Capítulo 8 Vida empieza una nueva vida

Mario estuvo muy ocupado en este tiempo con las tareas de la casa de don Ramon, pasar tiempo con Vida y en construir su propia casa.

La casa finalmente estaba terminada, el dormitorio estaba construido de la siguiente forma, pilares y vigas de madera de puntero, el techo de Palma y las paredes de toneles de metal cortado, para hacer láminas gruesas y resistentes. La casa no tenía piso, pero si había nivelado bien el terreno.

La cocina de igual forma la hizo con madera y techo de Palma, pero las paredes las hizo con, varas de madera delgadas, amarradas una junto a las otras, hasta dejar cercada la cocina de forma muy pintoresca, como se ven en las aldeas.

Mario organizó un tapezco dentro de la cocina, para poner los platos y ollas. También construyó un lugar para el fogón. Así mismo hizo una cama con tablas de madera en el dormitorio.

Todo listo para, vivir la pareja, aunque por el momento solo viviría Mario allí. La casa era muy sencilla pero echa con mucho esmero, dedicación y esperanzas de una buena vida allí.

Vida y Mario se veían muy a menudo para pasar tiempo juntos y hacer planes, nadie los molestaba porque tenían permiso de don Ramon.

Une día de estos en los que estaban muy cariñosos, Mario le propuso que porque no se venía ya a vivir junto con el, cambiarse a la casa de Mario no sería un cambio tan drástico porque, la casa de Mario solo estaba a unos 70 metros de distancia de la casa de los Orellana.

Vida lo pensó por un momento, y le dijo que estaba bien, pero que tenían que comunicárselo a sus padres. Romperían con el protocolo de hacer la pedida formal para matrimonio, con los papás de Mario incluidos, pero también el padre de Mario ya había muerto y podría llevar a un pedidor respetable de la aldea. Pero como digo, el protocolo se rompía, al pedir el permiso solo para vivir juntos sin boda.

Mario y Vida fueron a hablar con don Ramon y doña Lupe, y les dijeron que querían vivir juntos. Don Ramon no estaba de acuerdo, pero dadas las circunstancias que Vida ya tenía un hijo, y que conocía bien a Mario les dio su aprobación.

Por la tarde de ese mismo día vida llevó sus pocas cosas a su nueva casa. Doña Lupe le escogió unas cosas de su propia cocina para que Vida usara. Vasos, platos, ollas y cubiertos. Don Ramon también le regaló unas aves de corral y un cerdito, para que ellos también tuvieran su propia crianza de animales.

Cabe destacar que en aquellos tiempos las familias del campo acostumbraban tener animales de patio para contar con alimentación de proteínicos , así mismo la manteca de los cerdos servía para hacer frituras y fabricar jabón. Cuenta mamá Vida que en su casa mataban un cerdo cada 15 días para tener carne y la manteca. También sembraban plátano, yuca y árboles frutales.

Las familias debían estar preparadas con toda clase de alimentos cosechados o criados naturalmente. No había supermercados ni facilidades para proveer despensa.

La familia Orellana, resintió mucho la partida de Vida, porque ella movía mucho el que hacer de aquella casa. Los hermanos porque era ella quien los atendía, las hermanas porque ahora serían ellas las que debían tomar las tareas que Vida hacia, don Ramon era bien atendido por Vida y por ultimo doña Lupe descansaba mucho su responsabilidad de ama de casa en ella .

Doña Tere también colaboró con la nueva familia, y les dio algunas cosas de su tienda, como: sal, especies y azúcar,

aunque el azúcar poco se usaba, porque endulzaban con miel de abejas.

Vida en sus ratos libres regresaba a casa, para atender a su papá, pero sus hermanas siempre la acusaban de ser chaquetera o barbera, que es la forma como decir que quería quedar bien con el para ganarse su cariño.

Así fue la unión de Mario y Vida, una familia muy sencilla y pobre, pero se podría decir que aquí no había un interés ambicioso, si no un amor puro y sincero. Un amor que duro por muchas décadas.