La princesa y la espada
img img La princesa y la espada img Capítulo 2 Compañero de calabozo
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Capítulo 6 Posada img
Capítulo 7 Daniel img
Capítulo 8 Espada img
Capítulo 9 Bandidos img
Capítulo 10 Calum img
Capítulo 11 Viaje parte 1 img
Capítulo 12 Viaje parte 2 img
Capítulo 13 Ciudad de Bratis parte 1 img
Capítulo 14 Ciudad de Bratis parte 2 img
Capítulo 15 Beso en la oscuridad img
Capítulo 16 Una suave brisa img
Capítulo 17 Despedida img
Capítulo 18 Bestias salvajes img
Capítulo 19 Conociendo a mi suegra img
Capítulo 20 Deseo incontrolable img
Capítulo 21 Una hermosa familia img
Capítulo 22 Una noche tranquila img
Capítulo 23 Nuevos amigos img
Capítulo 24 Bosque de Yara img
Capítulo 25 Herida img
Capítulo 26 No me dejes sola img
Capítulo 27 La espera tortuosa de la noche img
Capítulo 28 Pensé que morirías img
Capítulo 29 Me he enamorado de ti img
Capítulo 30 Añorar img
Capítulo 31 Entrenamiento img
Capítulo 32 Hecha polvo img
Capítulo 33 Prohibido tocar img
Capítulo 34 Yo sere tu familia img
Capítulo 35 Un día libre img
Capítulo 36 Misión img
Capítulo 37 Un templo en medio del bosque img
Capítulo 38 Los Kiribati img
Capítulo 39 Se avecina una guerra img
Capítulo 40 Dos locos img
Capítulo 41 Una gran diferencia de edad img
Capítulo 42 Una boda de corazón img
Capítulo 43 No quiero ser una viuda img
Capítulo 44 Un viaje peligroso img
Capítulo 45 No te conozco img
Capítulo 46 Solo quería protegerlos img
Capítulo 47 Mentiras y heridas img
Capítulo 48 Una segunda oportunidad img
Capítulo 49 Solo soy yo img
Capítulo 50 Los peores temores img
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Capítulo 2 Compañero de calabozo

Pasaron varios días en los que Katherine pasó la mayor parte del tiempo inconsciente por el dolor, las heridas se habían infectado y ella ardía en fiebre. Ella estaba pensando en cuánto tiempo tardaría en morir cuando escuchó los pasos de los guardias que al parecer traían a otro desdichado al cual quizá le esperaba el mismo final que a ella.

Cuando pasaron por enfrente de su celda pudo ver que llevaban a un hombre alto, fornido, que iba vestido con ropas negras, lo que hacía que se mezclara con la oscuridad o eso parecía ya que estaba oscuro y se veía muy poco con la precaria luz de las lámparas que los guardias acababan de encender; llevaban al hombre atado de pies y manos con gruesas cadenas. Katherine pensó que ese chico debía de haber hecho algo realmente malo o que era muy peligroso para que lo trataran de aquella manera.

Los guardias lo metieron a empujones en la celda que estaba a la par de la suya y solo escucho a los guardias decirle.

_ Disfruta tu estancia en este lugar, aunque no será muy larga ya que mañana serás ejecutado a primera hora de la mañana.

Los guardias se marcharon y por un momento sólo se podía escuchar un silencio sepulcral, de pronto aquel hombre al que acababan de traer empezó a hablar, su voz resonó en las paredes.

_ ¿Oye tú...?¿Qué es lo que has hecho para que te tengan en estos calabozos?

Katherine respondió con una voz ronca, por los sollozos de dolor que había estado haciendo los últimos días..

_ No he hecho nada.

_ A mí me parece que has de haber hecho algo muy malo, de lo contrario no te tratarían como lo hacen, cuando me traían pude ver los latigazos de tu espalda, eso se ve realmente mal.

_ Si te parece que se ve mal, créeme, es aún peor, ¿Y a ti porque te han traído aquí?

_ Hum... Nada del otro mundo, solo intente matar al rey.

Katherine se quedó muy sorprendida ante las palabras de aquel desconocido, parecía que para él matar al rey era algo muy normal.

_ ¿Por qué razón has intentado matar al rey?

Bueno aunque ella suponía que habrían miles de personas que quisieran ver muerto al rey , ella misma quería matarle y si tuviera la oportunidad lo haría, ella se dio cuenta de que era una pregunta tonta, pero el dolor no la dejaba pensar con claridad.

_ Alguien me pagó para matarle, pero las cosas no resultaron como las había planeado, pero bueno las cosas no siempre salen como queremos, ¿No? .

En realidad él había entrado a los aposentos del rey a recuperar algo que le habían ordenado, pero eso no pensaba decirlo, cuando los guardias lo encontraron pensaron que era un asesino y eso le pareció una buena excusa para camuflar lo que en realidad hacía ahí, así que se rindió y dejo que lo acusaran de asesino.

_ ¿Cómo te llamas?

Preguntó Katherine, con la voz cansada, cada palabra le suponía un gran esfuerzo, pero en aquel momento la voz de aquel hombre la hacía sentir que no estaba sola, que no moriría estando sola, por eso quería seguir escuchando su voz.

_ Me llamo Daniel, ¿Y el tuyo cual es?

_ Katherine ...

_ Es un placer poder conocerte Katherine y dime, ¿Hace mucho tiempo que te tienen encerrada en este calabozo?

_ Creo que me han tenido aquí más de un mes, pero he perdido la noción del tiempo así que no estoy muy segura de ello.

A él le sorprendió mucho saber que aquella pequeña chica llevaba encerrada un mes en aquel lugar, le pareció que debía de ser alguien fuerte y se interesó en ella.

_ ¡Eres una chica fuerte!, muchos no aguantan tanto en este tipo de lugar.

_ Intenté aguantar todo lo que pude esperando a que vinieran a rescatarme, pero ahora me doy cuenta de que eso solo era una ilusión, ya no hay nadie que pueda venir a salvarme, todos a los que le importaba están muertos.

Al escucharla decir eso, sintió lástima por ella y quiso ayudarla.

Daniel sintió lástima por aquella chica y le dijo.

_ ¿Si quieres escapar de este lugar?, yo puedo ayudarte.

Por más que ella intentó pensar en porque él quería ayudar a una completa desconocida ella no pudo entenderlo, así que le preguntó.

_ ¿Por qué me ayudarías?, ¡no me conoces de nada! ¿Por qué razón querrías ayudarme?

_ Si lo que quieres es una razón de porqué te ofrezco mi ayuda, sería que no me gusta ver a una dama en apuros.

A ella su respuesta no la convencía mucho, pero se dijo, igual no tengo nada que perder, por que ya lo había perdido todo.

_ ¿Y dime cómo planeas escapar? cuando te vi pasar por enfrente de mi celda pude ver que tenías gruesas cadenas atadas a tus manos y pies, tu situación no parece ser mejor que la mía.

_ En realidad estas cadenas para mi no son nada, puedo librarme de ellas cuando yo quiera, simplemente me dejé atrapar porque no quería tener que lidiar con toda la guardia del rey, eso es un verdadero incordio.

_ Me gustaría mucho poder dejar este maldito lugar, pero en el estado en el que me encuentro no creo que pueda llegar muy lejos, aunque quisiera ver el cielo una vez más antes de morir.

_ No morirás, te ayudaré a curar tus heridas, si de verdad deseas escapar de este lugar y quieres seguir viendo, o puedes esperar a que la muerte venga a buscarte, ¿Tu decides?

Ella no deseaba morir en ese maldito lugar, si tenía alguna oportunidad de ser libre ella la tomaría sin importar el precio que tuviera que pagar por él y le contestó.

_ Daría lo que fuera por salir de este maldito lugar, quiero seguir viviendo y hacer que la persona causante de la muerte de mi familia pague por ello.

            
            

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