A tres minutos de tocar las estrellas V.1
img img A tres minutos de tocar las estrellas V.1 img Capítulo 4 PÓLUX
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Capítulo 6 ARCTURUS img
Capítulo 7 CAPELLA img
Capítulo 8 RIGIL KENTAURUS img
Capítulo 9 PROCYON img
Capítulo 10 ACHERNAR img
Capítulo 11 BETELGUEUSE img
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Capítulo 4 PÓLUX

Amyliabeth Holland

Pasado, 17 de Junio de 2019

- Debemos ir a otro país, Augusts, en Estados Unidos hay especialistas que nos podrían ayudar- Habla mi madre con mi papá en la sala, mientras yo los escuchaba.

- Aquí también los hay, Laurean.

- ¿Porque no haces lo que te digo? ¿Acaso quieres que nuestra hija muera?- Dijo mi mamá con sollozos.

- Como se te ocurre que quiero eso, también es mi hija por si se te ha olvidado, yo la amo, por eso, estamos haciendo lo posible por ella, por eso estamos pagandole a una clínica por sus tratamientos.

- Pero... ¿ y si no son suficientes?

- Estamos haciendo lo que está a nuestro alcance- Dice papá abrazando a mi madre.

Yo me encontraba escondida en las escaleras escuchando todo lo que decían, mientras lágrimas caían de mis ojos. pero... ¿A mi quien me abrazaba?

¿Quien me dice a mi que todo va a estar bien?

Era el peor cumpleaños.

Subí rápidamente a mi habitación, y comencé a tirar las libretas al suelo, ya no queria seguir con esto.

Para que seguir con la tonta idea de escribir, si algún día de estos, no estaré para seguir haciéndolo.

Tome todas las libretas y salí al patio, tome una pala y comencé a abrir un agujero en la mitad del patio.

- ¿Que haces, querida?- Me pregunta mi abuela.

- Voy a enterrar mis sueños, abuela.

- ¿Porque harás eso? Te encanta escribir.

- Ya no lo haré más.

- No deberías dejarlos.

Mire a mi abuela con lágrimas en mis ojos- De que va a servir, tengo está enfermedad, que no se sabe si voy a vivir o a morir, estoy cansada de no saberlo, así que para que seguir mis sueños si un día de estos puede ser mañana, ya no estaré para cumplirlos y nadie se acordará de mi y de lo que hice.

- Ay mi niña- Mi abuela me abraza y yo paso mis brazos por su espalda mientras recuesto mis cara en su hombro para seguir llorando.

- Abuela... Tengo miedo, me da terror la idea de morir, quiero hacerme la fuerte, pero no puedo, me muero de miedo, cada vez que pienso en eso.

- Mírame Amy- Dice mi abuela tomando mi cara- Tu eres fuerte, eres un Holland, los Holland no nos rendimos nunca, tu seguirás luchando hasta el último día, ¿¡me entiendes!?

- sí... eso creo.

- Y no dejes tu sueño de seguir escribiendo, quieres ser una novelista ¡hazlo!, escribe una historia, y yo te acompaño a la editorial más cerca de aquí, si es necesario golpear a alguien para que la acepten lo haremos.

Yo sonreí, amaba hablar con mi abuela, siempre me hacía sentir bien.

- Por ahora creo que la Amy escritora va a darse un tiempo, abuela, tampoco es que tenga mucha inspiración.

Metí las libretas en un cajón, que había encontrado en el sótano, con ella lo que había dentro iba a permanecer siquiera cinco años.

- Prometo que si a los 17 sigo con vida, desterrare esto y seguiré con mi sueño de escribir ¿Bien? Lo prometo abuela.

Mi abuela suspira- Está bien.

Mi abuela toma mi mano y ambas comenzamos a hechar arenas al agujero hasta que quedó listo.

Esa misma noche, hubo lluvia de estrellas. Mi abuela y yo pusimos unas mantas en el patio y nos acostamos allí, para verlas, era muy hermoso.

Era lindo que ese mismo día pasará eso, y yo que pensaba que sería un día horrible y nublado.

Allí ambas acostadas mi abuela me dijo-

Las estrellas suelen guardar los recuerdos y sueños mas lindos del universo y para lograr cumplirlos hay que lograr alcanzarlas, Amy

- ¿Cómo? Parecen estar muy lejos de aquí?- Pregunté.

- Ellas están cerca de nosotros, sabes que cada uno de nosotros tiene una estrella, cuando mires al cielo y una titile cerca de ti, esa es la tuya, ella te llama para que la veas, si tú estás triste, la estrella también pues lo sabrás porque ella no brillará, cuando estés feliz y estés haciendo lo que amas ella brillará, brillará tanto que alumbrará todo el cielo si es posible.

Enarque mi ceja confundida, pues no sabía que eso era posible- ¿Tengo mi propia estrella?

- Así, es, ellas siempre te acompañan a todos lados- Me dice mi abuela abrazándome fuerte y susurro a mi odio- Feliz no tan feliz cumpleaños, mi querida nieta.

Desde esa noche, comencé a mirar por ventana cada noche, hasta lograr ver mi estrella, pero nunca la encontré...

Hasta un día en el que gane un concurso de literatura, esa noche fui a mi balcón, y dije al aire libre lo feliz que estaba, esa noche una estrella solitaria comenzó a brillar de repente.

Una estrella solitaria así como yo.

Desde ese día comprendí, que era verdad, todos tenemos una que está feliz por nuestros sueño y logros como también aveces está triste por alguna cosa que nos sale mal y nos deprime.

Todos los días, salía al balcón antes de dormir y le contaba como me había ido.

Cada que salía a ese balcón me sentía Ray hablando con Evangeline.

Una cosa que... Esa película resultaba ser una de mis favoritas de Disney.

Amy Holland

Actualidad

- Parece que estás en otro planeta, te encuentras bien?- Pregunto Aarón devorando sus galletas, mientras yo miraba al abismo.

- Si, estoy muy bien- Limpie unas pequeñas lágrimas que estaban por salir.

- ¿Segura?

- Sí, estoy segura.

- Bien- Me mira a los ojos- Tienes unos ojos muy bonitos.

Bajé mi cabeza avergonzada, si, sabía que tenía unos ojos bonitos, pero solamente mi familia me lo había dicho, que lo dijera otra persona ya era incómodo.

- Perdón si te molesto que te dijera eso- Aarón se levantó de la cama y tomo su mochila- Mejor me voy, fue un placer conocerte, Amy.

Yo corrí hacia la puerta y tome su mano, el me miró confundido por eso,así que yo la solté rápido

¿era raro que hiciera eso?

- No te preocupes, no me molestó, solo que... Nunca me habían dicho cosas bonitas excepto mi familia claro.

- Lo entiendo, pero deberías saber que eres hermosa aunque algo grosera- Me mira y sonríe, ya empezaba a odiar esa sonrisa- Mañana después de clases vamos a mi casa, es hora que yo te muestre mi vida.

- Estoy ansiosa por ir- fingi felicidad

Lo acompañe a la salida de mi casa y me despedí de el, se montó en su auto y se marchó...

Era la primera persona que dejaba entrar después de saber de mi enfermedad.

Cerré la puerta pero aún seguía allí parada, no podía creer que esto estuviera pasando.

- ¡Amy!- Grito mi abuela detrás de mi.

Yo salte del susto, porque mi abuela era tan silenciosa.

- Me asustaste abuela.

- Ese jovencito, está muy guapo ¿Quien es?

- Es mi compañero de trabajo, nos pusieron una tarea en parejas y me tocó con el, solo eso.

- ¿Solo eso?

- Si abuela, solo eso- Camine hacia la cocina para buscar algo de comer, pero mi abuela me siguió.

- No me parece solo eso, lo mirabas de una forma- Puso su mano en su barbilla pensando- diferente... y el te miraba también, yo lo noté.

- Deja de ver esas telenovelas, te están afectando, solo somos compañeros de trabajo, y apenas nos conocimos hoy.

- Sería lindo que te dieras la oportunidad de amar, antes de que...- Dejo de hablar dejando un silencio en el aire.

- ¿De que muera?- Termine de decir por ella.

- No, no, no hija no quise decir eso, hablaba de que antes de que acabe tu juventud, luego de que termines tu adolescencia no podrás tener amar con locura a alguien como se ama cuando eres joven.

- Tengo muchas cosas en mi cabeza, y un novio no está en ellas- Termine de echar el cereal en una taza y la tomé para irme a mi habitación.

Entre a mi habitación, para poner el cereal en la mesa de mi habitación, y encender mi computadora de mesa. Ya que mi laptop había quedado inservible por una gran cantidad de líquido, tome asiento y puse música, al menos allí podía tener la música con el volúmen que quisiera, no se iba a escuchar nada afuera.

Abrí un documento world, iba a comenzar a escribir, si, a escribir.

¿Porque? Porque quería y tenía ganas.

Está vez no había excusa de que era por tarea, lo iba a hacer por pasión.

Con Falling de Why Don't We de fondo comencé a teclear en mi computador.

"Esos ojos que transmiten perdición...."

Luego de casi dos horas sentada allí, era hora de descansar, apague el computador, y recosté mi cabeza en la mesa del cansancio que tenía.

Vi en el reloj que resposaba sobre mí mesa que eran las 8:57 de la noche, porque tenía tanto sueño? Siempre me dormía tarde.

Me levanté de la mesa y quite mis zapatos, para irme a duchar.

Encendí la regadera y quite mi ropa, deje que el chorro de agua callera por un rato sobre mi cabeza, pero cada que cerraba los ojos, solo veía la sonrisa tan idiota del chico que había conocido hoy...

Aarón.... ¿Quien será? cómo será su vida, y porque me importaba saber de el.

Abrí mis ojos, y comencé a restregar mi cara para que esa idea se fuera de mi cabeza.

Luego de casi media hora en el baño, salí y puse mi pijama, que era de spiderman, si, a ese extremo de obsesión habia llegado.

Quite mis pantuflas y me recosté a dormir abrazando a mi pequeño oso de peluche, en menos de dos minutos ya me había dormido....

---

A la mañana siguiente, segundo día de clases, que emoción.

Me levanté sin ganas de nada, con ganas de dejar de existir, aún tenía sueño, y mis ojos estabas cada vez lleno de más ojeras.

Lave mis dientes y me bañe para vestirme lo más sencilla que pude, no me gustaba resaltar ni mucho menos, cogí de mi closet un jean Negro que me quedaba totalmente bien, pegado al cuerpo, y una camiseta de Nirvana, junto con mis Vans negras.

Deje mi cabello suelto está vez, no tenía ganas de maquillarme así que solo me puse mis lentes de lectura, tenía que usarlos para acomodar mi vista, pero siempre olvidaba ponermelos.

Tome mi mochila, y baje las escaleras, la cara de todos en mi casa fue de ¿Watefok?

Siempre mi mamá tenía que pegar gritos para que saliera de mi habitación, y está vez baje por mi cuenta.

Todos estaban sorprendidos.

- Buen día, justo te iba a llamar- Dijo mi madre.

- Ya te ahorraste la llamada, buen día- La relación con mi madre cada vez iba peor.

No como la de mi papá, el siempre trato de estar conmigo.

Fui hacia la mesa y abracé a mi padre y darle un beso en la mejilla como hacia todas las mañanas.

- ¿Cómo amaneciste?- Pregunto mi padre- Te ves hermosa.

- Amanecí bien pa, gracias- Mire a mi alrededor al notar la ausencia de mi abuela Regina- ¿Dónde está mi abuela?

- Te está esperando afuera- Dice mi papá dándole un sorbo a su café.

¿Me esperaba? Para que...

Me levanté rápido para ir a ver qué tramaba mi abuela, pero papá me tomo del brazo.

- Termina de desayunar y sales, además alguien dejo esto para ti está mañana- Me extiende una caja completamente sellada.

La tomé y comencé a abrirla, nadie me dejaba nada desde hace mucho y tampoco pedía nada por Amazon.

Al abrirla ví de que trataba, no podía ser cierto...

Era una laptop, una completamente nueva.

Había una nota así que la cogí.

"Lamento lo de tu laptop, así que ten una nueva, te la mereces y también es una disculpa por lo idiota que me porte cuando nos conocimos,y también es para que puedas escribir nuestro ensayo, más te vale que quede bien, si repruebo esta materia me llevarán a un colegio militar"

PD: nunca había escrito una nota así que haré como hacen en la películas...

Con cariño... Aarón H.

No me contuve y solté una risita algo tonta, que mi padre me miró enarcando una ceja.

- ¿Quien te lo ha mandando?- Pregunto mi padre.

- Mi nuevo compañero de trabajo, nos pusieron a escribir un ensayo, y mi laptop ayer se averió, así que el por lo visto se tomó la tarea de regalarme una.

- Mira que gran chico es, ¿como se llama? ¿Lo conocemos?

- No, es nuevo en la escuela, prometo traerlo de nuevo para que lo conozcas, ayer vino a adelantar algo del trabajo, pero no estabas.

- ¿Sabes su nombre al menos?- Pregunto mi madre, entrando a la conversación- Quien es ese chico y porque te regala cosas.

- Es solo un compañero de clases, Laurean, no es para tanto- Interviene papá.

- No me interesa quien sea- Voltea a verme- Vas a entregar eso, el no tiene porqué andar con regalos si apenas y lo conoces, no sabemos con qué intenciones viene.

- Déjala en paz, Laurean- Alza la voz mi papá.

Yo comencé a llorar, así que baje mi cabeza para que no lo notarán.

- Es un regalo, solamente eso, deja tus paranoias- Volvió a decir papá.

- ¿Paranoias?- Dijo mamá riendo- Ahora soy paranoica, sabes todo lo que pasamos el año pasado, las burlas de los chicos de su escuela, las veces que vino llorando, y con la ropa rasgada, lo que le hizo ese chico...- Intervine alzando yo mi voz, era hora de yo decir algo.

-¡Ya cállate Laurean!- Dije levantándome de la silla- Necesito que te calles por amor a dios- Dije dejando caer mis lágrimas.

- Amy, siéntate - Dice mi papá.

- No

Mi mamá me mira fijamente, su cara era de irá, yo amo a mi madre, con todas mis fuerzas, pero desde que tengo está enfermedad, a estado de sobreprotectora, y me afixia eso, entiendo, no quiere que me hagan daño, pero eso es algo que no se puede impedir, siempre pasara eso.

Siempre sufriremos, así que la relación tan bella que tenía con mi madre, se desvaneció cuando ella comenzó a querer controlarme.

Tome la laptop y mi mochila y salí de la casa, mi padre iba detrás de mi, pero no preste atención, cuando salí, note a mi abuela afuera de casa frente a un auto nuevo.

- ¿Sorpresa?- Dijo mi abuela, notando el ambiente de la situación, llegó rápido hacia mi para abrazarme- Oh mi pequeña ¿que ha pasado?

Yo comencé a llorar en su hombro- Nada, estoy bien- Limpie mis lágrimas- ¿Que es eso?- Dije señalando al auto, color azul que tenía un gran lazo rojo encima de el.

- ¡Feliz cumpleaños número 17!- Grito mi papá detrás de mi, algo avergonzado.

Eh? Era mi cumpleaños y no lo había notado.

Tanto había perdido las ganas de vivir como para olvidar mi propio cumpleaños.

-¿Que fecha es hoy?- Pregunté aún si créemelo.

- 17 de Junio, linda- Dice mi abuela- ¡Feliz cumpleaños!

Había un auto completamente hermoso frente a mi, era mi regalo de cumpleaños.

- Gracias!!- Dije abrazándolos a ambos al mismo tiempo

- Hora de ir a clases en tu hermoso auto nuevo, yo sere tu maestra el día de Hoy- Se acerca al auto y quita el enorme lazo- ¡Nos vamos!

Entre al auto y aroma a nuevo me encantaba, tenía un auto, uno para mí, dios no podía creerlo, ya hasta se me había olvidado, lo de la pelea.

            
            

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