Capítulo 5 Travesuras 2

Mientras más lo beso más se enciende el deseo de tener sexo, de sentirlo explorar en cada parte de mi cuerpo desnudo, pero como todo cuento de hadas debe de tener una bruja, el mío no era la excepción. En mi caso fue un hechicero malvado quien me hizo despertar y reaccionar, toc ,toc, toc, se escuchó la puerta haciendo que separarnos de un brinco. ¡Rayos! Exclame a mis adentros. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no después?

Solo me quedó arreglarme lo más rápido que pude y salir como carro veloz del lugar, ya afuera llame a mi amiga haciéndole saber que me surgió algo y me tenía que retirar.

¿En qué estaba pensando? La verdad es que ni eso estaba haciendo. No sé por qué cada vez que lo veo mis pensamientos se bloquean. No analizo, no reacciono, solo me dejo llevar por el momento. Aunque dije que también me uniría al juego esto tiene que parar.

¿Que pensarán mis padres si se enteran? ¿Por qué el me atrae tanto y me envuelve en su tonto juego? ¿Por qué estaba pasando todo esto? Eso y más pasaba por mi cabeza. Sin darme cuenta llegué a casa y yacía tumbada sobre mi cama pensando o tratando de hacerlo sin lograr borrar de mi piel, mente y corazón el olor de su cuerpo, el sabor de sus besos, el grosor de su cuerpo, todo su ser, todo él, su mirada, sus labios, su todo. Sin darme cuenta mis pensamientos habían cambiado totalmente y empezaba a desear tenerlo cerca, en casa, él y yo, solo nosotros, envueltos en nuestro propio cuento.

Reconozco un aroma, uno peculiar, uno sin igual. Un aroma que me transporta a otro lugar, que despierta pasiones pérdidas en mí, es nada más y nada menos que el rico olor a pizza recién salida del horno, mi querida Alexa como siempre pensando en mí me acaba de traer, con tanto que pensar me había olvidado de que salí de la pizzería casi corriendo dejando a mi amiga sóla, sentada en ella.

La cara de Alex lo dice todo.

La curiosidad en su mirada florece como árbol de cerezo en primavera. Sin articular palabras se todo lo que me quiere decir; a lo que empiezo contándole todo desde un principio. Su mirada y su expresión corporal lo dicen más que mil palabras, cuál niño esperando su regalo. Ese que ha esperado toda su vida. Termino la charla con un ayúdame no sé que me pasa, porque siempre termino con sus labios entrelazados a los míos.

Ah, con el simple hecho de pensar en él siento que todo mi cuerpo se estremece, siento como si me subiera la temperatura. ¿Será que tengo algún problema? Uno de esos tipos ninfómana, Dios. Debo parar, tengo que evitarlo a toda costa.

--Alex ayúdame.

Está última sonríe como si organizara el plan más malvado de la historia, tengo el presentimiento de que algo extraño se avecina.

De regreso a clases, esta vez en geometría el maestro tiene un anuncio que hacer, el mismo se ausentará un tiempo por problemas personales y le pide a la persona que lo sustituirá encargarse de la clase en su ausencia que pase a presentarse,. No puede ser. ¿Qué rayos está pasando aquí? Tal vez es un sueño, una mala broma de la vida, algo producto de mi imaginación, pero no, es muy real. El golpe por parte de Alex me hace reaccionar y sí, es él, en mí clase, no sólo eso, él será mi maestro de geometría. ¿Qué carajo está pasando? ¿Que haré? Debo estar soñando, si es así por favor, alguien, quien sea ayúdenme a despertar.