Capítulo 6 CAPITULO 5

La lista era algo excesiva para Hans.

- ¿Quieres que haga todo esto, solo por tu trabajo aquí? - le preguntó incrédulo por todo lo que esté estaba leyendo.

- Solo será una vez cada quince días - le dijo ella y este soltó una carcajada, aquello era inaudito.

- Haber, te leo lo que tú misma has escrito.

Mejorar el trato con sus empleados.

Decir buenos días y buenas noches, siempre.

Dar clases a chicos una vez cada quince días.

Respetar mi espacio, u a habitación lejos de él.

Nada de llamar a medianoche, no soy asistente.

Acatar mis indicaciones al pie de la letra.

Una multa de mil dólares cada vez que incumpla lo pactado.

Nada de alcohol, incluidas las cervezas.

Nada de comida que no sea la adecuada para mejorar.

Clases de natación dos veces y un viaje al lugar que yo decida cada mes.

¿Qué hará usted con esos mil dólares? - le dijo cada vez más indignado.

- Les daría mejor uso que el que usted les da, esas son mis condiciones, de usted depende si las acepta o no, irán anexadas a nuestro contrató.

- ¿Un viaje cada mes? - dijo totalmente incrédulo, para que viajar tantas veces, no era algo necesario para una recuperación exitosa.

- Aceptamos, creo que esperaba aún más cosas, así que tranquila, creo que en un tiempo lo entenderá, por ahora, solo firmaremos, ¿Puedes comenzar mañana? - le preguntó Rusoll conteniendo la risa, sabía que aquellas cosas eran solamente para hacerle molestar, era algo bastante entretenido, en cierta manera, lo tenía por las pelotas y no se había dado cuenta aún.

- Perfecto - dijo ella y tomando la pluma, firmó con entusiasmo, haría lo posible por trabajar por seis meses, aunque sabía que era muy poco tiempo.

- ¿Es posible que esto se alargue a un año? - preguntó con un poco de preocupación.

- ¿Pará vivir a costillas de mi dinero? - preguntó el cada vez más molesto.

- No necesariamente, pero si no se ha dado cuenta, su falta de cuidado le ha dejado una lesión aún más grave, se necesita como mínimo un año, ya que usted lo ha desperdiciado con excesos estúpidos que no le han servido en lo absoluto - le dijo y este abrió su boca, estaba aterrado de ver tanta maldad en un ser tan pequeño.

- Esta bien, le diré a las directivas de que necesitaremos un año, espero que sea suficiente - Dijo el entrenador y Tania asintió.

- Eso espero, que se pueda solucionar en un año - contesto y tomando sus cosas, después de dejar su firma y la de Hans en aquel documento, se marchó, le pidió una copia a su correo, que ría tener claro todo lo que estaba formando y tener constancia de esto.

- ¡Nos vemos mañana! - le dijo a Hans y se marchó.

Este por su parte, estaba experimentando un momento de bastante molestia.

- ¡En mi vida, había conocido a alguien como ella, espero que este punto año se acabé rápido! - dijo mientras hacía que su silla de ruedas se girará hacia la puerta de salida.

- Espero que tu pienses bien cuando comencé la recuperación, esta es la última oportunidad que tienes para hacerlo, no quiero que tu trabajo y el mío se vaya a la muerda por tu actitud - le dijo con seriedad, llevaba días mirando todo lo que se había atrasado en el último año

- Tu representante te dará la copia de esto - le dijo y este se quedó en silenció, casi nunca había visto a su entrenador con un rostro tan serio, pero ahí estaba, parecía realmente irritado.

- Esta bien, lo intentaré - dijo y siguió su camino, no sabía exactamente qué esperaba de él, pero estaba seguro de que no sabía exactamente qué esperar.

Tania estaba emocionada, después de mucho tiempo volvía al ruedo, tenía que mirar completamente el caso de su nuevo paciente, aunque ya lo había investigado, sabía que debía hacerlo aún más a fondo, se quedó pensando en todo lo que había exigido para seguir firmar.

Tenía que asegurarse de que este hiciese lo mínimo, esto era, dejar el alcohol y la fiesta, era la única cosa que necesitaba realmente y al ser algo que estaba firmado, sería más fácil.

- ¿Qué tal fue todo? - preguntó su amiga y colega.

- Ha salido bien, creo que ha entendido lo que quiero hacer, comenzaré mañana, aunque realmente no me siento preparada para afrontar esto - contestó mientras llegaba a casa.

- Estas más que preparada, ¿cenamos? - le preguntó, sabía el reto que está tenía entre manos y esperaba que pudiera sacarlo adelante de la mejor manera.

- No lo sé, pero estoy segura de que daré lo mejor. ¡Vamos al restaurante que nos gusta! - dijo esta y quedaron en encontrarse en la noche.

- Me gusta esa idea, ponte bella - le dijo y ahí termino aquella conversación.

- ¿Lo conseguiste? - preguntó su padre, este había decidido no ir a la oficina hasta que llegara Tania, necesitaba estar ahí para saberlo todo.

- ¿Es enserio que no fuiste a trabajar? - le preguntó esta sorprendida al verlo aún ahí, eran ya casi las diez y media y este seguía ahí.

- Es una noticia importante y no puedo perdérmela, así que estoy ansioso por escucharte, ¿En qué quedaste con el grandioso Hans? - le preguntó realmente entusiasmado, su hija no podía aguantar la risa con su expresión, sin más, así que asintió.

- Acepte, le he puesto algunas condiciones y creo que lo ha tomado bien, espero eso sí que las cumpla - dijo esta y su padre parecía haber recibido la mejor noticia de todos.

- En la empresa no me creerán, me lo callaré hasta que esté ahí en primera fila viendo a esos grandes - dijo y está decidido no prestarle más atención, su pare era un caso y ella sabía que con él era todo así.

- Cenare con Vico, así que no me esperen - dijo mientras se iba a su habitación, su madre era un poco quisquilloso con las salidas, no entendía por qué y más Cúa do ya tenía una edad suficiente para tomar sus decisiones.

Se miró al espejo, era hora de volver a cortar, no le gustaba que su cabello bajara hasta después de los hombros; necesitaba reponer su calma, así que decidió dormir un rato.

La noche había llegado, como siempre estaba un poco tarde, busco un vestido rápidamente para poder cambiarse, esta vez vestiría un azul cielo, de tirantes y bastante ajustado a su cuerpo, le gustaba, lo había comprado en su último viaje de vacaciones y está sería la ocasión perfecta para usarlo.