte grande de la ciudad -genial, una pobre entre tantos ricos... No voy a tener compasión si es acaso lo que espera del personal y sus jefes.
-Um... Entiendo, -Berta tose. La chica le tiende un pañuelo de tela. -Eh, ¿Gracias? -No sé qué señas le hace la más joven pero Berta se sonroja de inmediato y limpia su barbilla. -¿Estás residenciada cerca de aquí? Porque, no vamos a tener piedad sino marcas a tiempo la hora de llegada, la mayoría de los que trabajan aquí viven cerca o tienen auto.
-No sé preocupe, estaré aquí a la hora exacta. No tendrá problemas conmigo, se lo aseguro. -Berta hace una mueca con los labios, saca una planilla y se la pasa a la chica.
-Coloca todos tus datos aquí, es para abrir un expediente. -¿Qué? ¿Eso es todo? ¿No le hizo más preguntas? Ya entiendo porqué tenemos tantos ineptos trabajando aquí.
-Berta, -la chica se sobresalta en la silla, tanto que deja caer el bolígrafo de sus manos a unos cuantos pasos de la papelera. Pide disculpas, me rio por ello, pero más gracia da cuando la veo levantarse del sitio en donde estaba sentada y observo el tipo de vestimenta que lleva puesto.
No es para nada apta.
Una blusa que deja ver el color oscuro de su brasier, un pantalón que parece alicrado y en el cual se marca la tanga rosa que lleva puesta y unos tacones que parecen sacados de algún basurero, porque se les está cayendo la pintura negra por partes.
Aguanto las ganas de reír, es una cualquiera que quiere entrar con la clase alta. Que horror.
-Pasaba por aquí para saber acerca de los nuevos reclutamientos, -agarro con mis manos el pedazo de papel en blanco y negro donde está la foto de chica pegada. Con la ubicación, los nombres y demás cosas de su vida.
"Sara Victoria Cruz López," nacida en Cojedes - Venezuela. El 17 de marzo de 1995, tiene 27 años de edad y curso estudios en la misma universidad que yo, solo que una carrera diferente.
Eso era de esperarse, una persona con ese tipo de economía que posee no sería aceptada entre nuestro grupo. Al instante de pisar dentro del salón habría sido comida viva.
-¿Está chica es ella? -Indago, Berta asiente con rapidez, pareciera que se le fuera a desprender la cabeza en cualquier minuto. Sara se acerca y rellena el formulario sin detenerse para preguntar quién soy, aunque claro ya debe de saberlo- Estoy en todos los periódicos y revistas del mundo.
No me dirige la palabra, no levanta la mirada para verme.
Me gusta eso, sabe cual es su puesto.
Baja el bolígrafo y con timidez, entrega todo en manos de la jefa de recursos humanos.
-¿Cuándo podré iniciar con mi labor? -Berta echa una mirada fugaz a donde estoy y ladea la cabeza.
-Mañana estaría bien, -comento. Sara enfoca la vista en mí, tiene una nariz redonda y un poco grande, parece una pata de gato. Cejas pobladas y mal depiladas, orejas de tamaño promedio, tiene muy poco gluteo y mucha cadera, tampoco posee grandes senos ni hablar de su boca, es enorme y tiene dientes grandes que parecen de conejo.
Está mujer es fea con ganas. No tendrá problemas con los hombres de la oficina, ni será envidiada por las chicas, así que podrá hacer cualquier cosa que se le pida sin perder tiempo, es perfecta para ser una asistente, aparte puede servir para entretenimiento personal.
-¿Usted... Es... ? -Pregunta, siento que cae un balde de agua fría sobre mí. Berta abre la boca y trás tratar de ahogar la risa, se comienza a ahogar y toser. Sara se acerca hasta ella y golpea con firmeza la espalda de la mujer.
-Tranquila, no pierda la calma. -Berta vuelve a respirar con normalidad, pero yo aún no proceso que ese pedazo de carne con vestimenta de prostituta se atreva a preguntar quién soy, estando en mí empresa. -¿Ya está mejor? -Berta asiente, creo que acaba de ver al creador porque la abraza y la chica se nota incómoda.
-¿Vio eso señor Ezkar? -Pregunta Berta en mí dirección, -salvo mí vida por completo. -Genial ¿Acaso está tratando de salvar el pellejo de está mujer o solo es parte de mí imaginación?
-Sí lo ví, -digo de mala gana. La única persona en la que confío en este espacio y resulta que va a meter la mano en el fuego por una chica que ni siquiera sabe con quién está hablando en estos momentos.
-Eres una buena chica Sara, aparte tienes ¿Cuantos premios por redacción dijiste antes? -3 responde la chica y Berta sonríe, está sacando a relucir los puntos fuertes de ella para ayudarla. -Oh, ¿Qué tan rápido podrías hacer una nómina de 345 trabajadores? -Sara coloca una mano en su barbilla.
-¿Por año? ¿Mes o semana? -Indaga, -Teniendo en cuenta cada una de las necesidades tanto del personal como de la empresa y de ser necesaria para el mismo día a una hora en específico, podría tomar al menos unos 25 a 30 minutos... -Carraspea, Berta abre la boca y la vuelve a cerrar. No es posible que pueda hacerlo así, hasta la jefa de recursos humanos ha tardado uno o dos días para entregar la nómina evaluada y corregida en su totalidad. -Si gusta, puede ponerme todo el día de mañana a prueba con cualquier nómina u oficio que desee que realice, así sabrá si le estoy mintiendo o no y si soy apta para esta empresa.
Está bien, tengo que aceptar que habla con tanta determinación que puede llegar a convencerme con respecto a su capacidad.
-Así será, -entro de nuevo a la conversación. Estoy comenzando a pesar que la chica que busca una oportunidad de trabajo me está ignorando. Y tengo idea del porqué.
-Excelente, entonces -Berta anota una que otra información en una hoja de papel y se lo entrega. -Te espero mañana a las 7 am, ni un minuto más.
-Fue un gusto poder charlar con usted. Con Ustedes. -Se corrige y puedo notar la sonrisa más falsa del mundo cuando se despide de mí.
¿Que se trae está?
Veo como Sara se va sin decir nada más para girar y ver directo a los ojos a mi jefa de recursos humanos, quien de repente pierde todo el valor que tuvo hasta ahora para echarse atrás en la silla.
-¿Me vas a explicar porque aceptaste a una vagabunda? -Indago, Berta está pálida, pero aún y con todo el miedo recorriendo cada parte de su ser, ella responde sin vacilar.
-Le di clases en la Universidad, señor. Estoy muy segura de que va a ser una excelente empleada y un buen reemplazo a la hora de marcharme, -la miro atónito.
-¿Estás considerando irte lo más pronto posible de aquí? Aún te quedan 3 años de servicio ¿No? ¿Por qué estás buscando un reemplazo tan rápido? -Berta cambia el peso de una pierna a la otra y arregla sus lentes.
-Señor, he pasado muy buenos momentos en esta empresa y me han tratado de lo mejor, -Hace una pausa y se acerca para tomar mi mano con las suyas. -Pero, creo que ya es el tiempo exacto para buscar a quien pueda ser capaz de hacer lo mismo que yo y hasta mejores cosas. -Suspira, -no le agrado la chica lo note, pero ya verá que va a dar la talla. Confíe en mí, va a tener una empleada que vale la pena.
¿Qué tanto tienen estas mujeres en común? Es la primera vez que veo como Berta defiende a alguien de su mismo sexo, mejor dicho, es la primera vez que la veo defendiendo a alguien y punto.
-Voy a creer en ti, -doy media vuelta pero me detengo al pasar esa vaga idea por mi mente. -¿Tú le dijiste que trajera los documentos y se presentará a la entrevista? -Berta frota las manos, debe de estar sudando por los nervios. Eso confirma mis sospechas de inmediato. -Olvidalo, no respondes que es mejor.
Doy un portazo al salir, llamando la atención de todos a los alrededores. Deben de estar pensando lo peor y es bueno que crean eso, para que no se atrevan a holgazanear por el día de hoy. Camino entre las personas que me miran con temor y no hago ni un gesto, me gusta mantener las apariencias, saber que ellos piensan que no deben acercarse porque les irá mal.
Aprendí por las malas, que cuando eres bueno con las personas terminan por pisotear solo porque saben que eres blando.
La realidad es así de dura y difícil de digerir, pero es lo mejor cuando logramos entender, aceptar y seguir.
Le doy gracias en parte a Ana, por haberse burlado de mí en las fiestas de la Universidad aquella noche. Porque, en el instante que puse un pie dentro del espacio que había sido decorado para ello, junto a sus amigas comenzó a cuchichear y luego se besó con Hector para seguir escarbando en la herida. La felicito por hacerme el hombre que hoy soy.