Capítulo 4 SIN NADA QUE PERDER

- Muy bonita la habitación y sobre todo lujosa, pero yo no vine aquí a admirar la habitación, el tiempo es dinero Alessandro. - Dijo Zafiro y bajo su minifalda, se retiró la blusa dejándolas caer suavemente al suelo. Lo primero que llamo mi atención fueron sus piernas largas y blancas, desnudas los músculos se marcaban considerablemente, la parte que no todos los hombres se fijan son los pies, para mi gusto deben ser bonitos y estéticos, y los pies de Zafiro eran perfectos, los pies pueden llegar a excitarme más que un par de glúteos.

La ropa interior de hilo dental que no alcanzaba a cubrir todo su sexo dejaba a la vista una pequeña parte que me resultaba exquisito. El vientre plano con un poco de estrías dejaba ver que ya era madre. Los senos eran muy grandes, yo calculo que era copa 34C, pero algo caídos para mi gusto. Las clavículas muy marcadas sinónimo de que su peso es el correcto para sus proporciones, el cuello era largo y delgado. Y el rostro que fue lo que me llevo hasta ella, la simetría de sus ojos, boca, nariz eran casi perfectas, rasgos muy parecidos a los de Laurence, era de rostro delgado, mentón angosto, boca mediana y labios gruesos, nariz afilada y ojos pequeños y ligeramente rasgados con un brillo fuera de lo común. Parece absurdo que busco una experiencia diferente pero las mujeres que tienen un parecido con Laurence son las que más me atraen de manera inexplicable. Su cabello largo color Expreso Brown llegaba hasta la cintura, exactamente el mismo color que Laurence.

- ¿Vas a quedarte mirando nada más? - Dijo Zafiro rodeando mi cuello con sus brazos.

- Defecto o virtud me encanta admirar, no vine solo a tener relaciones sexuales contigo, ¿crees que pagare tanto solo por tu cuerpo? - Tomé el teléfono de la habitación y pedí una botella de Moet Imperial y dos copas.

- Hablando de dinero, no me has pagado y ya me quité la ropa. - Dijo Zafiro cubriéndose los senos.

- ¿Crees que me iré sin pagar? -

- No, ¿Que es Moet?. - Dijo Zafiro cambiando de tema.

- Es una marca de champaña. -

- ¿Me creerás que nunca eh tomado champaña? -

- ¿Que sueles tomar o que te gusta? - Zafiro se sentó en la cama recargada sobre su brazo izquierdo.

- Casi no tomo, de vez en cuando alguna cerveza, pero no soy muy afecta al alcohol. -

- No tienes frío, ¿Quieres una bata? -

- Que atento, pero no gracias estoy bien así. ¿Te incomoda que este casi desnuda?, ¿te pongo nervioso? -

- No es que me incomode, pero me resulta complicado entablar una conversación con semejante distracción. -

- Que bueno que lo dices, entonces si respondes incoherencias ya sabre porque motivo. - Dijo Zafiro riéndose.

La moet llego a la habitación y camine a la puerta por ella para que el camarero no tuviera que entrar y dejar la botella en el bar o en el comedor. - No me preocupa que me vean desnuda no te preocupes. - Dijo Zafiro con voz anodina.

- Pero a mí no me gustaría que vean desnuda a la persona con la que voy a tener relaciones sexuales en unos momentos. -

- ¿A caso son celos? -

- No creo que sean celos, pero me gusta cuidar lo que es mío. -

- Ja, ja, ja, entonces yo soy tuya. Jamás he sido de alguien, y espero nunca serlo. -

- Aún no, estás a punto de serlo, quizás no para siempre, pero si por unas horas. - Descorche la botella de moet y serví 2 copas, una para mí y una para Zafiro. Por un momento me sentí incomodo porque pensé de nueva cuenta en Laurence, hasta hoy, era la única mujer con la que había compartido una botella de moet.

Zafiro bebió todo el contenido de la copa de un solo sorbo. - ¿Me puede servir más señor Alessandro?, espero que usted este tan delicioso como esta copa de champaña. -

- Estoy aún mejor. -

- Ja, ja, ja, empiezo a tener mis dudas. -

Me levanté de nueva cuenta de la cama y serví otra copa a Zafiro. - Aquí tienes, pero no la bebas tan rápido porque te quiero hacer mía en tus 5 sentidos. -

- Sera aún mejor bajo los efectos del alcohol. - Respondió, antes de que Zafiro pudiera beber de su copa me acerque a su rostro lo suficiente para comenzar a besar sus labios apasionadamente, ella tomo mi rostro con la mano que quedaba libre y empezó a gemir muy despacio. Me aparto y dijo: - Primero deja que termine mi copa. -

- Al diablo con tu copa. - La tome del brazo arrebate la copa y bebí todo el contenido hasta no dejar ni una gota. - Listo. -

Zafiro se levantó y rodeo con sus brazos mi cuello comenzando a besarme aún más apasionadamente y sus pequeños gemidos comenzaron a ser más constantes. La tomé de la cintura y restregué mi sexo contra el suyo hasta que tenía la firmeza suficiente para comenzar el acto.

- ¿Como lo quieres papi? - Pregunto Zafiro mientras desataba con desesperación la corbata y desabrochaba los botones de la camisa y comenzando a besar mi cuello de arriba hacia abajo, bajando por mi marcado abdomen. - Hueles delicioso Alessandro. - No tenía palabras para decir, Zafiro me besaba de manera exquisita por todo el torso. Desabrocho el cinturón y el botón del pantalón de vestir dejándolos caer al suelo para después bajar mi ropa interior, en ese momento comenzó lo inevitable.

Ella parecía más desesperada que yo, y si esto era parte de su trabajo sabia actuar muy bien. Tomo con ambas manos mi parte y comenzó a hacer sexo oral, empezando con su lengua desde la punta hasta la base, lamiendo como si fuera una larga paleta de hielo. Ahora sabía que el problema de erección solo estaba ocurriendo con Laurence, aunque el motivo lo desconozco. Zafiro paso de usar solo su lengua a usar toda su boca, introduciendo mi miembro en su boca hasta llegar a su garganta, haciendo unos movimientos que me gustaban, pero no me hacían llegar a mi máximo punto de excitación. En cambio, ella parecía volverse loca, no paraba ni un instante hasta que se puso de pie y me tomo de la mano para llevarme a la cama, en donde se volteo y colocó en la posición de furor salvaje o mejor conocida como la de "perrito", hizo a un lado su ropa interior dejando ver su parte intima. - Vamos Alessandro. - Por un momento pensé en hacerlo sin condón, pero algo me decía que no podía arriesgarme. Aunque a esta edad ya no tengo mucho que perder.

            
            

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