Capítulo 7 CAPITULO 7

Arreglé mi largo cabello negro, tratando de acostumbrarme a la sensación de tenerlo suelto, y luego me sequé la cara para tratar de calmar la agitación en mi interior. Estaba a punto de salir de la habitación cuando escuché voces que venían de las escaleras.

Bajé las escaleras y encontré a los hombres lobo ya en sus formas humanas. Caleb llevaba puestos unos vaqueros y una camiseta blanca, luciendo relajado y cómodo en su nueva forma. Los demás lobos también llevaban ropa similar, adaptándose a la nueva realidad de la ciudad.

Sin embargo, al fondo de la sala, había un hombre alto y musculoso, con cabello castaño que tiraba a gris, un ligero copete y una barba bien arreglada. Llevaba vaqueros y una camiseta a cuadros, pero sus ojos, de un vívido tono de miel, eran inconfundibles. Hunter. Al verlo en forma humana, mi corazón de loba se aceleró, y me enamoré aún más de él.

Hunter me miró de arriba a abajo, sus ojos recorriendo mi cuerpo. Mordió ligeramente los labios, un gesto que me dejó intrigada, sin comprender lo que significaba.

Caleb, notando mi distracción, me hizo una pregunta. Lo miré, confundida, y pregunté: "¿Qué?"

Caleb repitió la pregunta, mirándome con una sonrisa. "La transformación. ¿Dolió mucho?"

Respondí, vacilante, "Apenas sentí dolor."

Hunter, que parecía estar estudiando cada detalle de mi rostro, intervino con un tono juguetón. "No le crean. Su nariz roja la delató."

Sorprendida, llevé la mano a mi nariz e intenté disimular. "No fue nada, de verdad."

Caleb y los demás lobos comenzaron a reír, y él dijo: "No te preocupes, Fierce. Todos sufrimos mucho en nuestras primeras transformaciones, incluso Hunter."

Hunter, aun mirándome, pareció sorprendido por el comentario de Caleb. Preguntó, serio: "¿Yo?"

Caleb rio y confirmó: "Sí, lloraste como un bebé."

Hunter lanzó una mirada asesina a su amigo, que retrocedió con una sonrisa. Luego, Hunter se acercó a mí, con el rostro serio. Dijo: "Es hora de irnos a Denver. Vamos a divertirnos y disfrutar del mundo humano."

Los otros hombres lobo estuvieron de acuerdo y comenzaron a salir de la cabaña, ansiosos por la aventura que les esperaba. Yo ya estaba siguiendo al grupo hacia la puerta cuando Hunter tomó mi mano, haciendo que mi corazón se acelerara. Él me dijo, con un tono más suave de lo habitual: "Quédate cerca de mí, Fierce. Es mejor así."

Era una orden, pero también sonaba como una solicitud, como si me estuviera protegiendo, y eso hizo que mi corazón latiera aún más rápido. Con una sonrisa, asentí y lo seguí, con nuestras manos entrelazadas, mientras salíamos de la cabaña, listos para explorar Denver juntos.

Caminamos hacia la camioneta negra estacionada detrás de la cabaña, Hunter, Caleb y los otros cuatro hombres lobo. La noche estaba oscura y misteriosa, el aire impregnado con la energía de la transformación que acababa de experimentar. Caleb tomó las llaves de la camioneta y las lanzó a Hunter, quien las atrapó con destreza. El sonido metálico de las llaves resonó en el silencio de la noche.

"Es tu turno de conducir, Hunter", dijo Caleb con una sonrisa, y luego él y los otros hombres lobo subieron a la parte trasera de la camioneta, riendo y preparándose para el viaje.

Mi corazón se aceleró cuando me di cuenta de que estaba a punto de subir a un vehículo humano por primera vez. Hunter fue hasta la puerta del pasajero y la abrió para mí, con amabilidad. Extendió la mano y, con una sonrisa, dijo: "Vamos, Fierce, es hora de una nueva experiencia."

Con su ayuda, entré al vehículo con cuidado. Nunca antes había entrado en un automóvil, y todo me parecía increíblemente nuevo. Toqué el panel, maravillada con los botones y controles. Era una sensación tan diferente de correr por los bosques como una loba.

Hunter cerró la puerta a mi lado y preguntó con una mirada atenta: "¿Estás bien?"

Seguí explorando el interior del vehículo, tocando los diferentes materiales y examinando los detalles. Respondí, con una sonrisa genuina: "Todo está increíble, Hunter. Es tan diferente de lo que estoy acostumbrada."

Él sonrió encantadoramente y dijo: "Prepárate, Fierce, porque esta será la mejor noche de tu vida."

Hunter cerró la puerta del lado del conductor y se dirigió al volante. Antes de entrar, me miró y preguntó: "¿Estás lista para la mejor noche de tu vida?"

Mi emoción era evidente mientras respondía con entusiasmo: "¡Sí, estoy lista!"

Con un toque en el motor, la camioneta cobró vida. Los gritos de los chicos en la parte trasera resonaron en el aire mientras Hunter conducía el vehículo hacia la carretera que nos llevaría a Denver. Miré hacia afuera, encantada con el mundo que se desplegaba ante mí.

Los árboles y las montañas pasaban rápidamente, y las luces de los vehículos que encontrábamos en el camino parpadeaban como estrellas en una noche clara. Aquella aventura, en compañía de Hunter y los otros hombres lobo, era algo que nunca olvidaría.

Mientras avanzábamos por la carretera oscura, no podía dejar de maravillarme con todo lo que veía. Desde el bosque que quedaba atrás hasta la expansión de la ciudad de Denver, cada detalle tenía un nuevo significado para mí. Las estrellas brillaban en el cielo nocturno, y las observaba con un sentimiento de pertenencia, como si ahora formara parte de ese mundo mágico.

El viento soplaba suavemente, haciendo que mi cabello negro danzara al viento. Sonreí a Hunter, que compartía ese momento especial conmigo. Sus ojos dorados brillaban en la oscuridad, y me sentí atraída hacia él como nunca antes.

Hunter señaló hacia adelante y dijo: "Hemos llegado."

Miré en la dirección que indicaba y vi un enorme letrero de bienvenida a Denver. Miré hacia afuera, encantada con las luces de la ciudad que se acercaban.

Desde el oscuro bosque hasta la iluminada carretera y, finalmente, los primeros signos de civilización. Los edificios se alzaban como centinelas contra el cielo nocturno, y las luces de la ciudad centelleaban como estrellas en la tierra.

Todo era tan nuevo, tan diferente del bosque que conocía. Mis ojos captaron cada detalle, y me sentí agradecida por tener la oportunidad de experimentar el mundo humano, aunque fuera por un corto período.

Hunter y yo estábamos a punto de embarcarnos en una aventura, una noche que cambiaría nuestras vidas para siempre.