ESPOSA SUPLENTE
img img ESPOSA SUPLENTE img Capítulo 2 Cuando todo comenzó
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Capítulo 6 Peores circunstancias img
Capítulo 7 No estoy preparada img
Capítulo 8 ¿Quién es él img
Capítulo 9 Mantenerlo oculto img
Capítulo 10 Detalles de la nueva vida img
Capítulo 11 Comienza el plan img
Capítulo 12 Primer vistazo img
Capítulo 13 Extraño img
Capítulo 14 ¿Por qué llamaría img
Capítulo 15 Problemas ajenos img
Capítulo 16 La llegada de Erick img
Capítulo 17 Conociéndolo img
Capítulo 18 ¿Quién diablos es él img
Capítulo 19 Sin rumbo img
Capítulo 20 Sin muchas opciones img
Capítulo 21 Pistas img
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Capítulo 2 Cuando todo comenzó

(Un mes atrás)

En el extremo sur de florida, donde se encuentra Miami, hay una familia feliz en el cierre del día. El restaurante de comida había tenido un día excelente y por ello habían decidido poner música mientras tomaban cerveza y terminaban de limpiar el lugar.

Olivia Martínez es quién estaba en el centro de la sala, bailando con su hermano Ciro una canción que sonaba en la radio. Eso quizás era todo un desafío, ella reía a carcajadas mientras que él intentaba no pisarla y dejarla sin caminar por una semana, ya que era terrible para coordinar más de dos pasos.

-Ay hermano -Olivia se queja cuando él la pisa-. Deberías tomar clases, el día de tu boda vas a sacarle un pie a Chloe -Ciro se ríe

-Mierda, sí. Debería hacerlo, pero me da vergüenza -el hombre toma el vaso de cerveza y le da un sorbo-. ¿Qué hay de ti? ¿Qué harás después del verano?

-Aún falta mucho para eso, no quiero ponerme a pensar -ella hace una mueca

-O, sé que se preocupa mamá, pero también tienes que hacer tus cosas -él da un largo suspiro-. Estás a punto de terminar tu carrera, no puedes estar junto a ella para siempre.

-No voy a dejarla sola, Ciro. Te irás y no puedo irme también, mamá se quedará sola y ya sabes como es.

-Mamá te dice lo mismo que te estoy diciendo, tenías una oportunidad en Washington, ¿Por qué no intentas pedir otra entrevista?

-Aún me falta volver a rendir la última materia -da un largo suspiro-. No quiero hablar sobre ello, por favor. -le pide haciendo un puchero

-¿Ya están listos? -Valeria se asoma por la cocina, comprobando de que sus hijos habían terminado el trabajo

-Si, mamá -Olivia se acerca y le deja un beso en la cabeza-, creo que deberíamos ir a casa ya.

-Tengo una cita con Chloe, pero pasaré por ustedes para ir a desayunar mañana temprano, ¿Qué dicen?

-Dile a Chloe que también venga, la extraño. Hace días que no viene por aquí

-Está haciendo guardias en el hospital, pero mañana le diré -Ciro saluda a ambas con un beso en la mejilla-. Las amo. Avisen cuando lleguen a casa, mañana las veo.

-¿Helado y película? -pregunta una sonriente Valeria

Olivia había obtenido el título de administrador de empresas a sus veintiuno, comenzando a trabajar con un amigo de su padre, quién le enseñó todo lo que sabía hasta ahora. Ella se había ido a Virginia por muchos años, aprendiendo a vivir sola y a organizar su vida lejos de sus padres y su hermano menor, sin embargo, también había querido estudiar abogacía, por lo que comenzó con ello unos cuántos años después, cuando pudo encontrar un equilibrio en las incansables horas de trabajo y asistir a la universidad.

Su madre siempre había soñado con tener un restaurante, por lo que con esfuerzo y ayuda de su esposo Daniel habían podido abrir un local pequeño en el centro de florida, aquel que luego de algunos años comenzó a expandirse. Daniel era médico cirujano y Ciro se había graduado de contador hace un año atrás. La familia se había separado aún más cuando Ciro viajó a California para conocer a la familia de Chloe, quien ahora es su prometida. Él se fue a vivir con ella por algunos años, teniendo empleo y una buena vida, sin embargo, las cosas cambiaron desde que su padre falleció en aquel terrible accidente.

Era una mañana de mucha tormenta cuando él estaba por regresar a casa luego de una larga guardia en el hospital. Eran las seis y aún no amanecía, por lo que comenzó a conducir por las calles oscuras de Miami. En uno de los semáforos en rojo había tomado la oportunidad para enviarle un mensaje a su hija mayor para que regresara a casa, diciendo que la extrañaba y cuánto la quería, faltaban solo unos pocos días para su cumpleaños y quería tener a sus bebés en casa de nuevo. Lo que él no sabía era que aquel emotivo mensaje sería el último que Olivia recibiría de su parte, porque dos calles más adelante un auto a toda velocidad se había pasado los semáforos y terminó por chocarlo, sin darle tiempo a frenar.

Esa fue la razón principal que tuvieron tanto Ciro como Olivia para regresar a Miami, su madre se había sumergido en una gran depresión luego de la muerte de su esposo. Ciro decidió dejar su empleo y hablar con su prometida para ver la posibilidad de viajar un tiempo para Florida, por lo que ella entendió y se alquilaron un departamento mientras que la hija mayor se había quedado con su madre.

Olivia tenía propuestas de trabajo, sin dudarlo, pero también le daba una culpa terrible de tener que dejar a su madre para irse, con el miedo de que vuelva a caer en esa depresión de la que le costó salir.

La última semana había sido una gran revolución para ella. Una mujer se había contactado para decir que era su hermana y que quería conocerla, ya que Olivia fue adoptada cuando era apenas un bebé de unos pocos días. Ella sabía que había tenido una gemela, pero no había podido encontrarla en todos estos años.

Y mientras Olivia estaba pensando en ella, del otro lado del país se encontraba Rebeca Edwards, la hermana perdida. Había viajado a Washington, tenía un asunto muy importante y sabía que tenía que resolverlo antes de ir a ver a su hermana, como habían quedado.

Se miraba al espejo una y otra vez, estaba demasiado nerviosa para hacer aquello. Sabía que estaba en peligro y se maldijo una y otra vez por no contratar a un guardaespaldas para que la acompañe. Los agentes del FBI se lo habían propuesto, pero ella lo rechazó tiempo atrás, aunque como estaban las cosas ahora se arrepentía.

Su teléfono comienza a sonar, despertándola de aquellos pensamientos horribles y exaltándola a tal punto que tuvo que tomarse unos breves segundos cuando vio el nombre de su esposo allí, ella no pretendía que el hombre se enterara de los asuntos con los que tenía que lidiar.

-Ey -murmura tras un largo suspiro

-Rebe, ¿Cómo estás? -pregunta con amabilidad, sacándole una sonrisa cuando escucha al pequeño Thomas hablando desde el fondo

-Estoy a punto de irme a una cena, pero todo en orden ¿Y tú?

-Acabo de llegar a casa, fuimos al cine con Thomas. ¿Tienes idea de cuándo regresas?

-No, aún no lo sé. Supongo que en unos días más, ¿Por qué? ¿Tienes que viajar?

-No, no es por eso. Tu padre ha enviado una invitación para ir a la fiesta de aniversario de su empresa. Creí que deberías saberlo, por si quieres asistir.

-Ya sabes cómo es el asunto con los demás, así que iremos -hace una mueca- ¿Dejarás a Thomas con Luciana?

-Si, ya le he dicho para que se quede con él en la noche. ¿Estás segura de que te encuentras bien? -Rebeca frunce el ceño

-Si, estoy bien.

-No te escuchas demasiado bien. ¿Estuviste durmiendo?

-Necesito que hagas un favor para mi -le responde, intentando desviar la situación-. En el caso de que no llegue para la fiesta de aniversario, no vayas solo.

-¿Rebe? -pregunta extrañado. El otro celular que Rebeca tiene comienza a vibrar sobre el colchón, indicándole que tiene que irse ya

-Tengo que irme. Espero verte en unos días -el hombre intenta decir algo más, pero vuelve a interrumpirla-, y Kylian... te quiero. A pesar de todo te quiero.

            
            

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