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Estoy en la puerta del panteón nerviosa mordiéndome el labio, esperando a mis demás compañeras de aquelarre que decidieron hacer este ritual conmigo. En realidad, no soy una bruja avanzada, empecé a incursionar en la magia negra nada más que para poder realizar este ritual. Ay algo que necesito pedirles a las fuerzas oscuras. Ya que considero que este rostro que me dio es un castigo de parte de Dios.
En estados Unidos una vez al año, se realiza un ritual que consiste en un certamen de belleza entre doce brujas para ser la novia de satanás. De nosotras 12 una va a ser elegida como la novia de satanás durante un año. A cambio satanás ofrece un deseo, lo que más una anhele.
La mayoría que participa de estos rituales piden riquezas, o fama, pero yo necesitaba algo diferente. Tengo una cara larga, nariz ganchuda, una boca fina, dientes salidos y ojos saltones más una desviación en mi ojo izquierdo, además soy muy alta midiendo un metro ochenta, y muy flaca por naturaleza, cuando era niña siempre recibía las burlas de mis compañeros por mi apariencia, me decían cara de orco, fideo, escarbadientes, perico, monstruo, cada de conejo y otros tipos de apodos humillantes, sufría mucho y eso me convirtió en una niña aislada.
Cuando empecé a salir con mis amigas a los boliches, los chicos sacaban a bailar a mis amigas y querían estar con ellas, pero a mí siempre me dejaban en la barra. Nunca se fijaban en mí, y cuando lo hacían era nada más que para burlarse.
Así fue como nunca tuve novio. A los veinticinco años entre a trabajar en una compañía en donde había a un hombre que me cautivo, era mi jefe, atlético, pero no tanto, inteligente y con una cara que parecía modelo. Lo único malo es que era casado, en todo lo demás era perfecto, siempre lo observaba de reojo sobre la computadora de mi trabajo y suspiraba en silencio viéndolo trabajar sabiendo que jamás se fijaría en mí. El ni siquiera me miraba, yo era totalmente invisible para el
Trate de hacerle amarres y todo tipo de encantamientos, caseros y pagando a los brujos más conocidos de mi zona, para que, si no se fijaba en mi por mi fealdad, al menos de esa manera pueda tenerlo, pero nada de eso funcionaba, solo gastaba mi dinero y el seguía actuando como si no existiera.
Por lo que cuando me contaron de este ritual pensé que esta sería mi oportunidad no solo para que ahora los hombres dejen de mirarme como la chica fea, y empiece a sentir por primera vez lo que es ser deseada como mujer y para que también así pueda atraer a mi vida el deseo de ese hombre que hacia tres años me gustaba tanto.
Una de mis compañeras me explico mientras esperábamos a que lleguen las brujas que faltan para entrar al cementerio que luego de este ritual se nos otorgaría un demonio que estaría con nosotras. Que vendría a nuestra casa a vivir con nosotras y se convertiría en nuestro novio hasta que acabe el año.
Me quede sorprendida, nadie me hablo de ese pequeño detalle, y obviamente dentro de mí se me revolvió algo, porque esa idea no me gustaba para nada, yo solo quería ser bella para ser deseada y ser deseada por el hombre que me gusta, pero tener como novio a un demonio eso ya era otra cosa.
Martina se llamaba la bruja más avanzada en las artes oscuras de nosotras, quien sería nuestra guía en el ritual, me explico que en este certamen de belleza en el que Satanás elegiría su novia por un año, entre las doce participantes concediéndole de todas las riquezas y todo lo que anhelen, pero que las demás seriamos asignadas a un demonio que sería nuestro novio también durante un año.
Esto la verdad es que me preocupaba mucho, si yo lo hubiera sabido desde el inicio no sé si hubiera elegido ser bella a ese costo. No sé lo que podría significar vivir con un demonio como "novio" durante un año, suena peligroso y extraño. Pero resulta que ya estaba acá, en la puerta del cementerio y no podía irme corriendo a último momento. Asique solo quedada esperar y hacer lo que había determinado hacer, y a lo mejor valga la pena arriesgarse. Total, sería solo un año y después podría volver a mi vida normal y con la belleza que tanto había anhelado
Entonces terminaron de llegar las tres mujeres que faltaban, nos quitamos la ropa dejándola en la puerta del cementerio quedándonos nada más que con una capa blanca transparente.
Cruzamos la puerta de entrada comenzando a caminar por el panteón en el camino de cemento, a mi alrededor las lapidas de piedra, algunas más chicas, otras más grandes, había circulares, algunas tenían una figura, un ángel o una copa, se trataba de un cementerio del 1800. La noche era muy fría y yo caminando tratando de soportarlo con la única capa transparente que llevaba puesto. Un búho cantaba entre los árboles, todo era tan oscuro, apenas se iluminaba el camino con las velas que habíamos traído y algún farol. Este lugar me lleno de las sensaciones más horripilantes, había una vibra extraña y a lo lejos entre la neblina de la noche se escuchaba un susurro y unas sombras entre las lapidas
Mi corazón latía deprisa mientras continuaba hasta que la bruja de mayor rango decidiera en que parte del cementerio se iniciaría el ritual. Cuando mi pie pisa un papel, lo levanto y acercándolo a la vela que llevaba conmigo lo leo: ¡Como has caído del cielo, oh estrella luciente, hijo de la mañana¡, has sido arrojado a la tierra.
Me quedo con el papel en la mano, tratado de entender a qué se refiere esa frase cuando Martina me llama la atención.
Gala, me dice, presta atención, es aquí, este es el lugar que eligió el señor (refiriéndose a Satanás)
Sacamos unas tizas y entre medio de camino y arriba de las tumbas dibujamos un pentagrama blanco, en cada punta colocamos una vela negra. Luego nos quitamos la capa blanca que nos cubre, Martina nos da un vidrio a cada una y colocadas todas en ronda sobre el pentagrama nos cortamos a la vez la mano de manera que nuestra sangre caiga arriba de la tierra.
Una ráfaga de viento que levanto tierra de cementerio nos envolvió, la tierra empezó a temblar como en el inicio de un terremoto y de entre las tumbas sombras negras salían y nos rodeaban, eran muchas, salían y pasaban entre nosotras, alrededor de nosotras, por encima de nosotras.
Poco a poco empecé a notar como mis pies iban desprendiéndose del suelo, lo cual me asusto y la mire a Martina también levitando con los ojos bien abiertos. Ella extendió sus brazos y cerró los ojos mirando al cielo mientras decía:
Es ahora chicas, satanás nos está escuchando, cierren los ojos y pidan con todo su corazón, eso que más anhelan
Eso hice a pesar del miedo de ver que mis pies estaban como a quince centímetros del suelo, extendí mis brazos y cerré mis ojos pidiendo con toda mi alma que quería ser bella, que quería seré deseada y ser deseaba por muchos hombres. Que lo anhelaba que anhelaba ser bella.
En ese momento sentí como una fuerza entraba en mí y me hacía temblar como si tuviera electricidad en todo mi cuerpo, abrí los ojos y la mire a Martina ella tenía los ojos en blanco y estaba como en una especie de transe. Volví a cerrar los ojos tratando de no tener miedo, concentrándome en este momento
Entonces luego de unos minutos mis pies empezaron a descender de a poco hasta tocar la tierra.
Las sombras seguían estando entre nosotras, también seguía temblando la tierra, pero ya no flotábamos, ni una electricidad nos recorría.
En ese momento Martina dijo:
Marta tu eres la elegida.
Marta era una chica muy bonita la más joven de nosotros con diecisiete años, tenía el cabello naranja, mejillas rosadas, llenas de pecas y unos brillantes ojos celestes. La miro sorprendida y feliz, cuando Martina también agrego:
Satanás me dijo que quiere hacer posesión de su novia.
Ella la miro entrecerrando los ojos confundida y yo también ¿Cómo podría ser eso posible?
Entonces la tierra de una de las tumbas comenzó a abrirse, una mano de huesos negros con trozos de carne en descomposición y gusanos comenzó a salir de la tumba, luego se vio la cabeza un cráneo con tejido en estado de putrefacción lo que eran las mejillas estaba lleno de gusanos blancos, su boca se abrió en una O pegando un grito mientras que de su boca largaba toda clase de insectos, al final todo su cuerpo salió de la tumba. Tenía pedazos de tela entre su cuerpo entre los huesos y la carne en putrefacción y cada paso que daba hacia Marta arañas, cucarachas, gusanos se le iban cayendo.
No, por favor no le grito Marta a Martina, pero ella la cacheteo y le dijo que tenía que hacerlo, que era un sacrificio que debía hacer por el señor a cambio de todos sus beneficios.
Marta con horror se fue acercando a esa cosa que le señalo una de las tumbas para que se recostara allí, ella obedeció y cerrando los ojos y apretando los puños se dejó hacer todo lo que esa cosa quiso con ella.
Cuando faltaba una hora para salir el sol y el muerto había regresado a su forma original. Martina se nos acercó para decirnos al oído quien había sido nuestro demonio asignado durante un año.
Cuando me toco mi turno me dijo al oído: A ti te toco un gran y poderoso demonio, tienes suerte, su nombre es Astarot. Y él me dijo que te diga que hoy cuando te vayas a dormir tendrá intimidad contigo y de esa manera el haría conceder tu deseo.
Esto me preocupaba y espero que no sea despertando a alguien de la tumba. Marta todavía estaba conmocionada por lo que había tenido que hacer como consecuencia de haber sido la elegida. Miraba para el horizonte, temblando, sentada sobre la tumba, el cuerpo muerto con el que había tenido intimidad estaba a su lado, sus ojos estaban llenos de lágrimas y no respondía cuando le hablábamos. Había quedado ida.
Entonces con los primeros rayos de la mañana comenzamos a irnos del cementerio, en el camino Sandra no dejaba de observar a Marta con odio y en un momento cuando estábamos en la puerta del cementerio, ya vestidas cada una preparada para volver a su casa Sandra la ataco diciéndole que era una desagradecida y que como podía llorar y hacerse la victima luego de que fue la elegida por satanás, ya que según ella no le hubiera importado hacer ese sacrificio costal de complacer a Satanás.
Ella enfureció rasguñándole la cara, esta fue la razón por la que Marta tuvo que irse corriendo mientras Martina retenía a Sandra para que no la persiga, ni continúe haciéndole más daño.
Ante toda esta locura me di la vuelta y me tome un taxi y me fui dudando de la salud mental de las mujeres que estaban acompañándome durante ese ritual, que al final yo también realice.