Capítulo 5 Jesualdo

Jesualdo también nació y creció en un pueblo del caribe, a diferencia de Carla a él lo sostenía la madre trabajando en otro país, el padre desde muy niño los abandonó a él y a sus 2 hermanos, por tanto, nunca vivió en un hogar como tal, siempre dónde la abuela, tíos y tías maternas ya que con su familia paterna por prohibición expresa de su mamá no podía ni saludarse so pena de ser castigado.

Al parecer cuando es adulto esta prohibición pierde vigencia, en muchas ocasiones a altas horas de la noche, despertábamos azarados por una gran gritería y era nuestro protagonista enfrentado a puño limpio con su padre y sometiéndolo a reclamos y reproches después de compartir guarilaques desde tempranas horas, dónde inicialmente todo era cordialidad, amor y perdón, después solo se escuchaban vulgaridades de grueso calibre y agresiones físicas las cuales cada día eran más graves hasta el punto que en una de estas noches casi el hijo mata al padre por lo que fue necesario llamar a los policías quienes les colocaron una orden de alejamiento que constantemente ambos infringían, veíamos al padre llegar y reclamarle al hijo que este había estado en su casa faltándole al respeto, era un cuento de nunca acabar hasta que finalmente el padre muere y aún recuerdo a todos especialmente a mi familia dándole a Jesualdo el pésame y a este compungido triste y adolorido llorando a gritos por la muerte de su padre, todos menos yo, me reí mucho de ver lo que para mí era una payasada, después de escuchar como muchas veces mi familia y Jesualdo hablaban mal del tipo, del cual Carla decía que era vicioso, sádico, violador, drogadicto y mil cosas malas, claro que esto era durante las peleas con el marido en la que no se le escapaba nadie de la familia, pero en la que más se ensañaba era en su suegra, podía durar fácilmente el día entero y de no ser por los golpes que el marido le propinaba también la noche insultando a la señora, la cual creo que el único pecado que había cometido fue parir un hijo cómo ese por no llamarlo de otra manera. Mas esto era reciproco la suegra en varias ocasiones cuando llegaba al país también se quedaba algunos días en la casa y eso si era para alquilar balcón, no era contarlo era vivirlo.

Bien nuestro joven creció y pese a que cómo ya les dije no era muy atractivo, si era alegre, amiguero, muy galante, siempre se mostraba afable y cariñoso.

Terminó su bachillerato en el pueblo y su madre decide mandarlo a la ciudad a casa de su tía, para que estudie y se prepare, trabajando quizás el triple, con la esperanza de que, si se hace un gran profesional, ella por fin pueda descansar, adquirir una finca en el pueblo y descansar, pero sobre todo pasar sus últimos días segura que su hijo sería el soporte de la familia. El muchacho ya en varias ocasiones cuando ayudaba a sus tíos en los negocios había viajado a la ciudad, pero claro está que solo era unas horas, muchas veces ni se bajó del camión de su tío Salomón.

Algo completamente diferente y alucinante para el sería llegar a vivir allí, empezando por qué no todos los jóvenes podían hacerlo y él que lo lograba, aunque fuese a vivir en un lugar mucho más pobre que el pueblo y en condiciones precarias sentía que era el dueño del mundo, esto se podía notar cuando en diciembre llegaban de vacaciones, eran totalmente diferentes, cambiaban sus costumbres, sus gestos, su forma de vestir, de comer de hablar y muchos inclusive sentían pena de ser quienes eran.

Muchas veces se hacían retratar en las mejores casas del pueblo que podían ser unas cinco, para al regresar a la ciudad decirles a sus compañeros que eran suyas así también lo hacían con la única finca que tenía piscina en ese tiempo.

Con muchas ilusiones, proyectos y esperanzas no solo suyas sino también de su madre y hermanos el muchacho, hiso su maleta, tomó sus documentos y se fue a la ciudad. Pero más pronto de lo que pensaba descubriría que no sería tan fácil como se había imaginado.

Casi siempre algunas personas que viven en los pueblos, suelen soñar con vivir en las grandes ciudades dejándose llevar por lo que ven en la prensa, los programas que les muestra la televisión o muchas veces por lo que le cuentan en forma sobredimensionada quienes ya han visitado estos lugares.

Llegó la casa de su tía, una casa pequeña, sencilla sin muchos lujos la cual era alquilada, pero al fin y al cabo en la ciudad y eso era lo importante. Estaba ubicada un sector popular muy pintoresco, aunque no era estrato alto tampoco era un tuburio, eso si la tía y su familia tenían algunas dificultades económicas, más fue bien recibido, no solo por él afecto de familia sino también por el alivio económico que él joven prometía ser. El grupo de parientes estaba conformado por la tía, su esposo, un hijo mayor de 20 y una hija de unos 16 años quienes parecían habitantes de otro planeta o seres espaciales y diferentes por el solo hecho de haber nacido en la ciudad, era fascinante escucharlos hablar de lugares o personas a los cuales jamás habían visitado o conocido con tal propiedad cómo si lo hubiesen hecho, sus padres los veneraban. Sorprendía ver que los chicos eran autoridad y los padres sintiéndose poca cosa obedecían sin oponerse pareciendo ellos los hijos.

A la llegada del joven todo fue alegría, por lo que él pensó por fin haber encontrado la vida que siempre soñó, desde muy niño esto era lo que más deseaba demostrarle a los del pueblo que había podido salir y ser mejor que ellos, fue lo que siempre creyó y aun sin expresarlo estaba convencido que era así. Cómo todo comienzo él se creyó su cuento, ingresó a una universidad privada para la cual su madre debía trabajar hasta altas horas de la madrugada cómo costurera supernumeraria, comiendo mal, durmiendo mal, pero jamás se lo confesó con el fin de no distraerlo de sus objetivos que finalmente eran los objetivos de ella y sus otros dos hijos pequeños

Muchas veces todo no sale de acuerdo a lo planeado, y nada es perfecto, después de un tiempo todo comenzó a ir mal, el muchacho se sentía agobiado, veía que casi no encajaba en el ambiente universitario, el, todo un galán de vereda quien siempre fue el centro de las conversaciones en el pequeño parque situado en el centro de su pueblo, enamorado de cuanta niña que soñaba con él y a quien los domingos y días de feria todas incluidas dos o tres de "buena familia "querían impresionar con sus bellos vestidos maquillajes y adornos. Aunque no tenía medios económicos, nació dotado con el don de la palabra aquel que más tarde lo ayudaría a conseguir su sustento diario y el de su familia, utilizando sus dotes de convencimiento con los clientes trabajando de vendedor en un almacén de electrodomésticos y muebles cuando llegaron a vivir como mis vecinos.

En este ambiente al que llegó solo con su ilusión, más no con muchas ganas de estudiar sino de figurar por haber escuchado o leído que la universidad era un lugar fantástico dónde todos eran sus amigos y todas las mujeres serian suyas, no le fue ni medianamente bien, aquí sus encantos quedarían anulados y no solo sería un pueblerino más de los tantos que llegan cargados de sueños, los cuales si su propósito inicial de superarse sigue intacto hasta el final logran culminar su carrera, seguirse esforzando y volar llegando muy alto demostrando orgullosamente que pese a no ser citadinos también son capaces de luchar, mantenerse y entonces si figurar, pero por méritos reales no por fantasías mentales que generalmente llevan a algunas personas a forjarse un final no muy halagüeño y totalmente opuesto.

Ya les dije, además de ser un pueblerino algo por lo cual quizás no fue estigmatizado, el chico se da a la tarea de aparentar ser quien realmente no es. Cambia totalmente, finge que sus padres trabajan en el extranjero, que vive en la ciudad en una casa de su propiedad, que le envían mucho dinero para invitar a los amigos y a las conquistas de turno, tanto ellas como los amigos muchas veces se burlaron en forma despiadada de sus corroncheras como decían, pero ¿qué? si pagaba le hacían creer que era el más popular, inteligente y bien parecido por lo cual él se sentía irresistible.

Esto se podría tomar cómo una locura de juventud si no hubiese dañado a nadie, a la larga pensaríamos se engañaba el mismo, pero no, al mentirle a su mamá le causaba mucho daño, ya que esta cada día se esforzaba al extremo, pensando que eran costos exagerados, se quedaba muchas veces sin ni siquiera un poco de dinero para comer, no podía darse el lujo de comprar ni un par de zapatos y los que ya tenía al igual que su ropa no les cabía un remiendo más, solo lo pensaba un instante y enseguida retomaba el motivo de su sacrificio y parecía inyectada de una energía nueva era cuestión de un poco de paciencia, volvía a concentrarse en su trabajo para ganar más y no solo enviarle más dinero a él joven sino un poco a los dos niños quienes también padecían limitaciones y el rigor de familiares que los humillaban por qué el dinero que mandaba no era suficiente para dos bocas, qué más da, pensaba la pobre mujer, cuando su pelao terminara todo sería diferente entonces tendrían para vivir mejor mucho mejor, sin limitaciones ni trabajos humillantes, que equivocada estaba, esto y decir que estaba decepcionada y arrepentida se lo escuché decir muchas veces durante las peleas con su nuera que podían durar los quince o veinte días de su visita, porqué pese a todo ella lo seguía amando y cada que llegaba al país y a pesar de la nuera, sus nieto eran su adoración y su hijo era eso, su hijo a quien con la disculpa materna de qué ese es un pobre loco siempre perdonó y acolitó todos y cada uno de los errores que cometió.

                         

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