No me apartes de tu lado
img img No me apartes de tu lado img Capítulo 5 Cuatro
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Capítulo 5 Cuatro

Wendy

Después de cuatro años, aún sigue doliendo los recuerdos inesperados que brotan en fechas como estas. ¡Sí! La navidad sin duda es la época que más me destroza, no porque extrañe a alguien especial, sino porque me enfada que los mejores momentos de esa temporada, sean con el estúpido de Rubén. He tratado de apartarlo de mi cabeza, pero me temo que el odio ha impregnado más el pasado en mi vida. Mamá dice que no es bueno pensar tanto en él, ¡Y no lo hago! ¡Bueno! Quizás solo, cuando planeo maldades, como ponerle trabas en su camino a la gloria. Pues, ya el pasado quedó enterrado, estoy saboreando el dulce sabor de la victoria. Hoy, como cada año, la mansión se viste de gala para disfrutar de una de las mejores festividades anuales, con los ejecutivos de la empresa, y por supuesto que este año, la presencia tan esperada es la de mi ex novio. Quizás por eso estoy tan nerviosa, no es que me interese verlo, pero, siento algo extraño en mi pecho, una sensación inexplicable que me pone los pelos de punta.

-Grandiosa fiesta señorita Knight, esta velada exquisita supera a la anterior.

Había olvidado que seguía en presencia de los socios de papá.

-Gracias, es un honor el que nos acompañe esta noche, señor Silvain.

-Dígame, ¿Su señor padre, nos acompañará esta noche?

-Por supuesto, no tarda en bajar - Le sonrió-. Disfrute de la celebración.

Intento retirarme, pero da unos pasos y se interpone en mi camino.

-Si me perdona el atrevimiento, me complacería presentarle a mi hijo Malcom, llegó al país solo para conocerla.

Sonrío un poco incómoda, pero tampoco podía decir que no, a nuestro socio mayoritario. ¿Qué tan malo sería conocer a su encantador hijo?

-Me encantaría.

Entonces se gira para llamarlo. ¡Oh! No imaginaba que el señor Silvain Lambert tuviese un hijo tan joven y atractivo, con esa delicada barba y hechizante sonrisa que le ponían un poco de misterio a ese porte de caballero elegante, desde ya roba las miradas de las féminas. Se acerca un poco temeroso y me saluda con cortesía, dejando un beso en mi mano ¡Ay! ¡Me derrito!

Por supuesto que su padre de inmediato se retira y nos deja solos, sin duda busca que su retoño conquiste el duro corazón de la famosa, dama indomable del imperio Knight. ¡Lástima! En verdad no estoy interesada en seleccionar candidatos por el momento.

Pero, con una copa de champaña y unos minutos de plática, su compañía me deja una grata impresión. De hecho, podría estar a su lado toda la noche, es realmente encantador, guapo, inteligente y el que sea piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ya lo ponen encabezando la lista de pretendientes que tiene en mente mi señor padre, Berwin Knight. ¡Dios! Aún no me acostumbro a que me llamen señorita Knight. Pero debo admitir que esta nueva personalidad me ha brindado más confianza para mostrar la fortaleza que llevo dentro. He sentido el cambio en mi vida, más, aún no puedo superar el tropiezo que viví con Rubén. Quizás por eso mi padre extendió las invitaciones este año.

Pienso en ello, cuando Rubén Ávila, el propietario de la empresa Avila's Motor Company, hace su entrada al gran salón de la mansión Knight. En cuanto lo veo me descontrolo.

-Gracias por este hermoso momento, pero debo retirarme.

-Podríamos bailar solo esta pieza.

-Será después, lo prometo, debo retirarme.

-¡por favor! Debo insistir.

-Le advierto que detesto a las personas intensas.

-No pretendo ser atrevido, solo deseo un momento más a su lado.

-Quizás nos volvemos a encontrar en la pista de baile.

Me alejo del salón y subo presurosa las escaleras tratando de huir de su presencia, como una cobarde. No imaginé que el volver a verlo me sea tan aterrador.

-¿A dónde vas? -pregunta mi padre, él y Harry me cierran el paso a mitad de las escaleras -. Tarde o temprano deberás enfrentar tus miedos. ¿No crees que ya llegó el momento de que sepa quién eres en realidad? ¡Ve! Y has que lamente el haberte abandonado.

-No quiero darle tanta importancia.

-Se la otorgas, al escapar. Tú eres mi hija, la digna portadora del apellido Knight, la única heredera de la empresa más grande del país.

Pronuncia con seriedad. Mi corazón está temblando, aún siento ese dolor insuperable que me paraliza. Nunca antes he sentido tanto dolor como ahora, la lluvia de recuerdo me invade y las piernas parecen ser una gelatina. Pero, tiene razón, no es momento de escapar como si fuese culpable de algo. Ahora soy más importante que él.

-Sea usted misma. -Añade el licenciado Harry, alentándome a bajar de nuevo.

-No huyas más, levanta la mirada- añade mi padre, animándome a ponerle fin de una vez por todas a las páginas de mi pasado.

Respiro profundo y me dispongo a bajar las escaleras para darle la bienvenida en nombre de la familia. A medida que me acerco siento que mi corazón se detiene, la respiración se acorta y la sensación de vacío me estremece, ¡joder! No quiero perder la conciencia. Entonces, el canalla se da cuenta y fija su mirada en mí y ese gesto de asombro que lentamente se va reflejando en su rostro me va calmando. Como que tomo valor para sonreír y pisotear su orgullo por primera vez.

¡Qué solo era una simple enfermera de hospital público! Pues veme ahora, soy la heredera universal de una de las sedes más grande del mundo, una de las empresas que no le hacen ni cosquillas a tu compañía mediocre. ¿Pensabas que moriría sin ti? ¿Te cansaste de esperar las noticias de que me lancé de un puente por la melancolía? ¡Ay! ¡Pobre ingenuo! ¡Veme ahora! Soy la persona que te ha dado dolores de cabeza los últimos años. Sinceramente, este momento es tan gratificante que ahora me pregunto por qué no me atreví hacerlo antes.

Bajo los últimos escalones y él sigue pasmado, mirándome como si fuese un fantasma. Quizás, lo sea

-Buenas noches, señor Ávila, soy Wendy Knight y quiero darle la bienvenida en nombre de mi padre, Berwin Knight-Extiendo mi mano sin dejar de sonreír.

Él toma mi mano y no sabe qué decir, mientras su acompañante parece ponerse un poco celosa. No creo que sepa quién fui en la vida de su amante, pero creo que me ve como una mujer peligrosa.

-¿Tú? Digo... B-buenas noches. E-encantado de c-conocerla-dice nervioso.

-Parece que está asombrado de ver a una mujer, al mando de una empresa tan grande -sonrío apartando mi mano.

- No tenía idea de que el señor Knight, tuviese una hija.

-El mundo es un pañuelo, ¿no lo cree?

-¿Ustedes se conocen?

Interviene la acompañante.

-Pues, digamos que hace cuatro años, este caballero me dejo plantada en la iglesia, para huir con su amate-expreso suelta de huesos- aunque debo reconocer que fue lo mejor que pudo hacer- su pareja de turno, se puso un poco pálida y tambalea. Entonces sonrío- Es una broma. El señor Ávila y yo aún no nos hemos tratado directamente.

-Sí. Así es -Trata de dibujar una sonrisa y baja la mirada avergonzada.

-Una vez más, bienvenidos. Disfrute las celebraciones, puede sentirse como en casa. -me despido.

Eso fue ¡Suficiente para mí! Sin dejar de sonreír y respirando aliviada, vuelvo a subir las escaleras. Mi padre y Harry charlaban, bebiendo champaña.

-¿Cómo te sientes ahora? -Se acerca mi padre para tomar mi mano.

-Mejor que nunca. Creo que necesitaba mirarlo otra vez para darme cuenta de que ya no importa en mi vida.

-No sabes cuánto deseaba escucharte decir eso. Estoy muy orgullo de ti. Siempre lo dije, para dar la vuelta a la página no solo basta con decirlo, es necesario mirar de frente ese algo que no te deja avanzar y soltarlo, sacarlo del corazón, como tú lo has hecho en estos momentos.

-Rubén dejó de estar en mi corazón hace mucho, padre.

-Me alegra oírlo. Ahora, si me disculpas, debo bajar.

Se despide y baja las escaleras para saludar a sus socios, en tanto Harry, tomando dos copas de champaña de uno de los meseros, se acerca para ofrecerme una.

-Ya puede desmayarse, si gusta. -dice en tono de burla, es la primera vez que lo escucho bromear de esa manera, o quizás es lo que nota en mis ojos.

-Lo haré cuando dejes de ser tan formal conmigo. Ya somos amigos o ¿no es así? -bebo un sorbo de esa refrescante bebida.

-Como simple abogado de la familia, su padre me colgaría antes de romper las reglas, señorita Knight-Susurra.

-Espero que algún día eso cambie.

Bebo todo el contenido y le entrego la copa, sin apartar mis ojos de su rostro angelical, sin duda es un enigma que ansío descifrar.

-Debo bajar ahora. ¿Me acompaña o prefiere seguir lejos de su ex?

-Te gusta recordarme el pasado, ¿verdad?

-Era una sugerencia- susurra una vez más, acercándose ligeramente, erizando mi piel, con su voz.

¡Santo cielo! Hay algo que me agrada tanto de él, y no solo es su perfume y esa personalidad de sargento.

-Adelántate, primero debo retocarme.

-Entiendo-sonríe incómodo, como creyendo que estoy despreciando su compañía.

-¡Vamos! Cambia esa cara. Solo voy al tocador. Sabes que es más que un honor disfrutar de tu compañía, en los eventos importantes de la familia.

-Gracias, por el cumplido.

-Solo, espérame-dibujo una sonrisa, que Harry responde de la misma manera.

¡Ay! Tiene una de esas sonrisas deslumbrantes que arranca suspiros, peor no más, que ese pequeño gesto que hace con la cabeza mientras asiste. Se aleja de las escaleras, mientras yo camino hasta el baño. Antes de llegar, veo a algunos hombres de mi padre, recorrer con la mirada los corredores, parecen preocupados por algo ¿Qué podría ser?

Regreso a mirar a Harry y parece despreocupado bebiendo champaña. Quizás no sea nada.

Me acerco a la puerta, la abro y de inmediato alguien me arrastra al interior, no tengo tiempo de reaccionar con un grito, porque de inmediato cubre mi boca con su mano y cierra la puerta.

-No voy a hacerte daño- me lleva contra la pared para mirarme de frente -por favor no grites, voy a apartar mi mano confiando en ti, no me hagas lastimarte -susurra con voz varonil y agitada. En tanto mis ojos se pierden en esa mirada angelical.

                         

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