Capítulo 4 Una gran amistad.

Con mi madre no estamos bien, con mi padre estamos peor. Muy poco me vino a ver. Y se que la razón de todo es por su amante.

A mi madre no le dirijo palabra, casi. Y tampoco quiero hablar de las aventuras de mi padre. Solo quiero tener la solución para eliminar el matrimonio.

Con L tuvimos otros encuentros, pero le voy diciendo que no busco nada serio, él entiende. Y cada vez que lo hacemos percibo que lo hace con miedo a que sea la ultima vez.

Ya casi cumplo mis veintiuno, hace ya dos semanas que sigo internada, pero no lo voy a festejar en una cama de la clínica.

El médico me dijo que puede darme el alta con grandes condiciones, que claramente lo voy a seguir.

Inicio de flash back.

Estoy esperando la hora de la cena, L se fue a descansar. Ahora hay otro hombre que por lo que pude notar son amigos con L.

No me dirige ni siquiera la mirada, pero tampoco me interesa, solo quiero que L me mire y me cuide. No quiero depender de mi guarda espaldas, pero por ahora es así.

Me traen la cena y viene el médico.

-Hola Natalia. ¿Cómo has estado?- me mira y sonríe.

-Muy bien, obviando lo de mis piernas.- me toco la pierna derecha con mi dedo y no siento nada.

-Si... lo sé. Pero tienes que empezar con terapia. Quizás ayude a que empieces a sentir movilidad. El efecto de la medicina se tiene que ir pronto. A nivel neuronal no se ve nada malo.- pone cara de sorpresa.- es muy raro tu caso pero tampoco te puedo dar grandes esperanzas.

-Haré todo lo que me digan, solo quiero hacer hasta lo imposible para recuperar mi movilidad, si es que es posible.- a parte de mi problema de salud, todavía me queda mi problema familiar, ¿será tanto el terror por mi familia?- Doctor quisiera preguntarle algo.

-Si Natalia, si puedo responder lo haré.- sonrie de oreja a oreja.

-¿Sabe la fama de mi familia?- al preguntarle, su sonrisa se esfumó.

Ver ese cambio en su cara ya me lo confirma.

-¿Tanto es el miedo doctor?- me siento una tonta preguntándole eso.

-Si es muy temida su familia, pero para algunos muy querida porque lo ha ayudado para temas de vida o muerte. Pero es mejor estar alejados.- el doctor se pone mas nervioso.

-Bueno tranquilo, yo no soy una asesina, solo mis padres.- me siento mal por este hombre y otras personas que se cruzaron por algo con mi familia.

-Veo que no tenias idea de tu familia. ¿Te das cuenta del poder sobre la ciudad... que jamás te enteraste de su forma de vivir? Nadie mencionó de nada delante de ti.- la cara de horror del doctor hasta a mi me asombra, pero tiene razón.

No será fácil de librarme del matrimonio arreglado.

-Si gracias doctor.- no puedo ni mirarlo a la cara.

-Come y descansa que mañana te irás a casa. Y suerte con tu nueva vida...- el doctor me mira con lastima pero no me gusta que lo haya demostrado de esa forma.

Fin del flash back.

Pero creo que mi madre sabe lo de L y yo. Cada vez que L esta en la habitación lo mira con cara de asesinarlo. Pero no le doy importancia, no quiero que piense que realmente me importa y lo termine lastimando. Lamentablemente no puedo confiar en mi madre, directamente ni en mi familia.

Con respecto a las cámaras de seguridad hicimos borrar la parte que estuvimos teniendo sexo. Yo hable con el encargado. No me daba vergüenza que él vio nuestro encuentro pero a L le importaba que no salga eso de la habitación, primero por su trabajo y la segunda que no quería que alguien me viera desnuda.

Cada vez que lo hacíamos desconectábamos el clave de la cámara y disfrutábamos. Quien pensaría que disfrutaría mi sexualidad estando invalida de las piernas. Y que tengo a este hombre que me pone a mil en segundos.

No voy a negar que use el poder de mi familia para amenazar a los de seguridad. Pero era necesario para que mi familia no haga locuras con mi vida, demasiado que me mandaron al matadero con una persona que no conozco.

Mi madre me observa. Pero me esta cansando, solo come las uvas que trajo y se nota que quiere decirme algo pero todavía no emite sonido.

-Si tienes algo que decirme, hazlo. Ya soy una mujer adulta.- me esta molestando solo su presencia.

-Si, se que tienes una aventura con tu guarda espaldas. No soy tonta.- esperaba una reacción mas alterada por parte de su hija, pero solo recibió una mirada de indiferencia.- como haces eso cuando sabes que te vas a casar.

-Madre, aclaremos algo...- se acomoda y trata de liberar un poco de tensión.- ustedes decidieron algo que yo jamás estaría de acuerdo. Y si es por la reputación de la familia hay muchísimas formas de ganarse la vida. No estafando, matando, lavando dinero.

No me puede hacer ni un cuento, si no tienen problema en casar a su hija sin ningún remordimiento puede hacer cualquier cosa.

-Hablas como si supieras todo... pero Natalia nada es fácil, también perdimos a muchos de nuestra familia, pero no fue inútil que hayan derramado su sangre, nosotros tenemos mucho poder porque hicimos bien nuestro trabajo.- Tamara se levanta.- tu padre desapareció y ahora yo estoy en frente de todos los negocios.

Me altera saber esto y ella como si nada.

-¿Cómo que papá desapareció? ¿Porque no me dijiste nada?- me indigna y me enfurece.

-Ya lo están buscando, pero tranquila, después de todo siempre estuve al tanto de los negocios.- me mira y su mirada cambia drásticamente, su expresión es de melancolía.- de a poco te vas a ir enterando, pero jamás pude sentir un mínimo de apoyo con tu padre, y por ese motivo eres hija única.

Me quedo muda, no puedo cuestionar su vida, solo ella sabe lo que sufrió y aguanto al lado de mi papá. Quien sabe porque no se separó de él.

Solo pienso si se abra ocultado con su amante, pero me confirma que yo ya no le importo.

Casi nunca ha estado presente en mi vida, estuvo en muy pocos eventos importantes.

Cuando pueda voy a ayudar en su búsqueda, no siento desesperación. Tengo miedo que mis sentimientos se vayan desapareciendo para poder enfrentar esta maldita vida que me toca vivir. Se me afloja el cuerpo y dejo que mis lagrimas corran por mis mejillas, necesito descargarme para cargarme de valentía, paciencia, inteligencia. Ya esa Natalia que quería vivir su año sabático trabajando, de presenciar varios amaneceres con una cerveza en la mano.

La puerta se abre, es L. Ve mi estado y me abraza.

-No se que pasó, pero acá estoy.- L no puede dejar de lado sus sentimientos.

-Si, es mi madre. Pero es algo que tendré que resolver tarde o temprano.-

Me estoy dando cuenta que mi madre tuvo un cambio drástico, esta fría, distante, no le importa mis palabras.

-Siendo sincero la vi mas siniestra a la señora Cornaf. Las veces que tocaba la hora de irme, se iba con un hombre que no lo conozco, no esta en el equipo contratado.- queda pensativo.- quizás lo contrato de forma privada o es algún familiar tuyo.

-Si entiendo. Mucho no hablamos, estamos mal. De un día a otro nuestra relación empeoro.- me desanima pero de cierta forma me siento aliviada. Ahora que se la verdad no se como será mi madre.- Hasta que mi padre no regrese tengo que tener cuidado.

-Si me enteré de eso, mi jefe me aviso. No entiendo porque me pidió que si lo veo que le avise lo mas rápido posible.

-Hay algo muy raro... puede ser de algún negocio que no acabó bien. Pero si lo voy a buscar. Aunque no pueda caminar encontraré la forma de moverme.- Natalia decidida a averiguar lo de su padre, pero solo esta segura que en quien puede confiar es en L.

Recuerdo a David pero hace tiempo no nos vemos. No entiendo porque no me visitó. Espero que mis padres no le hayan prohibido que entre. Pero lo hablaré con el médico.

No se que pretende mi madre. Quizás no quiere que David se acerque por ser hermano de Juana.

-Por favor llama al médico, necesito hablar con él.- ya quiero saber cualquier información que tenga.

-De acuerdo ahora vengo.- me besa en los labios.

Me encanta su ternura pero no puedo corresponderle como se merece.

Aún no vino el kinesiólogo. Pero puedo hablar con el medico para que me de el alta.

Abren la puerta y es el médico junto a L.

-Que bueno doctor que vino.- siento nervios.- tengo que preguntarle algo.

-Bien, mientras hablamos le hago los papeles para el alta. Dentro de unos minutos viene la kinesióloga.- sonríe y sigue llenando los papeles.

-Quiero saber si mi madre le prohibió la entrada a alguna persona. En especifico a un chico de nombre David.- lo miro seria, no quiero que me mienta.

-Señorita, las prohibiciones de su madre no las puedo decir. Sabe lo que sucede si digo algo de lo que no me concierne.- por su cara esta asustado.

-Entiendo... yo no le voy a decir a nadie que usted me dijo algo. Confíe en mi no soy como mis padres, es difícil de creer pero es así.- le quiero mostrar mi tranquilidad y seguridad.

Me mira y me inspecciona.

-Bien solo le diré que el que se llama David vino, pero su madre lo echó. Él discutió en la puerta, con la señora y el señor Cornaf, pero no lo dejaron pasar.- me mira y sigue llenando el formulario.

-Entiendo. Así que antes que mi papá desapareciera David vino.- sonrío.- Gracias doctor, me da mucha felicidad al saber que mi mejor amigo vino.

Siento un poco de angustia y desesperación para verlo. Sé que no sabe nada con respecto a su hermana. Y que él nunca me lastimaría.

Solo espero que al poder salir de esta clínica pueda verlo, aunque sea a escondidas.

            
            

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