ESPOSA SUPLENTE
img img ESPOSA SUPLENTE img Capítulo 5 Difícil decisión
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Capítulo 6 Peores circunstancias img
Capítulo 7 No estoy preparada img
Capítulo 8 ¿Quién es él img
Capítulo 9 Mantenerlo oculto img
Capítulo 10 Detalles de la nueva vida img
Capítulo 11 Comienza el plan img
Capítulo 12 Primer vistazo img
Capítulo 13 Extraño img
Capítulo 14 ¿Por qué llamaría img
Capítulo 15 Problemas ajenos img
Capítulo 16 La llegada de Erick img
Capítulo 17 Conociéndolo img
Capítulo 18 ¿Quién diablos es él img
Capítulo 19 Sin rumbo img
Capítulo 20 Sin muchas opciones img
Capítulo 21 Pistas img
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Capítulo 5 Difícil decisión

-Eso es lo más seguro, señorita. Rebeca estaba a nada de entregarle información importante el FBI que implicara a su esposo y sin dudas lo enviaría a la cárcel, por lo que sospechamos que él supo lo que estaba ocurriendo y envió a unos hombres para que se encargaran de ello.

-¿Por qué él no está detenido? ¿Se supone que sigue libre después de lo que me dice?

-No hay pruebas efectivas que indiquen que fue él exactamente. El FBI aún no pude culparlo, pero están investigando. Kylian no puede saber lo que ocurrió y no le han informado ya que el auto que las perseguía al parecer ha tenido un accidente a pocas calles, por lo que los dos hombres fallecieron. Nadie pudo informarle nada, se supone que el asunto de Rebeca se mantuvo con discreción con la policía y él no tiene idea -Olivia se toma la cabeza con ambas manos-. Kylian es demasiado peligroso, el hombre ha estado tratando con personas del bajo mundo, narcotraficantes y puros delincuentes. Por lo que Rebeca había averiguado, él estaba usando la empresa que ambos tienen para hacer tratos ilegales, incluso se sospecha de que está en el negocio de venta de personas y drogas. -Olivia aún está sorprendida y procesando la información-. Mire señorita, esto que lo digo solo lo sabía Rebeca, Abel, el FBI y yo. Es demasiado delicado.

-¿Y por qué podría ayudarlos? -pregunta curiosa

-En la mansión hay unos dispositivos que necesitamos para enviar a Kylian a la cárcel. El día del accidente Rebeca tenía un maletín, que creíamos que era esa información, pero solo resultaron ser unos pocos contratos de su compañía. El único lugar donde puede estar es en su casa, oculto de Kylian.

-¿Entonces?

-Entonces necesitamos que se haga pasar por su hermana -Olivia cierra los ojos y lleva su cabeza hacia atrás-. Sé que esto no es lo más apropiado, pero si lo mejor que podemos hacer para terminar con la pesadilla de Rebeca. Con Kylian en prisión ella no correrá más peligro y podrá recuperarse en paz.

-Señor Simons, lo que usted me está pidiendo es algo totalmente ilegal. No puedo tomar la identidad de otra persona.

-Esto es un asunto del FBI, señorita. Rebeca ha estado trabajando cerca de un año para poder tener toda esa información, su vida estaba en riesgo y sin dudas lo del accidente termina de comprobarlo.

-Eso es una locura, no puedo hacerme pasar por mi hermana.

-Solo serán unos pocos días, el señor Abel está dispuesto a pagarle una gran suma de dinero. Usted solo tendrá que estar unos pocos días en California y encontrar esa información que necesitamos, luego solo volverá a su vida y salvará la de su hermana.

-Disculpen, su café -el chico comienza a colocar el café frente a ambos, bajo aquel ambiente tenso.

-Muchas gracias -dice la mujer cuando está a punto de retirarse

-Insisto en que sería la mejor opción para mantener a Rebeca a salvo. Usted tendría el apoyo de un guardaespaldas para que la siga, no le sucederá nada. Solo serán cuatro días y nada más.

-¿No encontraron ninguna información de lo que mi hermana averiguó sobre ese hombre?

-No. Rebeca la tenía en una laptop. Por eso es importante tenerla, solo hay que encontrarla y luego nada más, Kylian será detenido y su hermana se recuperará en la clínica.

-Esto es demasiado, señor Simons.

-Esto es para usted -desde su chaqueta saca un pequeño papel y se lo entrega.

Un cheque por tres millones de dólares a su nombre, por lo que Olivia se sorprende. Ella no había visto una suma tan grande de dinero, sin embargo, eso no le mueve ni un pelo.

-No me interesa el dinero, señor Simons.

-Lo sé, solo es un incentivo. Lo más importante de todo esto tanto para usted como para el señor Edwards es proteger a su hija.

-Esto es demasiado arriesgado para mí. Además, no conozco a mi hermana, su esposo podría descubrirme en cuestión de segundos.

-Lo único que tiene que aprender son unas pocas cosas e intentar cambiar su acento, pero la veo perfecta para ello. Tengo entendido que es abogada y ha estudiado administración de empresas, además de estudiar teatro desde que es pequeña -Olivia levanta una ceja ante la información.

-Aún no soy abogada, me falta una materia para ello. Y si, estudié teatro desde que soy pequeña.

-Entonces es un punto extra para usted, señorita. Este será el papel más importante de su vida, salvará a su hermana y hará pagar a este hombre por todo lo que ha hecho. Esta es la oportunidad perfecta para demostrarle a Rebeca de que la quiere.

-Mi hermana no necesita que haga eso para que sepa que la quiero. De todas formas, señor Simons, necesito pensarlo.

-Estaré en la ciudad por dos días más. Le dejaré mi número y solo tiene que llamar cuando haya tomado la decisión. Le puedo asegurar de que usted estará protegida en todo momento.

-Lo llamaré en la semana. -la mujer toma el café de un solo sorbo y comienza a sacar dinero de su bolsillo.

-No, por favor. Déjeme pagar a mi -ella lo mira-. Este cheque le pertenece y le agradecería que me lo haga saber antes del miércoles, necesito viajar a Washington para ver cómo se encuentra Rebeca y asegurarme de que el señor Edwards se encuentre bien.

-Hasta luego, señor Simons.

Olivia se pone de pie y decide salir, luego de que haya dejado dinero en la mesa de todas maneras. Tiene demasiadas cosas dentro de su mente y tiene que pensar antes de tomar cualquier decisión, esto que tenía que hacer no era solo un juego.

Ciro estaba tan ocupado con el restaurante que no se dio cuenta cuando Olivia fue hacia el estacionamiento y sacaba su moto. Ella no esperaría a que un taxi pasara por ella y sin dudas quería huir de allí para pensar a solas. Por eso mismo comenzó a conducir hacia el único lugar en donde podría estar en paz sin que nadie la moleste por muchas horas, uno de los departamentos que le pertenecía a su padre y dónde ella iba habitualmente cuando necesitaba privacidad.

-Buenos días, señorita Martínez -el hombre encargado del edificio la saluda con una sonrisa

-Buenos días, Mark -intenta regalarle una sonrisa a pesar de su tormenta interior

Tira el bolso sobre el sillón de la sala cuando por fin está sola. Lo primero que hace es ir hacia la heladera y sacar una cerveza que hay allí luego de sacar la cajetilla de cigarros de su bolso y camina hacia el gran balcón. Le da una larga calada al cigarrillo mientras comienza a pensar en lo que acaba de suceder, todo eso era demasiado complicado para tomar una decisión rápida.

Se había ilusionado mucho cuando Rebeca la contactó, ella siempre había querido saber sobre su vida. Su madre la había adoptado al igual que Ciro, ella apenas tenía unos días de nacida cuando se enamoró de esa pequeña bebé casstaña, con esos ojos azules tan electrizantes que lograron cautivar los corazones de Valeria y Daniel. Ellos no habían podido tener hijos, por eso la decisión de adoptar y darle una vida mejor a algún chico que necesitara un hogar. Sin embargo, a Ciro lo conocieron cuando tenía cuatro, en la misma casa de acogida y fue Olivia quién fue hacia el pequeño niño apenas lo vio, cuando ella estaba cumpliendo los ocho.

Ellos siempre supieron que eran adoptados, sus padres no le ocultaron su realidad y aunque los criaron con mucho amor, Olivia siempre quiso saber si tenía familia de sangre. En cambio, Ciro no tenía a nadie más, la directora le había informado de que el niño había sufrido un accidente junto con su familia y que fue el único sobreviviente, por lo que no tenía otra familia que se hiciera cargo de él, y ese fue el motivo por el que terminó allí.

Quitando el asunto familiar, Olivia también sentía una pequeña parte de responsabilidad. Ella ahora tenía la oportunidad de ayudar a la hermana de sangre que había buscado por tanto tiempo. Era un asunto serio, y ni siquiera sabía cómo abordarlo. Todo había ocurrido de repente.

¿El esposo de su hermana se había atrevido a hacerle aquello? ¿Cómo es que su hermana se había enamorado de alguien tan cruel? ¿Cómo se había sentido en este último tiempo desde que supo la verdad sobre ese hombre? ¿Ella se habrá sentido sola cuando supo que el hombre que amaba era totalmente diferente a lo que pensaba?

Esas y miles de preguntas pasaron por la cabeza de Olivia mientras fumaba su cigarrillo aquella mañana. Ella no se sentía con ánimos para explicarle a su hermano lo que realmente sucedió y al saber que se trataba de un asunto privado del FBI tampoco le podía decir demasiado, la vida de su hermana estaba en peligro.

Y no, no fue una situación fácil, ni siquiera la tomó pensando en el dinero ni mucho menos. De lo que algo estaba segura Olivia es de que ayudaría a su hermana y luego intentaría entablar aquella relación que siempre había soñado, ella podía hacer eso por Rebeca.

Veinticuatro horas más tarde, después de meditarlo seriamente había decidido que quizás si era lo mejor y de que Simons tenía razón. Ella podría salvar a su hermana de ese calvario, la ayudaría a superar la traición de su esposa y sin dudas la llevaría a Kylian tras las rejas.

En el mismo lugar en donde habló con Caleb Simons es que ella se encontraba esperándolo, tenía que darle la noticia y también su exigencia. El hombre entró luego de unos pocos minutos, buscándola con la mirada.

-Buenos días, señorita Martínez.

-Señor Simons. -responde mientras lo mira sentarse-. Tengo noticias para usted.

-La escucho.

-He decidido hacerlo -el hombre sonríe frente a ella-. Sin embargo, tengo mis condiciones.

-Por supuesto, la escucho.

-Mi familia estará fuera de todo esto, les diré que tengo una propuesta de trabajo y me iré por unos días -él asiente-. Quiero ir a ver a mi hermana y sin dudas hablar con el agente a cargo de esta operación.

-Señorita...

-Esas son mis condiciones. No haré esto de forma ilegal, si voy a colaborar con el FBI tiene que ser a cuentas claras y de ver a mi hermana no se discute, necesito comprobar de que esté bien.

-De acuerdo -él hace una mueca-. Su hermana está en Washington, debo viajar allí esta misma noche. Le diría que vaya a casa y se prepare.

-¿Y que hay con el FBI?

-Nos reuniremos el jueves, luego de que usted aprenda a portarse como su hermana. Para eso necesita algunas clases, para saber los nombres de las personas que se relaciona, lo que hace y cómo actúa. Tendrá que ser como ella.

                         

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