Capítulo 3 Comienzo

No podía dejar que ese hombre muriera. Sabía que lo que estaba a punto de hacer sería una locura, pero no podía quedarme de brazos cruzados. Me levanté y corrí con toda mi fuerza y velocidad abalanzándome sobre el hombre del arma. Esta salió volando y el tipo cayó sobre algunos cables haciendo que la carpa cayera.

El hombre debajo de mí se dio un golpe fuerte en la cabeza quedando inconsciente. Riley corrió hacia mi para levantarme mientras el joven, quien había escuchado se llamaba Harry, también me ayudó a levantarme.

-¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo es que están aquí? - Preguntó él claramente sorprendido. Miré a Riley haciendo una mueca. Sé que yo había metido la pata al salir así de nuestro escondite.

-Lo sentimos, pero queríamos deshacernos de esa cosa. - Señalé atrás la carpa que se había hundido. Sin embargo, noté que no tenía ningún bulto humano ahí y el pitido constante de que se había desconectado del cardiograma se hacía presente.

Oh no.

Entonces, el muerto vivo...

Al girarme, el paciente cero se encontraba detrás de Riley. No pude terminar de pensar cuando esa cosa se abalanzó sobre él. Pegué un pequeño grito sorprendida. Era demasiado fuerte, pero Riley tampoco se dejaba morder. Harry tomó al hombre por la camisa y trato de quitarlo de encima del rubio, pero evidentemente era fuerte. Intenté ayudarlo y solo así Harry pudo lanzarlo lejos.

-¡Salgan! - Exclamó. Tomé la muñeca de Riley y salimos de ahí junto con el químico. En seguida cerró la puerta con llave y el zombi se quedó gruñendo dentro de la habitación. Rasgaba la ventana y dejaba sus babas con sangre sobre ella. Por suerte el vidrio era grueso al igual que la puerta.

Los tres respirábamos agitados debido a la situación.

-¿No te mordió o aruñó? - Pregunté acercándome a Riley. Él parecía estar en shock, sin embargo, dejó que yo lo revisara. Por suerte, no tenía nada. Me sentí aliviada, el personaje principal casi fue asesinado.

-¿Y usted? - Me dirigí al chico de la bata.

-¿Qué?

-¿Esa cosa no lo mordió?

-¿Por qué preguntas eso?

-Esa cosa es un zombi. - Riley señaló al hombre que gruñía y rasguñaba la puerta del laboratorio.

-¿Un zombi?

-Sí, un muerto vivo. Una criatura que puede desgarrarle un pedazo de carne y volverlo uno de esas cosas. Caminadores que hace buagh buagh. - Alargué mis brazos intentando imitarlos. Los chicos me miraron extraño. Me enderecé. -Como sea, entiende mi punto.

-Sí, demasiado.

-¿Entonces? - Pasó a quitarse la bata y arremangarse la camisa. En efecto, no tenía ninguna herida. Me sentí aliviada.

-Será mejor que se vayan.

-¿No nos meteremos en problemas? - preguntó el rubio. Harry me miró con una sonrisa de lado mientras arreglaba su camisa.

-Gracias a que esta chica me salvó, me temo que esto en deuda con ella. - Sonreí. Ahora que veía al muchacho, era realmente guapo, muy atractivo para ser honesta. Era alto al igual que Riley, cabello castaño, ojos verdes, su camisa le quedaba ligeramente apretada en el pecho, lo más seguro es que tenía un buen par de bíceps debajo de eso.

Sacudí mi cabeza, no era hora de pensar con mis hormonas. Para nada.

-Vamos, voy a sacarlos de aquí.

-¿Qué pasará con él?

-Está seguro en ese lugar. Voy a avisar a los jefes lo que sucede, debemos deshacernos de él.

-Pero el otro científico quedó adentro. - Señaló Riley.

-Lo sé, y si es lo que ustedes dicen, no tardará en despertar como un zombi.

-¿Crees que ya lo mordió? - Pregunté un poco preocupada. Los chicos compartieron miradas de complicidad. No hacía falta que me respondieran, era más que obvio que ya lo había hecho.

-Vamos. - Asentimos y fuimos tras él. Me sentía aliviada porque había detenido a la cosa, la infección y ya no estaría en un apocalipsis si es que me quedaba mas tiempo en el lugar, porque hasta ahora, no había vuelto a mi mundo.

Harry nos sacó por un pasillo solitario, noté que ni siquiera había cámaras por lo que eso era un gran alivio. Harry en verdad nos estaba salvando el pellejo. Finalmente, llegamos a la salida de emergencia llegando al depósito de basura. Era una suerte que nada malo nos había pasado.

-Muchas gracias por habernos salvado el pellejo. - Agradecí al castaño.

-Soy Harry Ridley. - Alzó su mano para que pudiera estrecharla. Lo hice sin pensarlo mucho. Él en verdad me agradaba.

-Lisa Morgan.

Mientras lo veía con una mirada de ensueño, Riley carraspeó. Al girarme a verlo noté que no parecía muy contento con la situación, a lo mejor ya se había aburrido.

-Bien chicos, los llevaría a casa, pero debo atender la emergencia. Pero tomen. - Sacó dinero del bolsillo trasero de su pantalón. Yo me negué, pero Riley lo tomó dándose la vuelta. Lo miré con los ojos entrecerrados.

Qué idiota.

-Que les vaya bien. - Sonrió. Asentí. -Y de nuevo, muchas gracias señorita Morgan, en verdad le debo mi vida. - Me sonrojé inevitablemente.

-Vámonos Lisa. - Solté un respingo al escuchar mi nombre de la voz de Riley. Ahora sabía mi nombre gracias a que me presente con Harry. Vaya, que forma de conocer nuestros nombres.

Me despedí agitando mi mano y finalmente nos encaminamos de nuevo al bosque.

-¿Qué piensas ahora? - pregunté mientras el chico caminaba frente a mí. -Te dije que tenía razón. ¿Por qué no me creíste?

-Sabes muy bien que, si hubieras estado en mi lugar, hubiera sido lo mismo. - En eso tenía razón.

-Como sea, hemos salvado a tu pueblo y probablemente yo pueda volver a mi hogar. - Canturreé contenta. Riley resopló. Cuando llegamos a la carretera noté que había una estación de bus a unos cuantos metros.

-¿Cuánto te dio Harry?

-Cincuenta dólares. - Bien, y el viaje en taxi eran 20.

-Dame la mitad.

-¿Qué?

-Que me des la mitad. Me iré en bus.

-¿A dónde irás?

-No lo sé. Voy a esperar a volver a casa, seguro eso sucederá pronto. - Riley me miró con los ojos entrecerrados y luego me pareció ver que tragó muy duro.

-Entonces no vienes conmigo.

-Creo que eso es obvio. Te dije que te desharías de este problema de inmediato. - Me señalé a mi misma. Sonreí pensando que Riley parecería aliviado con mis palabras, pero su expresión no mostraba nada de eso. Más bien, parecía que le disgustaba la idea. Probablemente me lo estaba imaginando.

Como sea, este era mi ticket de libertad, solo debía esperar a volver a casa.

-¿Entonces? - Extendí mi mano para que me diera el dinero. Luego de un momento me tendió tres billetes. Eran los cincuenta dólares.

-La mitad es tuya.

-Olvídalo. Deberías buscar un motel para dormir. Hay uno a un par de kilómetros. - Asentí.

-Gracias Riley. - El joven asintió.

-Bien... entonces. Qué te vaya bien. - Meneé mi mano de un lado a otro y finalmente me di la vuelta para irme. Ambos caminamos en dirección opuesta y cuando llegué a la estación, él ya había desaparecido.

Me sentí un poco mejor al saber que él sobreviviría y podría tener una vida feliz si es que los personajes de una película podían tenerlo. Suspiré aliviada y esperé a que las cosas se arreglaran.

Pov´s Riley

Al llegar a casa, la sentí vacía. Sé que sonará loco, pero la chica que desvariaba me había alegrado mi aburrida noche. Mis padres se habían ido de viaje a un campamento espiritual y por eso me había quedado solo en casa, lo cual no era un problema para mí.

De hecho, me daba algo de paz. Mis amigos me habían invitado a una fiesta, pero la verdad, no estaba de humor. Y cuanto agradezco no haberlo hecho.

Me encontraba en mi cama escuchando a Modern Talking cuando escuché un ruido extraño proveniente de abajo. Lo primero que pensé fue que había escuchado mal. Pero el ruido siguió, así que creí que un ladrón había entrado a la casa. Por ello, tomé el bat de mi armario y bajé con precaución hasta donde provenía el sonido.

Cuál fue mi sorpresa al encontrarme a una chica en medio del comedor. Y eso no fue lo peor, ella parecía hablar locuras. Primero me dijo que venía del futuro, no le creí en lo absoluto. Luego me mostró un aparato que según ella era un celular. Así que tal vez pensé que hablaba en serio. Sin embargo, decidió escapar y fui tras ella esposándola a mi muñeca, cortesía de mi padre ya que es policía y siempre deja sus esposas en la mesa de la entrada.

Me dijo que si no la soltaba un apocalipsis zombi se desataría, otra locura que no le creí. Se escapó, la seguí y terminé descubriendo que si había un zombi en la planta del pueblo. Y no solo eso, un científico loco había creado a ese ser a propósito y casi muero de no ser por Lisa y Harry logré salir vivo.

Harry nos dio algo de dinero, aunque para ser honestos no quería aceptarlo porque el tipo es un presumido. Sin embargo, yo no llevaba más, así que tuve que aceptarlo a regañadientes.

Luego de una extraña presentación entre Harry y Lisa, quien parecía haberse enamorado de él, nos fuimos de ahí. Quería disculparme con Lisa por haber desconfiado de ella, quería agradecerle que nos salvara el pellejo pero de pronto me dijo que le diera la mitad del dinero y que volvería sola. Porque pronto regresaría a casa.

Debo admitir que me sentí mal, no lo sé. Pero ella era extraña y esa extrañeza era atractiva, debía admitirlo. Sin embargo, ella parecía decidida. Por ende le di todo el dinero. Ella no tenía a dónde ir ni tampoco qué hacer.

Tampoco quise dejarla ahí, pero a pesar de eso, lo hice.

Ahora me encontraba en mi clase de biología mientras pensaba en sí Lisa ya había comido o sí durmió en el motel que le recomendé. Tal vez debía ir a buscarla.

-¡Riley! - La voz de Asia hizo que pegara un brinco. Mi mejor amiga y compañera de clase, me veía con preocupación. Pronto me di cuenta de que, la clase ya había acabado y solo nosotros dos quedábamos en el salón.

-¿Dónde está tu cabeza tonto? Llevo cinco minutos hablándote.

-Lo siento, es que yo... ahhh. - Solté un suspiro mientras pasaba la mano sobre mi cabello. Esto era irritante. Era un tonto. A lo mejor, ella ya había vuelto a su tiempo. Sin embargo, quería comprobarlo. Tenía que ir a ese motel.

-¿En serio estás bien?

-Yo...

-¡Chicos! Están sirviendo pizza en la cafetería, será mejor que se apresuren si quieren algo de eso. - Ben apareció con su sonrisa burlona para apresurarnos. Sonreí y fui detrás de él junto con Asia.

Al estar en la mesa comiendo mi pedazo de pizza escuchaba a mis amigos reír y burlarse de muchas cosas. Sin embargo, yo no podía sonreír de esa forma. La preocupación em mantenía en otra órbita. No podía creer que estuviera tan preocupado por una chica que no conocía de nada. Era una total locura.

-Oye amigo. ¿en dónde andas? - Los chicos me miraron y yo sonreí.

-Lo mismo me pregunto. Desde que estamos en clase pareciera que está en otro mundo.

-Lo siento, es que pasé mala noche.

-¿No me digas que te pusiste a estudiar aun cuando falta un mes para el primer parcial del semestre? - Preguntó Judy con burla. Ben se rio por su ocurrencia y yo la miré con los ojos entrecerrados aun cuando no me sentía ofendido para nada.

-Muy graciosos. - Le di una mordida de mi pizza. -Es solo que pasó algo.

-¿Qué sucedió? - No estaba seguro si podía contarles lo que había sucedido. A lo mejor mis amigos me tomarían por un loco.

-Me temo que si les digo creerán que me volví loco. - Los chicos rieron divertidos.

-Apuesto que no.

-Apuesto que sí. - Los miré pensando en cómo decírselos.

-Es que bueno... ayer... entró una chica a mi casa.

-¿Una chica?

-¿Te acostaste con una chica? Vaya Riley, creo que te subestimé.

-No digas tonterías. - Soltó Asia quien parecía enfadada por la mala broma de mi amigo.

-No me refiero a eso. - Agregué. - La verdad es que está chica apreció en la sala de mi casa de la nada. Me dijo que era del futuro, incluso me mostró su celular, era increíblemente diferente a estás cosas que usamos. Era grande y plano, ni siquiera tenía una antena que sacar y no tenía botones.

-¿No te drogaste amigo? - Preguntó Judith con una cerca alzada. Yo suspiré. Sabía que no me creerían.

-Oye, qué película de ficción te viste.

-Ya, sabía que no me creerían. - Me dejé caer en la silla mientras dejaba que Ben soltara malas bromas sobre mí. No me opuse a sus bromas. Preferí verlo con enfado.

Sin embargo, su felicidad no duró. Pronto escuchamos algunos gritos y los compañeros en la cafetería comenzaron a correr. Fruncí el entrecejo preocupado por lo que estaba pasando y mis amigos igual.

Todos ahí corrían hacia la salida.

-¿Qué está pasando? - Soltó Asia alarmada y los chicos estaban igual de alarmados. Entonces la vi. Lisa venía corriendo con un arma en su mano disparando a algunas personas en la cabeza. No podía creerlo.

¿Qué diablos estaba sucediendo?

Pov´s Lisa

Y una porquería si las cosas se arreglaban. Había amanecido y yo seguía atrapada en esa película. No sabía qué había hecho mal.

Luego de subirme al autobús me baje para pagar el motel que Riley me aconsejó. Pensé que probablemente al despertar estaría en el sofá de mi casa, pero eso no había sucedido. Lo peor es que no tenía mucho dinero ni nada. Esto era una completa pesadilla.

No sabía a dónde ir y la verdad es que tenía mucha hambre.

Aún tenía veinticinco billetes en mi bolsa. Así que fui a la máquina expendedora para poder sacar algo de comida. Claro que no había mucho en el menú, más que maní y café, no tenía de otra.

Suspiré, aun debía regresar la llave en la recepción. Una vez tuve mis cosas fui hacia ahí. Para mi sorpresa no había nadie.

-Que extraño. - Murmuré. Toqué el timbre varias veces, pero nadie apareció. Me crucé de brazos y salí a ver si no estaba el encargado en alguna habitación. Al volver a entrar a la oficina, me di cuenta que había un rastro en el suelo, un rastro rojo.

Tragué nerviosa. Me acerqué lentamente siguiendo el rastro detrás de la mesa de la recepción encontrando a un zombi comiendo el rostro del recepcionista. Abrí mis ojos espantada mientras cubría mi boca con las manos. Tenía que salir de ahí pero ya.

Al doblar por la salida de esa oficina, me topé con otro zombi, no sé cómo, pero lo empujé con tanta fuerza que lo boté al suelo dándome tiempo para escapar de ahí.

Corrí con tanta fuerza hasta llegar a la carretera pensando en cómo diablos salir de aquí.

Esto era una pesadilla, creí que Harry se encargaría de todo. No debí de haberme confiado.

                         

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