Capítulo 4 Molesto

Tessa se encogió los hombros.

"Déjalo, parece que solo me quiere seguir. No creo que intente lastimarme".

Tras un día ajetreado, Tessa disfrutó una noche tranquila.

Durante mucho tiempo, su mayor temor había sido que Samuel la dejara, pero como ya no estaban juntos, todo lo que sentía era alivio.

Había pensado que no sería capaz de conciliar el sueño esa noche, pero estaba equivocada. Se quedó dormida en cuanto se acostó en la cama.

Al parecer, realmente estaba mejor sin ese hombre.

Cuando volvió a abrir los ojos, ya era mañana.

Después de refrescarse, se dirigió al comedor y sonrió mientras miraba la comida en la mesa. Era evidente que estaba de buen humor.

Las preferencias alimentarias de ella y de Samuel eran tan diferentes que ella había pasado todos esos años adaptándose a sus gustos.

Ahora que estaba empezando a amarse a sí misma, comería lo que quisiera, y ese pensamiento la hacía muy feliz.

Esa mañana, recibió una llamada de Monica. El equipo legal del Grupo Morris quería conocerla y ella ya había elegido el lugar de la reunión.

Tessa salió después de desayunar.

Afuera de la villa, estaba un hombre en un auto. "Señor Pearson, está saliendo".

"Síguela".

Samuel tenía una expresión molesta. Nunca se le había ocurrido que Tessa pudiera tener su residencia privada. Es más, era la que más ganas tenía de concretar su divorcio. Era como si no la conociera en absoluto.

Denis ya se encontraba en el lugar de la reunión cuando llegó Tessa. Estaba sentado al lado de la ventana. Tessa caminó hacia él con una sonrisa. "Denis, llegaste temprano".

El hombre levantó la mirada y sus cejas se alzaron con sorpresa. "¿Tessa?".

Ella asintió. "Sí, pero ahora soy Iris".

Denis la observó boquiabierto. "Tessa... Tú...".

Hacía algún tiempo, ella lo había impresionado por su estelar desempeño académico. Sin embargo, nunca se le ocurrió que ella e Iris fueran la misma persona.

Ahora era difícil ocultar su admiración hacia Tessa.

Ninguno de los dos perdió el tiempo para ponerse manos a la obra y discutir el caso.

Mientras tanto, en un auto, Samuel frunció aún más el ceño.

Desde su posición, podía ver a un hombre sentado frente a Tessa. A pesar de que no veía su rostro, lograba divisar claramente la brillante sonrisa de su exesposa.

Estaba molesto, pero no sabía el motivo.

Tenía la certeza de que antes Tessa estaba completamente obsesionada con él, ¿cómo podía sonreírle así a otro hombre?

Sin darse cuenta de que la estaban observando, ella continuó hablando de negocios con Denis. Una vez que terminaron, compartieron una comida sencilla y se marcharon en caminos diferentes.

Tessa recordó que hacía tiempo que no iba de compras, así que decidió acudir a un centro comercial para comprarse un montón de cosas.

Cuando regresó a la villa, el cielo ya estaba casi oscuro.

Los sirvientes habían estado ordenando sus pertenencias durante esos últimos dos días. Luego, le entregaron una lista.

Fue en ese momento que Tessa recordó que había olvidado algo y se llevó una mano al cuello. Sus ojos se abrieron como platos.

¿Dónde estaba su collar? ¡Qué mal! No podía perderlo.

¿Olvidó llevárselo cuando se mudó de la villa?

Después de meditar un rato, suspiró derrotada y decidió regresar a la villa de Samuel para encontrarlo.

En la villa, Samuel estaba frente al tocador, estudiando el reloj, cuando Tessa entró al dormitorio.

Sorprendida, ella se detuvo en seco. Durante sus tres años de matrimonio, Samuel no había entrado ni una sola vez a su habitación matrimonial. Sin embargo, lo más sorprendente era que estaba mirando el reloj que ella le había dado, sin darse cuenta de su presencia.