- Eres el hombre más cotizado del país, millonario y todo el mundo especula sobre Lucía; ahora te quitas la sortija y te ven al lado de Emilia, ¿Qué esperas que digan?
- Que no digan nada, eso es lo que quiero, que me dejen en paz.
- Lo bueno es que ya no preguntan por Lucia.
- Algo bueno, de todo esto. - aunque no necesitan preguntar para tenerla en mi mente.
- ¡Niños, la cena está en la mesa! - grita mí madre desde el comedor.
- Mejor entremos antes que mi suegra se ponga de mal humor, últimamente está muy feliz.
- Lo he notado.
Entramos y nuestros sobrinos ya estaban en la mesa, mi hermana ayudaba a mi madre a terminar de resolver algunos asuntos y papá hablaba por teléfono hasta que nos vio y terminó su llamada.
- Hijo, Sebastián felicidades por cerrar el contrato con los árabes, ya era hora estaban muy felices.
- Totalmente papá, solo había que darles algo de egocentrismo y listo.
- Hijo, estoy muy feliz por ti, ya decidiste divorciarte de esa mujer y era hora que siguieras con tu vida - tenía que mencionarlo.
- Selena, no es el momento ni el tema adecuado. - comenta papá.
- Suegra, usted sí que sabe arruinar un momento, no pierde la costumbre.
- ¿Por qué arruinarlo?, estoy feliz porque mi hijo decidió avanzar, además tienes un hijo que es hora de que salga a la luz antes que la prensa lo descubra. Además, tienes una relación con Emilia.
- Mamá, Gabriel decidirá eso, no nosotros. Mejor hablemos de otra cosa. - dice Sabrina.
- Mi tía va a volver - interrumpe mi sobrino - no deberías salir con nadie más.
- Santiago, es una conversación de adultos - le reprende mi madre.
- Entonces no debes hablar delante de niños abuela - lo miramos sorprendidos, es verdad que mi sobrino ha crecido.
- No puedes ser irrespetuoso - le digo.
- Tuviste un hijo con tu exnovia tío, eso a cualquiera le molesta y no porque tú seas tú, ella debe aceptarlo, pero ahora sales con otra, hasta yo estoy molesto.
- Es cierto tío, mi tía es más bonita y divertida, yo no quiero otra tía - dice mi sobrina que también ha crecido.
- Vaya, pero ¿estos niños cuando se volvieron tan imprudentes? - dice mi madre.
- No opinen en cosas de grandes - les dice Sabrina.
- Yo tengo razón, aunque sea un niño. A ver mamá, si papá llega y te dijera que tiene un hijo con otra mujer ¿Lo tomaría bien? O tu abuela si mi abuelo llega y dice que tiene un hijo ¿Te gustaría? ¿Por qué mi tía tiene que ser diferente?
- Ya basta, no más comentarios niños, dejemos que su tío resuelva su vida y no hablen cuando los adultos estén conversando - menciona mi padre.
- Está bien, hermanita, vámonos a comer a otro lado, aquí no nos aprecian. - se levantan y salen del comedor.
- Aunque mis hijos están pasados de habladores, tienen un buen punto - dice Sebastián.
- Siempre justificando el mal comportamiento de mis nietos yerno - dice mi mamá.
- Si no quiere que mis hijos den su opinión de cosas adultas no hable todo el tiempo de ellas, suegra, y debe admitir que tiene razón.
- No puedo tener una cena agradable ni siquiera en casa - opinó en voz alta - ¿Cómo sabes lo del divorcio madre? Nadie lo sabía.
- Es cierto, ¿pediste los papeles? - pregunta mi padre.
- No, sí. Es complicado papá, pero tú cómo lo supiste madre.
- Emilia me lo contó - ¿y cómo lo supo ella?
- Está bien, si voy a seguir con mi vida es lo que todos queríamos y así tiene que ser por lo tanto no quiero escuchar más su nombre, ¿de acuerdo? - todos afirman.
Terminamos la cena entre charlas muy lejos de mi vida personal, lo que agradezco mucho sin embargo hay algo que ronda en mi memoria hace un buen rato ¿Cómo sabía Emilia de esos papeles? Así que una vez que salí de la casa fui hasta su apartamento.
- Vaya esto si no me lo esperaba, disculpa mi atuendo - tenía una bata de seda que no dejaba nada a la imaginación, cualquier hombre se sentiría excitado por semejante vista, pero yo no.
- Lamento interrumpir, pero necesito preguntarte algo y quise venir en persona. - me deja pasar y me sirve una copa, como siempre suele hacerlo.
- Sabes que puedes venir cada vez que quieras, está es tu casa. ¿Para qué soy buena?
- Estuve hablando con mi madre y me mencionó sobre los papeles del divorcio - veo que se pone nerviosa - me dijo que tú le dijiste.
- ¿Yo?
- Si, tu. ¿Cómo supiste de ellos?
- En los tribunales todo se sabe y en vista de que soy una de tus abogadas me lo mencionaron, no pensé que fuese un secreto y se lo mencioné ¿Hice mal?
- No, es que no sabía que tú o alguien lo supiera.
- Me alegra que hayas tomado esa decisión, que hayas querido seguir con tu vida.
- Hay que mirar al futuro, y no hay que hablar más del tema.
- Tú sabes que yo estoy aquí para ti, somos amigos y podemos ser más que eso el día que tú lo quieras.
- No estoy listo para eso, y no quiero engañarte, pero el día que decida tener una nueva relación serás la primera en saberlo. Ahora quiero saber algo, si una de las partes del divorcio no está presente ¿cómo puede llevarse a cabo?
- No hay problema, con demostrar que llevan un año separados y no tienen nada que los una económica ni emocionalmente, y al no saber de ella pueden otorgar el divorcio y siendo tú quién eres no durará mucho. ¿Quieres agilizar el proceso?
- Ya Salvador está en eso, no te preocupes ya tienes suficiente con otros pendientes. Mejor me voy.
- Quédate un rato más y hablamos, hace unas semanas que no lo hacemos.
- No, tengo otros pendientes.
Y los tenía porque todavía tengo algunas dudas que resolver. En la mañana antes de ir a la oficina decido pasar al gimnasio, entrenar un rato y apaciguar un poco las cosas.
- Llegas temprano Gabriel, normalmente vienen en la noche.
- Quise venir temprano, no tiene nada de malo ¿O sí?
- No, Gabriel sabes que eres bienvenido y pagas un buen plan para tener acceso.
- ¡Petter! Hace unos días, cuando hablamos, te dije que quería olvidar el pasado.
- Según la prensa lo estás haciendo muy bien - me río de esos comentarios.
- Si, bueno ya sabes cómo son, lo que llama mi atención es que mencionaste algo sobre unos papeles ¿A qué te referías? - me mira con burla, cuando ve mi seriedad me evade la pregunta.
- A nada en particular ¿Por qué?
- Pensé que te referías a los papeles del divorcio, luego pensé es ilógico que hablé de ellos porque ni yo sabía de esos papeles hasta que llegué a casa.
- ¿Tú no sabías de ellos? ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso no fuiste tú quién los solicitó?
- Eso es un misterio que debo resolver, pero igualmente tarde o temprano se tenían que hacer.
- ¿Te quieres separar de ella?, tal vez sea lo correcto así ambos pueden seguir con sus vidas, porque aguantarlos es molesto.
- ¿Aguantarnos? - lo observó y es como si se diera cuenta de lo que dijo. - ¿Petter, no has hablado con Lucia y no decirme? Eran buenos amigos.
- ¿Él trato no era, no mencionar más a Lucia?
- Me estás evadiendo la pregunta Petter, eres mi amigo y no me ocultarías algo de Lucia, ¿verdad?
- Alessio es tu amigo, Marcelo es tu amigo y Erick es tu amigo ¿A ellos no les preguntas esas cosas? También son amigos de ella.
- No vamos a hablar de eso, además desde que se enteraron de que...
- Que tienes un hijo con Lucrecia están enojados contigo.
- Odio que me miren como si le fuese infiel a Lucía, ese niño nació antes de que nos casáramos y yo no sabía de su existencia hasta hace casi dos años.
- Tal vez no es solo eso lo que les moleste, después de todo aún te hablan.
- ¿Qué más les puede molestar?
- No me has respondido, ¿Has hablado con Lucia?
- No, Gabriel, ya ve a entrenar.
Me deja hablando solo, decidí seguir entrenando capaz estoy imaginando cosas donde no las hay, después de media hora decide acompañarme a entrenar, y es difícil no notar a Alessio. Cuando paso al vestidor, lo veo preparándose.
- Es increíble que siendo socios nos tratamos como extraños - le digo.
- No te trato como extraño, simplemente es difícil coincidir a menos que sea en los negocios.
- Antes podíamos ir a beber al club, salir, no solo hablar de negocios.
- Es cierto, pero tú fuiste quien se alejó Gabriel, te enojaste con medio mundo por algo que tú mismo hiciste.
- Yo no lo sabía y me acusan.
- Yo no te acuso, sé que no estaba en tus planes no es por eso por lo que estoy molesto contigo, creo que no supiste manejar las cosas y ella tampoco ahora paga las consecuencias.
- Alessio, sabes ¿dónde está?
- Hace algo la diferencia, decidiste divorciarte de ella y seguir con tu vida.
- ¡Ella se fue! ¿No tengo derecho a rehacer mi vida, a dejar este dolor que ella me dejó?
- Claro que lo tienes y, pero...- Respira profundo - simplemente creo que dejaron que terceros manejan sus vidas.
- Tercero, ella se fue sin dar explicaciones.
- Tú te fuiste cuando ella te dijo que te quedarás...- lo observé porque a nadie le conté de esa discusión - ¿sabe qué? no es mi asunto, si quieres un amigo, está bien yo no voy a decir entre ustedes dos.
- Has hablado con ella. Y no es una pregunta.
- No sé dónde está Gabriel, si es lo que quieres saber. Nos vemos el sábado en el club ¿Te parece?
- Está bien.
Se va sin decirme más nada, pero es evidente que habla con ella sino como sabe de esa discusión, maldito día. Todo estaba bien, ella había entendido y todo se desplomó, ¿qué pasó ese día para que te fueras?, debí quedarme y hablar. Ya que importa, te fuiste sin importarte nada y voy a seguir con mi vida. Decidí llamar a Emilia y dar el primer paso.
- Hola, ya voy de camino a la oficina, estaba en el juzgado.
- Bien, quería invitarte a almorzar.
- Claro, ¿paso por ti o nos vemos dónde Erick?
- Nos vemos allá, a la una. Adiós.
Cuelgo y doy el primer paso, está vez no será un almuerzo de negocios, es una oportunidad para algo nuevo porque debo sacarte de mí como sea Lucia Meller. Voy a la oficina a resolver algunos pendientes y luego voy a ver a Emilia.
- ¿Tu aquí a esta hora es raro? - me dice Erick.
- Aquí se viene a comer y es mi restaurante favorito ¿Por qué te sorprende?
- Normalmente vienen por asuntos de negocios y me avisan.
- Esta vez no vine por negocios...
- Hola, lamento llegar tarde porque estaba en un tráfico. Hola Erick.
- Hola...ya veo que no es negocio. Es cierto lo que dicen en la prensa.
- Lo es, Emilia y yo estamos saliendo. - le digo y ella se sorprende, pero puedo ver un brillo en sus ojos.
- Los felicito, voy a traerles algo de comer - nos deja solos, es raro que no diga una de sus impertinencias.
- Lamento eso, Erick, puede ser irritante.
- No me parece que lo haya sido, lo que dijiste...
- Sobre eso, Erick me preguntaba por lo que dice la prensa solo quería que no hiciera preguntas tontas.
Almorzamos con tranquilidad como los viejos amigos que somos, no se sintió tan mal después de todo empezamos por buen pie.
- Se que no quieres que hable del tema, pero vi a Salvador en el juzgado, está arreglado todo para agilizar el divorcio.
- ¿Qué? - yo no...
- Está mal que lo haya hecho.
- No, es que... No quiero que eso arruine nuestra tarde. ¿Quieres hacer algo?
- Pensé que tenías trabajo.
- Sebastián se encargará.
Después de almorzar, salimos al cine, a caminar un rato, luego cenamos y la dejé en casa, fue un día relajante, hace mucho que no pasaba un día así.