A tres minutos de tocar las estrellas V.1
img img A tres minutos de tocar las estrellas V.1 img Capítulo 2 SIRIUS
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Capítulo 6 ARCTURUS img
Capítulo 7 CAPELLA img
Capítulo 8 RIGIL KENTAURUS img
Capítulo 9 PROCYON img
Capítulo 10 ACHERNAR img
Capítulo 11 BETELGUEUSE img
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Capítulo 2 SIRIUS

(***)

Aarón Hart

Actualidad.

El sol de una ventana abriéndose me despertó, odiaba esa forma de despertarme, no podían solo esperar a que la alarma sonará?

-Hora de levantarse, bello durmiente-dice tif quitando las sábanas con las cuales me cubría la cara.- Es el primer día en tu nueva escuela, ¿No estás feliz?

-¡Sii!, muy feliz que estoy ¡Yuju!-Dije fingiendo emoción

-Está vez si puedes hacer amigos, ya sabes que tu padre dijo que no se mudarian más.

-Desde cuando a Jerónimo hay que creerle?-. Dije levantándome de la cama-Así dijo el año pasado cuando vivíamos en Argentina y mira a dónde llegamos a dar.

-México no está tan mal

- Pero prefiero no encariñarme con nadie, no vaya a ser que de pronto nos tengamos que ir a Egipto-respondi sonriendo para ir al baño a lavar mis dientes-Sabes si ¿mamá te respondió sobre lo de mi fiesta de cumpleaños, Tiffany?-Le pregunté con crema dental ya en mi boca, que medio se me entendía.

-Si, le avisé, está de acuerdo con que hagas tu fiesta aquí en la mansión, pero que no sabe si podrá venir-me dice Tiffany extendiendo una toalla hacia mi.

-No es extraño, extraño sería que viniera.

-Sabes que tú madre te quiere

-¡Siiii! me quiere pero lejos de ella-exclamo saliendo del baño, para ir a mi closet.

-No seas tan tarado-bufa Tif recogiendo la ropa sucia para salir de la habitación

-Oye, Tif-grite antes que pudiera salir de la habitación.

Ella volteo y me miró- ¿Ahora que querés?

-Se te olvidó está-le dije sonriendo, mientras quitaba mi camisa y se la tiraba, me dió tanta risa ver cómo su cara estaba tan roja que parecía un tomate-Que quede bien lavada.

Tiffany salió de la habitación tirando fuerte la puerta.

A ella le enfadaba que yo hiciera este tipo de cosas, pero a mí me divertía hacerlas.

Tif, es la hija de mi Nana, tenemos la misma edad, pero mi Nana enfermo tanto que su hija tuvo que trabajar por ella.

Nos criamos juntos, hacíamos todo juntos, a dónde iba yo ella iba, éramos inseparables.

Hasta que ella un día cambio, no cambio en esa forma que piensan, digo que comenzó a crecer y a cambiar, en pocas palabras y como dijo mi Nana, ya se estaba convirtiendo en una señorita.

No me di cuenta hasta un día que entre a su habitación para que fuéramos al patio a jugar fútbol cuando ví que ya tenía senos, pues entre y ella se estaba vistiendo.

Ese día ella me golpeó tan fuerte en la cabeza, me dijo que tenía que tocar la puerta antes de entrar.

Pero tampoco había mucho que ver.

A veces eres muy tonto, Hart.

Lo sé, lo sé.

Nos separaron un poco al ver que ya éramos adolecentes, y decían que tener a dos adolescentes en pleno desarrollo juntos era algo peligroso, idea tonta de mi madre.

Casi nunca nos veíamos, no hasta que un día, Tif me dijo que sentía cosas por mi, no como un hermano o un amigos, si no que, sentía atracción por mi.

La verdad me sorprendió mucho cuando me lo dijo, apenas tenía quince años y no sabía nada, yo solo quise corresponderla para que no se sintiera mal, aunque no sabía cómo sobrellevar eso.

Quise hacer las cosas bien, recuerdo que quise besarla y me dió una abofetada, eso pasa por querer hacer lo que dicen en las películas.

Al otro día de ese suceso, ella me dijo que olvidará todo, y que siguieramos siendo los mismos de antes.

Así fue... Y nos ha ido bien

Aunque en la actualidad ella siga sintiendo cosas por mi.

Y se sonroje cada vez que le digo algo bonito, o que me ve sin camisa.

Me duche y baje las escaleras para ir al comedor.

-Que tenemos hoy de desayuno-pregunté frotando mis manos.

-Una Nana esperando el beso de su niño-dice Martha, mi Nana.

Yo corrí hacia donde estaba ella y la abracé dandole un beso en la mejilla.

-¿Cómo te sientes, Nana?

-Muchísimo mejor, eso sí.

-Me alegra saberlo-digo volviendo a abrazarla-Nana, se que es mucho pedir, pero sabes que viene mi cumpleaños, te quería pedir si podías hornearme un pastel, es que amo tus postres y dios quiero sentir la gloria de nuevo.

-¡Ohh! claro que sí-responde mi Nana apretando mis mejillas-Para ti lo que sea, y así Tif hornea uno también para ti-voltea hacia la cocina para buscar a Tiffany-A un hombre se le enamora con buena comida.

-¡Mamá!-. Grita Tiffany avergonzada, si, mi Nana sabía todo lo que había pasado entre nosotros y lo que ella aún siente.

-Como si no supiéramos ya que estás perdidamente enamorada de mi pequeño.

-Nana, ya déjala-digo.

-Gracias-contesta Tiffany desde la cocina- Aquí está tu desayuno, tarado

-Muchas gracias, tarada.

-Si van a tener hijos, que sea antes de que yo muera, quiero ver a mis nietos-dice mi Nana, mientras se iba en su silla de ruedas.

Yo no aguante la risa y me reí, voltee para ver la reacción de tif pero ella estaba muy seria, así que debía ponerla de buen humor.

-Tu madre me ama-digo

-Ya lo se, aveces siento que te quiere más que a mi.

-Es que es así-bromeo un poco, para que no se sintiera incómoda.

-Y bueno, ¿aún sigues pensando en dejarte ese cabello así?

-Sí-es lo único que respondo.

-Pareces un anciano, uno muy prematuro.

-Pero me queda super hermoso, la verdad todo me queda súper bie. Oye.. Tif-hora de hacerla perder la cordura-Si tú mamá quiere nietos, hay que comenzar a procrearlos ¿No crees? Al menos podemos hacer el intento-rei a carcajadas al verla casi que roja como un tomate.

Tiffany me mira por un momento sin sabes que decir, pero mi sorpresa fue que me lanzó un vaso con agua a la cara.

-Deja de molestarme-gritó

Eso me pasa por payaso.

-Era una broma-le dije.

-No me interesa, déjame en paz-grito tif corriendo hacia afuera, no podía dejarla así, así fue detrás de ella, todo mojado.

Se encontraba en el patio llorando...

-Ven aquí-le dije abrazándola- Perdóname, se que te molesta este tipo de bromas

-Ya debería haberme acostumbrado, si que eres un payaso

-Igual sabes que te quiero ¿No?

-Pero no de la misma forma en la que yo lo hago-me aparta de ella y se limpia las lágrimas.

No me gusta verla así.

Me da una sonrisa nostálgica y se va

Yo volví a entrar a la casa, para ir a mi habitación en busca de mi mochila y a cambiarme la camisa que estaba mojada.

Era la primera escuela a la que iba que no se usaba uniforme, gracias al de arriba.

Este año iba a entrar al equipo de baloncesto, de la escuela de eso estaba seguro, tome mi mochila y me fui directo a la escuela en mi nuevo coche.

Llegué a la tan aclamada escuela Willberg High school, tome mi mochila y salí del auto.

Habían muchas personas, y sabía lo que iba a pasar.

Venían muchas chicas hacia mi, seguramente a pedirme fotos.

Hora de mi sonrisa falsa.

-... ¿Puedes tomarte una foto con nosotras?

-... oh no puede ser, es el hijo de Jerónimo Hart.

-... El no es el que protagonizará la nueva película de Jerónimo?

Eran los comentarios de las personas a mi alrededor.

Me acerque a un grupo de chicas para tomarme una foto cuando una de las chicas tiró su malteada al piso de la escuela.

Hora de salir corriendo, esta es mi oportunidad no la pierdas.

-Voy a buscar al conserje para que limpie esto.

Corri de allí, para buscar al conserje, la escuela era enorme, iba a ser imposible encontrarla.

La encontré...

Me acerque al cuarto de limpieza, y antes de poder abrir la puerta escuché sollozos...

Había alguien allí dentro.

Mire mi hoja de inscripción dónde estaban los nombres de todos los que trabajaban en el plantel

-Señor, Rogers ¿Está allí?-pregunté, pero los sollozos habían parado, no creo que el señor se pusiera a llorar allí adentro.

Aunque bueno, era una posibilidad, seguro algún alumno lo molesto, pero eso no parecía ser un hombre.

Así que tome la manija y abrí la puerta.

Ese no era el conserje, era una chica recostada en el piso y se encontraba llorando.

Ella limpio sus lágrimas rápido y se me quedó mirando.

La chica era linda, era de piel blanca y ojos azules, un azul hermoso y debajo de ellos reposaban sus ojeras y rastros de maquillaje regado.

-Tu no eres Rogers-dije enarcando una ceja.

-Al parecer no-me respondió la chica levantandose del piso.

-Y tu, ¿que haces aquí? ¿Estás bien?-Quería saber porque lloraba, si es que un familiar había fallecido o tal vez su pareja la dejo. O tal vez tuvo problemas intrafamiliares, es posible.

-Vengo aquí a reflexionar sobre la vida-me contestó de mala gana.

Vaya lugar para reflexionar, ella estaba llorando yo no era ningún tonto, entendía que no me dijera nada porque no me conocía.

Pero quería hacer amigos.

Entre cerré los ojos ella no tenía intenciones de decirme nada, así que le iba a echar una mano.

-Tienes la nariz enrojecida, al igual que tus ojos, eso es que estabas llorando-le dije mirándola, ella alzo una ceja y soltó rápidamente

-Es alergia

-Bueno, espero que tú alergia se recupere-le guiñe un ojo, ¿porque había hecho eso?-Y tu maquillaje se chorreo, yo que tú iría al baño a retocarlo antes de que el timbre suene, no querrás verte espantosa en clases.

Allí salió el lado estúpido, quería ser encantador y gracioso no un patán

Ella puso los ojos en blanco-Gracias por el dato.

Hora de arreglar las cosas, socialicemos

-Mucho gusto soy...-No me dejó terminar de decirle mi nombre.

-A nadie le importa como te llamas-contesto para marcharse.

Bien ella no iba a hablar conmigo, eso no salió tan bien, pero no tenía que ser tan grosera.

Seguí caminando por la escuela, tocaba literatura, pero aún no sonaba el timbre, así que caminaré por todos lados.

Llegué hacia la cafetería estudiantil, habían muchas personas allí, todos me miraban y señalaban para que me sentará en sus mesas.

Pero me senté en una que aún estaba vacía, no quería esas amistades que solo hablaban con uno porque tengo padres famosos.

Aún tengo a Matthew, mi mejor amigo, lo conocí en Argentina, en mi antigua escuela y aún hablamos por video llamada y nos contamos todas las cosas.

En menos de lo que me pude imaginar, tenía como a mil personas a mi alrededor.

Tantas que me ahogaban, algunas me tomaban fotos, otras me hablaban, no las entendía eran muchas a la vez.

Me iba a volver loco.

No sé cuánto tiempo paso pero el timbre sonó, gracias a Dios.

Las personas salieron de mi rango para ir a su respectiva clase.

Una profesora se me acerca- ¿Te encuentras bien? Ven conmigo.

La seguí hacia la oficina y me senté

-Mucho gusto, soy Mariam López, la directora de este instituto, tú debes ser Aarón Hart ¿No?

-Si señora así es.

-Se que es difícil para ti soportar todo esto, ya que tienes padres tan famoso, pero quiero que sepas que si alguno te molesta yo te puedo ayudar y el alumno tendrá consecuencias.

Porque no me extraña eso, papá arreglando todo con dinero, seguro le pago para que me diera un trato especial.

-¿Cuánto le ofreció mi papá por esto?- Pregunté jugando con una pelota de golf que reposaba en el escritorio de la directora.

-¿Disculpe? Esto es una institución donde nos importa el bienestar de los alumnos, no es necesario pagar por nada.

-Lindo discurso, fue un placer directora, pero si alguien me molesta se muy bien como defenderme.

Me levanté de allí para salir a mi clase de literatura, solo esperaba que este año fuera diferente pero veo que si te apellidos Hart y tú padre es millonario y famoso no se puede.

Odiaba que me dieran algo solo por ser su hijo, yo quería ganarme las cosas, que me tratarán normal.

Aula 52, toque la puerta y salió un señor de cuarenta y tantos, seguro era el profesor, mire mi ficha

-Buenos días profesor Ruppert-dije con una gran sonrisa.

-Serán buenas noches porque llega tarde, lo dejaré pasar esta vez pero la próxima irá a detención por llegar tarde

Ya amaba a este señor

Entre al aula para que las vistas fueran directo a mi, me senté en una mesa en frente dónde aún nadie se había sentando, los puestos eran de dos personas.

-... Saben que siempre al comienzo de cada año, pido que escriban una historia de mas de dos mil palabras, ¿alguno quiere levantarse a leernos la suya?-Dice el profesor mirando hacia todos lados, como buscando a alguien- ¿Alguien sabe si Amyliabeth vino el día de hoy?

-Si profe, yo la vi en la cafetería-responde una chica morena con un cabello muy espectacular.

-Gracias Adri-miro nuevamente hacia donde estaba yo-Tu.... Chico nuevo, ¿puedes ir a buscarla?

-Si, claro, pero, ¿como sabré si es ella?

-A estás horas nadie puede estar afuera de las aulas así que me imagino que es la única afuera, ve ahora.

Me levanté y camine rápido hacia la cafetería, al llegar fue la sorpresa.

Esto no puede estar pasando...

            
            

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