No me apartes de tu lado
img img No me apartes de tu lado img Capítulo 3 Dos
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Capítulo 3 Dos

Cuatro años atrás

Quien diría que, tras diez años de amor verdadero, la boda más esperada del año se cancelaría de la peor manera. Aquí la novia, no salió huyendo o al último segundo dijo "No acepto casarme con este miserable".

Aquí el imbécil del novio nunca apareció, porque mientras la novia sufría la peor humillación de su vida, él subía a un avión con la amante de turno. ¡Genial idea! Mis respetos para ese macho alfa, que tres años después de lo ocurrido, sigue soltero, burlándose de todas aquellas ingenuas que siguen creyendo en sus promesas de amor. Aún se cree lo suficientemente inalcanzable para ser cazado.

Bueno, más o menos así empieza mi historia. ¡Sí! Es triste, lo sé. Pero lo único bueno que puedo rescatar de aquel día negro es la oportunidad que me ha regalo la vida para volver a empezar y saborear lentamente mi venganza, porque para un hombre como Rubén Ávila, no existe peor dolor que ver a su ex novia en lo más alto, dirigiendo una empresa que supera a la suya en todos los terrenos. Aunque creo que el que no me haya dedicado a perseguirlo y hacer de su vida una miseria lo ha golpeado más. No esperaba que la humilde enfermera que un día estuvo a punto de convertirse en su esposa, lo apartara de su camino, ahora gozando de tanto poder, creo que aún no supera el hecho de ser un insignificante gusano en mi vida.

Bueno, supongo que mi vida se hizo mierda cuando Rubén me dejó en la iglesia aquella tarde. No digo altar porque nunca entré, me quedé media hora esperándolo en la puerta, porque su primo dijo que tenía un imprevisto y ya estaba en camino. Más cuando los minutos corrían, supe que me había abandonado. Y los rostros burlones de sus amigos que me recorrían en busca de alguna muestra de desesperación, lo confirmaba. Lo que más me dolió no fueron sus risas y murmullos, sino ver la angustia dibujada en los rostros de mis padres y amigos, que desesperados le reventaban el teléfono con llamadas y mensajes. Mientras él, supongo se reía, son aquella chica afortunada, rumbo al aeropuerto para aprovechar el viaje de mi luna de miel.

No soporté un segundo más, tomé el primer taxi que se apareció frente a la iglesia y aparté a mis padres de aquel circo. Por supuesto que antes le dejé un mensaje; sonreí y lancé el ramo de flores entre sus amigos. Supongo que fue genial seguir caminando sin mirar atrás, mientras ellos se congelaban grabando ese final inesperado.

El video se hizo viral y no me dejó tan mal ante los ojos del mundo. Fui la heroína de muchas decepcionadas en el amor.

Al llegar a mi departamento me deshice de todo lo que podría recordarme a ese imbécil. Lo primero que hice fue dirigirme a la habitación y quitarme el hermoso vestido de novia de diseñador.

¡Ay, Como odiaba a este imbécil! Me paseó por las boutiques más caras del país por meses, solo para encontrar el mejor diseño para ese día tan especial en su vida.

"Quiero que la futura señora Ávila sea recordada como la mejor novia de la historia. Habrá muchos invitados, entre los cuales estarán los medios informativos más importantes del país. Quiero que los deslumbres."

Fueron las palabras del miserable de Rubén, aquel día.

¡Claro que los deslumbre! Y estoy segura de que el diseñador estuvo en la cima gracias a mi actitud. Pero, no fue fácil mirarme al espejo y verme diez años después, en mi departamento, con el vestido de novia en las manos a punto de lanzarlo a la basura, junto a mis sueños y a esa década de recuerdos hermosos. Como tampoco era sencillo cerrar la puerta y mantener esa fortaleza de novia digna un segundo más.

Me quebré y lloré amargamente por un largo tiempo, digamos que por un par de horas en el regazo de mi madre y luego ahogando las penas en unos tragos junto a papá. Aún más cuando el desgraciado de Rubén me envió un mensaje de disculpa tras no contestar sus llamadas.

"Lo siento tanto Wendy, querida. Pero no soy digno de tenerte, mereces algo mejor. Por eso decidí seguir mi camino sin ti, espero que tú también puedas hacerlo cuando me olvides. No espero que me perdones por lo que hice, solo quiero que entiendas que no quería lastimarte, solo evitarte una decepción futura"

¿Lastimarme? ¡Por dios! ¿Qué tenía ese hombre en la cabeza al escribir semejante atrocidad? Pero supongo que necesitaba leer eso para volver a levantarme y tomar la decisión de continuar con mi cometido. Deshacerme de todo recuerdo suyo y continuar con mi vida.

Tras secar mis lágrimas empaqué todo, absolutamente todo lo que tenía en mi departamento de él, desde un cepillo de dientes, hasta los abrigos de exportación que me regaló. No se quedó ni un rincón del lugar sin revisar. Cuando terminé con todo llamé a la señora de limpieza que trabaja en el edificio para regalarle los paquetes. Mientras llegaba eché un nuevo vistazo para asegurarme de no olvidar nada. Su cara de felicidad al recibir las bolsas aún permanece en mi memoria.

-¿Crees que sea necesario llegar a tanto, hija? -Pregunta mi madre cuando me ve sacar del baño hasta el papel higiénico.

-¡Sí! ¡Es más! Mañana mismo nos vamos de este maldito lugar, no soporto estar aquí un segundo más.

-Hija, sabes que te apoyamos. Las puertas de casa siguen abiertas para ti. -dice mi padre acercándose para tomar la bolsa de mis manos. -Nunca estarás sola.

-Gracias papá, pero no será necesario, solo cambiaré de departamento. No puedo dejar el trabajo en el hospital y ponerme a llorar por este momento. Lo que más necesito es mantener ocupada mi mente.

En ese instante tocan a la puerta, abro, creyendo que es María, la señora de la limpieza. Sin embargo, no era ella, ante mí tenía a un hermoso caballero de ojos azules y mirada profunda. Eche un rápido vistazo y me gusto lo que vi. ¡Guao, realmente divino!, un hombre de unos treinta y tantos años, alto, sonriente, con un traje azul marino, corbata negra y un portafolio en la mano.

Por unos segundos me perdí en su mirada, tenía ese algo de ángel que me trasmitió paz, hasta que se presentó y mi mundo se puso de cabeza.

Resultó ser Harry Andrade, el abogado de mi padre Biológico, y lo más gracioso de ese encuentro fue que tenía la orden de llevarme con él, porque mi amado padre, del que nunca supe de su existencia, requería mi pronta presencia. Y lo más descabellado fue que quería que me hiciera cargo de la presidencia de su empresa en los Estados Unidos.

¡Joder!

Y no hablamos de cualquier empresa, sino de Fiat Motor Company, una de las compañías más grandes con casi cuatrocientas instalaciones en todo el mundo. ¡Guao! ¿Y qué se supone que haría yo? No tenía una maldita idea de nada. Pero lo que más me llamó la atención fue que el guapo abogado recalcara un minúsculo detalle, que me hizo analizar más minuciosamente la propuesta.

La empresa de mi ex amado Rubén, era solo una pequeña sombra de la competencia, es decir, de Fiat Motor Company.

¡Uhm! Qué interesante se me hizo esa pequeña parte, pero, que flojera darle más importancia al miserable de mi adorado exnovio.

Por otro lado, siempre he estado consiente de que Samuel Mendoza, el hombre que me ha criado con amor y me ha dado todo en la vida, no era mi verdadero mi padre. Sin embargo, nunca tuve interés en conocer al hombre que me engendró, ya que mi madre nunca mencionó ni su nombre y sinceramente nunca me hizo falta rebuscar en el baúl de sus recuerdos algo que para ella nunca había existido. O al menos era lo que creía.

Por eso, cuando el licenciado Harry hace mención de él, fue como recibir un balde agua fría. No obstante, mis padres lo tomaron con calma, como si ese momento lo hayan esperado toda la vida. Es más, me obligaron a sentarme y escuchar las sartas de tonterías que el guapo licenciado tenía que decirme.

Sin poder entender bien, lo escuché por varios minutos.

- ¡Espere! Sinceramente, esto parece una broma de mal gusto. ¿Cómo se le ocurre que yo sea hija de un hombre tan importante? ¿Verdad que no?

Sonrió mirando a mi madre y ella solo suspira y se encoge de hombros, mientras mi padre toma su mano. ¡Oh cielos! ¿Cómo es posible? Solo me carcajeo tomando la cabeza entre mis manos, sin poder creer la ironía de mi vida.

-Sé que está confundida, señorita Knight.

-Mendoza -le recalco -. Me apellido es, Mendoza ¿Piensa que usaré el apellido del hombre que me abandonó sin conocerme y que aparece a mis veinticinco años como si nada hubiese pasado?

-Señorita Knight, como ya le dije, su padre en estos momentos la necesita y las razones para no acercarse a usted, supongo que deberán ser tratadas por su madre y su esposo.

Vuelvo a mirar a mi madre y ahora ella solo expresa un tímido "Lo hablaremos más tarde, hija."

¡Joder!

-Le traigo la documentación requerida y los pasaportes. -Pone en mis manos un sobre amarillo.

- ¿Qué es esto?

-Debe venir conmigo, a más tardar el día de mañana. -Se pone de pie.

- ¿Está loco, como se le ocurre que deje mi vida de la noche a la mañana, para ir al encuentro de un hombre que no conozco?

-Señorita Knight.

- ¡Mendoza! -Grito.

-¡Mírese!, se está dejando caer en el abismo de la desesperación. El regalar las pertenencias de su novio no sirven para empezar de nuevo. ¿Quiere seguir lamentándose y verse valiente por un video en el internet? Decida si quiere seguir siendo el clavo o convertirse en el martillo. Las oportunidades en la vida no aparecen por casualidad. ¿Quién es ahora, quién quiere ser mañana? ¡Dígame! ¿Cómo se ve en un futuro cercano?

-¿Y por qué me busca, justo ahora?

-Porque ya está lista para asumir nuevos retos. No le tema al cambio.

-¿Qué pasará con mi madre?

-También vendrá con nosotros.

            
            

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