Capítulo 5 Madre hay una sola.

No sé cuales son los planes de mi madre. Hasta ahora solo sé que ella esta a cargo de los negocios mas importantes y riesgosos. Mi padre aún no da señales de vida.

Amo a mi madre, pero cada día que nos vemos su mirada es mas sombría, mostrando en cada palabra y acción que lo hace de forma muy calculada.

Ya no me abraza como siempre solía serlo. Sin mentir me daba miedo que podría hacer conmigo, pero me demostró que conmigo no es el problema sino con la familia de David.

No me dio mas información sobre mi prometido, solo que tenemos casi la misma edad y que es un buen chico en los negocios.

Inicio de flash back

Estoy acostada en la cama, miro mi silla de ruedas, ya no la siento una maldición. Mas bien como una revelación de todo tanto de mi familia, como de mi misma. Esta desgracia, que en un principio lo era, se convirtió en ver la realidad que soy muy fuerte.

Jamás abría enfrentado a mi madre como lo estoy haciendo. No tendría relaciones sexuales en la cama de una clínica con mis piernas invalidas, se que aunque mi estado actual no es alentador, soy fuerte. Pero entender que mi vida podría cambiar con terapia, me da esperanzas.

Alguien abre la puerta.

-Hola hija, ya esta casi todo listo para irnos.- sonríe, hace mucho no la veo apenas sonreír. Su cara se la ve cansada.- me faltan firmar algunos papeles que la enfermera ya los esta por traer.

-Esta bien. Cuando lleguemos a casa tenemos que hablar. Allá nadie nos va a interrumpir.- la miro seria, no quiero que lo tome como algo de momento.

-Esta bien. También tengo cosa que contarte.

-Bien. ¿L ya apronto sus cosas? Tiene que ir con nosotros a la casa, él...- me interrumpe.

-Ni se te ocurra que ese guarda espaldas de cuarta vaya a nuestra casa. No permitiré que en mi casa se acuesten como si estuvieran en un motel.- ya se enfadó.

-Deja de decir pavadas mamá. Es de mi entera confianza, se que si alguien atienta contra mi vida él me defenderá.- fue demasiado lejos.- y quédate tranquila que si me quiere montar no lo haremos en la casa.- estoy muy enojada, tampoco es que soy una loca caliente que no tiene cerebro y autocontrol.

-Natalia Cornaf, no es forma de hablarle a tu madre.- trata de calmarse caminando de un lado a otro de la habitación.- en nuestra casa nadie va a tentar contra tu vida. Nos mudamos en una casa segura, nadie sabe nuestra actual ubicación.

-Gracias por avisarme.- ya no soy una nenita.- yo también tengo derecho a saber.

-No te lo dije porque tu amante es empleado de tu prometido. No quiero que sepa nuestra ubicación.- esa información se le escapo. Abre los ojos como platos. Conociéndola se esta maldiciendo.

-¿Lo contrato mi prometido? Recién ahora me venís a contar esto...- me quedo en shock.- con razón estabas molesta por que me acosté con él. Pero yo lo voy a cuidar a L. No tiene la culpa de nada, ni él debe saber quien es su jefe.- ya estoy muy preocupada, como le digo esto a él.

-Porque si sabe quien es su jefe y se entera del porque de su trabajo lo van a matar.- ya esta levantado mas la voz.

-Yo no puedo creerlo...- me agarro de la cabeza, no lo amo pero es alguien que aprecio. Lo que me parece raro es que mamá se preocupe por él.- mamá ¿vos sabes algo mas?

Me mira de forma extraña.

-¿Por qué dices eso?

-¿Ahora te preocupa su seguridad?- me parece muy sospechoso.

-No, solo porque veo que es alguien que te importa, pero así es nuestra vida. Alguien entra a tu vida y la muerte se lo lleva.- se calma y ya me habla despreocupada.- es algo que vas a empezar a entender.

-Al igual que David ¿no?- ya estoy tan enojada que no puedo pensar con claridad.- espero que la muerte no lo haya llevado, pero si una persona se encargo que no aparezca mas en mi vida.

Me observa y sabe que se la verdad.

-David apareció en la puerta de la clínica. Papá y tu lo echaron, antes que tu marido desaparezca... y solo por ser hermano de la drogadicta.

-No solo por eso corazón, él será parte de la familia....- me mira con tranquilidad y un toque de indiferencia.

-No entiendo...

-Te vas a casar con su primo... David esta enterado del matrimonio.

La miro y siento como el corazón se me rompe y mi alma se va de mi cuerpo. No entiendo como mi madre puede ser tan malvada, no filtra las palabras. Casarme con un familiar de David, conozco a la mayoría, pero aún mi madre no me dijo su nombre. Algunos de sus primos son muy grandes muy pocos de mi misma edad.

-Hija yo sé que no entiendes nada... pero te prometo que es por tu bien. Cuando sea el momento te contaré más.

-Si claro... madre hay una sola.- la miro y no me responde mas nada.

Llega la enfermera y mamá firma los papeles.

Fin del flash back.

Me quedo esperando, viendo a la pared. Si no fuera por la imbécil de Juana no me hubiera pasado todo esto.

Espero que L todavía no sepa quien es su jefe, que mi madre tampoco abra la boca.

Necesito hablar con David y el único que podría ayudarme es L. Mi mayor prioridad es que L se quede a mi lado, sé que me va a ayudar con todo, sin que mi madre se entere por el resto del personal.

Tantos años de leer libros de misterio servirá para algo.

También tengo pendiente saber de mi padre. Sé que si lo secuestraron o salió mal un negocio no lo matarían, tendrán muchos contratos de fidelidad con él, seguro que tendrán que protegerlo. Pero no se si mi madre esta detrás de esto o también quiere que vuelva a casa.

Solo se algunos problemas de ellos, desde chiquita escucho sus discusiones.

Ellos se metían en la cocina, creían que estaba dormida pero no podía por miedo a que pase algo malo.

No sabia que podría ser ese miedo, pero en alguna parte de mi inocencia tenia miedo que mi papá le pegue a mi madre.

Muchas noches pasaron hasta que se dieron cuenta que yo los escuchaba. Una vez quede en la puerta de la cocina, estaban discutiendo de algo del trabajo. Y cuando mi mamá se iba a retirar de la cocina, salí corriendo y escucharon mis pisadas del piso. En el silencio de la noche mis pisadas se escuchaban fácilmente.

Se que mi madre hasta un tiempo lo quería a mi padre y ahora en sus ojos se ven la decepción y el cansancio. Tengo la sensación de que quiere sentir amor de su compañero de vida.

Mi padre quizás también sufrió no tener la vida que quiso. No se si su matrimonio fue forzado. Pero es seguro que averiguaré todos los secretos. Quizás también corra en peligro la fortuna familiar, tengo que tener cuidado.

Sin darme cuenta mi madre y L ya estaban en la habitación.

-Señorita... ya es hora de irnos.- esta con su mirada seria de guarda espaldas.

-Claro.- le sonrío y me traslada a mi sillas de ruedas.

-Hija yo te llevo, esta el auto esperándonos.- se acerca para empujar la silla de ruedas.

-No.- miro a L que se alejo y abrió la puerta.

-¿Qué?- me mira sorprendida.

Dirijo mi silla de rueda hacia la salida.- Yo puedo sola.-sonrío despreocupada y mostrando mi seguridad a mil.- bueno vamos que quiero conocer la nueva casa.

L sonríe apenas, me mira y le guiño. Vuelve a su mirada seria y espera a que mi madre se retire de la habitación.

En el pasillo siento a mi madre indignada, y observa a L con desdén. No puede creer que ese tipo se acostó con su hija en la clínica.

Salimos del edificio, pero de alguna forma siento como una parte de mi vida deje en esas cuatro paredes.

-L, ve adelante con el chofer.- solo asiente con la cabeza- te dije que él vendría conmigo a la casa.

L Se va hacia el asiento de copiloto, ya sabe que cuando esta mi madre ella me ayudará a subir a los vehículos.

-Si, estas en tu derecho, pero no creas que no lo mantendré vigilado.- me lo advierte y me ayuda a subirme al auto.

Ya dentro, veo que es muy lindo por dentro y espacioso. Me encanta. Mi madre ve mi asombro y alegría.

-Con el dinero podemos comprar estos autos... y este es tuyo con tu propio chofer que se llama Alan.- sonríe orgullosa y contenta por el regalo para su hija.

-Gracias mamá, me gusta y mucho. Luego me presentare con Alan.- me encanta pero me hubiera gustado mas usarlo para salir de fiesta.

-Bien. Una vez que descanses y conozcas la casa hablaremos de la familia y los negocios.- ya su mirada cambio y veo en sus ojos el signo peso.

-Si... me gustaría.- solo quiero hacer el bien. Espero que mi madre no haya echo algo que no me guste.

                         

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