Capítulo 5 ¡Él no sabe cómo apreciarte!

No le gustaba el reloj en ese entonces y lo rompió en el suelo. Lo juntó con pegamento.

Ya estaba roto, pero no quería tirarlo.

Jordi notó que alguien lo estaba observando. Giró la cabeza y miró a sus ojos indiferentes. Resopló fríamente y tiró el reloj al tocador casualmente.

-¿Por qué has puesto una cosa tan deteriorada aquí? ¿Es mi villa un depósito de chatarra?

El rincón de la boca de Gloria se movió,

-Entonces tíralo. -Con eso, ella lo evitó para encontrar su collar.

¡Las pupilas de Jordi se encogieron!

Se preocupaba mucho por este reloj en ese entonces, pero lo dijo como si no le importara en absoluto.

-¡Bien!

«¡Ella ya no lo amaba!»

De lo contrario, ¿Cómo podría salir con otros hombres y hablar alegremente con ellos?

Las venas azules en su frente se destacaron, y dijo con una cara sombría.

-¡Gloria! Aceptaste divorciarte tan fácilmente porque ya te has enganchado con otros hombres, ¿Verdad?

Gloria sonrió, -Lo que tú creas.

Con eso, fue directamente al tocador, abrió el cajón y sacó una caja de collares. Estaban tan cerca, pero ella ni siquiera lo miró. Cogió la caja y se dirigió directamente al exterior.

Jordi se puso furioso de rabia, y la agarró de su muñeca,

-¿Crees que puedes volver e irte a voluntad?

Gloria no podía sacudirse la mano. Ella lo miró con una cara confundida.

-¿Qué demonios quieres?

¡Este hombre era simplemente irracional! ¿Por qué no se dio cuenta de que estaba tan malhumorado antes?

Al ver que todavía estaba luchando, Jordi agarró su mano con fuerza y dijo con voz amenazante.

-La abuela quiere verte. ¡Ve a la vieja mansión conmigo esta noche!

Gloria frunció el ceño y miró a Jordi como si estuviera mirando a un tonto.

-Señor Collins, ¿Está loco? Incluso si quieres llevar a alguien allí, debería ser Ángela.

Al escuchar sus duras palabras, Jordi se veía más molesto.

-¡La abuela quiere verte! ¿Crees que quiero pasar tiempo a solas contigo?

Gloria resopló con frialdad.

-En el pasado, cuando la abuela quería verme, siempre la detuviste con todo tipo de excusas y no querías que la viera. ¿Por qué tienes que llevarme con ella esta vez?

Jordi sonrió sarcásticamente.

-Gloria, sabes lo mucho que la abuela se preocupaba por ti en el pasado. ¿Cómo puedes olvidar su bondad después de nuestro divorcio?

Gloria frunció los labios. En la familia Collins estos años, solo la abuela era amable con ella y se preocupaba por sus sentimientos. La abuela sentía lástima por ella porque Jordi no la amaba e hizo todo lo posible para compensarla.

A veces, la abuela la hacía sentir como si fuera su nieta. Por lo tanto, no podía rechazar la petición de la abuela.

-Te preocupabas tanto por la abuela, y podrías ser tan indiferente a ella en tan poco tiempo. Gloria, ¿Por qué no me di cuenta de que eres tan orgullosa? ¿Echar a las personas que te aman cuando no se pueden usar?

-¡No soy esa clase de persona! -Gloria levantó los ojos y lo miró.

Jordi resopló fríamente, -Entonces ven conmigo.

Cuando Gloria subió al coche, estaba de mal humor. Su matrimonio fallido hizo que la abuela se preocupara por ellos.

Si no hubiera insistido en casarse con Jordi...

La antigua mansión de la familia Collins.

Tan pronto como entraron, una voz emocionada salió del sofá, -Gloria, mi amor, ¡oh, estás aquí! ¡Ven y siéntate aquí! Estaba tan ansiosa por verte. ¡Por fin has venido a verme!

Las pestañas de Gloria revoloteaban ligeramente, y el complicado estado de ánimo en sus ojos era demasiado fuerte para ocultarse. Ella forzó una sonrisa, -Abuela, lo siento, yo estaba...

Karen le dio unas palmaditas en la mano y dijo en voz baja.

-Está bien. Sé lo que ha pasado.

Gloria subconscientemente levantó los ojos hacia Karen y dijo tentativamente con una mirada sorprendida.

- ¿Sabes lo que pasó?

-No, si la abuela supiera que están divorciados, no podría hablar con ella de esta manera...

Jordi también miró a Karen con sorpresa.

Karen miró enfadada a Jordi, miró a Gloria con angustia y dijo en voz baja.

-Sí, este mocoso es realmente ignorante. ¡Elegí la mejor esposa para él! ¡Pero él no sabe cómo apreciarte!