Había hecho un trato con el director de la clínica para que no llamaran a nadie, por lo que la salud de su hija era algo demasiado privado y solo él tenía el acceso a sus avances, le había prohibido terminantemente llamar a su esposo, contándole la situación que había ocurrido.
Era Caleb el encargado de viajar hacia Florida para poder contactar a Olivia, el asunto era delicado y aunque tuviera planeado todo lo que tenía que decirle y de la forma en el que se lo diría, sabía que no sería para nada fácil convencer a la mujer de ir hacia California.
Por eso mismo, aquella mañana estaba llegando hacia el restaurante en dónde la joven mujer estaba atendiendo. Apenas entró Caleb ella lo miró extraño, el hombre estaba mirándola de una manera extraña y realmente sorprendido, Olivia era una copia exacta de Rebeca y aún no podía creer que ella tuviera una gemela todavía.
-Disculpe, ¿Olivia Martínez? -el hombre se acerca hacia la barra, mientras la mujer lo observa
-Si, esa soy yo. ¿Qué necesita? -Olivia deja el cuaderno a un lado
-Vengo por un asunto importante, se trata de Rebeca Edwards -el corazón de Olivia se detiene por unos instantes al escuchar el nombre de su hermana-. Ha ocurrido algo y necesito hablarlo con usted, ¿Tendrá unos minutos?
-Si. Tome asiento que le diré a mi hermano que tome mi lugar.
Caleb asiente y decide que lo mejor es esperarla en una mesa apartada. Lo bueno es que no hay demasiadas personas a esa hora, por lo que tendrán la privacidad que necesitan para hablar aquel asunto tan delicado.
Las manos de Olivia comienzan a temblar, ella podía percibir de que sin dudas algo malo estaba ocurriendo con su hermana al ver el rostro de aquel hombre. Solo espera que no haya pasado lo peor y necesita saberlo cuanto antes.
-¿Qué es lo que sucede? ¿Alguien te ha estado molestando? -Ciro se acerca a su hermana y la toma de las manos al ver en el estado en el que se encuentra
-Yo... yo necesito unos minutos ¿Puedes cubrirme? -él frunce el ceño
-Si, por supuesto. ¿Necesitas hablar sobre algo? ¿Qué es lo que sucede?
-Luego hermano, necesito resolver algo. Lo hablamos en casa más tarde, por favor.
-Me asustas, Olivia. ¿Por qué no te vas a casa? -él la mira-. Tómate el tiempo para sentirte mejor, te veo en la noche, ¿Quieres?
-Si, gracias. ¿Puedes con esto?
-Si, tú no te preocupes. Toma un taxi, no conduzcas en este estado.
-Estoy bien, hermano. Si mamá pregunta dile que estaba descompuesta. No puedo ir a hablarle así, ella lo sabrá.
-Si, no te preocupes -acaricia su mejilla-. Cualquier cosa me llamas, estaré en casa en unos minutos. ¿Segura que no quieres hablar conmigo?
-Confía en mi -lo mira a los ojos-. En la noche, por favor.
-Está bien. Ve a casa con cuidado, te veo en la noche -se acerca a su hermana y deja un beso en su frente antes de verla marcharse.
Pocas veces la había visto en ese estado y le asusta que es lo que pudo haber ocurrido. Sin embargo, él decide darle ese espacio que pide Olivia y espera que luego pueda hablarlo en privado.
Olivia se quita el delantal, dejándolo cerca de la barra antes de salir en busca de aquel hombre. Ella prefiere no hablarlo allí, su madre sospecharía y aún no le había contado nada sobre su hermana, por lo que apenas está a la distancia suficiente le hace una seña para que salgan del lugar.
-Si no le molesta, me gustaría hablar en otro lado -le dice cuando él está a su lado-. La plaza de enfrente suena bien, no quiero que mi madre nos escuche.
-Muy bien, señorita. Aunque le diría que es mejor que vayamos a algún café o algo parecido, necesito mostrarle algunas cosas que no podré hacer en un lugar público -ella asiente
-Bien. Entonces acompáñame a la esquina, hay un bar donde podremos sentarnos más tranquilos.
Los dos continúan en silencio mientras llegan al sitio y son atendidos por un hombre simpático. Olivia pide la mesa más alejada mientras le indica que traiga dos cafés a su mesa. El hombre la mira aún, no quiere ser demasiado obvio, pero le sorprende que ellas sean dos gotas de agua.
Una vez que el chico se retira y ambos quedan solos y alejados del resto, ella decide hablar, la ansiedad la está matando.
-¿Qué sucede con mi hermana?
-Se lo explicaré todo -él coloca una carpeta por encima de la mesa-. Su hermana ha tenido un accidente, hace unos pocos días
-¿Qué tipo de accidente?
-Automovilístico. Chocó con un poste de luz y el auto se ha dado vuelta.
Es inevitable para Olivia cerrar los ojos mientras sus lágrimas amenazan con salir, eso sin dudas la ha llevado hacia el accidente de su padre. Aún era reciente y de solo pensar que ella podía haber tenido el mismo destino la está matando por dentro.
-¿Ella... ella está viva? -su voz se quiebra
-No se preocupe, ella está bien -Olivia deja salir un largo suspiro-. La han inducido a un coma, sin embargo, esperan que pueda despertar en unos pocos días. El accidente hizo que se golpeara la cabeza y a pesar de eso, el resto de su cuerpo está ileso. Solo esperan avances y que se despierte.
-¿Dónde está? -Olivia no puede retener las lágrimas
-Ella está en una clínica privada en Washington.
-Necesito la dirección
-Espere, señorita. Hay muchas cosas que tiene que saber -ella frunce el ceño-. Su hermana estaba metida en un asunto peligroso -dice el hombre, sorprendiéndola-. Nada ilegal, debe quedarse tranquila.
-¿Que ocurrió?
-He venido por usted porque la necesitamos.
-No estoy entendiendo.
-Mire, esto que le voy a decir es confidencial, pero usted debe saberlo para poder trabajar con nosotros.
-¿Con nosotros? ¿De qué está hablando?
-Discúlpeme, no me he presentado. Mi nombre es Caleb Simons, soy la mano derecha del señor Abel, el padre de Rebeca. Abel me ha asignado buscarla porque es un asunto demasiado complicado y por eso la necesitamos. Él sabía que Rebeca la había encontrado.
-Rebeca me habló hace unas semanas, quería reunirse conmigo. De hecho, teníamos una cita para dentro de tres días.
-Lamento escuchar eso -ella hace una mueca-. Necesito saber si usted será fiel con su hermana, esto es muy delicado.
-Necesito saber qué es lo que sucede.
-Bien -Caleb da un largo suspiro-. No sé si usted sabía que Rebeca está casada con un hombre llamado Kylian.
-Bueno, ella no me lo dijo -dice sorprendida- ¿Qué tiene eso que ver?
-Rebeca ha estado descubriendo cosas de su esposo, asuntos ilegales que no le gustaron demasiado -Olivia abre los ojos-. Hemos estado ayudando a Rebeca todo lo que pudimos este último tiempo, sin embargo, lo del accidente ocurrió porque al parecer alguien la estaba siguiendo.
-Carajo, ¿Me está diciendo que fue su esposo el responsable?