Capítulo 4 Capitulo 4

Harry.

Aún es muy temprano y ya tengo que dar explicaciones de porqué cene con la mujer que me tiene siempre en alerta, siempre estoy pensando en la manera de tomar la delantera y sé que ella también lo hace, mi padre está muy seguro de que nos quedaremos con el primer lugar, pero yo no estoy tan seguro de eso.

- Señor, la señorita Lucia, está aquí. - Me anuncia mi secretaria, y será que mejor que la atienda y le deje los puntos claro.

- Dile que pase. - Momento después entra a mi oficina y conozco su mirada seductora pero esta vez no voy a caer en su juego.

- Amor, necesitamos aclarar las cosas.

- Mira Lucia, conmigo no se juega crees que no sé qué apenas di la vuelta ya estabas hablando Anggi de la Vega.

- Solo fue para asustarte.

- Mmm, veo que no me conoces. Yo no me asusto con nada si fuera así ya me fuera retirado de este negocio porqué esa mujer es una piedra en mi zapato. Te haremos llegar tu liquidación a la brevedad posible.

- No te atrevas a despedirme, por qué no sabes lo que haría.

- ¡Ah sí! ¿Y qué es lo que vas hacer?

- Le daré una copia de tus diseños a tu competencia.

- Ja, ja, ja, no me hagas reír.

- Crees que no lo haré.

- Mira te explicaré, si tú haces eso no solo tendrías problemas legales con nosotros, sino que ninguna empresa te contrataría por qué no serás una persona de confianza y como comprenderás no hay manera en la que yo trabajé con una persona en la que desconfío.

- Eres un desgraciado Harry Lombardo, después de que te divertiste conmigo ahora me dejas en la calle.

- Corrección, nos divertíamos. Porqué cuando me acompañabas a los mejores eventos no te molestaba el hecho de que no teníamos nada serio. Así que no vengas ahora hacerte la ofendida. Tu creíste que podías jugar conmigo, y ese fue tu error. Ahora vete tengo muchas cosas que hacer.

- No creas que te vas a librar tan fácil de mí, tengo mucha información que te puede hundir.

- Sal de aquí, si no quieres pasar por la vergüenza de que seguridad te saque de aquí.

Sale molesta de mi oficina y me concentro en revisar asuntos pendientes y también aprovechando al máximo mi momento de creatividad y cuando me doy cuenta tengo el diseño de un hermoso collar pero este no será para el público lo hice pensando en ti Anggi , hace años que estoy enamorado de ti pero nunca he podido decírtelo salvó en la universidad pero no me creíste por eso he tratado de olvidarte saliendo con muchas chicas y dejando que me veas con ellas , siempre me ignoras lo más cerca que estuve di ti en años fue anoche y no creo que se vuelva a repetir . Mi puerta se abre y es mi jefe de relaciones públicas y trae mala cara.

- De una vez te digo que no estoy para regaños.

- ¿Cómo se te ocurre hacer semejante barbaridad? Y no me mires así, sabes perfectamente de lo que estoy hablando.

- Mira eso fue una casualidad, la idea era cenar con mi hermano, pero se embobo con una mujer que le gusta y me dejó solo con de la Vega.

- ¿Y tú feliz? Sabes que esa mujer quiere sacarte los ojos.

Dejo lo que estoy haciendo y coloco una hoja para tapar lo que acabo de hacer, y me le quedo mirando con fastidio y el sigue hablando.

- Afortunadamente las fotografías no llegaron a manos de la prensa.

- ¿Entonces de qué te preocupas?

- De esto. - Pone frente a mí la fotografía y ella está sonriendo la miro y me quedo con ella. Edward, se me queda mirando, pero no le presto mucha atención.

- ¿Te gusta esa mujer?

- No sé qué tienes en contra de ella.

- Es tu rival, por Dios. No sé cena con el enemigo a menos que quieras envenenarlo.

- Si la envenenó ¿Quién sería mi competencia? Sería muy aburrido ser el fuerte del mercado, me gusta la competencia y salvo esa cena nunca he tenido ningún contacto con ella.

- Espero que no salgan más fotografías.

- Bueno para eso te pago, para que resuelvas ese tipo de cosas.

- Deberías hablar con Marcos, para que no te meta en problemas.

- Ese es el trabajo de los hermanos menores, meter en problemas a su hermano mayor, está enamorado vio una oportunidad para cenar con la chica y como buen Lombardo, no la desperdicio, ahora tú estás haciendo una tormenta en un vaso de agua.

- Justo eso es el problema, tú eres muy confiado.

- Para eso estás tú para que te preocupes.

- Le dije a unos de nuestros abogados que le dijera que no puede difundir ninguna fotografía o la demandaremos.

- ¡Que hiciste qué! - Le grito - No es un delito cenar con alguien y que un estúpido te tome una fotografía.

- Solo quiero cuidar tus espaldas, como bien lo dijiste para eso me pagas.

- Señor. - Mi secretaria nuevamente.

- Dime.

- La señorita Anggi de la Vega, está abajo y desea hablar con usted, dice que es un asunto urgente.

- Si, que suba. Ves lo que provocas. - Tocan una vez la puerta y camino. - Adelante. Y ahí está ella con un traje de shorts negro y blanco, acaso hay algo que no le quede bien. - ¿A qué debo el honor de su visita? ¿Quiere almorzar?

- Sabe perfectamente que hago aquí, y no con usted ni a la esquina.

- Edward, hablamos luego. - El me mira de mala gana y sale de la oficina. - Tome asiento.

- No gracias, no pienso quedarme mucho tiempo, no se le vaya a ocurrir demandarme por venir a su empresa.

- Eso fue un error, obviamente no pienso demandarla. - Me lanza la hoja en forma de bolita a mi mesa y me le quedo mirando. - Le invito un café.

- Ya le dije que no, veo que Marcos no se parece en nada a usted.

Camino hacia ella y me paro frente a ella, la miro a los ojos y ella toma la manilla de la puerta, pero yo coloco mi mano para impedir que la abra. - ¿Qué quiere decir?