-Una jodida loca -se atreve a mirarla mientras la mujer cierra los puños y golpea su boca
-Repítelo -gruñe contra su cara
-Una puta loca -vuelve a decir con una mueca de dolor
La pelirroja no recordaba alguna vez que se haya peleado con alguien hasta ese punto, en su vida más que unas pequeñas discusiones jamás había pasado y ahora se sentía como en una maldita película. La mujer intentaba intimidarla, golpeándola mientras quería obligarla a decir lo que ella quería, sin imaginarse que la mujer no se dejaría doblegar.
-Suéltame
Madelaine no terminó de decir eso que le metió la uña en el ojo, mientras que la mujer gritaba de dolor y le soltaba el cabello. Sin dudas no llegaba ni a un cuarto de lo que ella la había golpeado, pero al menos no se había ido con las manos limpias.
Las personas
su alrededor se reían y alentaban a las mujeres a que se siguieran golpeando, la mayoría estaba sorprendida de que la nueva haya resistido tanto a las intimidaciones habituales que su compañera hacía con las nuevas. Sin dudas parecía una maldita muñeca inofensiva pero que no se dejaba asustar.
-Chei se está pasando -dice Isabella por lo bajo
-Déjala, no vas a meterte en eso -murmura Josephine, poniendo los ojos en blanco
-Mierda, no sé porqué ella la provoca
Madelaine ahora estaba tomada del cuello después de haber recibido un golpe más por el que cayó al suelo, las presas estaban gritando para que se levantara y todo continuara, pero la verdad es que la mujer por más que aguantara ya le dolía todo el rostro y los brazos.
-¡Dime que lo sientes! -le grita Chei mientras le da una patada en la pierna
-Vete a la mierda -gruñe, limpiándose la boca
Isabella está a punto de ir a ayudarla, sabiendo que Chei era capaz de seguir pegándole para salvar su orgullo. Ninguna le había hecho frente de esa manera, y la mujer estaba más que enojada por eso.
Josephine la toma del brazo justo antes de que dijera algo y su amiga solo le da una mirada, tratando de hacerle entender cuánto le molestaba
-Creí que habías estado en su lugar una vez, y si no fuera porque le caías bien a Scar, probablemente recibirías lo mismo.
-Te recuerdo que me pegaron el primer día que vine, y ese no es asunto tuyo Isabella. Sabes que después se la agarrarán contigo.
-Me importa una mierda, yo estuve en su lugar y me hubiera gustado que alguien me ayudara.
De un solo tirón se deshace del agarre de su amiga y camina directamente hacia Chei, quién está agachándose hacia la mujer.
-Oye, ¿No te parece que es demasiado? -la mujer gruñe poniéndose frente a Chei
-¿Qué diablos te metes? ¿Te crees que porque tienes protección vas a venir a hablarme de esa manera?
-Me lo paso por el trasero, si te acercas a ella vas a conocer mi manera de defenderme. En vez de estar asustando a novatas ve a preparar tu discurso para terminar la escuela, ¿O es que sigues siento una imbécil?
Isabella tampoco era una mujer que solía meterse en problemas, ella intentaba mantenerse al margen de todos los problemas allí y se quedaba la mayor parte del tiempo con su mejor amiga, pero tampoco iba a dejar que sucedieran injusticias.
Chei apretó la mandíbula e intentó acercarse a ella de la rabia que traía encima, pero antes de que incluso diera un paso, el cuerpo de Josephine se interpuso entre Isabella y Chei, ganándose una mirada fija de la otra.
-Creo que no te quieres seguir metiendo en problemas -Josephine la mira con determinación-. La próxima vez no te lo voy a advertir, y sabes que tienes las de perder.
-Bien. Protege a la nueva hasta donde se te de la gana, pero en cuanto la descuides...
-Si no quieres quedarte fuera de tus beneficios dentro del bloque deberías cerrar la boca y darte la vuelta.
Madelaine mientras estaba en el suelo no entendía quién diablos era esa mujer y porqué la otra ni siquiera le discutía lo que le decía. De hecho levantó una ceja cuando Chei se dio vuelta y se alejó sin quejarse, por lo que supo que la que estaba frente a ella era alguien importante dentro de la cárcel.
-Creo que las duchas no son un buen sitio para ti -murmura Isabella mientras intenta sostener su mano para ayudarla a ponerse de pie
-¿Qué es lo que están mirando todas? -gruñe Josephine-. Vuelvan a lo que estaban.
-Esta hija de perra se cree que puede hacer lo que quiera porque Scar la protege -masculla Chei por lo bajo a una de sus compañeras-. Ya va a saber de mi.
A Josephine le importaba una mierda ayudar a la mujer que ahora estaba siendo asistida por su amiga, pero lo que no iba a permitir es que por una estupidez terminaran golpeando a Isabella.
Isabella Snawder era una mujer de una estatura promedio, cabello castaño por la mitad de la espalda y de ojos del mismo color. Era una de las pocas personas honestas que Josephine había conocido allí y por eso mismo fue la elegida para ser su amiga real dentro de esa maldita cárcel.
La castaña pasa el brazo de Madelaine por encima de su hombre y la ayuda a ponerse de pie para salir de allí, mientras las demás murmuraban y se apartaban como Josephine lo había pedido. La mujer solo las miraba desde lejos, no queriéndose meter en el asunto y pensando en esa mujer, probablemente era la primera vez que la veía desde tan poca distancia.
-¿Dónde está tu celda? -pregunta Isabella
-Ellos no hicieron nada -murmura mientras mira que una guardia se mantiene en su puesto fuera del baño
-Porque probablemente Chei les ha dado una buena cantidad u otro favor para que eso pasara -se queja- ¿Dónde es tu celda?
-Es la 489 -Madelaine se aclara la garganta mientras intenta limpiar su boca- ¿Porqué me ayudaste? ¿No tenías miedo de que te golpeara?
-Chei solo se anima con las nuevas, sabe que son lo más fácil de doblegar. No iba a golpearme, precisamente si sabe que tengo mi cinturón de Judo.
-¿Esto es lo que hacen todos los días en la cárcel? -Isabella se ríe por lo bajo
-Probablemente si, depende de cómo te la pases aquí. Si te metes en problemas tendrás todos los días un par de nudillos en tu piel, pero si te mantienes fuera de su radar de odio, podrías pensar que estás en una situación normal.
La mujer la ayuda a que entre en su celda mientras mira de reojo como Josephine se apoya contra una pared cercana, no queriendo participar de la conversación. Madelaine se sienta sobre una de las sillas y se queja del dolor de sus brazos, mientras que también cierra los ojos al sentir el ardor de su rostro.
-Te la has aguantado, ¿Por qué?
-¿Por qué debería darle la razón a una loca? -hace una mueca y toma una bolsa de pañuelos que hay sobre la mesa-. Ella vino a mí de repente
-Quizás la loca eres tú por conseguirte enemigas tan rápido. He oído que entraste hace poco.
-¿Cómo lo sabes?
-Tu uniforme -ella le señala-. Las nuevas usan el azul mientras que las que estamos hace tiempo usamos el marrón.
-Es canela
-¿Ah?
-El tono del uniforme es canela -Isabella la mira y comienza a reírse
-Bien, canela -la mujer hace una mueca cuando ve el corte que tiene en el labio-. Auch, creo que no necesitas puntos ni nada parecido, pero es mejor si te limpias esas heridas.
-Jamás me habían golpeado en mi jodida vida -se queja
-¿Puedes mantenerte quieta mientras regreso? -Isabella la mira-. Voy a buscar algunas cosas para curar eso, ahora regreso.
-Está bien.
Madelaine sentía todo su rostro golpeado y punzante, mientras que su labio cortado le ardía y ni hablar de cómo tenía marcados los brazos. La mujer imbécil pegaba fuerte y para colmo ella ni siquiera sabía esquivar uno solo.
Lo rumores allí corrían demasiado rápido, y en menos de diez minutos la pelea en el baño y la intervención de Josephine había llegado a los oídos de Scarlett. La mujer estaba atenta a todo lo que sucedía por allí, sus chicas estaban por todas partes y sabían que si algo ocurría debían notificárselo, más si se trataba de que Josephine estaba en problemas.