Cuando los guardias lo llevaron a empujones a ese frío calabozo, le había sorprendido mucho al ver aquella pequeña chica, acostada boca abajo por las heridas que tenía en su espalda, al verla en el estado en el que se encontraba él quiso ayudarla.
Ella era alguien realmente fuerte por haber aguantado todo el camino hasta su escondite sin desmayarse a medio camino, él jamás se habría imaginado que terminaría salvando a una chica mientras cumplía con su misión.
Al parecer alguien le había informado al rey que pensaba matarle porque cuando entro en la habitación del rey, un minutos más tarde los guardias lo habían rodeado por completo, al verse en aquella situación se dio por vencido y dejó que lo atrapará, ya que el escapar de un calabozo era más fácil que escapar de la guardia del rey por suerte los guardias no lo habían registrado a fondo y no encontraron lo que él había robado.
Él le había dicho a Katherine que le ayudaría a obtener el poder que necesitaba para vengarse de aquellos que habían destruido todo lo que ella amaba, pero aún no estaba muy seguro de cómo lo haría, ya que cuando regresará a su aldea la matriarca quien era la que gobernaba aquel lugar no estaría muy feliz de que la llevara con él, pero eso era algo en lo pensaría en otro momento.
Daniel al tocarla para ver cómo se encontraba se dio cuenta que estaba fría como el hielo, la tapó con varias mantas y encendió la chimenea que había ahí, para así mantenerla caliente.
La casa era pequeña solo contaba con una chimenea, una mesa y una cama, como no había mucho espacio no tardó en calentarse todo el lugar.
Daniel había encontrado aquella cabaña cuando buscaba un sitio seguro para esconderse después de que logrará su cometido y había encontrado aquella pequeña casa escondida en el bosque la cual debía de haber sido de algún leñador que la había abandonado por aquel crudo invierno.
Él había preparado unas cuantas cosas para estar escondido durante un tiempo hasta que las cosas se calmarán, tenía queso, pan, carne seca, patatas , cebollas, zanahorias y unas cuantas manzanas para estar un tiempo sin preocuparse por tener que salir a buscar comida.
Empezó a preparar una sopa con unas cuantas patatas, cebollas y zanahorias usando una pequeña olla y poniéndola en el fuego de la chimenea, revisó que Katherine no tuviera fiebre y por suerte parecía que su condición no había empeorado.
Ella era pequeña tenía el cabello castaño oscuro largo el cual estaba hecho una maraña debido al tiempo que había estado encerrada en el calabozo y su cara estaba sucia así que él tomó un trapo húmedo para limpiarla y al ver su rostro limpio se dio cuenta de que ella era muy hermosa a pesar de que se veía un poco demacrada, su cara dormida se veía hermosa como la de un hada, después de quedarse mirando cómo dormía durante un rato el cansancio empezó a pasarle factura, cuando la sopa estuvo lista la retiró del fuego comió un poco y luego se sentó en el suelo a la par de la cama donde dormía Katherine y se quedó dormido.
***
Katherine no sabía cuánto tiempo había estado dormida, pero el dolor en su espalda se había vuelto insoportable y la había despertado.
Cuando ella intentó levantarse unas manos grandes y fuertes la ayudaron a incorporarse, pudo ver a través de una pequeña ventana que ya era de noche, había estado durmiendo durante todo el día y aun así se sentía cansada.
Katherine estaba tan sumida en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que Daniel le estaba hablando.
_ Katherine ¿te encuentras bien?, volvió a preguntar.
_ Me siento fatal.
Contestó.
_ La espalda me duele y siento que todo me da vueltas
Era natural que ella se sintiera de esa manera ya que el tónico que le había dado ya había dejado de hacer efecto.
_ He preparado algo de sopa come un poco, así te sentirás mejor
_ Pueda que tengas razón, ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que comí algo.
Katherine en realidad no tenía hambre, pero se forzó a comer un poco de sopa.
Cuándo terminó de comer, Daniel le dio unos pantalones y una camisa para que se los pusiera ya que su ropa estaba destrozada y sucia porque no se los había cambiado desde que la habían encerrado en el calabozo.
Él le había preparado un cubo con agua que había calentado en en la chimenea y había improvisado un baño con unas matas para que se lavara y se cambiara sin que él la viera, ella se lavó lo mejor que pudo y se puso la ropa que le había dado la cual le queda grande pero era mejor que el vestido destrozado que estaba en el suelo.
Daniel cambió las vendas que ella llevaba, limpió las heridas y volvió a aplicar la misma pomada que le había aplicado la noche anterior, le dio un té que había preparado, el cual sabía realmente mal pero después de un rato empezó a sentirse mejor.
_ ¿Cuánto tiempo he estado dormida?, Preguntó.
_ Todo el día.
_ ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?
_ Estaremos aquí hasta que tus heridas estén un poco mejor, luego marcharemos al sur de Alvería será un viaje largo y cansado por eso esperaremos a que te encuentres mejor
_ ¿Qué es lo hay al sur de Alvería?
_ Un mejor clima y también está la aldea de la que provengo, necesito informar al jefe de la aldea que he fracasado en mi misión.
Bueno Daniel le había dicho eso porque no quería decirle que tenía que llevar lo que le habían mandado a buscar.
Después de terminar de las heridas de Katherine Daniel empezó a afilar varios cuchillos de distintos tamaños, Katherine se quedó viéndolo un rato y luego empezó a sentir los ojos pesados, así que se volvió a recostar, no tardó mucho en volver a quedarse dormida.
Al día siguiente cuando Katherine se despertó; Daniel ya se había despertado, estaba calentando la sopa que había quedado de la noche anterior. El sol entraba en la pequeña casa y pudo distinguir bien las facciones de Daniel.
Él era alto, fornido tenía piel blanca, cabello negro como una noche sin luna, y unos ojos grises que te atrapaban al verte, sin duda alguna era el tipo de hombre con él que soñaba toda joven, al darse cuenta de que se había despertado y que se le había quedado viendo como una boba él empezó a reírse se de ella.
_ Jajaja, ¿por qué te me quedas viendo de esa manera?, ¿Acaso te has enamorado de mi?
Katherine apartó su mirada y respondió.
_ Es simplemente que me sorprendí al verte, ya que cuando estábamos en el calabozo estaba muy oscuro y no podía ver bien y ayer desperté cuando ya era de noche y tampoco había mucha luz para distinguir tus rasgos, nunca había visto nadie que se parezca a ti, tienes un color de ojos poco común.
_ Bueno de donde yo vengo casi todos tienen los ojos grises, en mi aldea es algo muy común, podrás verlo cuando lleguemos allí, ¿Cómo te sientes?
_ Aun me duelen las heridas, pero el dolor ahora es más llevadero
Eso era verdad, el dolor había menguado considerablemente y era un poco más llevadero.
_ Me alegro de que tu recuperación vaya más rápido de lo que imaginaba.
_ Dime ¿cómo es tu aldea?, yo nunca había salido del palacio hasta el día que me llevaron a Falowen, mi hermano y mi padre eran los que viajaban, a mi nunca me dejaron ir con ellos porque decían que los caminos eran peligrosos.
Daniel al escuchar a Katherine mencionar la palabra palacio le preguntó.
_ Katherine, ¿Quién eres exactamente?
Cómo él había sido su salvador Katherine pensó que no había problema en decirle quién era.
_ Soy Katherine Henderson Waltbal, princesa del reino de Algratown.
Daniel se quedó un poco sorprendido al enterarse de que la joven que había salvado era una princesa y le preguntó.
_ ¿Cómo terminaste en ese calabozo?
Katherine le contó cómo su familia había sido traicionada por su tío y al terminar Daniel le dijo.
_ Vaya, jamás me imaginé que tuvieras una historia tan desgarradora.
_ Supongo que es porque ahora no parezco una princesa, pero dejemos de hablar de mi, sigue contandome más cosas sobre tu aldea.
_ Mi aldea muy distinta de las demás, ahí las mujeres y hombres son entrenados desde pequeños para ser grandes guerreros y solo salimos de la aldea cuando hacemos trabajos que nos son asignados según nuestras habilidades y después de terminar nuestros trabajos regresamos a la aldea donde somos instruidos, entre más grandes son la habilidades que se posee más grande es el trabajo que nos es asignado
_ Tu aldea parece ser muy interesante, nunca había escuchado hablar de un lugar así.
_ De ahora en adelante podrás conocer muchos lugares y personas diferentes, tú puedes hacer lo que quieras, ya nadie te puede prohibir nada.
Aunque eso era verdad, Katherine hubiera preferido seguir siendo una princesa ignorante y tener a su familia.
Después de desayunar Daniel volvió a cambiar sus vendas y salieron a buscar agua a un pozo que había cerca de la casa, recogieron leña para la chimenea luego daniel se fue a un pueblo cercano para ver si se enteraba de alguna noticia sobre su intento fallido de asesinato.
Daniel regresó cuando ya había empezado a ponerse el sol.
_ Al parecer nos están buscando, lo mejor será que no salgamos fuera.
Daniel le entregó un paquete y le dijo.
_ Compré algo de ropa para tí, no sabía tu talla pero creo que te irá bien.
Katherine abrió el paquete en el cual habían pantalones, una túnica de color azul, unas botas y una capa negra.
_ Muchas gracias.
Daniel había comprado pan fresco y queso y fue lo que cenaron esa noche.
_ Lo mejor será que marchemos mañana por la mañana o corremos el riesgo de que nos encuentren, ¿Crees que puedes hacer el viaje?
_ Si, creo que podre hacer el viaje, me encuentro mucho mejor, no tienes que preocuparte tanto por mi, no soy tan débil como parezco
En eso tenía razón, ella no era tan débil como parecía, cualquier otra chica en su lugar no habría aguantado todo por lo que ella había pasado.
_ Lo mejor será que nos vayamos a dormir, mañana nos espera un día muy largo.