Detrás de mi belleza
img img Detrás de mi belleza img Capítulo 4 Travesuras
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Capítulo 6 ¿Qué está pasando img
Capítulo 7 Locuras en la oficina img
Capítulo 8 No es nada y lo es todo img
Capítulo 9 No es nada y lo es todo ll img
Capítulo 10 Decisión img
Capítulo 11 Aterrorizada img
Capítulo 12 No puede ser verdad img
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Capítulo 4 Travesuras

La clase de Literatura es tan aburrida, me provoca un sueño inmenso. Me estoy cabeceando, por unos segundos cierro los ojos y un sonido provocado sobre mi mesa por Cruela la maestra Fitz me hace despertar para darme cuenta de como me observan todos a mi alrededor con cierta risa burlona en la espera de que la maestra Fitz dicte mi castigo lo cual conllevó un ensayo sobre prioridades en horas de clases de cien páginas.

----Hola bombón, lindo atuendo. Tienes algo que hacer esta tarde por que si no tendremos un espectacular encuentro con una pizza familiar.

Alexa tiene un enorme gusano hambriento en el estómago, suele comer dos pizzas familiar y quedar aún con espacio para algo más.

----Estaré disponible a las cinco, si me invitas también un helado te acompaño y te cuento sobre... bueno, nos vemos a la cinco en la pizzeria de siempre.

----Hola cariño, te extrañaba ¿dónde estabas y haciendo qué? Seguro era algo importante que no te pude ver todo el fin de semana.

Rob suele ser un poco empalagoso cuando no estoy disponible para él, es como si se asegurara de que aún le pertenezco, como una clase de objeto.

----Mi amor, muaaa. <>. Te extrañe bebé, que tal si salimos al cine mañana o donde tú quieras, escoge el lugar y me avisas. Con otro beso ahora en su boca me despido y me voy directo a la cafetería con Alexa, paso todo el tiempo del almuerzo pensando si debería decirle lo que me está pasando pero desistí al saber que ella había roto con su novio Marx y me dispongo a consolarla diciendo frases como; él es un perdedor y no te merece, que se cree ese idiota, eres más que eso y mereces alguien mucho mejor.

Mis dulces palabras son cliché pero igual las digo. A fin de cuentas hacen un excelente trabajo.

Ya con mi amiga en la pizzería ordenamos dos pizzas familiar, mientras esperamos ella me invade con mil y una pregunta.

----Vania, Vania, Vania me ¿estas escuchando? ¿Te pasa algo? ¿quieres contarme que está pasando por esa cabecita?

En cámara lenta tras la ventana veo la figura tan peculiar y conocida de mi querido enemigo y galán preferido. Sin pensárlo dos veces voy hacia donde está, ésta vez le preguntaré su nombre o eso pensé cuando algo o más bien alguien me sostiene del brazo y me pregunta con voz confundida..,

---¿Estás bien? ¿Qué te pasa?

Era Alexa, pues al parecer está algo preocupada por las acciones de su amiga.

No pasa nada, disculpa creí ver algo. Realmente discúlpame tu con el corazón roto y yo con la cabeza en otra parte. Vengo enseguida, tengo que ir al tocador.

--- Está bien, pero no tardes. Ne estás asustando, estás actuando como si algo pasara, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

Por supuesto! Lo sé, descuida no pasa nada, sólo necesito refrescarme un poco. Con una sonrisa ladina me dirijo al tocador, ya allá frente al espejo noto que estoy fatal, nerviosa y llena de sudor.

Que está pasando conmigo, nisiquiera era él, o eso creo, ¿tanto me atrae como para que yo quede en éste estado por sólo creer haberlo visto? Procedo a lavarne la cara así disimular un poco lo afectada que estoy por lo acontecido o por lo que nisiquiera llegó a pasar.

Cierro los ojos un momento y recuesto mi cuerpo con las manos sobre el lavado para lograr calmarme cuando un extraño, conocido y suave perfume invade el lugar. Siento unos brazos rodear mi cintura y otra mano tapar mis ojos, en mi cuello se siente una respiración que me hace temblar, quiero saber quien es, quiero gritar, quiero abrir los ojos, pero no ne atrevo a hacer movimiento alguno.

Lentamente me dan media vuelta, ya no tapan mis ojos, pero no quiero abrirlos, tengo miedo. La mano que estaba sobre mis ojos se desliza lentamente por mi rostro, cuello y espalda, abro los ojos con temor, pero no sé que tipo de temor es, temor a que sea un pervertido o temor a que no sea el pervertido que quiero que sea. Antes de que mis ojos abran completamente una leve fuerza sobre mi espalda me acerca hasta el chico frente a mí que con ojos sádicos y boca entreabierta procede a besarme, beso que acepto como si lo estuviera esperando toda la vida, tan apasionado es que no me doy cuenta cuando termine sentada sobre el lavado y ya sin la camisa que traía puesto y él con los botones de la suya abiertos.

Besa mis labios, besa mi cuello, me acaricia de forma tan feroz que creo que tengo un lobo hambriento sobre mí. Posado entre mis piernas y mi falda ya a tope emito un gemido causado por la excitación tan grande que cargo, ya no puedo esperar más y arranco de su cuerpo su camisa y la correa de su pantalón. No sé en que estoy pensando, realmente no lo estoy haciendo y por eso me dejo arrastrar por dicha situación.

Sus suaves y fuertes manos aprietan mis muslos mientras yo rasgo su espalda y otro gemido a la par se nos escapa, nuestra respiración es sofocante, abro mis ojos para comprobar nuevamente quien es y sí es él, el único que causa esto en mí. Sólo el me hace actuar como una persona totalmente diferente y eso me excita mucho más. Entrelazo mis brazos sobre su cuello y con mis piernas rodeo su cintura y lo acerco aún más a mí... Esto es simplemente algo inigualable, no creo poder parar... No, realmente no quiero parar...

            
            

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