Katherine había aprendido a montar a caballo cuando ella era solo una niña, aunque tenía mucho tiempo que no lo hacía se dijo así misma " supongo que esas cosas no se olvidan" así que respondió.
_ ¡Si...!
Daniel la ayudó a subirse y ella tomó las riendas del caballo, él se subió en la parte de atrás, se puso un carcaj lleno de flechas a la espalda, empezó a preparar su arco para disparar al grupo de guardias que empezó a acercarse a ellos, Katherine hizo que el caballo fuera lo más rápido que podía, pero la nieve no ayudaba mucho y no iban tan rápido como hubiese querido.
Daniel le disparó una flecha al guardia que tenía más cerca derribandolo de su caballo, los guardias empezaron a dispararles y una flecha le pasó rozando la mejilla de Katherine.
Daniel siguió disparando y derribó a uno de los que les habían disparado, los guardias los estaban alcanzado, y Katherine sentía que el corazón le saldría por la boca del miedo, siguieron cabalgando hasta llegar a la orilla de un lago el cual estaba completamente congelado.
Katherine al verse completamente rodeada y que su única salida era cruzar el río no lo pensó dos veces y obligó al caballo a cruzarlo.
Ella no sabía si el lago podía aguantar con el peso de ellos, pero prefería morir huyendo que volver a regresar a ese infierno en el que habían vivido el último mes, encerrada de manera miserable esperando su muerte.
Ella estaba completamente decidida a no regresar a aquel lugar y se dijo a sí misma.
"Si tengo que morir seré yo quien escoja el lugar y cómo morir".
El caballo se resistió un poco al principio pero al final obligó al caballo a cruzar el lago, sorprendentemente aguantó su peso, ella hizo que el caballo fuera lo más rápido que podía.
Daniel le gritaba diciéndole.
_ ¿ESTÁS LOCA? ¡QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO!
Pero Katherine hizo caso omiso a sus réplicas y siguió cabalgando hasta llegar al otro lado del lago, los guardias que los perseguían al ver que el lago había aguantado el peso de ellos, se apresuraron a cruzarlo.
En eso Daniel salto del caballo como un gato, cayendo de pie en el suelo, tomó la espada que llevaba atada a la cintura y la enterró en el hielo varias veces haciendo que se rompiera, los guardias cayeron al lago.
Ellos vieron cómo luchaban por salir pero no se quedaron a ver lo que pasaba, Daniel tomó las riendas del caballo y se fueron sin mirar atrás.
Daniel se había quedado de piedra cuando Katherine obligó al caballo a cruzar el lago y aunque su valor lo dejaba asombrado, sintió la necesidad de regañarla.
_ ¿Estás loca?, ¿En qué estabas pensando al cruzar el lago?, yo podía haberme encargado de esos guardias sin ningún problema
_ ¡Perdona si pongo en duda tus habilidades!, pero no me iba a quedar viendo como luchas tú solo contra esos guardias, si no les hubieras ganado, ellos volverían a encerrarme en ese maldito calabozo o cortaría mi cuello, prefiero morir intentando escapar que ser atrapada de nuevo.
_ Sabes, para ser una princesa no te comportas como una, cualquier princesa en tu situación se habría quedado quieta esperando a que la defendiera.
_ Bueno pues lamentó no ser la típica princesa que tu esperabas y el esperar a ser protegida por otros no me ha funcionado muy bien que digamos, así que esta vez prefiero luchar hasta mi último aliento.
Al final Daniel dio un suspiro y se resignó ante las réplicas de Katherine y le dijo.
_ Eso me parece muy bien, porque si quieres sobrevivir a este mundo tendrás que aprender a defenderte solá, pero no pongas en riesgo tu vida innecesariamente, siempre puedes encontrar otra solución si lo piensas con cuidado.
Katherine asintió con la cabeza ante lo que Daniel le decía y le contestó.
_ Yo no pienso volver hacer una damisela en apuros, de ahora en adelante quiero forjar mi propio camino y haré lo que sea para poder sobrevivir, esta vez no pienso esperar a que la muerte venga a buscarme.
_ Haré todo lo posible para ayudarte, así que no vuelvas a ponerte en peligro.
Ese día cabalgaron durante todo el día, solo pararon un rato para darle de beber agua al caballo y para comer unas manzanas que llevaban y algo de carne seca.
Katherine no sabía dónde pasarían la noche ya que los estaban buscando, ella dudaba que pudieran quedarse en algún pueblo cercano, así que le preguntó a Daniel.
_ ¿Dónde pasaremos la noche?
_ No podemos entrar en ninguna aldea ya que no es seguro, lo mejor será que nos quedemos en los caminos, será más seguro para nosotros
_ ¡Nos quedaremos toda la noche a la intemperie!
_ Cerca de aquí hay una cueva, nos quedaremos ahí esta noche, nos podrá proteger del frío.
Cuando llegaron al pie de una montaña donde había una serie de cuevas, Daniel los condujo a una que parecía más grande que las demás, no era muy profunda pero serviría para protegerse del frío así que se bajaron del caballo y empezaron a montar el campamento.
_ Ve a buscar un poco de leña, yo intentaré encontrar algo para cenar aunque no estoy muy seguro de que encuentre algo.
_ ¿No te preocupa que puedan encontrarnos si encendemos una fogata?
_ La verdad, no creo que alguien se tan tonto como para venir por aquí durante la noche, hay muchos pantanos y sería un suicidio internarse en este bosque de noche, así que no te alejes mucho si no quieres morir.
_ Pues a mi el camino no me pareció tan peligroso cuando veníamos
_ Eso es porque yo sé por donde se debe ir
_ ¿Y cómo estás tan seguro que ellos no sabrán por dónde deben ir?
_ Deberías dejar de preocuparte tanto, si nos encuentran simplemente les mataré, aunque dudes de mis habilidades, yo puedo encargarme de ellos sin ningún problema, ahora deja de parlotear y ve a buscar leña antes que se haga de noche.
_ Sabes dudo que la leña mojada pueda encender
_ De eso me encargare yo, así que ve a buscar leña si no es mucha molestia su majestad.
_ Ha...
Katherine se fue a buscar leña un tanto molesta por las palabras de Daniel, él la trataba como una tonta y odiaba eso, quizá ella se estaba preocupando de más; después de encontrar un poco de leña la llevó a la cueva y la puso en el suelo, la leña estaba mojada y ella dudaba que pudiera encender pero Daniel había dicho que él se encargaría de eso, así que ella no dijo nada más y se sentó en el suelo a esperar a que él regresará, cuando volvió a la cueva ya era prácticamente de noche y no traía nada en las manos así que supuso que no había encontrado nada.
_ ¿No has podido encontrar nada?
_ No, al parecer cenaremos sopa de patatas otra vez.
_ Sin duda será mejor que la comida del calabozo.
_ Me alegro que no tengas problemas con la comida
_ He traído la leña, aún qué dudo que puedas hacer que encienda.
Daniel empezó a hacer una una fogata con la leña que había traído y derramó el líquido de una botellita que sacó de una de las bolsas que traía y usando dos piedras empezó a hacer chispas sobre la leña, a medida que las chispas iban cayendo empezó a salir humos de la leña y terminó encendiendo como si estuviera seca, sin duda alguna Daniel siempre se las ingeniaba para sorprenderla.
_ ¿Qué es ese líquido que has derramado sobre la leña?
_ Es un aceite que conseguí de un mercader de Bratis, es sumamente inflamable y solo necesitas unas cuantas chispas para que encienda no importa si la leña está mojada.
_ Me gustaría algún día ir a ese lugar
_ Estás de suerte, Bratis nos queda de pasada, estoy seguro de que te encantará cuando lo veas.
Esa noche cenaron estofado de patatas que había preparado Daniel y calentaron un trozo de pan acercándolo a las llamas de la fogata.
_ Deberíamos dormirnos pronto.
Le dijo Daniel.
_ Mañana nos iremos cuando salga el sol, he traído sólo una manta así que nos tocará compartirla.
_ A mi no me hace falta, con la fogata tengo suficiente puedes usarla tu.
_ ¡En serio!, No me digas que te incomoda compartir la manta conmigo, no te preocupes yo no muerdo, bueno a menos que tu me lo pidas.
Daniel levantó una de sus cejas y le dio una sonrisa como la de un niño travieso, al escuchar eso la cara de Katherine se puso roja como un tomate.
Ella no estaba acostumbrada a los coqueteos de los hombres, ya que cuando vivía en el palacio tenía poco de haber hecho su debut en la sociedad y solo había asistido a fiestas de té con aburridas señoras y aún baile en él cual solo había bailado con su hermano y su padre, así que ella no tenía mucha experiencia con chicos.
"Por no decir que no tenía ninguna".
Daniel parecía estar acostumbrado a hacerlo, lo cual no le pareció extraño ya que él era muy atractivo.
Él se río y le dijo.
_ Ja ja ja.. Te has puesto roja, no me digas que estás pensando en hacer otras cosas además de dormir, lamento decepcionarte pero no es muy buena idea hacer nada hoy o me temo que mañana no te podrás levantar
_ Eres un idiota ...
Le gritó Katherine enfadada, ella se enrollo en su capa y se tumbó en el suelo dándole la espalda.
Katherine pensó, "es un idiota acaso piensa que todas las mujeres se mueren por dormir con él" .
_ No tienes porque enfadarte de esa manera era solo una broma, simplemente me pareció adorable el ver como te sonrojaste.
_ Pues yo no le veo la gracia por ninguna parte
_ Bueno es solo que me divierte ver lo inocente que eres.
Daniel le pasó la manta y le dijo.
_ Ten, te puedes quedar la manta, yo haré guardia y me encargaré de que el fuego no se apague.
_ ¿Acaso no piensas dormir?
_ Alguien se tiene que quedar vigilando no nos podemos confiar, aún no estamos lo suficientemente lejos como para poder dormir plácidamente.
_ Entonces yo haré la segunda guardia, despiértame para que tú también puedas descansar.
_ Si eso te parece bien, te tomaré la palabra ya que mañana nos espera un día difícil.
Katherine tomó la manta que Daniel le estaba dando y se acomodó en el suelo poniendo su brazo como almohada, no tardó en quedarse dormida. Daniel la despertó después de unas horas para cambiar de turno y se acostó a dormir.
El rostro de Daniel se veía increíblemente hermoso bañado por la llamas oscilantes de la fogata y Katherine empezó a imaginarse cómo sería si él la besara.
Al darse cuenta en lo que estaba pensando sacudió su cabeza para que esos pensamientos abandonaran su mente, cuando empezó a amanecer ella despertó a Daniel y continuaron con su viaje.