Capítulo 7 Feria

A la mañana siguiente, el cuarto de baño estaba cubierto por el vapor de la ducha. Se escuchaban las grandes gotas de espuma caer al suelo, el agua de la regadera se deslizaba por cada parte del cabello y cuerpo de Lenay llevándose consigo todo el jabón. El agua dejó de salir con el giro de la llave de gris brillantes, Len tomó la bata de baño en color negro y luego de ponérsela se dirigió al espejo; después de quitar lo empañado del espejo, ella comenzó a peinar su cabello.

El peine se deslizaba con suavidad, estirando cada fragmento de cabello y mientras esto pasaba, Len no podía evitar pensar en las palabras de Ana. Utilizar sus últimos momentos para hacer una apuesta sobre un mesero que estaba siendo investigado por meterse en una reunión de adultos, fue algo muy atrevido, pero también es algo curioso.

-¿Qué fue lo que encontró, para hacer tal suposición? –se preguntó Len con la mirada baja, unos segundos pasaron con esta pregunta en su mente, después ella levantó la mirada al espejo frente a ella y acomodó su cabello mientras tenía una sonrisa suave en sus labios- no debería darle vueltas a las palabras de un muerto, pero sí llevaré la apuesta hasta el final. Solo porque suena interesante.

Len terminó su rutina de la mañana y se dirigió al auto que, como cada mañana, ya la esperaba al frente de la casa.

-¿Cómo está, señorita Len? –cuestionó el chofer-

-Para ser sincera, hoy no tengo muchas ganas de nada –dijo Len recostándose en su asiento con los ojos cerrados, de esta manera evitaba el contacto directo con los rayos del sol que se deslizaban sutilmente por su rostro-

-¿Por qué lo hizo de ese modo? –cuestionó el chofer-

-Porque me traicionó –contestó Len- ¿acaso no es obvio?

-Pero pudo enviar a alguien más para encargarse ¿por qué tuvo que hacerlo usted? –el chofer pensó un momento- creo que esperaba, que su vida acabara junto con la de Mick.

-Los ojos de Len se llenaron de lágrimas que rápidamente empaparon su rostro, llevó sus manos a su rostro y se dejó llevar por la gran tristeza que sentía-

-El chofer buscó en el interior de su chaqueta y le tendió un pañuelo de tela a Len- Señorita...tal vez no debería asistir hoy a la universidad, podría tomarse el día y...

-No. –interrumpió Len- Mick trabajó conmigo por muchos años y me acompaño en muchos momentos importantes, me encariñe demasiado con él. Desde que tomé el control de la organización, todos han tenido los ojos puestos sobre mí y han estado buscando una debilidad, por eso no podía ignorar más su traición; hacerlo con mis propias manos y hacerlo de frente, me hizo ver como...como una insensible despiadada –una sonrisa débil se formó en sus labios- así es como me tienen que ver, todo el tiempo. Si faltara a la universidad, creerían que tengo un ligero peso en el pecho y no puedo dejar que eso pase.

-Chofer dio una mirada a Len por el retrovisor-

-Len intentó sonreír- no me des esa mirada de lástima. Todas las coronas tienen un peso, este es el peso de la mía y yo sabía que sería así.

-Saber el peso de la corona, no ayuda al corazón a soportarlo –dijo el chofer- ¿Cuánto más lejos va a llevar esto? ¿hasta que el corazón no lo soporte?

-Len levantó los hombros- lo llevaré, tan lejos como tenga que llevarlo –respiró profundo calmando sus lágrimas- y si eso me cuesta un corazón, creo que ya es momento de que el corazón sea mío, y no de alguien más ¿no crees? –terminó de secar su rostro con el pañuelo- abre el reposabrazos, necesito corregir mi maquillaje –ordenó-

El chofer oprimió un botón en el panel de control ubicado justo a un lado del timón, y el reposabrazos de lado izquierdo de Len, se abrió dejando ver varias cosas de uso personal. Ella tomó la pequeña maleta con maquillaje para emergencias, y utilizando un espejo mediano que se podía desplegar desde un costado del reposabrazos, comenzó a retocar su maquillaje.

-Necesito que reserves cuatro boletos para la feria, que sean para este fin de semana –ordenó Len mientras utilizaba la yema del dedo para esparcir el color en sus labios-

-El chofer detuvo el auto-

-Oh, llegamos –Len dejó todo en su lugar, cerró el reposabrazos y acomodó los lentes oscuros en sus orejas- ¿escuchaste todo lo que dije?

-El chofer se giró a Len- sí, señorita. Usted ¿escuchó todo lo que dije?

Aunque los lentes oscuros evitaban que el chofer observara los ojos de Len, él sabía que ella estaba respondiendo a su contacto visual y probablemente, sus ojos se habían cristalizado nuevamente.

-Len se limitó a asentir lentamente, porque no podía asegurar que, si hablaba su voz no se quebraría-

Len salió del auto en completo silencio, hizo la misma caminata por el pasillo a su salón. Dejó sus cosas en su lugar y dio media vuelta para luego desaparecer de la clase. Las horas pasaron, al igual que las materias, pero ella no estuvo en clase. Después, llegó el momento del receso, Lucas curioso por la situación, guardó la esperanza de encontrarse a Len en la cafetería, pero no pasó. La mesa de Len, estaba vacía.

-Lucas, por aquí –llamó Lilith-

-Lucas pasó su vista, de la mesa de Len al lugar de la voz. Una mesa ubicada metros atrás de la de Len- hey –dijo al acercarse y sentarse- ¿qué es lo que pasa?

-Cerraron la azotea –dijo Betty-

-Y Len no recibió las materias en clase –dijo Lilith-

-Que fastidio –comentó Betty- agradezco que la chica dorada siga de viaje.

-En realidad, si ella estuviera aquí... –agregó Lilith- la azotea no podría cerrarse.

-Tienes razón –asintió Betty-

-Lucas había tratado de entender la conversación, pero no logró evitar las lagunas- entonces...dicen que Len está en... ¿la azotea? –trató de deducir- como, recibiendo las materias ¿en la azotea?

-Creo que hablamos muy rápido –comentó Lilith-

-Tienes razón –respondió Betty-

-Pero no estás equivocado, Lucas. –sonrió Lilith- Se podría decir que Len está tomando clases en la azotea, no sé cómo lo hace, pero...ella tiene momentos en los que se va a ese lugar y se queda allá todo el tiempo y cuando regresa con nosotros, ella siempre está al día. Sus apuntes siempre son mejores, como si nunca se perdiera una clase.

-¿Y por qué es un fastidio? –cuestionó Lucas a Betty-

-Con la deidad de la universidad, técnicamente, en el techo de la universidad –dijo Betty- el resto de estudiantes aprovechan para volverse deidades, tratan de lucirse y lamen las botas de los profesores y se vuelven un fastidio.

-Es como una competencia para sustituir a Len, mientras Len no está. –dijo Lilith- Es muy aburrido.

-Lucas asintió- ¿cuánto tiempo dura esto? Digo, lo de la azotea.

Ambas chicas levantaron los hombros.

-No hay un tiempo exacto. –dijo Betty-

-Lilith pensó unos segundos y luego hablo- supongo que, si insistes en calcularlo, podrías decir que es algo que puede durar...desde cuatro días a tres semanas. Pero es un cálculo bastante abierto, porque es algo muy variable.

-Incluso, puede que solo sea por hoy –dijo Betty-

-Entiendo... –dijo Lucas mientras su mente procesaba la información-

Los días siguientes Lucas entendió a lo que Betty se refería con "fastidio". Era una gran cantidad de estudiantes, los que se habían dispuesto a darse a conocer; había caminatas lujosas en los pasillos, la cafetería parecía un show de talentos e incluso los profesores parecían estar pasando malos momentos. Todos estaban siendo más ruidosos que de costumbre y la molestia que eso causaba, demostraba lo fácil que era acostumbrarse a Len y el ambiente que su presencia creaba.

-¿No deberíamos ir a la cafetería? –cuestionó Lilith-

-Si vuelvo a escuchar a Terry y a sus malos chistes, de verdad me explotará la cabeza –dijo Betty con cansancio-

-No me gusta el ruido –dijo Lucas con los ojos cerrados-

-Pero, no podemos quedarnos aquí todo el receso –Lilith se abrazó- el clima está muy frío.

-Betty y Lucas simplemente se quedaron en silencio-

-Por favor, –dijo Lilith- no quiero ir sola. Solo veamos qué tan ruidoso está todo y si no lo soportan, regresamos ¿sí?

-Betty observó a Lucas, quien seguía recostado hacia atrás en la banca con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre el pecho-

-Lucas sintió la mirada, dejó salir aire y asintió- está bien.

Los chicos iniciaron su camino al interior de la universidad, desde que dieron un giro a la derecha para dirigirse a la cafetería se percataron de la diferencia en el ambiente. No había tanto ruido como los días anteriores, había un par de caras largas que transmitían gran frustración.

-Creen que ¿ya se abrió la azotea? –cuestionó Lilith observando a las pocas personas a su alrededor-

-Hay que ver –dijo Betty acelerando el paso-

Al entrar en la cafetería, notaron nuevamente el ambiente que habían extrañado desde que cerraron la azotea. Pasaron la mirada por toda la cafetería y se toparon con varias personas observando de forma disimulada, a Len, quien estaba sentada en la mesa de siempre, comiendo. Rápidamente los chicos caminaron a la mesa y se sentaron.

-El sonido de las personas acercarse a paso rápido. Sacó a Len de sus pensamientos y la hizo levantar la mirada- chicos –sonrió suavemente-

-¿Ya volviste? –cuestionó Lilith-

-Len se removió un poco en su asiento- de hecho, solo vine para entregarles esto –mostró las entradas de la feria- están reservadas para mañana a las seis, elegí esa hora, porque muchas personas habían dicho que la mejor parte era en la noche ¿está bien?

-Sí claro. Está muy bien, gracias –sonrió Betty un poco sorprendida-

-¿Cuánto tenemos que darte...por las entradas? –cuestionó Lilith-

-No hay problema, solo tómenlas –Len extendió los rectángulos de cartón las personas frente a ella- bien, los veré mañana –sonrió nuevamente y se levantó con su bandeja, para entregarla a la cafetería y luego salir del lugar-

-¿Qué debería usar? –cuestionó Lilith con emoción-

-Betty sonrió- es la feria, no puede ser un vestido de noche, eso es seguro. ¿Deberíamos planearlo? –cuestionó con un tonito de emoción-

-Sí –asintió Lilith- Lucas, te veremos luego –dijo antes de levantarse de la mesa y salir de la cafetería junto a Betty-

Lucas observó el lugar en el que Len se había sentado y mentalmente repasó cada una de sus expresiones, algo dentro de él, pensaba que Len no estaba bien. La sonrisa que había hecho no era la sonrisa que usualmente hacía y si estaba relacionado o no con la azotea, él quería averiguarlo.

...

El momento de ir a la feria llegó. Lenay había decidido usar un atuendo de pantalón negro y una blusa de colores blanco y verde; utilizó una pulsera blanca con anillos a juego y una pequeña bolsa cruzada para objetos como su celular. Subió al auto que ya la estaba esperando y al llegar al lugar, logró observar a Betty y a Lucas sentados en una banca.

-Te veré luego –dijo Len al chofer mientras se acomodaba los lentes oscuros en las orejas-

-Sí, señorita Len –dijo el chofer con una pequeña sonrisa-

Len salió del auto y se dirigió a la banca en la que ambos chicos estaban sentados.

-¡Hola! –dijo haciendo un gesto con la mano, en realidad, no le desagradaba estar con estas personas-

-Hola –saludó Betty mientras sus ojos se achinaban cuanto sonrió- Lilith dice que ya está cerca, pero tendremos que esperar un poco.

-Está bien –sonrió Len-

Unos minutos después, Lilith apareció disculpándose por el retraso; los chicos decidieron no perder más tiempo y entrar al lugar, después de mostrar su entrada le pusieron un tipo de sello que mostraba su permiso para subir a las atracciones.

Al ingresar al lugar, pudieron ver varios puestos coloridos e iluminados; los olores alrededor eran dulces y salados; muchas risas invadían el lugar, además de gritos emocionados que venía desde las atracciones grandes como la montaña rusa y otras atracciones que daban tantas vueltas que mareaban incluso antes de subir. No tardó mucho tiempo en hacerse presente el asombro y emoción de Lilith, mientras ella pasaba de puesto en puesto hablando de los colores asombrosos de las cosas, Lucas se limitaba a observar a Len. Desde que vio su sonrisa en la cafetería, no había podido dejar de pensar en ella y aunque no estaba seguro de lo que pedía su atención, quería saber lo que pasaba. Muy dentro de él había un tipo de corazonada, de que algo no estaba bien y por alguna razón él quería arreglarlo.

-¡Mira! –dijo Lilith a Betty- ¡vamos a comer eso!

-Ni siquiera sabes que es –dijo Betty observando los palos de madera que tenían un color raro en su alrededor-

-No tengo que saber que es, solo tengo que saber que se come y, ¡se come! –dijo Lilith con una sonrisa de oreja a oreja-

-Betty dejó salir aire- ¿vienen? Así nos enfermamos juntos –preguntó en dirección a Len y Lucas-

-Len negó con una pequeña sonrisa- No creo que yo pueda comer algo...que se ve así.

-Betty observó a Lucas con esperanza-

-Lucas observó a Len con las manos en los bolsillos y luego a Betty, se limitó a negar-

-Que buen apoyo –dijo Betty y dio media vuelta para caminar con Lilith al puesto de la comida extraña-

Lucas se quedó observando a Len unos segundos, respiró profundo y luego se acercó a ella.

-Vamos al bingo –dijo él tratando de no parecer nervioso-

-¿Bingo? –sonrió Len- ¿sabes jugar eso?

-Lucas levantó los hombros- se ve divertido y podrás vengarte por el juego de la última vez, claro, solo si ganas. –sonrió divertido-

-Hecho –aceptó Len sin más-

Ambos se dirigieron al lugar del bingo y luego de una partida no tan larga, el grito de F2 fue lo que hizo a Len levantarse de su asiento con una gran sonrisa.

-Bingo –gritó Len con una sonrisa victoriosa-

-¡Eso es! Felicidades, señorita –celebró la persona del micrófono-

-Después de salir del juego de bingo, Len se acercó a Lucas- oficialmente, tuve mi revancha.

-Lucas dejó salir una risa mientras tenía los brazos cruzados- revancha en los globos –propuso-

-Acepto –dijo Len con una sonrisa-

A partir de ese momento, ambos comenzaron a competir en los juegos, siempre que uno ganaba el otro gritaba "Revancha" y pasaban al siguiente juego. Las horas pasaron de manera silenciosa, o por lo menos, fueron opacadas por las risas de Lucas y Len cada vez que hacían un mal tiro en los dardos o no lograban tirar el pájaro que más puntaje daba, o se salpicaban agua con las pistolas de plástico, o no lograban atrapar al pez rojo. De forma completamente inconsciente, los cuatro amigos habían disfrutado de la feria por separado, ninguno sabía el paradero del otro y no se encontraron con el otro, hasta que llegó el anochecer.

-Lo lamento –dijo Len cuando tropezó con alguien-

-Está bie... ¡Len! –sonrió Betty- no lo encontrábamos por ningún lado.

-Hola –sonrió Lilith mientras terminaba de comer lo que fuera que tenía ahora entre sus manos-

-Hola –sonrió Len- nos perdimos en la caja de Jack –dijo con diversión-

-Así que nosotros tampoco nos encontrábamos –dijo Lucas con una sonrisa brillante que resaltaba notablemente lo atractivo que era-

-¿Subieron a la montaña rusa? –cuestionó Lilith-

-No –contestó Lucas-

-Suban antes de irnos, está muy emocionante –comentó Betty-

-Lucas observó a Len- ¿vamos?

-Len se limitó a sonreír- no creo que sea el momento.

-¿Momento? –cuestionó Lucas con diversión- No existe un momento para subir a la montaña rusa, –dio una mirada a Betty y Lilith- ya volvemos.

-No creo que siga abierta –dijo Len con una risa claramente forzada-

-Claro que está abierta –Lucas tomó de la cintura a Len y la hizo caminar con él- vamos, será divertido.

-Una vez que Len quedó atrapada entre los músculos de brazo y el pecho de Lucas, no se pudo escapar- ya es muy tarde, seguro está cerrado.

-¿Segura de eso? –Lucas bajó la mirada a Len-

-Sí, segura –asintió Len varias veces-

-Lucas se detuvo en seco y paró a Len frente a él- en ese caso, tal vez deberíamos volver...

-Exacto –sonrió Len ampliamente, pero antes de que pudiera dar un paso Lucas la detuvo-

-Ya que ese no es el caso, deberíamos subir a lo que está a...-Lucas trató de calcular- unos quince pasos detrás de ti.

-Len giró sobre su eje y logro observar una estructura llena de luces que delineaban un camino, el camino se alejaba del suelo varios metros arriba y luego regresaba a él- la montaña rusa.

-Sí –dijo Lucas con una sonrisa- y parece que está abierta ¿o tu qué crees? –cuestionó sobre el hombro de Len-

-Len bajó la mirada aterrorizada, desde la parte del camino que parecía estar entre las nubes, al suelo y notó a varias personas esperando para subir al carrito- Lucas...-llamó ella volviéndose a él-

- ¿Sí? –cuestionó Lucas recuperando su postura-

-Si quieres que siga con vida, no me puedo subir a eso –dijo Len-

-Lucas la observó un momento y luego soltó una carcajada- yo creo que no tendrás vida hasta que subas a una de esas, te aseguro que la vista desde arriba es lo mejor.

-Claro y será la última vista que tenga en mi vida, antes que el carrito se deje caer y luego salga disparado fuera de la montaña rusa –Len sonrió falsamente- gracias por la oferta, en serio, pero no –nuevamente intento alejarse de la atracción, pero no lo logró-

-Está bien, escúchame –la detuvo Lucas- no subas a eso, pero al menos sube a la noria.

-Len giró sobre su eje- oh, eso...-asintió- a eso no le tengo miedo.

-¿Ya subiste a una? –cuestionó Lucas-

-Claro, cuando tenía seis –respondió Len-

-Entonces nunca subiste a una de verdad –Lucas levantó una ceja- estuviste en una de niños –dijo casi con asco-

-Para mí fue divertido, cállate –espetó Len-

-Lucas soltó una carcajada- sube a una de verdad conmigo, prometo que te gustara.

-Len meditó un momento-

-Solo esta vez –dijo Lucas con una sonrisa-

-Len lo observó un momento y luego dejó salir aire- está bien.

-¡Eso! –celebró Lucas y tomó la mano de Len para dirigirse a la Noria-

Para la suerte de ambos, había ocho personas esperando su entrada a la Noria.

-Tardará un poco, pero no nos iremos sin subir –dijo Lucas-

-Bien –contestó Len, entonces un aire frío sopló provocándole un pequeño escalofrío-

-¿Tienes frio? Te daré mi chaqueta –dijo Lucas, pero antes de lograr quitarse la prenda, Len lo detuvo-

-Estoy bien, no es necesario –contestó ella con una sonrisa-

-¡Necesito a dos personas! –llamó el sujeto en la entrada de la Noria- ¡solo dos personas!

-Aquí atrás hay una pareja –gritó alguien de la fila-

-¡Ustedes dos! –llamó el sujeto de la Noria-

Lucas y Len levantaron la mirada al mismo tiempo cuando escucharon esas palabras.

-Suban –dijo el sujeto-

-Gracias –contestó Lucas y nuevamente tomó la mano de Len para pasar entre las personas hasta la Noria-

Una vez en la entrada, el sujeto se apartó y los dejó entrar a una de las cabinas en color amarillo; cerró la puerta con el seguro correspondiente e inmediatamente se comenzaron a mover. Automáticamente Len se aferró con uñas a su asiento, Lucas lo notó y acomodó las manos a los lados de ella.

-Todo está bien –dijo Lucas-

-Len mantuvo la mirada en el suelo-

-Hey –llamó Lucas- observa mis brazos, imagina que son cinturones y si sientes peligro, puedes saltar a mí.

-Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Len al escuchar esas palabras-

-Levanta la mirada cuando yo te diga ¿está bien? –dijo Lucas-

-Len asintió-

La siguió elevando la cabina en la que Len se encontraba y ella no podía evitar pensar en lo lejos que seguramente estaba del suelo y las posibilidades de caer desde lo más alto; el viento sopló sacudiendo suavemente la cabina y las manos de Len se movieron rápidamente a los antebrazos de Lucas, su cuerpo se tensó y apretó los ojos con fuerza. La Noria volvió a moverse y finalmente, se detuvo, dejando la cabina amarilla en lo más alto.

-Es el momento –dijo Lucas- levanta la mirada.

-Len negó-

-No quiero que te pierdas de esta vista, por favor –dijo Lucas-

-La cabina nuevamente se sacudió con el viento, Len se tensó y se acercó más a Lucas, seguía manteniendo los ojos cerrados-

-Lucas observó eso con gran ternura, se acercó a ella y pasó el hombro debajo de su barbilla-

-Len se sorprendió por el gesto y no pudo evitar abrir los ojos, sentir la calidez y el aroma de Lucas, la ayudó a tranquilizarse y su cuerpo lo mostró al dejar salir un aire de alivio-

-¿Mejor? –cuestionó Lucas cuando sintió el cuerpo de Len relajarse-

-Sí –contestó Len-

-Bien, ahora observa lo que hay frente a ti ¿Qué ves? –cuestionó Lucas-

-Es la noche...hay nubes –Len se estiró un poco para tratar de ver más- si me estiro un poco, puedo ver varias estrellas.

-Muy bien, ahora observa lo que hay de tu lado –indicó Lucas-

-Len dudó unos segundos y luego retrocedió lentamente, encontrándose con la mirada de Lucas-

-Lucas sonrió- voltea.

Len respiró profundo y acercó su mano temblorosa a los lentes oscuros de su rostro para quitarlos, Lucas los tomó y los colgó en el cuello de su camisa antes de regresar el brazo al lado de Len. Ella dirigió su vista lentamente a su alrededor y de forma gradual ella se fue encantando por el paisaje y Lucas se fue encantado por ella, su expresión y la forma en la que la luz blanca de la luna llegó a sus ojos.

-¿Qué ves? –cuestionó Lucas-

-La luna, un cielo amplio y los edificios a lo lejos se ven muy pequeños y brilante...también hay más estrellas –dijo Len con una suave sonrisa-

-¿Te gusta? –preguntó Lucas-

Len asintió y sus ojos comenzaron a tornarse brillantes, la presencia de las lágrimas lo hacía brillar. Un nuevo aire frio sopló, pero ella estaba tan encantada con el panorama que simplemente se abrazó a sí misma, por el frio que sintió. Al ver esto, Lucas se quitó la chaqueta y la pasó sobre los hombros de Len.

-Gracias –dijo Len observando primero lo larga que le quedaba la chaqueta y luego observando a Lucas-

-Trata de ver hacia abajo –dijo Lucas suavemente-

-Len respiró profundo nuevamente y con menos temor, se estiró para ver hacia abajo- las luces se ve muy pequeñas desde aquí, son como estrellas de colores y también las personas se ven pequeñas –recuperó la postura y volvió la mirada al chico que la observaba con gran ternura- gracias por esto.

-Lucas acercó su pulgar a la mejilla de Len y cercó una lagrimas que se deslizaba sutilmente- estás llorando.

-¿Es así? –Len acercó sus manos a su rostro- no me di cuenta, lo lamento.

-Lucas rió- ¿te disculpas por llorar?

-Eso...eso creo –contestó ella un poco avergonzada y el aire nuevamente sopló provocándole un escalofrió-

-Lucas tomó la chaqueta y la acomodó sobre los hombros de ella para luego envolverla- está bien –dijo suavemente- puedes llorar si quieres.

-Len bajó la cabeza y sonrió- no me trates con tanta amabilidad o me aprovecharé de ella.

-Aprovéchate de mí cuanto quieras –sonrió Lucas-

-Len dejó salir aire y levantó la cabeza lentamente encontrándose con la mirada del chico frente a ella; una sonrisa suave se dibujó en sus labios y las lágrimas comenzaron a salir- yo...-antes de que pudiera decir algo más sintió los labios cálidos de Lucas sobre los suyos; como si eso fuera algún tipo de altavoz, los latidos de su corazón se volvieron audibles "bum bum, bum bum" todo su cuerpo se erizo, sus lágrimas se detuvieron, los sentimientos que la estaban invadiendo no podían describirse, era nerviosismo, emoción o sorpresa, era difícil de descifrar. Lo seguro es que había perdido su cabeza por unos segundos y tenía que regresarla a su lugar, entonces se separó.

La puerta de la cabina se abrió, el viaje había terminado y ninguno de los dos se había percatado del descenso. Len tomó sus lentes oscuros de la camisa de Lucas, se levantó rápidamente y salió de la cabina; a paso rápido se alejó de la noria, corrió un poco abriéndose paso entre la gente y finalmente llegó a la salida; se detuvo un momento para controlar su respiración agitada, dio una última mirada a sus espaldas encontrándose con las lejanas luces de la noria moviéndose lentamente, se colocó nuevamente los lentes oscuros y salió de la feria.

            
            

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