Capítulo 7 No puede venir a este mundo

Tyrone le lanzó una mirada gélida a Evelyn y luego se volvió para mirar a la otra mujer. "Ustedes dos tienen demasiado tiempo libre. Siendo directoras, ¿discuten a la vista del personal? ¿Es ese el ejemplo que dan? ¿Qué creen que es esta empresa?".

Los empleados desviaron la mirada, ya que no podían evitar observarlas furtivamente.

Manteniéndose firme, Evelyn declaró con toda seguridad. "Yo solo estaba cumpliendo con mis deberes cuando Sabrina irrumpió en mi oficina y provocó un escándalo. ¡Incluso me golpeó sin que yo la provocara! ¿Cómo es posible que una persona así se merezca ser la directora de la marca?".

Tyrone se volvió hacia Sabrina. "Discúlpate", ordenó.

Ella respiró hondo y apretó los puños. "Una vez que Evelyn me ofrezca una disculpa, ¡estaré encantada de corresponderle!".

Aunque reconocía que había sido un error abofetear a alguien en un entorno profesional, no se arrepentía de nada.

Sabrina estaba dispuesta a afrontar las consecuencias, pero solo si Evelyn admitía su culpa primero.

Fingiendo sentirse ofendida, esta última se volvió hacia Tyrone. "Señor Blakely, no veo qué error cometí".

Antes de que Sabrina pudiera protestar, él repitió con firmeza: "¡Discúlpate!".

Su voz resonó en todo el lugar.

Sabrina miró con incredulidad su rostro frío. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero en ningún momento las derramó.

Tyrone ni siquiera se había molestado en escuchar su versión de la historia.

"Discúlpate", reiteró, moviendo ligeramente su nuez. "No pienso repetirlo".

Sabrina clavó sus uñas en sus palmas mientras luchaba por reprimir sus temblores. De mala gana, miró a Evelyn y susurró: "Lo siento".

Ella esbozó una sonrisa complaciente. "Acepto tus disculpas, pero espero que no vuelva a suceder".

"¿Ahora podrías aclararme por qué cambiaste a nuestra embajadora?", preguntó Sabrina en un tono helado.

Evelyn le echó un vistazo a Tyrone. "El señor Blakely solicitó el cambio".

Sabrina lo miró con sorpresa.

Y él no lo negó. En cambio, giró sobre sus talones y caminó hacia la oficina del director ejecutivo. "Sabrina, acompáñame a mi oficina".

La chica exhaló bruscamente, le lanzó una mirada gélida a Evelyn y lo siguió.

Una vez que llegaron a su destino, ella preguntó: "¿A qué se debe el reemplazo de Darlene?".

Tyrone se sentó en su silla y la observó inexpresivamente, pero no ofreció respuesta. En cambio, redirigió la conversación: "¿Has revisado el contrato del divorcio?".

Sabrina estaba desconcertada, pero logró recomponerse. "He estado tan ocupada últimamente que no he tenido tiempo para revisarlo. Pero ahora que lo sugieres, lo haré esta noche".

Tyrone hizo una pausa y respondió en voz baja: "Bien".

Sabrina no pudo evitar enfurecerse. "Si... Quiero decir, si... Si tuviéramos un hijo ahora, ¿seguirías presionando para que nos divorciemos?".

"Eso es imposible", contestó Tyrone. "Además, incluso si ahora estuvieras embarazada, no permitiría que ese niño viniera al mundo".

"Sí... Entiendo". Sabrina asintió mientras respiraba hondo. Anhelaba salir de esa habitación lo más rápido posible. "Pero, señor Blakely, ¿no habías aprobado el plan? ¿Qué instigó el reemplazo de Darlene?".

Era poco común que el director ejecutivo del Grupo Blakely interviniera en asuntos tan irrelevantes.

"Tenía mis razones".

"Desde la creación de MQ Moda, yo he estado supervisando sus operaciones y tú nunca habías interferido", afirmó Sabrina, sin inmutarse. "Tendrías que haber discutido conmigo el reemplazo de Darlene".

Si él deseaba una nueva embajadora, solo tenía que decírselo. Pero ahora ella y su equipo tenían que apaciguar a Darlene y su agente, además de revisar el plan y diseñar estrategias para nuevos anuncios. En consecuencia, debía reajustar la dirección y el plan promocional de la marca.

Tyrone se reclinó en su silla y cruzó las piernas. "Nuestra nueva embajadora será Galilea".

Sabrina sintió su mente zumbar hasta que todo lo demás quedó en blanco. Después de lo que pareció una eternidad, encontró su voz para hablar: "¿Galilea Clifford?".

"Sí". Tyrone asintió golpeando la mesa con un dedo a un ritmo pausado. "Galilea está iniciando su carrera dentro del país, así que esta sería una excelente oportunidad".

Sabrina respiró hondo, pero aun así sintió el aire en sus pulmones como una cuchilla afilada.